Jerry Lee Lewis con su tercera esposa, Myra, que tenía 13 años y era su prima |
El pionero del rock
& roll Jerry Lee Lewis cumple este año 85 primaveras, y para demostrar que
aun tiene fuerza, ‘The Killer’ anuncia el lanzamiento de un nuevo disco,
dedicado a la música góspel. Puede que sea el último capítulo de su trayectoria
artística, casi siempre centrada en el rock & roll y, por tanto, bastante
conocida. Quien no sea un experto, sin embargo, sabrá mucho menos de su vida
privada y de las terribles tragedias que ha padecido
Jerry Lee Lewis
estará para siempre en los anales del rock & roll. Y como gran parte de los
que han triunfado en este negocio, ha sido perseguido por los excesos; fue de
los primeros en vérselas con Hacienda: le embargaron coches, motos, joyas,
instrumentos, armas de fuego, un tractor, una moto de agua, un toro mecánico…,
se declaró en bancarrota a mediados de los ochenta debiendo dos millones al
fisco; también las drogas lo han lastrado: barbitúricos, anfetaminas, cocaína,
maría, alcohol…, todo en abundancia; su relación con las mujeres, sus
matrimonios, sus hijos, sus divorcios y sus viudedades también entran en el
exceso.
De momento son siete
las ‘afortunadas’ que se casaron con el pionero del r&r. Él mismo declaró
que “tenía 14 años cuando me casé por primera vez, aunque mi esposa era
demasiado mayor para mí, pues tenía 17”; al parecer, Jerry pasaba más noches tocando
y cantando que con ella, Dorothy Barton (hija de un predicador), por lo que ese
matrimonio duró poco.
Antes de los veinte se
casó con Jane Mitchum, y no por voluntad propia: “Jane me dijo que iba a tener
un hijo mío, y sus hermanos me explicaron que me casaba o…”. No extrañará que
olvidase decirles a los chicos que ya estaba casado… Con Mitchum tuvo en 1953
su primer hijo, Jerry Lee Lewis Jr., que también fue músico y llegó a tocar la
batería en la banda de su padre; pero el pobre Jerry II tenía problemas
mentales, entraba periódicamente en instituciones siquiátricas y en centros de
rehabilitación de drogadictos. Cuando tenía 19 años sufrió un accidente al
volante de su coche, volcó, se rompió el cuello y murió en el acto. Esta
pérdida echó a Jerry senior en manos
del alcohol y las drogas: “La primera botella de tequila era sólo para estar
normal”.
Su tercer matrimonio
originó el escándalo, ya que no sólo fue con su prima Myra Gale Brown, sino que
ella sólo tenía 13 años; muchos empresarios, emisoras de radio y discográficas
le dieron la espalda, por lo que Jerry se pasaba la vida en la carretera, de
tugurio en tugurio, y casi nunca estaba con su esposa (que se quedaba siempre
en casa cuidado de sus hijos Steve Allen y Phoebe, de la madre, del hermano); a
pesar de todo, con Myra estuvo casado trece años. Jerry tenía entonces 22 y
había pasado de cobrar 5.000 dólares por noche a tocar por 350, de estrella
emergente e imparable a músico degradado que actúa por lo que le den. Su hija Phoebe
se convertiría en algo así como representante o administradora de Jerry y,
debido a ello, la relación acabaría mal. Su hijo Steve Allen (llamado así por
el presentador de Tv que se atrevió a sacarlo en la tele) nació en 1959 y,
desgraciadamente, murió tres años después al ahogarse en la piscina de casa.
Su esposa número
cuatro fue Jaren Gunn Pate, que estaba de tres meses el día de la boda; se
separaron y reconciliaron varias veces; a finales de los ochenta Jaren dijo que
Lewis le daba un “trato cruel e inhumano, es adúltero, se emborracha
continuamente y casi siempre está drogado”. Harta, lo citó para discutir el
reparto del patrimonio, pero él le contestó: “eso no debería importarte, pues
no vas a durar mucho”… El caso es que en 1982 ella se ahogó en la piscina de un
amigo. La hija de ambos, Lori Lancaster, fue arrestada en 2011 (tendría 21
años) y acusada de la muerte de su hijo de cinco meses (nieto de Lewis), que
fue encontrado muerto por asfixia a manos de la propia Lori que, parece, estaba
bajo los efectos de la droga. Eso sí, Lewis siempre ha proclamado que Lori no
es hija suya.
Menos de un año
después de la muerte de la número cuatro, Jaren, el artista se casó con la
número cinco, una ex camarera de unos 25 años (él unos 50) llamada Shawn
Stephens. La mañana del 24 de agosto de 1983, menos de tres meses después de la
boda, Stephens no despertó. El cadáver tenía múltiples moratones, había sangre
por toda la habitación y en el cuerpo, y también bajo las uñas de la difunta.
Pero la autopsia dictaminó muerte por sobredosis de metadona. Lewis llamó a la
hermana para comunicarle la noticia: “Tu hermana ha muerto, era una chica mala”;
esta misma hermana reveló que unas semanas antes del suceso el pianista le
preguntó: “¿Me tienes miedo?, deberías tenerlo, ¿por qué crees que me llaman
The Killer?”
La sexta esposa de
Jerry Lee fue Kerrie McCarver, con quien se mantuvo unos veinte años y con
quien tuvo un hijo; se separaron en 2004. Y en 2012, cuando el artista ya
contaba 76 añazos, contrajo nupcias por séptima vez (¿la última?) con Judith
Brown, la cual había estado casada con Rusty Brown, hermano de la tercera
esposa, Myra Gale Brown, la que tenía 13 años. ¡Qué cosas!
Esta secuencia de
sucesos parece un guión de telenovela, de disparatado y exagerado culebrón
televisivo. Pero Jerry Lee Lewis tiene más asuntillos escabrosos que contar…
Cuando en 1976
celebraba su 41 cumpleaños, Jerry sacó una pistola para presumir ante sus
invitados, una Magnun 357 que él creía descargada…, pero como es sabido, las
armas las carga el diablo (o sea, crees que no lo está pero sí lo está), de
modo que le metió dos onzas de plomo en el pecho a su bajista, Norman ‘Butch’
Owens, quien por suerte no murió.
Meses después,
enfadado, colocado hasta las cejas, Lewis se llegó hasta ‘Graceland’, donde
gritó que quería ver a Elvis; un guarda de seguridad declaró que “estaba como
loco, fuera de sí”. Llamaron a la poli y se presentó un agente que se acercó al
Lincoln Continental de Lewis, donde vio inmediatamente una 38 en el asiento; el
cantante gritaba que no saldría del coche hasta ver a Elvis. El policía
consiguió hacerse con la pistola (cargada, sin seguro y para la que no tenía
licencia) y logró sacarlo del coche. Borracho como una cuba, tambaleándose e
incapaz de articular palabra, fue arrestado. Luego afirmó que Elvis le había
llamado y por eso fue allí, y que no tenía permiso para la pistola porque un
policía acababa de regalársela (seguro que cuando declaró esto también estaba
bebido).
Hacia el año 2000 su
hija Phoebe (cuya madre era Myra, la de 13 años) se fue a vivir con Jerry (que
tendría 65 años) en calidad de agente, y también para hacerse cargo de su
cuidado. No está muy claro cómo, pero el caso es que el músico firmó un
contrato por el que ella recibiría la mitad de los ingresos de su padre, el
cual, por si fuera poco, le otorgó un poder notarial que la hacía gestora única
de todos sus bienes. Lógicamente la cosa acabó mal: Jerry denunció a su hija
Phoebe por apropiación indebida, ya que ésta no se conformó con la mitad de los
ingresos, sino que ingresó en sus propias cuentas cada dólar que llegaba a nombre
de Jerry Lee. Tras su séptimo matrimonio, en 2012, la despidió, revocó el poder
y la denunció por robo (y a su yerno por difamación en redes sociales). Casi
todos los cargos fueron desestimados.
Se casó con una prima
de 13 años y con otras seis mujeres, de las cuales dos murieron en extrañas
circunstancias; dos hijos y un nieto muertos; disparó a un compañero; fue
arrestado varias veces; borracho, violento y drogadicto; denunció a su hija por
robo… La vida familiar de Jerry Lee Lewis y sus siete esposas fue de todo menos
familiar.
CARLOS DEL RIEGO
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