domingo, 18 de agosto de 2019

CLÁSICOS DEL ROCK QUE HOY SERÍAN CARNE DE JUZGADO

El clásico 'Hey Joe', que lanzó Hendrix en 1967, contiene una letra que hoy se ve como ejemplo de violencia machista


Pocas bromas, chistes o segundas intenciones se permiten a día de hoy con asuntos que puedan asociarse al machismo. Sin embargo, no pocos clásicos del rock & roll tienen letras que, en los últimos años, han adquirido un componente de perversión para gran parte de la sociedad; en su momento esas letras no fueron tan mal vistas, pero en la segunda década del siglo XXI se han convertido en auténticas herejías fácilmente denunciables

Vistas esas canciones con parámetros, valores y mentalidad de hoy se antojan intolerables, pero entonces no parecieron tanto. Es como fumar en recintos públicos, que hoy parece algo imposible de ver, mientras que en los cincuenta y sesenta se fumaba en el hospital, en el juzgado, en la universidad, en el bar… El cambio de mentalidad conlleva un cambio de valores: escenas de sexo que hoy aparecen en horario infantil en la tele hubieran sido imposibles en los cines de los 50, mientras que canciones que entonces parecían pícaras pero ingenuas se entienden como maldades sacrílegas en 2019.

Un caso atípico es el ‘He hit me (and It felt like a kiss)’ que lanzaron The Crystals en 1962. Producido por el indeseable y genial Phil Spector, esa letra disgustó incluso a las componentes del grupo, ya que el título dice “Él me pegó y fue como un beso”; sin embargo, ellas no dijeron nada entonces, sino que mostraron su disgusto mucho después. El texto lo escribió Gerry Goffin, que se basó en una niñera que lo cuidaba cuyo novio le pegaba, pero se casó con él de todos modos; la música la hizo Carole King (pareja de Goffin), quien también se sintió mal por haber ‘colaborado’: “Soy cómplice de esa canción, ojalá nunca la hubiera hecho”.

Ningún autor escribiría hoy cosas como el ‘Sweet little sixteen’ que Chuck Berry publicó en 1958 o el ‘You´re sixteen’ (1960) de Johnny Burnette. Cuando ya entonces se planteó la cuestión de relaciones con menores de 18 años, se explicó que el rock & roll estaba destinado a adolescentes, por lo que había que ponerse en la piel de un chaval de eso, de 16 años, al hacer la letra. De todos modos, Chuck ya tenía más de 30 cuando escribió sobre “los vestidos ajustados y el lápiz de labios”; y en el tema de Johnny Burnette (de los hermanos Sherman en realidad) el protagonista conduce un coche y bebe vino, es decir, su adolescencia había quedado muy atrás.   

No se salvan Los Beatles de la sospecha. Su excelente tema ‘I saw her standing there’ (1963) también ha sido mirado con lupa. El autor de la letra, Paul McCartney, explicó una vez que en principio los dos primeros versos iban a ser “Bueno, ella solo tenía 17 años / nunca había sido una reina de belleza", pero él y John pensaron que esa segunda frase resultaba “degradante”, así que la cambiaron por "sabes a lo que me refiero", una insinuación que puede resultar mucho peor. También el ‘Run for your life’ (1965) contiene versos que, hoy, pueden herir sensibilidades: “Prefiero verte muerta, nena, que con otro hombre”. En su descargo puede alegarse que ellos sí tenían veinte años.

Sus supuestos antagonistas, Los Rolling Stones, no iban a ser menos, al revés, tienen muchos más temas susceptibles de denuncia. Así el ‘Stupid girl’, el ‘Brown sugar’ o el humillante ‘Under my thumb’ (1966) que podría traducirse como ‘Bajo el dedo gordo de mi pie’, que va de una chica que era una fiera y que termina siendo obediente y servil…

El blues es un género cuyos textos caen en la violencia machista con frecuencia (según el pensamiento de hoy). El clásico ‘Hey Joe’ es un buen ejemplo, siendo imprescindible la versión que Jimi Hendrix, grabó en 1967. “¿Dónde vas con la pistola Joe? Voy a disparar a mi mujer, porque descubrí que iba con otro hombre”, y sigue “Hey Joe, oí que disparaste y mataste a tu mujer. Sí, lo hice”. Terrible historia (el asesino tratará de huir a México) tantas veces repetida.

Incluso canciones aparentemente intrascendentes pueden esconder mensajes fácilmente interpretables como machistas, como el ‘In the summertime’ que llevó a Mungo Jerry al número uno en media Europa en 1970. La letra, hoy, es casi intolerable: “Si su padre es rico llévala a comer. Si su padre es pobre simplemente haz lo que sientas”, versos que menosprecian a la chica. 

En España hay no pocos ejemplos de canciones que en su día no llamaron excesivamente la atención por unas letras que actualmente resultan pecaminosas y heréticas. Baste recordar el ‘Quince años tiene mi amor’ (1961) del Dúo Dinámico, y aunque en realidad toda la ‘perversión’ esté en ese verso, bien podrían haber cambiado el ‘quince’ por ‘veinte’, que suena igual. Ya en los años ochenta del siglo pasado se encuentran muchos otros temas de texto controvertido. En ‘Atrapados en el ascensor’ (1988), de Un Pingüino en mi Ascensor, se incluyen versos como “No trates de alcanzar el timbre de alarma (…) deja de llamar a la portera (…) yo que puse toda mi ilusión en esta violación”; tal cosa, a día de hoy, estaría denunciada, seguro. Tampoco se pusieron pegas cuando en 1983 Polanski y el Ardor publicó ‘Negra’, tema que decía jocoso: “Hoy por fin lo conseguí, tengo una negra sólo para mí”; serían acusados de machistas esclavistas. Y pueden añadirse otras que ya han sido señaladas, como ‘La mataré’ de Loquillo o el más desagradable ‘Sí sí’ de Los Ronaldos. En su día no causaron escándalo, pero el paso del tiempo las acusa.

Nunca deben juzgarse hechos, ideas y personas de otro tiempo con la mentalidad actual, pues los valores que imperan hoy no tienen nada que ver con los que había ayer; o sea, los que hoy se escandalizan con ciertas canciones ni siquiera se hubieran planteado cuestiones como esas de haber estado allí entonces. Rasgarse las vestiduras con el pasado no sólo es absurdo, sino totalmente estéril.

CARLOS DEL RIEGO

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