Seguramente todo el
que lleve tiempo tocando la guitarra eléctrica o cantando en un grupo de rock
ha sufrido alguna que otra descarga eléctrica. Normalmente la cosa no produce
mayores daños, pero hay casos extremos en los que el músico recibe el paso de
unos cuantos voltios por su cuerpo, con resultados graves e incluso, en algunos
casos, mortales.
Es como si el
instrumento tratara de ‘defenderse’ o protestar por el ‘mal trato’ recibido. El
caso es que quien se mueve por un escenario con una guitarra eléctrica (o
similar), o el que canta pegando sus labios al micro, corre un pequeño riesgo
que, en algunas ocasiones, pocas, es un auténtico ataque. Como si la Gibson o
la Fender se volvieran rabiosas y se rebelaran contra los que las manipulan. En
la historia del rock se han dado unos cuantos casos, casi siempre con escasas
consecuencias, aunque hay veces que da la impresión de que las guitarras la carga
el demonio…
Uno de los sucesos
más desgraciados con guitarra y guitarrista implicados tuvo como víctima mortal
a Leslie Harvey, guitarrista de diversas bandas escocesas de rock, Stone the
Crows la más célebre. En los sesenta el propio Alan Price le propuso
incorporarse a sus Animals, pero rechazó la oferta porque prefería unirse a la
banda de su hermano, Alex Harvey Band; a mediados de la década se unió a un
grupo llamado Blues Council, pero en el 65 tuvieron un accidente de coche en el
que murieron bajista y cantante, por lo que se separaron. A finales de la
década Les Harvey formó Stone The Crows, banda de blues rock cuyo manager fue
Peter Grant, el de Led Zepellin. En un día lluvioso de mayo de 1972 el grupo
tocaba en Swansea, Gales; el escenario estaba encharcado, Les tenía las manos
mojadas, había algún cable en malas condiciones y el micro no tenía toma de
tierra. A mitad de canción Harvey pegó los labios al micro mientras sus manos húmedas
manejaban las cuerdas…; recibió una potente descarga eléctrica ante el público;
sus compañeros declararon que, literalmente, saltó por los aires y al caer la
guitarra quedó pegada al micro mientras el pobre músico recibía y recibía; uno
de los asistentes, después de la confusión y el susto, le pegó una patada a la
guitarra. Leslie Harvey fue declarado muerto a su llegada al hospital. Tenía 27
años.
Keith Relf era el cantante
y armónica de uno de los grupos seminales de los sesenta, The Yardbirds, de
modo que tuvo como compañeros a Eric Clapton, Jeff Beck o Jimmy Page; en el 68 éste
refundó el grupo como New Yardbirds, que se convirtió en Led Zepellin. Al
parecer, Keith no tenía una salud de hierro, pues padecía asma y enfisema
pulmonar. En mayo de 1976 conectó su guitarra en el sótano de su casa (también
se dijo, sin el menor indicio, que fue en la bañera); según el informe, las
conexiones no estaban en perfectas condiciones y, probablemente, debió ponerse
sobre una tubería de gas mientras tocaba, produciéndose entonces una descarga
que lo electrocutó. Lo encontró su hijo de ocho años. En el hospital sólo
pudieron certificar su muerte; seguro que sus problemas respiratorios tuvieron
que ver. Tenía 33.
La electrocución que
sufrió Gary Thain, bajista de Uriah Heep, no lo mató…, de momento. En
septiembre de 1974 tocaban en Dallas cuando, en pleno concierton, Thain recibió
una potente descarga que le causó graves heridas. El grupo ya pensaba en
prescindir de sus servicios, ya que el bajista tenía una fortísima adición a la
heroína que afectaba a su forma de tocar. A principios del 75 lo despidieron, y
a finales de ese año Gary Thain moría por una insuficiencia cardíaca provocada
por una sobredosis y las secuelas debilitantes de la electrocución que había
sufrido un año antes. Tenía 27 años.
Cuando se habla de
accidentes y trompazos en el mundillo del rock es inevitable la presencia de uno
de los grandes crápulas, Keith Richards. En un concierto en1965 en EE UU, su
guitarra tocó un soporte de micro sin toma de tierra; según testigos, Richards
“voló por los aires envuelto en luz azul"; pero como tantas otras veces en
su vida, no le pasó nada, se levantó, se sacudió la ropa y a tocar. Sus
compañeros también probaron la electricidad; durante una gira por Escandinavia aquel
mismo año, actuaban en Dinamarca cuando un Jagger sudoroso tocó dos micros a la
vez, uno de los cuales estaba mal conectado; el cantante se revolvió
descontrolado y chocó con Bill Wyman, quien se llevó una descarga que lo dejó
inconsciente unos minutos. Tampoco les pasó nada.
El productor,
cantante, guitarrista y gran impulsor de la ‘new wave’ Nick Lowe salió vivo de
una de esas de milagro. Tocaba con una de sus bandas, Brinsley Schwarz, a
principios de los 80 en Londres; otra vez un micro sin toma de tierra y la
corriente empezó a atravesar su cuerpo; todo el mundo se quedó horrorizado y
paralizado mientras el pobre Nick soportaba voltios y más voltios. Entonces, el
teclista del grupo, Bob Andrews, se acercó y trató de dar una patada al micro,
pero como Nick se agitaba incontroladamente falló y golpeó al desdichado
cantante, que por fin se ‘desconectó’ del micro. Los médicos dijeron que esa
patada le salvó la vida, pues puso de nuevo en marcha el corazón de Lowe, que
ya estaba en parada.
También George Harrison
se llevó una descarga mientras grababa ‘Let it be’. Y Ace Freehly (Kiss),
durante un concierto en 1976, tocó una barandilla de metal mientras tocaba, se cerró
el circuito y se llevó una sacudida que lo dejó inconsciente media hora; el
asunto le inspiró el tema ‘Shock me’.
Estos son solamente
los famosos, pues en realidad son más, muchos más y con mucho menos nombre, los
músicos de pop y rock que han sufrido las iras eléctricas de sus herramientas
de trabajo. Son accidentes laborales.
CARLOS DEL RIEGO
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