Elvis en los años 50 del siglo XX, cuando revolucionó algo más que la música_ hoy sería octogenario |
De vivir el hombre, el mito sería muy distinto y,
seguro, estaría… desteñido, decolorado, desfigurado. Hoy, la mitología del
rock, y de todo el siglo XX, señala a Elvis como algo más que un músico, hoy es
simplemente El rey. De acuerdo en que no fue el ‘inventor’ del rock & roll,
de eso se encargaron Berry, Lewis, Haley, quienes a su vez tomaron lo que
hicieron otros y dieron el siguiente paso; tampoco configuró las estructuras
que el nuevo género musical utilizaría posteriormente hasta hoy; sin embargo,
el mérito de Elvis fue hacer de imprescindible puente multifunción.
El rey (este monarca no precisa decir de dónde ni de
qué lo es) fue la pieza que logró dar continuidad entre una época y la
siguiente, es decir, a pesar de que los más reaccionarios abominaban de esa
música y esos bailes, no fueron pocos los entrados en años que reconocieron que
el tipo cantaba muy bien y entonaba a la perfección, que poseía una voz
armoniosa y, en fin, que transmitía emociones…, como todo gran artista; en
España muchos cuarentones y cincuentones de los primeros sesenta aceptaban de
buen grado las virtudes de este nuevo cantante…, aunque no acabaran de tragar
algunas de sus canciones. Asimismo, Elvis logró otra proeza aun más difícil,
pues consiguió que la música de negros, los ritmos surgidos en los peores
ambientes, en los lugares de perdición, fueran asumidos por toda la sociedad,
sobre todo por la dominante población blanca de USA; antes de él todo estaba
perfectamente compartimentado y aislado, pero al poco de ofrecer sus primeros
conciertos la mentalidad cambió en Estados Unidos y, por extensión, en todo el
planeta. Elvis lo hizo: el rock pasó de los suburbios y locales exclusivamente
negros a todo el planeta.
De su vigencia basta una muestra. Hace unos días se
subastó la primera grabación de Elvis, un disco de acetato (parecido y previo
al vinilo) con el tema ‘My happines’’, que grabó en Menphis en julio de 1953,
meses antes de encarar eso de la música como algo más que una afición (su
primer disco publicado fue el ‘That´s all righ’, un año después); en aquellos
años era cosa normal presentarse en un estudio de grabación, cantar una canción
y llevarse el disco en el acto pagando muy poco. Sea como sea, en torno a este
disco hay más de una versión: unos dicen que lo grabó con los cuatro dólares
que le prestó un amigo, pero como en su casa no había tocadiscos, allí quedó
sin que nadie le hiciera caso, así que dicho amigo lo recuperó; otros que el
propio Elvis pagó los cuatro pavos y le regaló el disco a su madre por su cumpleaños.
El caso es que ese disco es una pieza única, ya que nunca fue publicado como
tal: no hay más copias. Hace unos días, coincidiendo con la fecha exacta del 80
aniversario de su nacimiento, se subastó esa singularidad de la historia de la
fonografía en la emblemática mansión de Graceland (junto con otros tesoros),
donde alcanzó la cifra de 300.000 dólares.
Parece imposible escribir sobre Elvis Presley y
aportar algo mínimamente novedoso, pues es uno de los protagonistas de la
historia del siglo XX que más atención ha suscitado en todo el mundo; por no
hablar de que se trata del hombre más fotografiado desde que existen fotos (o
al menos empata con el que más). A pesar de todo… En pocas palabras, Berry y
los demás crearon, pero sin el Rey el rock & roll llevaría décadas de
retraso, ya que él fue el encargado de darle la imprescindible difusión
planetaria. No es atrevido afirmar que sin Elvis el rock sería algo mucho más
pálido, menos emocionante y atrevido, algo totalmente distinto y carente de
todos los matices y atractivos que hoy lo adornan. ¡Ah, y cómo bailaba El rey!
El hombre sería un octogenario. El mito es eterno.
CARLOS DEL RIEGO
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