Bob Dylan escribió 'Wanted man', 'Buscado', y Johnny Cash la convirtió en clásico |
El huido de la justicia, el que no
quiere enfrentarse a las consecuencias de sus actos suele proceder de la
delincuencia común, aunque en los últimos tiempos se han visto por el mundo
otras modalidades de prófugos, como los que se refugian en embajadas
extranjeras con intención de no volver a pisar la calle. El caso es que eso de
echar a correr cuando se le ven las orejas al ‘lobo con toga negra’ parece
haberse convertido en un deporte muy popular en España, especialmente entre
cierto tipo de politicastros que, tras quebrar la ley, han puesto tierra de por
medio sin mirar atrás ni preocuparse por los que se quedaron. Correr, huir, escapar,
esconderse de la justicia parece el primer objetivo de la figura del prófugo,
personaje al que el rock & roll ha sacado partido en forma de inolvidables
canciones.
Muchos de los títulos que hablan de la
huida se refieren, ante todo, a relaciones sentimentales, aunque de casi todos
se pueden extraer versos que, en realidad, también sirven para identificar al
que se marcha para no tener que declarar. Por ejemplo el fantástico ‘Can´t you
see’ (1973) de los siempre reconfortantes Marshall Tucker Band; considerada una
de las mejores piezas de rock sureño, la deliciosa melodía (¡y esos arreglos!) permite
cantar frases tan elocuentes como “voy a subir a un mercancías sin que importe
a dónde va”, “voy a esconderme en una montaña (…) a meterme en un agujero de la
pared”; cierto que todo es por lo que “esa mujer me está haciendo”, pero vale
también para el que quiere perderse por cualquier motivo. Es contrario a lo que
transmite el clásico ‘Nowhere to run’ de Matha & The Vandelas de 1967 (inquietante
la versión que se escucha en la peli ‘The Warriors’), que más o menos explica
que “no hay sitio a donde correr ni donde esconderse, pues allá donde miro,
allá donde voy, siempre estás”…, o sea,
más o menos indica al fugado que no hay escondite donde se pueda estar
tranquilo.
Chicago, con su ‘Run away’ de 1979
aconseja que te largues, que dejes todo atrás y seas libre; aunque no
especifica por qué, el mensaje le viene muy bien a todo fugitivo: “deja atrás tus problemas y corre por tu vida para no volver nunca (…)
lárgate, haz caso a la voz que te lo dice”. Más explícito es Paul McCartney en
su ‘Band on the run’ (1973), en cuyo texto se lamenta de su triste condición de
preso, después promete dar todo a beneficencia si alguna vez sale de la cárcel
para, finalmente, conseguir que toda la banda escape y que nadie les encuentre,
aunque “el juez del condado nunca dejará de buscarnos”, o sea, el evadido
siempre vivirá con la amenazante espada de Damocles sobre su cabeza.
En 1967 The Equals y en 1980 The Clash
aportaron la visión del que no puede pensar en otra cosa que en la policía pisándole
los talones, y repite obsesivamente “corriendo siempre con la poli a la espalda
(…), siempre corriendo, lunes, martes, miércoles… siempre con la policía
detrás”; claro que al principio explica el por qué de la huida: “hubo un
tiroteo y la víctima ya no volverá”, así que el tipo se resigna a correr y
correr…, hasta que le pillen. Algo parecido cuenta Steve Miller Band en ‘Take
the money & run’ (Coge el dinero y corre, 1976), en la que dos jóvenes
amantes dan un palo en una casa y disparan al dueño, agarran la pasta y corren,
pero el sheriff de Texas comienza entonces a perseguirlos; lo curioso es que el
policía no quiere que se despilfarren los impuestos del ciudadano, así que
nunca cesará la caza.
Aunque firmado por Bob Dylan, el errante
‘Wanted man’ es uno de los grandes clásicos de Johnny Cash, quien incluso grabó
este ‘Buscado’ en la prisión de San Quintin en 1969. El tema es una continua
huida por todo Usa de estado en estado: “buscado en California, buscado en
Buffalo, en Kansas, en Ohio…”, siempre huyendo y desconfiando: “si me ves y me
reconoces, no se lo digas a nadie, porque soy un prófugo”; pero como no hay una
buena fuga por Estados Unidos que no pase por México: “tras parar en El Paso,
tomé el camino equivocado a Juárez, con Juanita en mi regazo”. Sólo le falta el
‘dead or alive’, vivo o muerto. En todo caso la pieza parece confirmar esa
vieja amenaza: ‘puedes correr pero no esconderte’.
Escapar, correr, esconderse se ha vuelto
una actividad popular en España para ciertos personajillos que, si tienen en cuenta
los mensajes de estas canciones, verán que lo que les espera no es nada
deseable.
CARLOS DEL RIEGO
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