Vangelis y Demis Roussos, los dos griegos más conocidos en el mundo del pop y el rock |
Por causas indeseables Grecia está en primera plana
desde hace meses, años. Todo aquel que eche un vistazo a la prensa y escuche o
vea informativos conocerá perfectamente a los actores de esta tragicomedia.
Pero, ¿cuántos serían capaces de recordar un par de grupos griegos de rock? (no
cantautores o similar), ¿y algún éxito de alcance internacional que tenga esa
procedencia? Pues sí, los hubo.
Hay que tener cierta edad y buena memoria para acordarse
de bandas helenas de rock que hayan aparecido en las crónicas o listas de
éxito. Aun así, alguien habrá que tenga en su mente alguna melodía (al menos
una) del grupo de rock progresivo Axis, que tuvo cierta repercusión en Europa
en los primeros años setenta; más conocidos fueron Aphrodites Child, que se
hicieron notar en las listas del viejo continente hace más de cuatro décadas.
Lo curioso es que ambas, integradas exclusivamente por compatriotas de Platón,
se formaron en Francia y cantaban en inglés.
Axis fue un grupo muy versátil que podía pasar del
rock progresivo más potente al pop más comercial. Activos en la primera mitad
de los setenta, publicaron sólo tres álbumes en los que se combinaban bonitas
melodías, potentes guitarras y el típico sonido de órgano sicodélico que tanto
gustaba entonces. De ellos quedará el gran éxito ‘Ela Ela’ (adaptación de una
tradicional griega) o la pegadiza ‘Shine Lady shine’, la excelente ‘Someone’ o
la rocosa ‘Waiting a long time’, canciones que pueden mostrarse en cualquier
momento, en cualquier época, y escucharse con agrado y sin desmerecer en
absoluto. Dos de sus integrantes pasaron a formar parte de la banda de
acompañamiento de Demis Roussos cuando éste inició su carrera en solitario.
Roussos había militado en Aphrodite´s Child junto al
otro gran protagonista del rock helénico, su primo Vangelis Papathanassiou. El
caso es que en aquellos últimos sesenta del siglo XX el centro del mundo del
pop y el rock era Londres, así que hacia allí puso rumbo el ‘Niño de Afrodita’,
pero no llegó, sino que se quedó en París, donde fue testigo del mitificado
Mayo del 68. Desde la ciudad bajo cuyo asfalto estaba la playa (así gritaban
los manifestantes de aquel mes) Aphrodite´s Child se lanzó a la conquista de
Europa. Su propuesta sonora se basaba en la aterciopelada voz de Roussos (también
bajista) y los teclados purísimos de Vangelis, que lograban una atmósfera
suave, elegante y con buen gusto, un rock melódico atractivo y con ese toque
casi místico tan en boga entonces; a ello se sumaban inspiradas melodías e
impecable presentación. En primer lugar adaptaron el famoso ‘Canon’ de
Pachelbel, que convirtieron en ‘Rain & tears’ y con el que llegaron a los
puestos más altos de las listas en varios países europeos. Publicaron tres
álbumes, el primero era mono (o sea, no estéreo), contenía temas de verdadero
valor y solos de teclados y guitarras equiparables a los de los mejores grupos
sicodélicos del momento; el segundo incluía otro de sus temas emblemáticos,
‘It´s five o´clock’, y la melodiosa y acaramelada ‘Annabella’; el tercero fue
un proyecto ambicioso, atrevido y experimental de Vangelis que llevó al grupo a
su desaparición, aunque antes habían lanzado otro single de éxito, ‘Spring,
summer, winter & fall’, con el que volvieron a lograr más de un número uno
europeo. Fueron, en fin, asiduos a las listas de éxito del 68 al 72 con su rock
suave, armonioso, dulce.
Como todo interesado en esto sabe, Demis Roussos
(que en realidad había nacido en Egipto) logró infinidad de éxitos a lo largo
de una extensísima trayectoria (más de 30 álbumes), cantó en varios idiomas y
fue uno de los más populares solistas de los setenta y parte de los ochenta,
cuando era un asiduo a las televisiones de media Europa y su figura
inmediatamente reconocida; muy a su pesar viajaba en aquel avión secuestrado en
1985. Su inolvidable y angelical voz se extinguió definitivamente en enero de
2015, aunque siempre se recordará ese tono finísimo y delicado en aquel entrañable
corpachón.
Vangelis llegó aun más lejos. Sus obras brillaron
tanto en el mundo del pop, el rock y las vanguardias como, sobre todo, en el
terreno del cine; publicó docenas de discos de los más diversos géneros,
algunos en colaboración con grandes del rock como Jon Anderson (de Yes); sin
embargo siempre será más recordado por las bandas sonoras que creó para
películas imperecederas, emblemáticas, así la impresionante partitura de ‘Blade
Runner’ o la oscarizada de ‘Carros de fuego’, entre otras muchas. Su estilo
tiende a lo solemne, a lo barroco y grandioso, pero como quiera que sus
melodías son sencillas y tienen estructuras muy familiares para el espectador, cada
una de sus obras se absorbe de modo fácil y permanente.
Además, entre los históricos del rock griego (aunque
también muy desconocidos lejos del Olimpo) cabe el malogrado Pavlos
Sidiropoulos, quien como sólo cantaba en griego no logró despertar interés
fuera de casa a pesar del talento que evidencian sus composiciones; posee temas
de verdadero mérito, como el imprescindible ‘O Mpampis o Flou’, una pieza de
blues-rock con muchos elementos de su tiempo (el solo de guitarra), pero con un
algo que le da una atmósfera de clásico. También merece recordarse a Flowers of
Romance, una banda de rock gótico y afterpunk (muy Sisters of Mercy y The
Mission) de la que cabe destacar ‘Love means death’; y a Socrates Drank The
Conium, y al más actual Rous y su ‘Eksaireseis’.
Sí, la milenaria y hoy alicaída Grecia también ha
hecho su aportación a la causa del rock.
CARLOS DEL RIEGO
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