Sly & The Family Stone no podía estar ausente cuando de música y familia se trata |
La cosa viene hilada a las manifestaciones que una
señora se ha dejado decir en el Parlamento de Cataluña, las cuales venían a
señalar que las relaciones paterno-filiales son retrógadas y que lo mejor para los
niños es educarlos a todos juntos, entre toda la tribu, sin que sus padres
intervengan tanto…, en fin que la iluminada viene a enmendar la plana a la
Naturaleza, puesto que sabe más y tiene más experiencia… La familia, sin
embargo, es y ha sido determinante para la persona, y por eso está presente en
toda manifestación cultural y artística desde hace milenios. En consecuencia,
la música más joven, el rock & roll y todas sus ramas familiares, siempre
tiene tiempo para hablar de la familia, generalmente desde el cariño y el
recuerdo emocionado, aunque las perspectivas son incontables. Además, el irresistible
impulso de evocar buenos o malos recuerdos del clan se da en prácticamente
todos los subgéneros del rock.
Sobre una familia hablaba el clásico de las pistas
de baile de los setenta ‘We are family’ de las Sister Sledge (compuesto por el
gran Nile Rodgers), cuyo estribillo resulta muy apropiado; sin embargo, la
familia a la que se refiere es más un colectivo que la compuesta por padres,
hijos, hermanos, de modo que se usa como grito aglutinante cuando se produce
una gran reunión de gentes diversas en torno a un interés común; eso sí,
promete amor en formato familiar.
Mucho más inquietante es el contenido del poderoso ‘We´re
a happy family’ de Ramones, puesto que presenta una familia terrible y que de
ningún modo puede ser una familia feliz: come frijoles refritos y medicamentos,
sin amigos y con todos los problemas, uno se pasa el día diciendo mentiras, el
otro comiendo moscas, la otra pastillas…, no extraña que el narrador afirme ser
amigo del Presidente y del Papa, y termine congratulándose con el dinero que
ganan vendiendo la droga de papá. No, no parece una familia con mucho futuro,
aunque el cuarteto de Nueva York siempre la colocaba como fin de fiesta en sus
conciertos.
También trágica y poco deseable es la cuestión
familiar en el excelente ‘Love vigilantes’ que New Order lanzó en 1985. Presenta
a un soldado que llega del frente deseoso de ver a su familia, pero al entrar
en casa ve a su mujer en el suelo, muerta, sosteniendo aun un telegrama en el
que se le comunica, erróneamente, que su marido ha caído en combate. Según el
autor, Bernard Sumner, su final puede interpretarse como que el soldado vuelve
como fantasma o como que el telegrama miente y regresa vivo…, en todo caso,
ella no sobrevive a esta “muy campestre tragedia”, como el propio compositor la
definió.
El entorno familiar está bien presente en la música
country y, generalmente, con tonos más amables; cierto es que el universo de la
canción tradicional estadounidense habla sobre todo de encontronazos con la
ley, cárcel, mujeres, alcohol, carretera, dinero, violencia, amor (o sea, casi
nada que es humano le es ajeno). Sin embargo, tal vez debido a la querencia de
este estilo por la nostalgia, no hay grupo o solista que no reserve algunos de
sus mejores versos para hablar en familia, de modo que podría confeccionarse
una interminable lista de enormes canciones country que tratan el asunto.
Además de los grandes clásicos del género, nombres más jóvenes exhiben unas
maneras exquisitas al tratar el ambiente del hogar. Por ejemplo, el sureño
Trace Adkins publicó en 2008 la maravillosa ‘You´re gonna miss this’; cuenta ésta
las cuitas de una niña que, mientras su madre la lleva al cole, dice que tiene
ganas de tener 18, ganar su dinero y hacer lo que quiera, a lo que la mujer le
responde que, aunque ahora no se dé cuenta, va echar de menos estos días y deseará
que no hubieran pasado tan deprisa, pues son sus buenos tiempos; en otras
etapas de su vida serán su padre e incluso un fontanero quienes le aseguren que
va a echar de menos los días pasados… Bien mirado, ¡cuánta razón hay en la charla
hogareña que describen esas estrofas! Asimismo, entre las muchas (y muy buenas)
piezas country que se detienen en el ambiente familiar, también merece la pena
recordar el ‘My wish’ de los Rascal Flatts, otra preciosa melodía con un
emotivo mensaje de padre a hijo de cara a la vida que éste está a punto de afrontar.
Hay muchas más, como el ‘Family affair’ de Sly &
the Family Stone, donde señala pros y contras de la vida familiar; la
inolvidable ‘Our house’ de Madness, que recuerda las delicias de la casa
siempre llena de gente y ruido; la baladita heavy-glam ‘Home, sweet home’ de
Mötley Crüe, que repite “estoy en camino, esta noche, hogar dulce hogar”; la emblemática
‘Teach your children’ de Crosby, Stills & Nash, que aconseja enseñar a los
hijos para que adquieran unos valores y para que, llegado el momento, cuiden y
enseñen a sus padres; el ‘Family man’ de Fleetwood Mac, que afirma que quien es
un hombre de familia es un hombre que sabe lo que está bien; la agradable
‘Family reunion’ de The O´Jays…
Sí, la familia siempre ha estado presente en la
mente de los autores a la hora de escribir. En realidad, toda persona piensa
toda su vida en la suya.
CARLOS DEL RIEGO
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