Hace 50 años murió Gene Vincent, uno de los arquitectos del rock & roll
Paul McCartney ha recordado muchas veces
que el primer disco que compró en su vida fue el ‘Be-Bop-a-Lula’ de Gene
Vincent. Es una de esas piezas que forman parte de los cimientos del rock &
roll, una de esas que puede sonar en cualquier concierto independientemente del
estilo. Gene Vincent tocó la cima con ella, lo cual a la larga le perjudicó,
según él mismo dijo, casi tanto como su pierna varias veces accidentada. Buen
momento para recordarlo
Pionero absoluto, a él se deben no pocas
símbolos inequívocos del rock & roll, como la textura y tono de su voz, su
pose con las piernas estiradas mientras agarra el micro, ese tupé aparentemente
descuidado, el cuero negro, el gesto desdeñoso y una actitud entre desafiante y
autodestructiva (¿suena a punk?). Todo transmitía una sensación de estar ante
un tipo peligroso (la realidad es que era un chaval educado, amable, tímido
incluso). Nació poco más de un mes antes que Elvis. A los 17 años entró en la Marina
y en 1955 (tenía veinte años) la moto con la que cumplía servicio de mensajero
fue embestida por un coche; sufrió varias fracturas en su pierna derecha que le
ocasionaron problemas permanentes. Durante un año convaleció (a veces rechazaba
médicos, cuidados y medicinas) y mientras, se centró en su guitarra.
Al poco de recuperarse, en 1956, ya
estaba grabando su ‘Be-bop-a-lula’. Cientos de miles de discos vendidos, varios
meses en las listas y presencia continua en las ondas. Pero aquella explosión
de fama y dinero fue demasiado para Gene, quien confesó en 1969: “Nunca pensé
en hacer muchísimo dinero. Mi única intención era vivir cantando, pero de
repente estaba ganando 1.500 dólares por noche. Prueba a poner a un chico de veinte
años en esas condiciones. No fue una buena experiencia; no habría tenido que
suceder con el primer disco. No sabía cómo llevar el éxito, sólo era un niño,
un chaval”. Hay que tener en cuenta que a mediados de los cincuenta del siglo
pasado el rock & roll y el concepto de estrella del rock aun estaban en
formación.
Aunque Gene Vincent estuvo varias veces
en las listas, siempre será recordado por ese ‘Be-Bop-a-Lula’. Es un tema de
incierta autoría y existen varias versiones de cómo surgió. El propio artista,
de acuerdo con su discográfica, afirmó que el tema se le ocurrió cuando
convalecía del accidente que sufrió estando en la Marina; divulgaron que se le
ocurrió viendo los dibujos de la ‘Pequeña Lulú’ (un cómic de aquellos años).
Pero el batería de The Blue Caps (el grupo de Vincent), Dickie Harrell,
desmintió la historia y afirmó: “La canción la escribió un tipo de Porsmouth
llamado Donald Graves; Gene y su primer representante, Bill ‘Sheriff’ Davis, se
la compraron por 25 o 50 dólares y se acreditaron como autores; en aquellos
tiempos esto se hacía mucho, de modo que algunos músicos desconocidos que
tenían temas propios los vendían a la primera oferta sin preguntar”. La versión
que dio ‘Sheriff’ Davis fue que estando Vincent y él borrachos bromearon con
‘Little Lulu’ y que entre los dos idearon e hicieron la canción. Pero la
explicación más aceptada dice que Vincent y Graves la escribieron juntos y que el
manager Bill ‘Sheriff’ Davis le dio los 25 o 50 a Graves para así acreditarse
como coautor.
El sello Capitol Records buscaba
desesperadamente alguien como Elvis. Y ahí estaba Gene Vincent con esa imagen
rebelde y arrogante que tanto deseaban. Y así salió el ‘Be-Bop-a-Lula’, primero
como cara B, que fue su debut y vendió 200.000 copias en el primer mes. Al
principio muchos pensaron que era Elvis quien cantaba, incluso la madre del rey
pensó que era la voz de su retoño.
Pero aun en los cincuenta su estrella
decayó. Y en 1960 se fue de gira a Inglaterra, donde todavía tenía mucho tirón,
con su colega Eddie Cochran. En abril de ese año viajaban en taxi él, Cochran y
la compositora Sharon Sheeley (quien escribió para Ricky Nelson y otros),
resultando muerto Cochran, herida Sheeley y machacada la maltrecha pierna
derecha de Vincent. Más calmantes, sedantes y barbitúricos, y alcohol, mucho
alcohol. Pero siguió en escena, con su aspecto desafiante y a la vez frágil,
con su pierna destrozada, su semblante pálido…; en Inglaterra continuaba
llenando pequeños recintos hasta que en el 65, con su salud muy deteriorada y
su dolor crónico, volvió a EE UU. En 1971, ya bastante gordo, voló a Inglaterra
para un juicio con su ex. Un par de semanas después de regresar murió arruinado
en una habitación de hotel a consecuencia de una úlcera perforada. Tenía 36
años.
El rock & roll devoró sin piedad a
algunos de sus primeros hijos.
CARLOS DEL RIEGO
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