No son pocos los amantes y estudiosos de la historia del rock que coinciden en que la década de los setenta del siglo pasado fue la era dorada de este estilo músico-cultural. Tras el explosivo nacimiento en los cincuenta y el crecimiento deslumbrante de los sesenta, los setenta supusieron el momento de madurez, de creatividad desbordada y de apertura a todos los horizontes. Eagles, Blue Öyster Cult, Boston, Ramones, Pistols, Fleetwood Mac, Thin Lizzy o Kraftwek dejaron canciones eternas que aún estremecen y producen vibración interna
El rock en sus más diversas
modalidades, sinfónico, progresivo, heavy, hard, country-rock, rock sureño…
estaba en su apogeo creativo, lo cual fue como un pinchazo que impulsó la
aparición del punk-rock, que permitió la aparición de la new wave y variantes;
y paralelamente, en Alemania, la música techno también alcanzaba su mayoría de
edad… Sí, hace ya cinco décadas, el rock produjo momentos que han traspasado todas
las fronteras temporales, canciones que no sólo no pierden brillo, sino que
parecen centellear más y se hacen más atractivas con el paso de los años.
El tema más importante de Boston, el
más recordado de su primer álbum y de toda su carrera, es ‘More tan a feeling’,
una obra maestra, un medio tiempo potente y emotivo. Es imposible resistirse a
la exquisita voz del cantante Brad Delp, superpuesta en múltiples capas para
crear armonías increíbles en un imponente estribillo, y a la elaboradísima guitarra
de Tom Scholz, fundador y compositor, quien dedicó n menos de cinco años a la
creación de ese ‘Más que un sentimiento’ que habla de lo que se siente,
precisamente, al escuchar ciertas canciones. Un éxito innegable, imperecedero,
que suena impecable para oídos modernos como lo fue para quienes lo estrenaron.
Y todo, excepto parte de las voces, fue grabado en el sótano-estudio de Scholz.
‘(Don't fear) The Reaper’ (‘No temas a
la Parca’) es una cancón totalmente atípica en la discografía de los
neoyorquinos Blues Öyster Cult. El grupo tiene un montón de temas de potente y
guitarrero rock progresivo que les valdría puesto de honor en los altares del
rock duro; pero también fueron capaces de crear deliciosos y mucho más ligeros
estribillos. ‘(Don't fear) The Reaper’ fue nombrada canción del año por la
revista Rolling Stone, algo muy meritorio en el año 1976, repleto de increíble
música rock. Pocas canciones con la muerte como tema han tenido tanto éxito
comercial, sin embargo esta pieza escrita por Donald Roeser (alias Buck Dharma)
sigue causando la misma sensación en sucesivas generaciones atmósfera única,
alegre pero melancólica, con riffs apasionantes, emocionante solo de guitarra y
armonías memorables.
La banda irlandesa Thin Lizzy merece
el recuerdo por su excelente ‘The boys are back in town’. Pegadiza como muchas otras
de mediados de los 70, se ha convertido en un clásico indiscutible (tiene papel
destacado en la exitosa película ‘Toy story’). Alcanzó el número 12 en el
Billboard Hot 100 e impulsó su álbum ‘Jailbreak’, que finalmente obtuvo el
disco de oro en Estados Unidos. Escrita por el malogrado Phil Lynott, su
combinación de letras contundentes, ritmo acelerado y estribillos irresistibles
la han convertido en todo un clásico.
En1976 The Eagles se convirtieron en
una de las bandas de rock con mayores ventas de todos los tiempos gracias a ‘Hotel
California’. La canción surgió de partes de guitarra creadas por el guitarrista
Don Felder, arregladas bajo influencia de ritmo reggae tipo Bob Marley. El paso
de los años no sólo no le quita brillo y potencia, sino que ya se ha convertido
en icónica, en algo únic, singular, incluso misterioso. Trabajada con minucioso
detalle, la banda modificó varias veces la letra, e incluso cambió la tonalidad
completa de una canción que estaba destinada a cautivar a públicos de todas las
épocas. Fue, y sigue siendo, indiscutible número uno de rock en su forma más
clásica, y con la voz solista del batería Don Felder. El Lp homónimo fue
aclamado por la crítica y lleva vendidos veinte, treinta millones de
ejemplares.
El evocador ‘Go your own way’ de
Fleetwood Mac se lanzó en diciembre de 1976 como anticipo del Lp superventas
‘Rumours’ de 1977. El tema habla del amargo final de la relación entre el
autor, guitarrista y cantante Lindsey Buckingham y la también cantante Stevie
Nicks. Esa dolorosa ruptura dio lugar a un tema inolvidable (igual que las
tormentosas relaciones entre todos los miembros de la banda entre sí produjeron
un Lp imperecedero) que combina pop con toques folk y un ritmo alegre que
contrasta con la intensidad y amargura de la letra. Cinco décadas después ese
estribillo sigue siendo muy estimulante y un punto crucial del pop-rock de
siempre.
También aquel año la música tecno se
expandió desde Alemania por todo el mundo. ‘Radio activity’ (en alemán ‘Radio-Aktivität’
) es el quinto álbum de estudio de los alemanes Kraftwerk, los ‘inventores’ y
divulgadores de la música electrónica y del tecno. Fue lanzado en noviembre de
1975 y fue el primer álbum completamente electrónico de la banda y de cualquier
banda. Desde entonces la m´suica tecno ha dado mucho de sí…
También fue el año de la irrupción
estrepitosa de la música punk, ajena a casi todos los cánones establecidos para
el pop y el rock. El tema punk estadounidense por excelencia es el primer sencillo
de The Ramones, ‘Blitzkrieg bop’, una pieza que aglutina todo lo que ofrece el
punk-rock. Su contrato discográfico fue el primero que firmó una banda punk onante
del nuevo género. Con su contagioso ‘¡Hey ho! ¡Let´s go!’ y su sencilla y
agresiva estructura de tres acordes, fue una declaración de intenciones y un
llamado a la acción para los aspirantes a punk de todo el mundo. Curiosamente
la canción ha tenido mucho más éxito y más recorrido con el paso de los años
que cuando apareció. Y eso que su ‘filosofía’ ha sido copiada y copiada…
Y también Los Sex Pistols hicieron su
aparición (con menos encanto que los anteriores). ‘Anarchy in the UK’ parecía
sugerir que la banda pretendía destruir el ser británico, y así lo entendió la
prensa sensacionalista inglesa. Y eso que el tema tiene mucho más en común con
el hard rock de principios de los 70 que con el incipiente punk-rock. Lo que sí
consiguió fue vender casi sesenta mil copias y la prohibición de ser radiado
por la BBC y de que su discográfica lo retirara del mercado. El resto es más
que conocido.
Estaría bien viajar hasta 2075 y
comprobar si hay canciones de 2025 que sigan escuchándose y vendiéndose como,
seguro, seguirán todas estas.
CARLOS DEL RIEGO




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