Pete Townshend, autor de 'Pinball wizard', es el único que piensa que es una canción horrible
Una constante en todo
concierto de rock es la alegría desbordada y estruendosa que el público
manifiesta cuando comienzan las primeras notas de uno de los éxitos de la
banda; se agradece, se corea, se canta, se aplaude… Sin embargo, a veces el
autor (o todo el grupo) está cansado de tocarla y prefiere hacer cualquiera antes
que esa. En fin, hay estrellas del rock que, por muy extraño que parezca,
llegan a detestar alguno de sus títulos emblemáticos, de esos con los que
recaudan millones y con los que pasan a los anales
Por una razón o por
otra, porque ya no se sienten como cuando la escribieron, porque siempre les
pareció una canción ‘mala’, porque se han visto obligados a tocarla en todos y
cada uno de sus conciertos durante décadas, porque adquiere un significado en
el que ya no creen…, por la causa que sea, a veces la banda termina por
aborrecer uno de sus grandes éxitos. Parecerá algo muy extraño, pero ocurre más
de lo que se piensa.
Sabido es que Phil
Spector produjo, en contra de la voluntad de varios de ellos, el Lp ‘Let it be’
de Los Beatles. Como era de esperar no quedaron satisfechos con el trabajo que
hizo el inventor del ‘muro de sonido’, sobre todo Paul, que siempre renegó de
lo que el estadounidense había hecho con aquellas canciones, metiéndoles
grandes orquestaciones y buscando un sonido mucho más pomposo y barroco que lo
que él (ellos) deseaba. Pero quien más temas de los Beatles menospreció fue Lennon,
siendo ‘Hello goodbye’ (1967) uno de los que más repudió; siempre dijo que él
no había estado involucrado en esa canción, que no era “una gran canción" y,
en fin, que aquello fue algo así como “un intento de Paul McCartney de escribir
un sencillo"…Tampoco tragaba el gafitas el hecho de que sus tres
compañeros señalaban el ‘Let it be’ como uno de sus favoritos, y decía respecto
a Paul:”No sé en qué estaba pensando al escribir ‘Let it be’…, no tiene nada
que ver con Los Beatles. Parece de Wings”.
El mayor éxito
comercial de Neil Young fue el delicioso ‘Heart of gold’ (1972), y no dejó de
revivirla porque no estuviera satisfecho con la letra, la melodía, el sonido…,
sino porque a partir de entonces el público esperaba cosas parecidas y, claro,
la exigía en cada concierto. Fue su único número uno (hasta el momento) y sobre
ella ha dicho cosas contradictorias; una vez declaró que “esa canción me puso
en medio de la escena”, pero en otra ocasión:”tocarla se volvió aburrido, así
que simplemente la deseché del directo”.
¿A quién no le gusta
el trepidante ‘Pinball wizard’ del ‘Tommy’ (1969) de The Who? Pues resulta que,
a pesar de que el público la celebraba con alborozo y no faltaba en el
repertorio, Pete Townshend (autor) jamás ha dejado de acusarla de ser
“simplemente horrible” y “el texto más torpe que he escrito nunca”. Claro que
el resto del mundo discrepa, pues es una de las más reconocidas y apreciadas de
todo su repertorio, sobre todo en EEUU, como demuestra la audiencia que
consiguieron cuando la interpretaron en el descanso de la Super Bowl de 2010.
Townshend debió pasarlo fatal…
No hay que indagar
demasiado en la intrahistoria de las canciones para saber que el ‘Starway to
heaven’ (1971) de Led Zeppelin es una de las más odiadas por el autor de la
letra, Robert Plant, cuya opinión choca con la de millones de amantes del rock.
De hecho, ha declarado muchas veces que la letra, a diferencia de las
excelentes instrumentaciones, ya no tiene nada que ver con él y no se
identifica con lo que dice. En 1988 lo dejó muy claro: “Me saldría urticaria si
tengo que cantarla en cada concierto. Esa letra que escribí en 1971 tenía algo
de sentido entonces, pero tantos años después…, no sé, no es para mí”. Tiempo
después Plant escuchó decir a un locutor de radio (en Portland,EE UU) que si
recibía donaciones suficientes jamás volvería a emitir el ‘Starway’,
inmediatamente Robert Plant le envió un cheque de mil dólares.
Al guitarrista de The
Queen, Brian May, no le gustaba, no le parecía bien el revitalizante ‘Don’t stop
me now’ (1979); dijo que le resultaba “peligrosa” la forma que tuvo Freddie
Mercury de expresar su estilo de vida tan hedonista, tan ocupado en la búsqueda
del placer. No despreciaba la canción, incluso le parecía “muy divertida”,
aunque a partir de 1991 (de la muerte de Freddie), afirma que le ha resultado
imposible disfrutar de ella.
Otro tema saltarín y
muy tarareable es el ‘Shiny happy people’ (1991) de R.E.M., que fue su último
top 10 en EEUU. Sin embargo, el cantante y coautor Michel Stipe dijo hace unos
años que “es una canción de pop afrutado que parece escrita para niños”, y que
“si hubiera que elegir una canción representativa de R.E.M. no me gustaría que
fuera esa”.
El malogrado Kurt
Cobain, Nirvana, odiaba a muerte su gran éxito ‘Smells like teen spirit’
(1991). Explicó unos años después que le fastidiaba un poco el éxito del tema,
ya que el álbum tenía otros mucho mejores; también afirmó que estaba harto de
aquel “espíritu adolescente”, y que “me da vergüenza tocarla”, puesto que “todo
el mundo se ha ofuscado con esa canción, pero yo creo que la razón de su éxito
es que la gente la ha visto un millón de veces por la Mtv, hasta penetrar sus
cerebros. Antes que intentar superar ese espíritu
adolescente prefiero tirar la
guitarra y largarme. Literalmente”. Está claro.
A pesar de esa
especie de auto-odio, casi seguro que ninguno desprecia los beneficios que esos
temas les han proporcionado.
CARLOS DEL RIEGO
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