El idioma español está recibiendo más palos que don Quijote |
Por todas partes se agrede al idioma español, que
continuamente es asaltado por barbarismos y acepciones innecesarias, voces
mostrencas, términos oportunistas, giros y locuciones disparatadas… Pero lo
peor no es el continuo pateo que sufre por parte de los medios de comunicación
o en internet, sino que la encargada de defenderlo, la Real Academia Española
(‘Limpia, fija y da esplendor’), se suma a los vándalos lingüísticos para
rebozarla en la chabacanería más garrula, bajando su calidad y privándola de su
identidad.
Los continuos ataques que recibe el español proceden
muchas veces de quienes deberían ser especialmente respetuosos, como los medios
de comunicación, o de quienes están dispuestos a amoldar la lengua a sus
intereses ideológicos. Por ejemplo, hay sectores de la prensa muy descuidados a
la hora de expresarse, de modo que adquieren y utilizan rápidamente modismos
del momento: una frase muy de actualidad se refiere al supuesto derecho de la
persona a que le ayuden a suicidarse, y lo llaman ‘derecho a una muerte
digna’…, como si el que no renuncia a seguir viviendo por muy grave que sea su
enfermedad, como si el que decide luchar y someterse a los tratamientos que la
ciencia médica recomienda tuviera, finalmente, una muerte indigna. ¿Por qué es
más digna la muerte del que pide ayuda para quitarse la vida, convirtiendo de
paso a los médicos y sanitarios en colaboradores necesarios de homicidio?, ¿por
qué es más digna la muerte del que renuncia a luchar y se resigna, que la de
quien no se rinde? ¿Acaso sólo el que decide poner fin a su existencia tiene
una muerte digna?
Por otro lado, es muy habitual que se distorsione el
idioma con fines ideológicos. Un ejemplo: en los últimos años ha aumentado el
número e intensidad con que muchas personas ejercen y manifiestan su amor a los
animales; y para convencer a los demás de que las bestezuelas han de ser bien
tratadas, suelen acudir a una frase de Ghandi: “La cultura de un pueblo se mide
por el trato que da a sus animales”. Bonita y bienintencionada sentencia pero
totalmente falsa. Hay que recordar que en la Alemania nazi se promulgaron leyes
que incluían durísimas penas para quien hiciera daño a los animales…, aunque se
animaba a masacrar judíos, gitanos, disidentes… ¿Eran los nazis más cultos (o
sea, respetables, civilizados, avanzados) que otros pueblos por proteger a los
perros de cualquier maltrato? Además, lo habitual es que en todo pueblo haya
quien maltrate y quien defienda a los bichos.
El español recibe muchos, muchísimos ‘ganchos’ y ‘directos’
diariamente. Lo malo es que se han puesto en primera fila para golpear (con
guantes de peso pesado) los académicos de la Rae. Así, ésta acaba de admitir en
el diccionario mamarrachadas tan indignas como ‘precuela’, serendipia (término
que no parece de uso extendido y habitual y que equivale a casual, accidental)
o ‘feminicidio’ (sin admitir masculinicidio u homosexualicidio); esperpentos
tan innecesarias como ‘gorrilla’ para un controlador no autorizado de
aparcamiento, ‘bíper’ para contestador automático, ‘citadino’ para ciudadano, ‘identikit’
para retrato robot (dentro de poco admitirá ‘jitazo’, un engendro que mezcla la
voz inglesa ‘hit’, éxito, con el sufijo español azo, añadiendo la conversión en
j de la h), o ‘impasse’ (¿se debe pronunciar la e final o dejarla muda como en
francés?) por callejón o esperando. Respecto a otras como ‘coach’ en lugar de entrenador,
o ‘chaise longue’ para un tipo de sofá, no se especifica si han de pronunciarse
en inglés o como se escriben. Palabras mostrencas en todo caso, por mucho que otra
cosa digan unos cuantos lechuguinos engreídos…; y es que, como dice el refrán,
cuando el diablo no tiene que hacer, con el rabo mata moscas.
Algunas dejarán de usarse en poco tiempo, con lo que
los académicos que han aceptado estas majaderías sonoras quedarán como marionetas
al albur de la moda, como verdaderos mequetrefes; en fin, como alguien dijo, todas
esas nuevas entradas se habrán convertido en arcaísmos en pocos años, es decir,
habrán pasado de moda.
La Rae está infestada de papanatas, de patanes que
admiten las más ridículas atrocidades lingüísticas, lo que quiere decir que la
academia en cuestión está llena de personajillos dudosos, empezando por Cebrián,
un verdadero palurdo (tal cosa hay que ser para calificar hechos, pensamientos
o personas de hace mil años con palabras, mentalidad y conceptos actuales), un chaquetero
(porque fue destacado y entusiasta periodista del Movimiento para, llegado el
momento, convertirse en socialista de toda la vida) y un codicioso inmoral
(porque a la vez que la empresa por él dirigida mandaba al paro a 800 personas
él se otorgaba una prima de varios millones). Si ahí se ha admitido a individuos
tan sospechosos… Lo que sorprende es que Pérez Reverte, en otros casos tan
combativo y de palabra gruesa, se achante y trague; seguro que, de no ocupar su
bonita T mayúscula, se dirigiría a sus ahora compañeros (cómplices) a voz en
grito y con calificativos y terminología del tipo acostumbraba Quevedo.
El lema de la Rae es ‘Limpia, fija y da esplendor’.
Sin embargo, de limpia nada, sino sucia e infestada de palabras ilegítimas,
falsas, bastardas; de fija mucho menos, pues es voluble y está pendiente de las
modas para cambiar tan rápido como ellas; y por tanto, no da esplendor, sino
lástima (por el idioma español) e indignación.
CARLOS DEL RIEGO
Estoy completamente de acuerdo con las opiniones que vierte sobre lo de infestar el diccionario con palabros no españoles, sin necesidad. Pero creo que achacar a la RAE la mala aplicación de las expresiones referidas a morir con dignidad o el amor a los animales, está fuera de lugar.
ResponderEliminarQuilopan.
www.blog.andresquintero.es
Por cierto ¿es posible que para añadir un comentario en Paperblog haya que estar registrado en Facebook?
Uf, lo de estar registrado no lo sé. Respecto a lo de las expresiones que usted menciona, no las achaco a la Rae, sino que son (como si dijéramos) otros golpes que caen sobre el idioma, pues no todos los ataques tienen la misma procedencia; de hecho, esas expresiones no son, en sentido estricto, ataques al idioma, sino que vienen a ser una manipulación del mismo. Lo que quiero decir es que hasta la Rae maltrata a la lengua. Muchas gracias por su comentario. Ahora entraré en su blog. Un saludo.
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