Aunque su sonido folk-pop parecía sugerir otra cosa, el grupo vivió una corta y tormentosa trayectoria
Una de las melodías
más identificables, más representativas de una época y presentes por más años
que pasen es ‘California dreamin´’. Escrita por John y Michelle Phillips en
1963, salió en el 65 y no deja de sonar desde entonces. Pero a pesar de las
delicias vocales y el tono melancólico-hippy, la otra cara de The Mamas &
The Papas es fea y a veces repulsiva
Tan emblemática
canción se asocia al universo hippy, al ‘paz y amor hermano’, al ‘haz el amor y
no la guerra’ y a las drogas alucinógenas (y las otras también). Además,
siempre que suena ese tema provoca una especie de bienestar y unas ganas irresistibles
de hacer los coros. Sin embargo, la vida interna de The Mamas & The Papas
fue cualquier cosa menos pacífica y armoniosa. Drogas, traiciones, sexo entre
todos e incluso incesto fueron frecuentes entre ellos.
Lo de meterse LSD en
aquellos años sesenta debía ser más común que el pelo largo. Cuentan que una
vez se colocaron los cuatro a la vez con el mismo material, y que decidieron
hacer un viaje al azar, uno cerró los ojos y señaló en el mapa las Islas
Vírgenes. Allá fue toda la comuna, incluyendo la hija de John y Michael,
McKenzie, que tenía 5 años. Se instalaron en la playa y pasaban el día bebiendo
y consumiendo, hasta que se acabó la pasta. Cuentan que Cass Elliot se puso a
trabajar de camarera y que al poco volvió con ¡un litro! de LSD. Sólo cuando se
acabó el ácido, un mes, a casa.
Cuando el grupo se
separó (en 1968 aunque volvieron para un último Lp en el 71) John Phillips intentó
una carrera en solitario que no tuvo éxito, lo cual lo condujo a la depresión y
al aumento del consumo de drogas. El experto Keith Richards declaró que “nunca
había visto a nadie engancharse a la heroína tan deprisa”; sus brazos se ennegrecieron,
pues se pinchaba coca y caballo todo el día. Según los que estaban allí gastaba
alrededor de un millón de dólares al año hasta que, en1980, entró en
rehabilitación. Su hija McKenzie también recibió tratamiento por lo mismo, y
también el otro de los Papas, Denny Doherty, alcohólico. John cambió el polvo
por el licor, y tanto bebió que murió en 2001 a los 65 años de infarto tras un
trasplante de hígado.
Entre los eslóganes más
repetidos en este mundillo está lo de ‘sexo, drogas y rock & roll’. The
Mamas & The Papas mantuvieron este orden a rajatabla. John estaba casado
cuando se enamoró de una adolescente Michelle; pidió el divorcio y se casó
cuando ella cumplió los 18, en 1962. Al poco de ponerse en marcha el grupo,
Michelle y Denny Doherty se enrollaron. Cuando John se enteró se puso furioso…,
a pesar de que él tenía una o dos amantes más. Luego Michelle tuvo una aventura
con Gene Clark, de los Byrds. Mama Cass Elliot se enamoró de Denny, pero no fue
correspondida y el desengaño la afectó seriamente. Doherty dijo:”Cass me amaba,
yo amaba a Michelle, Michelle me quería a mí, John amaba a Michelle…”.
Lógicamente, esta situación hizo insostenible la supervivencia del grupo.
John y Michelle
Phillips se ponían los cuernos mutuamente a la mínima ocasión que se
presentaba. Y un día se presentó a John una ocasión llamada Mía Farrow,
entonces esposa de Frank Sinatra, que se encontraba de gira. Enterado, el
marido burlado se puso rabioso, y aseguran que pidió a su amigo Sam Giancana,
capo de la mafia de Chicago, que le explicara con quién se jugaba los cuartos.
Dos sicarios mal encarados fueron a visitar a Phillips y le debieron hacer una
oferta irresistible; a pesar de ello, Phillips mantuvo la compostura y declaró
no sentir miedo…, aunque se compró varias armas y, que se sepa, nunca más
volvió a encontrarse con la Farrow.
Michelle, por su
parte, tampoco era torpe a la hora de liarse, a pesar de que John trataba de
controlarla. Y parece que la chica tenía tendencia hacia los actores. Primero
‘conoció’ a Dennis Hopper, se casó y, al cabo de una semana, se divorció
(seguro que eran tal para cual); luego se lo hizo con Jack Nicholson e
inmediatamente con Warren Beaty, los cuales terminaron peleándose por ella
cuando filmaban la peli ‘Dos pillos y una herencia’.
Los integrantes de
esta especie de comuna de mamás y papás engendraron once retoños. Algunos de
los de John cayeron en las drogas y el alcohol gracias a su desnaturalizado
padre; “todos mis hijos están en alcohólicos anónimos”, dijo el tipo); dos de
los que tuvo antes de conocer a Michelle se engancharon cuando no habían
cumplido los 15. El muy pervertido le encargaba a su hija McKenzie que le liara
los porros… a los 10 años, y también le explicó cómo pincharse coca, algo que,
según ella, la marcó de por vida. Sólo se salvaron los que consiguieron
mantenerse lejos de este individuo.
Pero lo peor se supo
cuando en 2009 McKenzie Phillips, años después de la muerte de su padre,
publicó una autobiografía en la que contó la incestuosa relación sexual que
mantuvo con su depravado papá. Dijo que la noche previa a su boda, cuando tenía
19 años, recibió la visita de su colocado progenitor: “Yo tenía cantidad de
pastillas y papá tenía de todo…Nos metimos sin control, me desmayé en la cama,
me desperté y me encontré teniendo sexo con él”. Asimismo, la hija de los Papas
confesó que mantuvo relaciones consentidas con su padre durante unos diez años…
Las dos esposas que tuvo Phillips negaron que eso sucediera, que él jamás haría
algo así. Claro que si se ponía tanto y tan diverso su cerebro estaría como la
bayeta de una tasca. La hermanastra de Mckenzie declaró que conocía la historia
desde hacía años.
Famosas eran las
fiestas de drogas que John montaba en una lujosa casa que compró en la célebre
zona de Bel Air en Los Ángeles. Por allí pasaron los que eran algo en los
sesenta, incluyendo Beatles y Stones. Nada más llegar se dispensaba al invitado
LSD, y dentro había recipientes de farlopa para que cada uno se sirviera a su
gusto. Dicen que John Phillips y Keith Richards se convirtieron en inseparables
gracias al polvo, e incluso acordaron hacer un
disco juntos, pero cuando iban al estudio no hacían más que ponerse y
ponerse hasta que quedaban inconscientes. También es conocido el episodio en
que Mick Jagger invitó a comer a John y su hija McKenzie, y en un momento dado
le pidió a John que fuera a la cocina a por cualquier cosa, momento en que el
‘stone’ lo encerró mientras él y McKenzie se lo montaban.
Imagen del grupo era
la presencia de Cass Elliot, siempre con sobrepeso, aunque en apariencia no la
afectaba, sobre todo por su actitud abierta y alegre. Sin embargo, le
preocupaba profundamente. Por eso probó muchas dietas, algunas muy dudosas,
como cuando se pasó siete meses dejando de comer cuatro días cada semana; así
perdió más de 45 kilos, pero acabó en el hospital. A causa de su peso y las
dietas padeció de hepatitis, hemorragias e inflamaciones periódicas. Murió a
los 32 años de un ataque al corazón.
La cara oculta de The
Mamas & The Papas fue tóxica, venenosa.
CARLOS DEL RIEGO
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