jueves, 12 de diciembre de 2019

GRANDES CATÁSTROFES Y EXTINCIONES MASIVAS QUE LA TIERRA SUPERÓ


A lo largo de su historia geológica, y por diversas causas, la Tierra ha pasado por episodios infinitamente más devastadores que el actual, y la vida siempre se recuperó
La conservación y el cuidado del entorno están entre las principales preocupaciones de las sociedades avanzadas. Es evidente el deterioro medioambiental, la sobreexplotación de todos los recursos, la contaminación de tierras, mares y atmósfera, la deforestación masiva… Todo esto es innegable y, sin embargo, hay quien lo niega. Pero también está el que exagera y predice pavorosas apocalipsis que destruirán el planeta..., cuando lo cierto es que la Tierra ha superado situaciones infinitamente más catastróficas
El que niega los excesos que se están cometiendo con el medio ambiente es como el que no ve porque no quiere abrir los ojos. Y los que exageran la situación y auguran un próximo cataclismo apocalíptico son como los que, a lo largo de la historia, han predicado el inminente fin del mundo. La realidad es que por mucho que los hombres ataquen la biosfera, jamás alcanzarán los niveles de devastación por los que ha pasado la Tierra en el pasado, puesto que jamás llegarán al uno por cien de uno solo de los cataclismos que se han sucedido: para entonces ya habría muerto todo ser humano y, por tanto, no podría generar más destrucción.
La Tierra tienes dos factores a su favor, la resistencia y obstinación de la vida por perdurar, y el tiempo. Y es por ambos factores que el planeta conserva biodiversidad a pesar de haber sufrido los más pavorosos cataclismos  La Geología señala múltiples situaciones catastróficas en los últimos 600 millones de años, las cuales han provocado extinciones masivas. En el paso del período Ordovícico al Silúrico (Paleozoico), hace entre 450 y 550 millones de años, se produjo la primera extinción masiva de que se tiene noticia; entonces sólo había animales complejos en el mar y, aunque no se tiene mucha idea de qué fue lo que la provocó (explosión de supernova, glaciación, deriva continental…), sí que se da por cierto que desaparecieron alrededor del 85% de las especies. Tampoco está muy claro cuánto duró, pero lo que sí es más que evidente es que, con el paso del tiempo, la Tierra volvió a desbordar biodiversidad.
Se suele llamar la Gran Mortandad a la extinción que se produjo entre el período Pérmico y el Triásico (o sea el paso del Paleozoico al Mesozoico), hace unos 250 millones de años; las causas tampoco se conocen con exactitud: impacto de meteoritos, monstruosas erupciones volcánicas por todo el planeta, terremotos y maremotos…, aunque también existe la teoría de que fue una combinación de todo ello, e incluso que las catástrofes fueron consecuencia del bombardeo de meteoritos. Fuera lo que fuese acabó con cerca del 95% de las especies marinas y alrededor del 75% de las terrestres. Pero poco más de un millón de años después todo terminó, escampó, y menos de otro tanto después volvía el planeta a desbordar vida.
La más famosa de las cinco extinciones masivas que se han producido es la ocurrida hace unos 65 millones de años (en el paso del Mesozoico al Cenozoico), que es la que acabó con los dinosaurios y otras muchas familias zoológicas, pues se calcula que desaparecieron el 75% de las especies que entonces albergaba la Tierra. Se tiene como causa principal el impacto de un enorme asteroide o de unos cuantos más pequeños, aunque no se puede asegurar nada al cien por cien. Tampoco hay seguridad sobre cuánto duró aquella catástrofe, pero es indudable que un día el cielo se despejó y la vida renació con toda potencia.
Son los más devastadores episodios por los que ha pasado el tercer planeta del Sistema Solar (al menos de los que se tiene noticia), y tienen una cosa en común: con el tiempo de su parte, el Planeta Azul se recuperó, una y otra vez, sin importar la magnitud y consecuencias de la catástrofe, siempre se recuperó y devolvió a la biosfera las condiciones necesarias para que la vida volviera a abrirse camino, desarrollarse y propagarse por tierra, agua y aire.
Lo que está claro, lo que nadie puede negar, es que la actual situación es notablemente más leve que cualquiera de aquellas, por lo que decir que ‘el hombre está destruyendo el planeta’ es, simplemente, falso. Y, por otro lado, jamás la mano del hombre será capaz de generar tantísima destrucción, ya que mucho antes habrá desaparecido. En fin, el planeta como tal no corre peligro, pero sí la Humanidad, su organización y cultura y parte de su biodiversidad.
CARLOS DEL RIEGO

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