miércoles, 1 de diciembre de 2021

EL ESTRUENDOSO SILENCIO DEL FEMINISMO SOBRE LA TENISTA CHINA VIOLADA

 


No sólo no se investiga el caso de violación, sino que Peng sigue técnicamente secuestrada, pues en caso contrario difundiría mensajes o daría entrevistas

A nadie puede extrañar que un gobierno dictatorial, como sin la menor duda es el gobierno chino, actúe como actúan siempre los dictadores. Lo que no deja de ser una sorpresa es que el feminismo calle ante una evidente demostración de machismo salvaje y criminal, como el perpetrado por el ex ministro chino contra la tenista Shuai Peng…, aunque si se piensa tranquilamente, tampoco es extraño, puesto que el feminismo criba los casos en función de quién es el agresor y quién la víctima

Actualmente China es un país con gobierno comunista, política fascista y economía capitalista. Dicho de otro modo, el partido que manda y ordena con mano de hierro sobre casi mil quinientos millones de personas responde perfectamente a todos los requisitos necesarios para ser un partido-gobierno totalitario, fascista, absolutista, el partido único, el que nadie ha votado sino que se impone por la fuerza. Y si no hay votaciones libres para elegir gobierno y gobernantes es que hay totalitarismo. El caso de la tenista Shuai Peng es, por si alguien tenía dudas, una demostración evidente e irrefutable.

Pero la realidad es que el gobierno de China se ha portado como cabía esperar, ha actuado como siempre, como todo sistema fascistoide: cuando alguien molesta se le hace desaparecer, que es lo que se hizo con Peng cuando ésta lanzó sus acusaciones de violación e intimidación contra un ex alto mandatario chino. Después, ante el escándalo mundial, los tiranos la han hecho reaparecer, pero claro, nadie sabe qué han hecho con ella y su familia entre la desaparición y la reaparición, nadie sabe (sólo la ex tenista) las presiones, amenazas, coacciones y chantajes que habrán sufrido ella y su familia. Teniendo en cuenta el ‘modus operandi’ de todos los regímenes antidemocráticos es fácil deducir el miedo que los sicarios del gobierno chino habrán metido en el cuerpo a la jugadora para que calle, las advertencias de represalia contra sus familiares que le habrán hecho, las terribles consecuencias que tendría para sus padres, hermanos y allegados si no se pliega al silencio impuesto desde Pekín. Así es como funcionan todos los que ostentan el poder por la fuerza. Y China tiene un gobierno fascista-comunista (términos en absoluto incompatibles, de hecho, uno es la imagen en el espejo del otro).

La manera de actuar del gobierno chino es la esperada. No así la respuesta del feminismo, ya sea nacional o internacional. Apenas ha habido algún comunicado, tímido, no oficial, a través de las redes y sin ánimo de molestar al agresor y sus protectores. Sí que han elevado su voz, con mayor o menor energía, organismo como la ONU, la Unión Europea, la ATP o la WTA y tenistas y deportistas de todo el mundo. Sin embargo se echan de menos las declaraciones altisonantes y ruidosas de la ministra de igualdad (y sus equivalentes de otros países), de otras ministras, activistas y colectivos feministas que, en otras ocasiones, ponen el grito en el cielo antes sucesos similares.

¿Y por qué los que otras veces claman y se rasgan las vestiduras ahora callan? La respuesta es sencilla: porque el agresor es nominalmente comunista, y los de izquierdas parecen tener bula para todo. Dándole la vuelta al asunto: si la violada, desaparecida y reaparecida de aquella manera hubiera sido una activista de izquierdas y el agresor un político conservador, y todo hubiera ocurrido en un país europeo o en EE UU, habría marchas y manifestaciones a diario, concentraciones y sentadas frente a la sede del partido del agresor, quema de contenedores, insultos y amenazas para todos los que no se sumaran a las protestas, descalificación sistemática de quienes no se digan de izquierdas… En realidad esta actitud discriminatoria ya se ha visto otras veces, como cuando unas chicas que mostraban banderas españolas en Cataluña fueron agredidas sin que ninguna ministra ni colectivo feminista dijera una palabra de condena a los matones ni de solidaridad con las víctimas, o como cuando los violadores son inmigrantes. Esta postura demuestra sin sombra de duda que las ‘feministas’ sólo lo son con las de su misma ideología y contra las ideologías adversas, o sea, los derechos e igualdad que exigen para las mujeres no son para todas, sino sólo para las que piensen como ellas. 

CARLOS DEL RIEGO.

No hay comentarios:

Publicar un comentario