domingo, 19 de febrero de 2023

MEDIO SIGLO DE LA PRESENTACIÓN EN SOCIEDAD DE QUEEN

 


 Tal como eran entonces


Queen debutó en disco hace medio siglo

Desde que en 1973 hizo su irrupción, la escena del rock & roll cambió para siempre, hasta el punto de que, más de 30 años después de la muerte de su emblemático cantante, la leyenda de Queen no deja de aumentar, sus canciones siguen sonando, sus discos siguen vendiéndose y su imagen (sobre todo la de Freddy) es ya un icono internacional 

Corría el mes de julio de aquel emblemático1973 cuando hizo su entrada en escena la Reina, Queen. Fue una presentación más bien humilde, sin grandes ventas ni titulares, pero aquel primer Lp, ‘Queen I’, ya captó la atención de todo el interesado. Acababan de encenderse los focos para un grupo único e irrepetible, inconfundible, carismático y con una personalidad irresistible. Fue el año de la gran crisis del petróleo, del fin de la guerra de Vietnam, del golpe de estado de Pinochet en Chile… El cuarteto recién nacido (que nunca varió de formación hasta la muerte de su cantante) iniciaba su andadura con un disco meritorio aunque algo disperso (lógico) que iba de un estilo a otro: hard, glam, progresivo… Sin embargo, apenas un par de años después el grupo se convierte ya en una referencia. 

Como saben todos los interesados en esto del rock y en la Reina en particular (el nombre fue idea de Freddy, que admitía la referencia homosexual pero insistía en que tenía mucho más), hay varias características en el estilo y sonido de la banda que la hacen absolutamente singular; por un lado está la voz sólida y cristalina que no precisa más de una nota para ser reconocida, y por otro la guitarra de Brian May (construida artesanalmente), que podía sonar como una orquesta sinfónica (por eso en los primeros discos se especificaba que no había sintetizadores) o como el ‘hacha’ más bestia del hard; luego se añadía la presencia escénica de un tipo singular, distinto, que lucía pelambrera a pecho descubierto (muchos de los trajes eran diseño suyo) mientras agitaba un micro unido a un pie cortado por la mitad. Asimismo, el ‘manierismo’ de la banda londinense se completaba con una atención casi obsesiva por las voces y las armonías vocales. Nada de todo eso valdría gran cosa sin un desbordante talento para la composición y un notable virtuosismo instrumental. 

Esas características que cualquier aficionado reconocería instantáneamente apenas estaban apuntadas en aquel primer disco lanzado hace diez lustros, pero sí que la voz y la guitarra son ya Queen al cien por cien. Como es sabido, el gran Freddy Mercury murió en 1991, menos de veinte años después del debut de su grupo, dejando una abultada lista de éxitos mundiales, algunos de los cuales se han convertido en auténticos emblemas, canciones que ya forman parte de la leyenda y que han situado a Queen en un lugar de privilegio en los altares del rock de todos los tiempos (y ello a pesar de la inquina y odio que siempre le tuvo la revista Rolling Stone, que tildó de fascista uno de sus discos, que se atrevió a decir de ellos algo así como “no saben hacer jazz, así que jamás sabrán hacer rock & roll” o que situó su genial ‘A night at the opera’ hacia la mitad de su lista de los 500 mejores álbumes de la historia del rock).

Al año siguiente llegó el ‘Queen II’, donde aparece el logo clásico de la banda y su pose más reconocible. Y ese mismo año (sí, la creatividad de la banda daba para editar dos álbumes en menos de ocho meses) aparece el definitivo ‘Sheer heart attack’, el disco que define completamente las formas de la banda; aquí hay demoledor heavy, ‘Brighton rock’, delicioso glam cargado de fantasía, ‘Killer queen’, diversiones hard, ‘Stone cold crazy’, excelentes baladas y medios tiempos …, y esa pieza alocada y divertida que casi nunca faltará en sus discos, esa composición que cambia ocho veces y otras tantas deja boquiabierto al personal, ‘Bring back that Leroy Brown’. Y en 1975 llega la cumbre del grupo, el impagable e insuperable (por mucho que pese a los snobs lechuguinos) ‘A night at the opera’, un disco muy especial. Tardó en grabarse lo suyo porque rebosaba de arreglos y maravillosos excesos vocales, las guitarras se superponen capa a capa produciendo efectos asombrosos y no se escatiman instrumentación ni efectos (ojo, sin sintetizadores ni músicos adicionales). No es necesario recordar títulos de este álbum, ni sus innovaciones, sorpresas, voces, paisajes imposibles… Quien comprara este vinilo entonces lo habrá pinchado hasta que haya brotado sangre. 

Habitualmente, tras una producción de tal calibre los artistas se suelen relajar, pero no Queen, que siguió lanzando discos superlativos y canciones cargadas de significado, auténticos himnos que ponen en pie tanto a sus más acérrimos seguidores como quienes sólo la reconocen y la disfrutan. 

Todo esto que empezó hace 50 años terminó un triste día de noviembre de 1991 cuando el gran Freddy Mercury falleció. Fue una estrella que separó su parte privada de su figura sobre el escenario, apenas dio entrevistas, nunca hizo bandera de su condición sexual, siempre fue discreto lejos del espectáculo, nunca quiso sermonear, concienciar o predicar. Irrepetible. 

Al morir Freddy murió Queen aunque algunos no se enteraran. ¡Larga vida a la Reina!  

CARLOS DEL RIEGO

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