"Discos como estos fueron despreciados en su momento por algunos críticos" "Wish you where here" "Abbey Road"
Muchas veces la primera impresión es
totalmente errónea, tanto que es fácil pasarse la vida lamentado haber voceado
lo que fue una metedura de pata. Y esto ocurre con personas, ideas o, sobre
todo, con obras de arte que, en su momento, obtienen críticas crueles,
ofensivas; sin embargo, el paso del tiempo suele colocar a cada uno donde
merece. En el pequeño planeta del rock & roll ha sucedido con grandes
discos y grandes artistas
No son pocos los álbumes, cantantes y
grupos de rock que cuando aparecieron fueron menospreciados, incluso ridiculizados
por críticos y periodistas, los cuales, pasado el tiempo, se han visto
obligados a ‘envainársela’, a rectificar y reconocer su ceguera, aunque lo
escrito quedará para recordar patinazos estrepitosos.
En 1968 The Beatles publicaron el
conocido como ‘álbum blanco’, un doble elepé tremendamente innovador, y no sólo
en lo musical. Hoy casi nadie se atreve a decir lo contrario, pero se ve que
hace 53 años la cosa no debió parecer tan clara para algunos. Así, el crítico
del New York Times Mike Jahn escribió:”Es como una banda sonora para tiendas de
modas, fiestas o bares. Este disco no tiene nada nuevo e incluso muy poco de lo
que tiene es actual”. No contento con la vergonzante reseña, afirmó que “sin
ninguna duda Blood, Sweat & Tears es una banda mejor que The Beatles”; el
rock-blues-jazz de la multitudinaria banda neoyorquina tiene su encanto, pero…
Seguramente Jahn se habrá avergonzado cada vez que haya recordado aquel
disparate.
Otro de los discos emblemáticos del
cuarteto de Liverpool es el ‘Abbey road’, de 1969. Parece difícil que entonces
u hoy haya quien no aprecie su altura artística. Al poco de salir, Ed Ward, de
la revista Rolling Stone, se atrevió a decir: “No me gusta mucho. Ya han
demostrado que tienen suficiente talento e inteligencia para hacer algo mejor
que esto”. Y para rematar afirma que el novísimo entrelazado de canciones de la
cara B “es un gran desastre”. Perseguido por tan calamitosos comentarios, en
2009 reconoció:”Entonces era un chaval de sólo veinte años y estaba muy lleno
de mí mismo”.
Cuando uno escucha por primera vez a Jimi
Hendrix queda capturado, hechizado por la magia de su Fender. Sin embargo,
cuando salió su primer Lp, ‘Are you experienced?’ (1967), hubo quien no supo
ver ni escuchar más allá de sus narices. Por ejemplo John Landau, el
‘especialista’ del magacín Rolling Stone, quien se atrevió a meter la pata
hasta el cuello dejándose proclamar “La pésima calidad de las canciones y la
locura de las letras”. Tal afirmación bastaría para condenar a Landau al
infierno del rock & roll (donde sólo suenan rap y reggaetón), pero el
susodicho se revolcó en su propia inmundicia al rematar la faena:”Lo que
Hendrix está tratando de transmitir es un auténtico fastidio”. Sólo desde la
ceguera mental más severa puede hacer que alguien iniciado en el tema no sea
capaz de entender a Jimi Hendrix. ¡Qué vergüenza!
También fueron incomprendidos los Led
Zeppelin cuando debutaron con su primer Lp en 1969. De hecho la mayoría de
revistas especializadas despreciaron el disco y el grupo, tildándolo de
“aburrido” incluso alguno opinó que “son unos impostores que imitan a Cream sin
mayores complicaciones”. Nuevamente la reseña del Rolling Stone, firmada por
John Mendelsohn, estuvo entre los que más groseramente incidieron en la
‘cagada’, pues se dejó decir que “Jimmy Page es un productor muy limitado y un
escritor de canciones flojas y sin imaginación”. Seguro que los remordimientos
lo habrán mortificado durante el último medio siglo.
Pink Floyd ya era una banda muy reputada
y asentada cuando sacó el ‘Whis you where here’, 1975. El álbum anterior, ‘The
dark side of the moon’, había sido unánimemente elogiado, por lo que algunos
críticos parecían estar esperando con el cuchillo entre los dientes a que el
grupo se equivocara para despellejarlo; es el modus operandi de los mediocres,
insultar y menospreciar a quienes hacen algo con mérito, pues éste les muestra
la mediocridad en la que viven. A final de aquel año, la revista Melody Maker
se ensució al publicar en sus páginas que el ‘Wish you…’ mostraba “una total
falta de de imaginación en todos los aspectos”, y que el grupo “deambula como
un sonámbulo cogido del brazo de algún pálido fantasma de creatividad”, para
terminar croando: “Este disco apesta. Es tan simple como eso”. Bochornoso.
Es más comprensible el terremoto que
provocó la aparición de Elvis. En1956 el diario New York Times (siempre contrario
a las vanguardias artísticas) se cubrió de vergüenza a través del periodista
Jack Gould, quien acusó a Elvis Presley de ser “una amenaza cierta para la
forma de vida americana y para la inocente juventud de Estados Unidos”. El
autor del dislate se refería a la aparición del rey del r&r en el programa
de tv ‘The Milton Berle Show’ en junio de ese año, cuando causó un escándalo al
aparecen de cuerpo entero, o sea, mostrando el “pecaminoso movimiento de sus
caderas sin siquiera una guitarra que lo tapara”. Pero Gould se atrevió a más:
“El señor Presley no posee una habilidad especial para cantar, y para el oído
resulta de un aburrimiento indescriptible” (¿). Su única especialidad es un
movimiento acentuado de su cuerpo”. Evidentemente, el tipo estaba muy desorientado,
no tenía ni idea de lo que tenía delante.
También podría recordarse que del
glorioso ‘Harvest’ (1972) de Neil Young dijo el anteriormente mencionado John
Mendelsohn (un lince para esto):”Es una copia del álbum anterior (‘After the
gold rush’); cada una de sus canciones tiene una semejanza incómoda e
inconfundible con cada una de las del disco precedente”; también despreció la
banda de acompañamiento, Stray Gators: “que palidece miserablemente al
compararla con Crazy Horse”. Este crítico es de los que nunca se cansan de
equivocarse.
Del ‘Exile on main street’ (1972) de los
Rolling Stones se dijo que era “aburrido e inconsistente”. Del ‘Blood on the
tracks’ de Dylan escribió el ya mentado John Landau “Está hecho con la típica
mala calidad de Dylan”, y el de New Musical Express, Nick Kent, afirmó del
mismo disco:”Sus canciones son tan malas que suenan como si estuvieran
ensayando”. Sobre el ‘Jazz’ de los Queen vomitó Dave Marsh de la revista
Rolling Stone:”Queen es la primera banda de rock verdaderamente fascista”; y
otro colega de la publicación estadounidense Creem se enfangó al comentar el
mismo álbum:”Es un disco absurdamente aburrido, con ideas tontas y posturas
imitativas”.
La lista de meteduras de pata de la
prensa del rock & roll (de la prensa en general) es larguísima. Y de ello
se puede deducir que este tipo de comentarios son no sólo verdaderas groserías,
sino que todo indica que los comentaristas trataron de darse importancia
atizando y despreciando grupos y discos.
Pero el señor tiempo es quien finalmente
da y quita razones colocando a cada uno en el sitio que se merece. Por eso esos
grupos están donde están y los críticos siguen escondiéndose cuando se les
recuerda lo que dijeron o escribieron.
CARLOS DEL RIEGO
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