Como todo régimen totalitario y dictatorial, el cubano acongoja y reprime a los desafectos con todas sus armas
Resulta
desconcertante que haya políticos y ciudadanos en democracias consolidadas que
consideren que la de Cuba no es una dictadura; asumen que no es una democracia,
pero se niegan a reconocer que allí está establecido el absolutismo. Es una
disyuntiva excluyente: o el país se rige por democracia o por dictadura, no hay
alternativa. Y en Cuba, igual que en otros países de corte político similar,
nadie elige a sus dirigentes, por lo que la dictadura es evidente
Hay quien está
convencido de que las dictaduras sólo pueden darse en un entorno capitalista,
de libre mercado, sin embargo, hay infinitos ejemplos de dictaduras con
economía planificada, sin mercado libre y prohibición de la propiedad privada.
En ambos casos es dictadura, fascista una y comunista la otra. Hay quien piensa
que el fascismo es lo contrario del comunismo, sin embargo no es así, fascismo
y comunismo son contrarios a democracia, y si no es el pueblo el que elige
periódicamente a sus líderes políticos se desemboca inevitablemente en el
totalitarismo, la dictadura de uno u otro signo.
En Cuba la revolución
expulsó a un dictador capitalista, fascista, y en su lugar se colocó un
dictador comunista. Han pasado más de seis décadas y una gran parte del pueblo
cubano vive bajo las cadenas de la dictadura (otra parte apoya al dictador,
pues toda dictadura tiene sus afectos). Desde entonces en Cuba, al igual que en
otros países como China o Corea del Norte, las dictaduras marxistas
(leninistas, estalinistas, maoístas).calcan al pie de la letra todos los
parámetros de las dictaduras fascistas. El dictador siempre usa las mismas
herramientas: prohibición de libertad de pensamiento, de asociación, de
expresión, partido único y prohibición de los demás, cuerpos armados al servicio
del gobierno, persecución del disidente, censura férrea de todos los medios de
comunicación e ilegalización de los desafectos, control total de los poderes
políticos con promulgación de leyes a voluntad, ausencia de separación de
poderes con el judicial sujeto al dictador, nepotismo y corrupción de los
afectos… Todo ello se cumple punto por punto en Cuba, cuyo gobierno actúa como
el de cualquier régimen fascista. Y es que los ciudadanos cubanos que se echan
a la calle no piden alimentos o vacunas, piden libertad.
¿Y por qué algunos
que se las dan de demócratas se oponen a calificar a dictadores comunistas como
lo que son? La respuesta es fácil, porque están esclavizados por su ideología,
que les dicta lo que tienen que pensar, hacer y decir sobre cualquier caso o
situación. Y no se percatan de que caen en una ideología totalitaria y
liberticida. Caen en el relativismo moral: si lo hacen los míos está
justificado, si lo hacen ellos es intolerable.
En fin, ya que las
dictaduras son idénticas, sean capitalistas o comunistas, bien podría afirmarse
que toda dictadura es fascista. Igual que todo aquel que las defienda o
justifique, sean gobiernos, políticos o ciudadanos de a pie. Y el régimen
cubano lo es, como prueban todas las evidencias y a pesar de que haya quien no
quiera verlo.
CARLOS DEL RIEGO
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