Aunque su intención no era racista ni nada parecido, The Cure no hubieran escrito hoy su 'Kiling an arab', editado en 1979. |
Aunque hay canciones cuyo texto está
claro y quiere decir exactamente lo que dice, ocurre muchas otras veces que las
letras no son fáciles de entender o no tienen el menor sentido, o son tópicas y
con mensajes mil veces repetidos, pero también las hay cuya intención y
contenido son sistemáticamente mal interpretados. Algunas de éstas parecen
contradecir incluso al cantante y a su autor, que dan la sensación de no
entender su propio mensaje (claro que eso de no entender la intención de las
palabras es común en todos los ámbitos).
Enormes éxitos del rock tienen el
pequeño ‘problema’ de que sus textos son tradicionalmente mal interpretados,
con lo que el público llega a entender lo contrario de lo que el escritor
quería comunicar. Pero también puede darse el caso de que sea el propio autor
quien dice una cosa pero hace la contraria…
Eric Clapton siempre tuvo mucho tino
para dar su toque personal a canciones de autores casi desconocidos y
convertirlas en éxito. El ‘Cocaine’ era de JJ Cale, pero fue Clapton quien la
catapultó al número uno. Su letra es obvia, trata de la adicción a las drogas, terreno
que el guitarrista conocía muy bien. El propio ‘Mano lenta’ explicó que cuando
la grabó se había desenganchado de la heroína, pero la había cambiado por alcohol
y coca, de modo que no le resultó difícil convencerse de que podía controlar el
consumo… Así, creyó que podía cantar sobre la coca con honestidad e incluso con
objetividad, como si el alcaloide que en abundancia se metía no le afectara.
Luego, cuando dejó rayas y licores, dejó también de tocar esta canción, ya que
dedujo que estaba enviando un mensaje falso sobre ese polvo; más tarde la
volvió a incluir en su repertorio, pero modificando un verso, que quedó “esa
sucia cocaína’. Curiosamente, cuando abandonó el doping, afirmó que le había
costado bastante volver a tocar, ya que todo le parecía demasiado duro, rígido,
áspero.
Siempre bien recibido, el gran éxito de
The Turtles ‘Happy together’ suele presentarse como una canción de amor
perfecto, correspondido. Pero en realidad (como explicó Gary Bonner, su autor)
trata de todo lo contrario: amor sin reciprocidad. En la letra el chico le dice
a la chica que se imagine qué bien estaría todo, qué felices serían si
estuvieran juntos, que bueno sería si te llamara y me dijeras que sí…, es
decir, todo transcurre en el pensamiento del enamorado, nada más. Uno de los
últimos versos, “¿qué tiempo hace”?, parece fuera de lugar, pero viene a
significar que el enamorado cambia de tema convencido de que no hay nada que
hacer con esa chica. En fin, aunque se tiene por una pieza blanca y
acaramelada, el fondo es más bien amargo.
El ‘Pride, in the name of love’ de U 2
es un homenaje a Martin Luther King, en quien personifica Bono (autor) a esos
hombres que a lo largo de los años han hablado de justicia y no violencia, e
incluso han dado su vida por ello. Trata de “personas” (Cristo incluido) que
vivieron y trabajaron por sus semejantes orgullosos de hacer lo correcto, pero
sin engreimiento o vanidad; ese es el orgullo (pride) del que habla el tema,
ese orgullo es “realmente una expresión del amor de Dios por todos los
hombres”, explicó el cantante irlandés.
Tremendamente incorrecta políticamente
es ‘Killing an arab’ de The Cure. Sí, trata de alguien que ha matado a una
persona, a un árabe, pero se siente fatal al observar el cuerpo inerte.
Inspirada en ‘El extranjero’ de Albert Camus (donde se produce esa situación de
un tipo que ha matado a otro y no sabe ni por qué). Sin embargo, a pesar del
título, no es racista ni anti musulmana, pero fue entendida como tal y provocó
no pocas protestas; durante un concierto en 1979 Robert Smith explicó de dónde
venía la canción y, al menos a los que estaban allí, les convenció. “Trata de
alienación y existencialismo, cosas que entonces nos interesaban mucho; pero todo
ha cambiado mucho desde entonces y la letra parece tener otro significado, pero
no es así; es un error creer que va de racismo o asesinato, nada de eso”,
explicó su autor, quien ha intentado varias veces modificar el verso
convirtiendo ‘killing an arab’ en ‘kissing an arab’ e incluso en ‘killing
another”. Sin duda, en 2019 jamás hubiera escrito esa letra.
También se tiene por irreverente ‘Rock
the Casbah’ de The Clash, que tiene mucha historia. La escribió el batería
Topper Headon, pero ya había sido expulsado del grupo antes de grabarla. Joe
Strummer retomó la canción y le dio un giro total a la letra, ya que la de
Headon era “totalmente pornográfica” y estaba dedicada a su novia (según desveló
un manager de la banda). Así, Strummer se puso a escribir: “El rey les dijo a
los ‘boogiemen’ que nada de tocar raga”, explicó, y añadió que entonces
“recordé que alguien me había dicho que en Irán te castigaban por escuchar
cierta música”; de este modo, la letra habla “acerca de los valientes que se
rebelan contra la prohibición de escuchar y hacer música. En cualquier caso, no
se trata de un desafío.
Una especie de eslogan asociado al rock
es eso de ‘Sex and drugs and rock and roll’, procedente de una canción de Ian
Dury, la cual parece dejar establecido que toda estrella del rock debe ser
excesiva en esas tres cosas. Sin embargo, el propio Ian Dury confesó que es
todo lo contrario, que su intención era “sugerir que en la vida hay más cosas
que esas, pero también más cosas que el trabajo rutinario”. También contó que
Chas Jankel (el pianista del grupo) y él compusieron el tema a partir de un
riff ‘robado’ a Charlie Haden (músico de jazz que trabajó mucho con Ornette
Coleman), pero cuando conocieron a Haden y le comentaron el ‘robo’, éste les
dijo que no importaba, puesto que él había ‘robado’ ese riff a un músico de
cajun (folk de Louisiana y otros estados del sur de USA). En fin, a pesar de lo
que se ha entendido, Dury quiso decir todo lo contrario.
El caso de Pink Floyd y su ‘Money’ es
pura contradicción. El tema es una diatriba contra el dinero, que parece ser la
materialización del mal, sin embargo, con ese discurso contra la pasta ganaron
mucha, mucha pasta; o sea, escribió Roger Waters que el dinero era malísimo,
pero no le hizo ascos mientras engrosaba su cuenta corriente. Sorprende que
hubiera quien entendiera que esa letra era una especie de loa al parné.
CARLOS DEL RIEGO
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