Esta es la foto, de Pennie Smith, que se usó en la portada y que a ella no le parecía técnicamente buena |
El año 1979 dejó una larga lista de
álbumes para el recuerdo, muchos de los cuales se siguen vendiendo y siguen
sonando; además, esa espléndida abundancia se dio en muchos y muy diversos
géneros. Uno de los elepés que se convirtió en todo un emblema casi desde su
lanzamiento es el fabuloso ‘London calling’ de The Clash
Cuando salió, en diciembre de 1979,
sorprendió por su tremenda variedad de ritmos, estilos y sonidos. The Clash era
tenido por un grupo punk, por lo que pocos esperaban que el doble ‘London
calling’ ofreciera rock & roll, pop, reggae-ska, soul o rythm & blues,
además de punk. Y a pesar de esa
diversidad nunca da sensación de ser un disco deslavazado y disperso, sino que
todo parece perfectamente engarzado, perfectamente lógico. Cualquier que tenga
un poco de interés por esto del rock convendrá en que es un trabajo abarrotado
de temas inolvidables, de textos intencionados e inteligentes, de melodías
irresistibles, de títulos para el recuerdo. Parece oportuno que, cuatro décadas
después, se recuerden algunos detalles y anécdotas.
A lo largo de 1979 The Clash estuvo
girando por medio mundo, y fue durante esa gira que Joe Strummer, Mick Jones,
principalmente, y Paul Simonon y Topper Headon escribieron la mayoría de los
temas. Aquel año fue especialmente convulso (¿cuál no lo ha sido?), con la
crisis de los rehenes de Irán, el vertido de crudo de un gigantesco petrolero
en el golfo de México, el accidente nuclear de Three Mile Island, la crisis
energética en todo el mundo…, y algo peor aun para Strummer y compañía: el
ascenso de Margaret Thatcher al poder en Inglaterra. Por eso, las letras se
tiñen de pesimismo. De hecho, el tema ‘London calling’ no iba a titularse así,
sino que en los primeros borradores aparece como título ‘Ice age’, y en esas
primeras anotaciones aparecen versos que fueron desechados: “Estados Unidos se
está hundiendo / el mundo se está encogiendo / El sol parpadea mientras bebo /
El petróleo deja de fluir / El trigo deja de crecer / El mundo deja de saber /
La edad de hielo se acerca / El sol se acerca"; y fueron cambiados por:
“Londres se está hundiendo y yo vivo al lado del río / Se acerca la edad de
hielo, el sol se acerca / Los motores dejan de funcionar, el trigo adelgaza / Un
error nuclear, pero no tengo miedo / Porque Londres se está ahogando y yo vivo
junto al río”. Lo veían todo muy negro.
Una de las claves del atractivo y el
éxito del álbum fue su productor, Guy Stevens, que estaba en esto del rock
desde los años sesenta (produjo a Spooky Tooth, Free, Mott The Hoople…) y logró
dar equilibrio y consistencia al doble álbum. Paul Simonon decía en 2013: “Guy
estaba algo loco, pero logró crear una atmósfera muy positiva. Sacó lo mejor de
todos nosotros y fue el loco que consiguió que los demás no nos volviéramos
locos”. Desgraciadamente, año y medio después de salir el disco, Guy murió por
sobredosis de los medicamentos que le había prescrito su médico para combatir
su alcoholismo; tenía 38 años. Le rindieron homenaje con el tema ‘Midnight to
Stevens’ en el triple ‘Clash on Broadway, 1991.
Afirman que Strummer volvía a casa en
coche cuando escuchó en el informativo que la banda terrorista Eta había puesto
una bomba en un hotel de la Costa Brava; entonces pensó en los bombardeos de la
Guerra Civil. Al llegar se puso inmediatamente a escribir la canción, relacionó
aquellos bombardeos con estas bombas y en muy poco tiempo tuvo ‘Spanish bombs’,
otro de los títulos cargados de simbología de este excepcional Lp.
En las primeras ediciones del álbum no
aparecía acreditado el quinto tema de la cara B del segundo disco, titulado
‘Train in vain", es decir, en esa cara había cinco temas, pero en la
etiqueta del vinilo y en la contraportada sólo hay cuatro. Se dijo que como era
un tema muy pop decidieron esconderlo, pero la realidad es que cuando Mick
Jones la llevó ya estaban impresas la portada y contraportada, por lo que
decidieron dejar portadas y etiquetas como estaban pero incluirlo sin
mencionarlo en los créditos. Curiosamente fue uno de sus mayores éxitos en Usa.
Como tantos otros compositores, Joe
Strummer aprovechaba cualquier idea que tuviera en cualquier momento y, por
tanto, escribía en lo que más a mano tenía. Así, comenzó a escribir la
fantástica ‘Lost in the supermarket’ en la parte posterior de un paquete de
cuerdas de guitarra, en el cual puede leerse: “Estoy perdido en el supermercado
/ ya no puedo comprar felizmente / Vine aquí por la oferta especial / Garantía personal”.
El malogrado Strummer siempre en guerra contra el consumismo.
La primera canción de The Clash firmada
exclusivamente por el bajista Paul Simonon fue ‘The guns of Brixton’, pieza
inspirada en el personaje de Jimmy Cliff en la película ‘The harder they come’
(que aquí se tradujo ‘Caiga quien caiga’). “Fue un gran momento para mí, ya que
me di cuenta de que son los compositores los que se llevan todo el dinero”,
dijo. Nada más cierto.
No quisieron dejar de rendir homenaje a
los pioneros del rock & roll, y por eso incluyeron su particular versión
del ‘Brand new Cadillac’ que el gran Vince Taylor escribió en 1959. Esta
gustaba a los cuatro, tanto que la usaron muchas veces para calentar antes de
grabar; además, fue la primera de todo el Lp que estuvo terminada. “Antes de él
no había rock & roll en Inglaterra. Fue un milagro”, sentenció Strummer.
¡Qué gran verdad!
Otro de los temas no escritos por ellos
mismos es ‘Revolution rock’, cuya letra podría pasar, sin embargo,
perfectamente por una típica de The Clash, de hecho, muchos de sus seguidores
tardaron en darse cuenta de que era un tema prestado. El original es de un
desconocido cantante jamaicano (de reggae, claro), Danny Ray, que lanzó el tema
unos meses antes que los Clash.
La otra versión del álbum es ‘Wrong’ em
boyo’, escrita por Clive Campbell (o Clive Alphonso) para un grupo vocal
jamaicano llamado The Aces (también The Four Aces), que hizo voces en los
discos de Desmond Dekker. El título del tema es jerga jamaicana difícil de
entender incluso en Inglaterra; más o menos es chicos problemáticos, o chungos,
o mal de la cabeza…, que se aprovechan y engañan. En todo caso es un ska
trepidante, irresistible.
Inconfundible es la portada, con Paul
Simonon a punto de estrellar su bajo contra el suelo. Es una foto tomada en el
Palladium de Nueva York el 20 de septiembre de 1979, y no el 21, como hasta
hace poco se creía, puesto que hace unos años se demostró concluyentemente que
fue hecha el día 20. Esta emblemática portada está inspirada en la del primer
Lp de Elvis, de 1956.
CARLOS DEL RIEGO
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