La vibrante y e identificativa portada de 'Abraxas' que Carlos Santana escogió por su contenido místico y simbólico. |
Las llamas que 'luce' el especialista son reales e incluso hubo que prenderle fuego hasta quince veces. |
Cubierta del superventas de Fleetwood Mac con esas enigmáticas bolitas colgando de la entrepierna de Mick. |
Esa imagen del primero de Joy Divison es la representación de la radiación de un púlsar. |
New Order indentificó la seducción que producen las flores con la que producen el poder, la corrupción y las mentiras en la persona. |
La amplia superficie de la carpeta de cartón
en que se presentaba (se presenta) el clásico elepé de 33 revoluciones por
minuto fue casi siempre muy bien aprovechada por fotógrafos y artistas
gráficos, que convirtieron muchas de ellas en auténticas obras de arte. De este
modo, existen unas cuantas fachadas de discos que, además de poseer un valor
iconográfico evidente (pues terminan por asumir la personalidad del grupo o
solista), cuentan con su propia historia, con su propia razón de ser. Por otro
lado, dado que la década de los setenta del siglo pasado se asocia a los años
dorados del rock, al menos según muchos especialistas, es lógico que muchas de las
grandes obras de arte pensadas para ilustrar el frontal del álbum correspondan
a esa época y alrededores. Claro que para que una portada se convierta en
símbolo tiene que ser, además de algo especial por sí misma, el escaparate de
una gran obra musical, es decir, debe asociarse a un disco para el recuerdo.
El
sonido mestizo, cadencioso y guitarrero de Santana llega a uno de sus momentos
álgidos con el Lp ‘Abraxas’ en 1970, el cual es siempre recordado tanto por sus
canciones como por su espectacular y vibrante portada. Ésta es una adaptación
de la pintura ‘Anunciación’ que el artista alemán Mati Klarwein presentó en
1961. Este ‘collage’ trata de revisar elementos simbólicos, culturales y
artísticos de diversas culturas del mundo. El propio Carlos Santana explicó que
escogió está obra porque es “una bella representación de la Anunciación del
Arcángel Gabriel a María; la Virgen es la mujer negra que ocupa el centro y
Gabriel el ángel de blancas alas que cabalga sobre unas congas”. Ah!, Abraxas
es el nombre de una diosa de la fe gnóstica y se menciona en un libro de
Hermann Hesse. Es ya, en fin, una imagen clásica del rock.
¿Quién
no podría describir la foto de la portada del ‘Wish you where here’ (1975) de Pink
Floyd? No es atrevido afirmar que es una de las imágenes más observadas y escudriñadas
por los que alguna vez compraron este imprescindible Lp. Pero ¿qué significan
los tipos trajeados saludándose y ardiendo? Diseñada por la firma Hipgnosis (en
cuyo catálogo aparecen otras obras que todo aficionado al rock identificaría al
instante), sus autores se inspiraron, al parecer, en las propias letras del
álbum, que esencialmente trataban de hipocresía y ausencia, refiriéndose sobre
todo a la falta de integridad de la industria discográfica y a la ausencia de
Syd Barret. Por ahí va la idea que trata de transmitir esa imagen de los dos tipos
con aspecto de hombres de negocios que cierran un trato en una calle desértica,
vacía; pero uno de ellos está en llamas y, aunque trata de disimular, está más
apurado de lo que aparenta. Las llamas no son añadidas sino reales: los que
asistieron a la sesión fotográfica contaron que habían contratado a un
especialista para que se dejara quemar para la foto, lo malo es que el hombre
debió terminar bastante ‘hecho’, puesto que tuvo que chamuscarse hasta quince
veces, que son los intentos que precisó el fotógrafo para que la emblemática imagen
gustara a todos. Seguro que el especialista no ha dejado de presumir…
Otra
cubierta inconfundible es la que presenta el exitoso ‘Rumours’ de Fleetwood Mac,
grabado en 1977 durante los escasos ratitos en los que los integrantes del
grupo no estaban peleándose y/o consumiendo. En realidad, esta portada, al
igual que muchas otras, no tiene ningún significado especial a pesar de que
parece una pose muy preparada. Lo que sí tiene su aquel son las pelotitas que
cuelgan de la entrepierna de Mick Fleetwood; según él mismo desveló, encontró
esas pelotitas en el extremo de la cadena de un wáter, le gustaron y se las
llevó, de modo que desde ese momento las ‘lució’ en casi todos sus conciertos,
hasta que se convirtieron en algo así como un amuleto; pero un día las perdió, y
sintió tanto la pérdida que encargó a un carpintero unas bolas nuevas. ¡Qué
cosas!
Una
imagen mucho más ‘seria’ y que con el tiempo se ha convertido en el sello del
rock siniestro y depresivo de Joy Divisiñon es la de su primer disco, ‘Unknow
pleasures’ (1979). Esa especie de mapa es en realidad algo así como la
interpretación que un radiotelescopio hace de las señales que emite un púlsar
(que es un tipo de estrella enorme que gira y emite radiación); concretamente
la utilizada para esta enigmática portada es la del primer púlsar descubierto,
en 1967, y fue tomada de la Enciclopedia de Astronomía de 1977 de Cambridge.
Resulta sorprendente que esas líneas blancas sobre el negro tengan ese
atractivo misterioso, inquietante, oscuro…, en realidad como las canciones de
Joy Division.
El
grupo que surgió tras el fin de Joy Division es New Order (también aficionado a
las imágenes misteriosas), que en 1983 publicó su segundo Lp, ‘Power, Corruption
& Lies’. Ideada igual que la anterior por Peter Saville, uno de los
fundadores del sello discográfico Factory, muestra la obra ‘Cesto de rosas’ del
pintor francés del XIX Fantin-Latour. Cuando desde el grupo le dijeron el
título, él pensó en algo maquiavélico, en un príncipe sibilino, así que fue a un
museo a buscar retratos que sugirieran poder, corrupción y mentiras, pero nada
le convenció. Al salir del museo Peter y su novia vieron en una postal esa
pintura de Fantin-Latour, entonces ella sugirió esa imagen en tono de broma y,
de repente, Saville lo vio claro: el poder, la corrupción y las mentiras tienen
tanto poder de seducción como las flores, y pueden entrar en la vida de las
personas tan fácilmente las rosas. Eso sí, los cuadraditos de colores del
ángulo superior derecho, que parecen un pixelado y contrastan brutalmente con
el delicado ramillete, son originales y típicos del grupo.
Sí,
las portadas de los discos no sólo los identifican, sino que en algunas
ocasiones tienen su propia historia, su propia vida.
CARLOS
DEL RIEGO
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