'Yellow submarine', de The Beatles, es una muestra de música pop apta para todos los públicos |
En torno al Día de Reyes es buen momento para disfrutar de canciones
tan ingenuas como el pensamiento del rapaz. No es que se hayan escrito pensando
precisamente en oídos infantiles, pero sí que hay una jugosa colección de temas
simples y directos tanto en música como en letra, rock de siempre que huye de
palabras gruesas y sonidos enrevesados. Las hay de una sencillez casi infantil (lo
que no quiere decir exentas de mérito) y que todo el mundo reconocería en el
acto.
Así, pueden escucharse con la sonrisa puesta el ‘Yellow
submarine’ o el ‘Obladi obladá’ de los Beatles, con las que John y Paul
parecieron escribir para infantes; son títulos que suenan facilones, que dan
impresión de poco esfuerzo creativo, sin embargo, tienen esa chispa que sólo el
talento es capaz de proporcionar. Con propósitos parecidos, o sea, con idea de
divertir sin más, puede recordarse el siempre resultón ‘Rama lama ding dong’ en
la trepidante versión de Rocky Sharpe & The Replays; rock & roll
intrascendente, inocente, tan inocuo que no hay chaval que se resista a su
ritmo y a su estribillo trabalenguas. Y siguiendo por el camino de los juegos
de palabras, siempre mueve a expresión risueña el jovial ‘Itsy bitsy teenie
weenie yellow polkadot bikini’, el cual fue un gran éxito en Estados Unidos
nada menos que en 1960, a cargo del olvidado Brian Hylland; su estribillo (que
tiene algo de polka) siempre hace gracia a quien lo escucha por vez primera,
sobre todo a los más jóvenes.
En sus primeros tiempos el rock & roll sufrió no poco
rechazo por parte de las sociedad más conservadora; fue tenido como algo
perverso o, en el mejor de los casos, como una ‘matraca ruidosa que daña los
oídos’. Sin embargo, vistas las cosas con perspectiva y con ojos del siglo XXI,
aquellos temas pioneros eran, generalmente, tan inocentes como la mente del
niño que espera a los Reyes. Un buen ejemplo es el fundacional ‘Rock around the
clock’, uno de los títulos con los que se abrió esta increíble senda llamada
rock & roll; todo es transparente, la voz, la melodía, los arreglos, el
ritmo…, y lo curioso del caso es que tanto chaveas como puretas ‘entran’ por
ese reloj alrededor del cual todo el mundo da vueltas. No deja de llamar la
atención el hecho de que aquel disco de Bill Halley resulte tan asequible, como
tampoco que sesenta años después (¡60!) se escuche con agrado y
satisfacción.
Pero no todas las canciones fáciles tienen que ser
intrascendentes, como prueba una emblemática del sempiterno John Lennon, ‘Give
peace a chance’. Esquemática y con poca variación, contiene sin embargo un
mensaje evidente, positivo y pacifista, el cual viene envuelto en una melodía
tan genial, tan lógica que se vuelve hechizante se tengan los años que se
tengan; eso sí, los chiquillos la cogen y la tararean a la primera, dan palmas,
la corean y captan su cristalino significado.
Es innecesario subrayar que hay muchísimas más muestras de
rock para menores de edad que no resultan cargantes o repipis. Y así, también
pueden incluirse en la lista piezas de factura menos infantil pero igualmente
aptas para todos los públicos. Poco hay que censurar, por ejemplo, en la
mayoría de los instrumentales surf-rock como el ‘Wipeout’ de The Surfaris, con
sus risita burlona, o el ‘Surfin’ bird’, que aunque tiene parte vocal, mantiene
una entonación jocosa y campechana. Igual que el ‘Yakety Yak’ de The Coasters.
¡Y qué decir del ‘Lollipop’, o sea, ‘Piruleta’, de The Chordettes!, la cual
surgió después de que uno de sus autores llegara tarde al estudio porque a su
hija se le había pegado una piruleta en el pelo…, ¿hay algo más inequívocamente
infantil?
También hay en español algunos especialistas en melodías y
textos inofensivos, casi insustanciales; y como máximo representante puede
mencionarse a los Hombres G, cuyas canciones siempre han ido por ese camino, es
decir, no tienen otra pretensión que la que dicen sus textos, sin dobleces ni
intenciones ocultas, por lo que son fácilmente consumibles por los peques entre
juegos y risotadas. De este modo, ¿puede haber letras más cándidas e
infantiloides que la de ‘Sufre mamón’, con versos como “te retorcerás entre
polvos pica-pica”. El grupo de David Summers siempre ha fabricado música perfectamente
apropiada para gente menuda, y sigue activo.
Pues sí, hay mucho rock apto para todos los públicos, sin
sexo ni drogas, sólo rock & roll.
CARLOS DEL RIEGO
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