El cerdo de Pink Floyd ha dado para muchas chanzas. |
La política y los políticos han sido siempre
objetivo fácil de chanzas, parodias y sarcasmos, y todo indica que así seguirá
siendo en el futuro, pues estas criaturas no necesitan ayuda para ser motivo de
risa. El rock & roll se ha ocupado bastante de los que están al mando, casi
siempre en términos (merecidamente)
despectivos o insultantes, aunque también ha tenido tiempo de burlarse
de ellos
No hay más que echar un vistazo a los mandamases
que ocupan las poltronas de medio mundo para concluir que inevitablemente tienden
a la memez…, si no son ya auténticos zoquetes. Es decir, se trata de gente
fácil de ridiculizar, y eso es precisamente lo que han hecho algunos músicos de
rock, que han conseguido reírse de ellos utilizando excelentes melodías.
En 1977 Pink Floyd publicó su álbum
‘Animals’, cuya temática está basada en ‘Rebelión en la granja’, de George
Orwell. Uno de sus temas es ‘Pigs (3 different ones). Inicialmente, Roger
Waters (ideólogo del álbum) escribió esto sobre una mujer, Mary Whitehouse, que
encabezaba una especie de movimiento puritano que exigía desterrar el sexo de
la televisión. Waters, indignado, pensó que la tal no tenía derecho a decidir
por los demás, ni tampoco a imponerles lo que tienen que ver y lo que no “:.. interfería
en la vida de todos (…) trataba de que la sociedad inglesa volviera a la época
victoriana”, explicó el bajista del grupo. El caso es que, como en el libro de
Orwell, en el ‘Animals’ la gente se divide en perros, ovejas y cerdos, siendo
los cerdos los que se creen autoridades morales legitimadas para imponer sus
ideas a los demás, o sea, como esta mojigata señora (o sea, como el propio
Waters cuando les señala a sus colegas dónde no deben actuar). Pero lo mejor es
que en USA (donde no se tenía idea de la puritana) siempre se pensó que lo de
cerdo iba para el presidente: “Todos asumieron allí que era una burla al presidente,
a Washington, a la Casa Blanca”. Hoy, cuando Waters actúa en USA, aprovecha
esta canción para mostrar imágenes de Trump asociadas al cerdo, e incluso suele
proyectar en pantalla “Trump es el cerdo”. No, no es muy sutil en sus mofas.
Directamente contra los presidentes de
USA y URSS (entonces en plena guerra fría) es el trepidante ‘Two tribes’ (1984)
de Frankie Goes To Hollywood. La letra es de Holly Johnson, que dijo haberse inspirado en la (presunta) creencia del presidente
Ronald Reagan de que Cristo volvería después de una guerra nuclear (puede
parecer disparatado, pero Reagan era así). Las “dos tribus que van a la guerra”
son Estados Unidos y la Unión Soviética, aunque el tema también habla de
intereses económicos, de petróleo, del horror como nueva forma de
entretenimiento. Pero la burla más evidente está en el magnífico vídeo de la
canción, en el que dobles de Reagan y Chernenko combaten en el ring jaleados
por árabes, judíos, banqueros…; la ridiculización de todas estas figuras, de
todos estos estereotipos resulta muy gratificante.
El actor-presidente Ronald Reagan
también mereció la chanza de Ramones en una de las pocas veces que el grupo
salía de su universo; fue en su ‘Mi cerebro cuelga boca abajo (Bonzo va a Bitburg)’,
de 1986. Joey, Dee Dee y el productor Jean Beauviour idearon la canción para
protestar y burlarse de Ronald Reagan cuando anunció su visita al cementerio de
la ciudad alemana de Bitburg, donde están enterrados oficiales de las SS y
donde Reagan y Kohl depositaron una corona de flores. El caso es que Reagan
había protagonizado en 1951 una película titulada ‘La hora de dormir de Bonzo’
(‘Bedtime for Bonzo’), en la que Bonzo es un chimpancé, de modo que Joey Ramone
relacionó la incomprensible visita a ese cementerio con la película,
convirtiendo a Reagan en el chimpancé Bonzo: ‘Bonzo goes to Bitburg’,
burlándose y abochornando públicamente al entonces presidente de USA. Claro que
Jonnhy Ramone se negó siempre a tocar esta canción, ya que era muy republicano
y fan incondicional de Ronald Reagan.
Más allá de la sátira, el ‘God save the
Queen’ de los Sex Pistols es una provocación cantada en un tono entre iracundo,
desafiante y divertido. Es sabido que el texto ataca a la corona, a la Reina, a
los símbolos británicos, a la política de aquel momento (1977). El punk estaba
canalizando la rabia en que se había convertido la insatisfacción juvenil, y
esta pieza encajaba como un guante en ese ambiente, ya que el ataque a lo
inglés era jaleado por todo joven punk (abundantísimos entonces) y molestaba
muchísimo a la realeza y a las aristocracias británicas; además, el cantante
pronunciaba ‘save’, salve, como ‘shave’, afeitar, con lo que el verso quedaba
‘Dios afeite a la Reina’.
Hay unos cuantos títulos más en los que
los autores de rock se chotean de los políticos, pero tuvieron menos
repercusión. Si acaso se puede recordar al dúo alemán (con cantante español) DAF,
que en 1981 publicaron su ‘Der Mussolini’; con sonido techno sencillo, agresivo
y muy conectado a las tendencias de su tiempo, el texto es minimalista, simple
y desenfadado: “Arrodíllate, mueve las caderas, aplaude. Baila el Mussolini,
baila el Adolf Hitler”; ¿alguien se imagina a estos dos tipos bailando?
CARLOS DEL RIEGO
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