Icono del rock, Deep Purple ha aportado muchos himnos, el primero de los cuales fue 'Black night'. |
Todo movimiento, asociación o idea
necesita (hoy más que nunca) de símbolos para determinar su identidad, para
diferenciarse, y entre esos símbolos están las banderas, los lemas, las figuras
emblemáticas…, y cómo no, los himnos, piezas musicales que evocan, sugieren,
identifican y, por sus adeptos, son honradas y celebradas. Dentro de la ciudad
del rock & roll cada barrio tiene su propia simbología y, lógicamente, sus
canciones históricas, sus títulos emblemáticos, esos que casi consiguen que el
fan se ponga firme cuando suena la entrada. En la calle del rock duro (hard,
metal, heavy o como se prefiera), se tiene una especial querencia por los
‘tiempos heroicos’, lo que conduce a la glorificación de ciertas canciones que
se tienen por las que primero expresaron el espíritu del género y que, por su
elevación a la categoría de clásicos, siempre serán aclamadas. Sin duda cada
vecino de esta calle tendrá sus preferencias, pero seguro que todos coincidirán
en otorgar la condición de himnos legendarios a unos cuantos títulos que, sin
duda, son ya fijos en el ideario de los residentes en tan ruidosa vecindad.
Puede decirse, ciñéndose al territorio
del heavy, que existe algo así como una prehistoria, unos antecedentes; así, no
es disparatado señalar que el ‘You really got me’ (1964) de The Kinks empezaba
a anunciar el género e incluso a esbozar alguna de sus peculiaridades; también
ahí pueden caber auténticos duros como Iggy & The Stooges o MC5. Pero los
temas que antes consiguieron el estatus de himno (y no lo han perdido con el
paso de los años) son los que a finales de los años sesenta ya contaban con
casi todos los parámetros y singularidades que hacen fácilmente reconocible al
heavy metal, a la vez que lo distingue de otros estilos más o menos afines.
Por ejemplo, el riff de guitarra del
‘In a gadda da vida’ (1968) de Iron Butterfly es cien por cien heavy e
igualmente muestra otros factores típicos, como los pasajes instrumentales con
largos solos (de batería, de guitarra, de órgano) que obsesivamente vuelven a
la machacona línea melódica; este modo de estructurar la canción será una
constante en los grandes grupos de esta especie, sobre todo en directo, donde
lucen más todos los excesos; puede afirmarse que se trata del primer auténtico
heavy metal. Era un tema, en fin, que siempre se colocaba en el plato
giradiscos cuando se trataba de impresionar a otros lunáticos del rock.
Evidentemente no puede faltar Led
Zeppelin entre los pioneros del metal pesado, pues pueden presentar varias
canciones que desbordan simbología para el amante del rock más musculoso, sin
embargo, quizá sea ‘Communications breakdown’ (1969) la que puede situarse
entre las verdaderas precursoras; no en vano el toque insistente de guitarra
(no tan fácil como parece), la voz aguda, la presencia del bajo en primera
línea y un golpe de batería tan poderoso como preciso, fueron considerados
elementos imprescindibles para todos los que se subieron a tan ruidoso tren. Podría
decirse que fue de las primerísimas canciones que provocaron la aparición del
‘air guitar’.
Otro nombre esencial en la construcción
de tan sólido edificio es Deep Purple, que puede presentar también un
impresionante listado de himnos, aunque el pionero no puede ser otro más que su
trepidante e iniciático ‘Black night’ (1970). Banda de referencia, con este
tema tomaba protagonismo en esta nueva ramificación del rock & roll; su
inconfundible línea de guitarra, su prominente sección de ritmo, la voz
cristalina, los cortes…, y los solos, nada ha perdido magnetismo para los más
puristas. Aunque haya quien no se lo crea, esta canción sonaba en discotecas
españolas en los primeros años setenta…, ¡y la gente bailaba!
Entre aquellos que abrieron camino hay
que citar el ‘Paranoid’ de Black Sabbath (1970). Riff de entrada, voz en tono
alto, ritmo y bajo potentes y siempre presentes…, todo encajaba, pero además,
esta canción aportaba una temática sombría e inquietante. Si en los primeros
momentos los himnos metálicos hablaban de relaciones y de amor, pronto
empezaron a frecuentarse asuntos menos amables, como la violencia, la pasión
por la carretera, las drogas o, como es el caso, los desarreglos mentales. Es
curioso que en ella no se mencione el título. Igualmente sorprende que
pareciera tan fuerte entonces, pues hoy se encuentran piezas pop bastante más
ruidosas.
No es un tema que, en puridad, se
ajuste a lo que se entiende como heavy, pero el ‘Roadhouse blues’ (1970) de The
Doors siempre tendrá un sitio en el corazoncito de todo fan irredento de este
invento. Y es que esa guitarra con que arranca se expresa en el lenguaje indicado,
algo que casa a la perfección con lo que el incondicional del rock más brusco exige
a una canción para ser considerada himno. Esa media docena de notas que la
identifican eran ejercicio obligatorio de todo el que comenzaba con la
guitarra…
Si se escuchan estas cinco canciones
seguidas podrá uno situarse perfectamente en aquellos últimos momentos de los
años sesenta del siglo pasado, cuando los más avanzados daban forma a un estilo
que, tanto tiempo después, sigue usando los mismos recursos.
Después vinieron otros temas que bien
pueden tener la categoría de himnos, pero estos fueron los primeros (o están
entre los primeros), los que antes delimitaron las bases y las características
más específicas del metal pesado.
CARLOS DEL RIEGO
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