Little Richard, estrepitoso cristiano adventista e incendiario fundador de la religión del rock & roll |
Dejando a un lado los músicos que
profesan en el género conocido como rock cristiano (Kerry Livgren, de Kansas, o
Rick Derringer), hay más estrellas abiertamente religiosas de las que parece. Conocidos
son los vaivenes de Bob Dylan, cuya fe ha experimentado vertiginosas idas y
venidas desde el judaísmo al cristianismo y vuelta; también se sabe del credo
de Bob Marley, quien se bautizó ya mayorcito en una rama ortodoxa; igualmente
es de dominio público el catolicismo del cantante de U2 Bono, quien suele
incluir referencias en sus canciones; y en no pocas ocasiones Alice Cooper ha
hecho manifestación pública de su cristianismo: “es que no quiero ir al
infierno”, dijo; menos conocido es el caso de Mark Farner, de Gran Funk, quien
cayó del caballo una vez deshecho el grupo y ha dedicado a la doctrina gran
parte de su carrera en solitario.
El gran Little Richard también vio la
luz un día de 1957, y desde entonces ha tenido momentos más o menos espirituales.
Siempre alocado, el entrañable Ricardito llegó a decir algo así como que el
rock es perverso porque le llevó a las drogas y éstas a la homosexualidad, de
donde afirma haber regresado gracias a la fe… Fiel de la Iglesia Adventista del
Séptimo Día, el explosivo artista es, eso sí, uno de los fundadores de esa
religión que se llama rock & roll.
Ringo Starr declaraba no hace mucho que
después de un ‘largo y tortuoso camino’ había “encontrado a Dios”, quien ahora es
“muy importante en mi vida”. De los otros Beatles, George parece que logró
combinar catolicismo e hinduismo, John estaría cerca del agnosticismo y Paul,
discreto, es más vegetariano que otra cosa. No fue, en todo caso, un tema
principal en su producción artística.
Rick Wakeman, auténtico virtuoso del
teclado que formó en bandas históricas, contaba que, en los años ochenta del
siglo pasado, estaba prácticamente en el arroyo cuando lo recogió la que luego
sería su mujer, pero que entonces, cuando volvía a tener una vida ordenada, le
pareció que a pesar de todo le faltaba algo; un día, reflexionando sobre ello,
“encontré lo que buscaba en Jesús”, y “desde que recobré mi fe (baptista) todo
me ha ido bien”.
El inabarcable Johnny Cash, el hombre
(de negro) fuerte y convencido, afirmaba con su profunda voz: “Yo, como
creyente en que Jesús es el ungido por Dios, pertenezco a la vid verdadera. Soy
cristiano”. Poco dado a la sonrisa, este devoto baptista dijo en más de una
ocasión: “Yo no soy un artista cristiano, sino un cristiano que es artista”.
Debía impresionar una personalidad tan imponente.
El batería de Iron Maiden, Nicko
Mcbrain, todo un clásico del heavy, ha hablado muchísimas veces de cómo se
encontró con su fe, de cómo acudió a la iglesia ante la insistencia de su
mujer, de cómo se quedó pensando, sintió la “llamada” y tuvo “un romance con
Jesús en mi corazón”. Desde entonces (hace casi veinte años) es un cristiano
practicante que exhibe su condición con una enorme sonrisa. Y suele decir que
“Dios no tiene ningún problema con que toque con Iron Maiden”…
Como puede verse, no son pocos los que
se reencuentran con sus creencias siendo ya talluditos y lo proclaman en cuanto
se habla del tema, sin ningún reparo; esto es algo que raramente sucede en años
mozos, cuando tanto preocupa lo que los demás ven y piensan. Asimismo, el
cristianismo (la religión en general) choca frontalmente con la postura
arrogante y desafiante del joven rockero, por lo que resulta difícil encontrar
a alguno que se proclame abiertamente cristiano. Por otro lado, ni que decir
tiene que hay muchas otras estrellas del rock que echan pestes de las
religiones.
CARLOS DEL RIEGO
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