Paul explicando a los músicos su idea del clímax sonoro
‘A day in the life’ de The Beatles,
‘Ballroom blitz’ de Sweet y ‘Heart of gold’ de Neil Young son tres canciones
emblemáticas, títulos que describen épocas concretas del rock y que gustan a
todo el mundo, o al menos sería difícil encontrar iniciados en este género a los
que no. Y tienen otro punto en común: las tres tienen interesantes y
pintorescas historias a su alrededor
A lo largo de las casi siete décadas de
vida que tiene este negocio se han escrito muchos miles de canciones, y cada
una tiene su propia vida: cómo la ideó su autor, en qué se inspiró, cuál era su
circunstancia, quién le ayudó…, y también qué pasó con ella después, cómo
influyó en otros músicos, qué impacto causó en el público, a qué se la asocia…
Algunas de las que prevalecen pase el tiempo que pase, siempre tienen qué
contar.
Es difícil no caer en el hechizo del
‘Heart of gold’ (1972) de Neil Young. En principio era sólo un breve interludio,
un pasaje colocado dentro de un tema diferente, el ‘A man needs a maid’, del
mismo Lp. Pero poco a poco se independizó y evolucionó, hasta convertirse en el
único single de Young en alcanzar el número uno en EEUU. Entonces, cuando allí
sonaba por todas partes, había alguien a quien le molestaba, Bob Dylan, que no
soportaba no haberla escrito él. El propio Dylan reconoció en 1985: “Odiaba
cada vez que sonaba en la radio. Me gustaba Neil Young, pero me molestaba mucho
escuchar esa canción, que sonaba continuamente, fue número uno muchas semanas.
Me decía a mí mismo ‘mierda, ese soy yo, suena como yo, debería ser yo’; era
como si otro hubiera cogido algo mío y se hubiera largado con ello. Nunca lo
superé”. Ha pasado mucho tiempo, la canción sigue sonando y el gran Bob Dylan
sigue rabiando por no haber tenido esa idea antes que Young.
Sweet fue uno de los grupos de glam rock
más importantes y con más éxito. En 1973 publicaron uno de sus grandes hits,
‘Ballroom blitz’, escrita por los geniales productores Chinn y Chapman. Es un
tema divertido, intrascendente, saltarín, festivo y tan pegadizo hoy como
entonces. Este ‘bombardeo en el salón de baile’ habla de un grupo que toca en
una disco cuando, de repente, el público se vuelve loco y empieza a
‘bombardear’ a los músicos con botellas; tal cosa ocurrió a Sweet en un
concierto ese mismo año, en el que la audiencia empezó a tirarles botellas sin
que nadie supiera por qué. Ese suceso inspiró a Nick Chinn y Mike Chapman para
hacer la pieza. Éste último contó: “Nick y yo queríamos canciones sin demasiado
significado y ‘Ballroom blitz’ nos pareció muy bien, sugerí el título y nos
pusimos inmediatamente a trabajar. En realidad va de un músico que tiene un
buen colocón en una discoteca y sueña que su nuevo disco no se vende, no gusta.
Todo lo que se nos iba ocurriendo nos parecía divertido y sin gran
significado…, sin embargo no recuerdo muy bien cómo era lo primero que
escribimos”. Y lograron su propósito, el tema y su letra son perfectamente
divertidos e intrascendentes. Pero tienen encanto.
Uno de los máximos chispazos de genio de
Beatles fue su insuperable Lp ‘Sgt Pepper´s’ (1967), el cual se cierra con una
pieza emblemática e innovadora, ‘A day in the life’, que incluye ese clímax
sonoro tan chocante. John tomó varias ideas para hacerla: la noticia de los
baches de una carretera, la película ‘Como gané la guerra’ en la que él había
actuado o el accidente mortal de una millonaria. En 2018 Paul desveló cómo
solían hacer las cosas: “John la había comenzado, tenía el primer verso y me lo
mostró; esto pasaba muy a menudo: uno tenía una vaga idea y, en lugar de
sentarse a trabajar y sudar él solo, simplemente se la llevaba al otro y entre
los dos le íbamos dando forma hasta que salía; era como jugar al ping pong, nos
lanzábamos ideas alternativamente”.
Ese verso inicial dice: “Leí las
noticias de hoy, chico”, entonces, sigue Paul: “Empezamos a jugar con esa idea
hasta que sacamos el segundo verso, y seguimos aportando cosas, ahora tú, ahora
yo. Hasta que la terminamos. Más tarde, a la hora de la grabación, se me
ocurrió la idea del clímax y les dije a los músicos de la orquesta que
empezaran desde la nota más baja posible para ir subiendo hasta la más alta,
cada uno a su manera (había estado escuchando y leyendo sobre música de
vanguardia). Y de repente pensé que esos músicos estaban acostumbrados a
Beethoven y a los mejores directores, y ahí estaba yo, un tipo medio loco de
una banda de rock. Pero una orquesta sinfónica sigue una partitura y a un
director, y no hace cada uno lo que le parece, por lo que parecían despistados,
sin atreverse a empezar; llegó George Martin y les señaló la nota inicial y la
nota final y les dijo que simplemente fueran de una a otra”. Al fan de los
Beatles siempre le interesa conocer el cómo y el por qué.
Y otro par de detalles de ese singular
tema. David Crosby contó que él estaba en los estudios el día de las últimas
mezclas y que, aparte de los cuatro, George Martin y los ingenieros, él fue el
primer ser humano que alucinó al escuchar aquella canción. Finalmente, el
manuscrito con el texto de puño y letra de John Lennon se vendió en 2010 por
1,2 millones de dólares.
CARLOS DEL RIEGO
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