E
n las antípodas siempre ha habido buenos grupos de
pop y rock, de modo que ya en los sesenta del siglo XX algunos sacaron la
cabeza (como la cría de canguro la saca de la bolsa marsupial) y presentaron la
isla-continente en el planeta de las listas de éxitos. La nómina de grupos a
recordar sería interminable, algunos con mayor éxito y otros de escaso alcance,
con propuestas más estándar o con intención heterodoxa. Se pueden recordar a
los austro-neozelandeses Crowded House, al siempre oscurantista Nick Cave, a
los poderosos Rose Tatoo, a los malogrados Inxs, al fantástico Jo Jo Zep &
The Falcons, los ecléctivos y variopintos Hoodo Gurus, los muy contundentes
Radio Birdman (que ya estaban en los 70), los ‘electrónicos’ Flash & The
Pan… Aparte de AC DC (que juegan una liga aparte), hay cinco bandas que
aportaron talento y grandes canciones que tuvieron repercusión a escala
mundial.
Peter Garret, cantante de Midnight Oil y ministro australiano; puede estar en una actuación o dando un discurso en el parlamento. |
A los Easybeats se los consideró como ‘los Beatles
australianos’, por el sonido de las guitarras y las armonías vocales, por lo encantador
y perdurable de sus melodías; y además, también tienen en común con los de
Liverpool que no salieron vivos de los sesenta. Están en la historia del pop
gracias a su gran clásico ‘Fiday on my mind’ (de la que Bowie hizo una
exquisita versión), una canción absolutamente representativa de aquellos
momentos y que consiguió ventas en todo el mundo; de hecho, se tiene como el
primer gran éxito internacional de un grupo australiano (aunque fue grabada y
lanzada en Londres). Dos miembros del grupo, Vanda y Young, formaron luego
Flash & the Pan, y el segundo de ellos enseñó a tocar la guitarra a sus mundialmente
famosos hermanos…
Bastante desconocidos son Big Pig, una banda atípica
que apenas duró un lustro pero que
consiguió darse a conocer en los ambientes más iniciados de mediados de los
ochenta del veinte. Era su sonido primitivo, industrial, basado en percusiones.
Su gran canción fue el ‘Hungry town’, contundente, esquemática, cargada de
tambores pero con una excelente melodía con varias voces en forma de diálogo.
El resultado es trepidante, rotundamente rítmico, muy interesante y atrevido,
original y rompedor en un momento en que era muy difícil sorprender. Llegaron
muy alto en las listas inglesas.
Una de las mejores bandas que jamás han salido de
Australia es The Church. Con una larga carrera que arranca en 1980, el grupo de
Canberra lleva editados dos docenas de álbumes, en los que ha transitado
caminos diversos, desde el rock sicodélico al pop melódico, del punk a los
ambientes góticos y melancólicos. Sus textos, atmósferas y texturas siempre
tendieron a la nostalgia, pero sin sonar pretenciosos, sin que hubiera
afectación. El momento álgido de una producción tan extensa llega en 1988 con esa
belleza elegante y cargada de romanticismo, un tanto depresivo, que es ‘Under
the Milky Way’; en un escenario ligero creado por la acústica (de 12 cuerdas en
el disco original), la voz cavernosa de Steve Kilbey crea un entorno apasionado
pero distante, como inalcanzable, como cuando se alza la vista hacia la Vía
Láctea en una noche negra.
Los Midnight Oil irrumpen a finales de los 70 con un
sonido francamente duro, entre hard y punk, y con textos cargados de intención
política y vomitados por el intimidante Peter Garret, un enorme calvorota que
al dejar el grupo (2002) se dedicó a la política; activista, laborista y
ecologista, estuvo en el Parlamento australiano hasta 2013 y fue Ministro de
Medioambiente y de Educación. Con los Oil lanzó once álbumes, siendo su gran
aportación a la historia del rock ‘aussi’ la efectista, robusta y vigorosa
‘Beds are burning’, una canción con sonido más civilizado y arreglado en la que
el grandullón asegura que ‘lo justo es lo justo … la verdad es la verdad’,
refiriéndose a la situación de los aborígenes del desierto occidental
australiano.
En todo el mundo resonó la irresistible ‘Down under’
de Men at Work, una canción que habla de su tierra, allá abajo, Australia. Aunque
la banda tuvo una segunda etapa, sus momentos de oro llegaron en la primera
mitad de los ochenta. Entre sus méritos está un sonido curioso y sorprendente
que combina melodía pop, ritmo reggae, sonido más o menos aderezado (con tintes
‘ochenteros’) y casi cualquier instrumento. Aquel ‘Down under’ llegó nada menos
que al número uno en USA e Inglaterra, el primer grupo o solista de allá abajo
(esto significa el título del tema, que es un modo familiar de referirse a
Australia) que ha logrado tal proeza. La voz es cálida, el ritmo cadencioso, la
melodía fácil, el arreglo tranquilo y sin estridencias…, todos los ingredientes
precisos para ser ‘hit’ mundial.
Allá abajo, en realidad como casi en cualquier
parte, hay talento, personalidad, variedad.
CARLOS DEL RIEGO
Buena Cantera.
ResponderEliminarSí, y poco conocida. No sé tú pero el 'Under the milky way' me transporta a aquellos momentos... Abrazo. Gracias
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