Don McLean hizo en su recordado 'American pie' un homenaje a muchos gigantes del rock. |
Desde que existe el arte muchos han
sido los artistas que han querido reivindicar su oficio, de modo que han mostrado
referencias al mismo en sus obras de un modo más o menos explícito. La
actividad del escriba egipcio se ve reflejada en múltiples textos jeroglíficos;
los escritores hablan de otros escritores, mencionan sus libros y no es raro
que la propia literatura tome papel en la trama de novelas o piezas teatrales;
los pintores, en cuanto toman conciencia de la valía de su arte, gustan de
autorretratarse y, muy habitualmente, colocan en primer plano útiles de
pintura, las manos del artista o (como Velázquez en Las Meninas) al propio
pintor, que se representa orgulloso en pleno ejercicio de su labor. La música
rock, disciplina artística joven por varios motivos, no podía dejar de hablar
de sí misma, de sus virtudes, de sus grandes nombres.
Así es, los que crean ese tipo de
canciones miran mucho hacia su oficio a la hora de escribir la letra, y siempre
con una visión elogiosa, aduladora. Y esto ha sido así desde el primer momento,
como demuestran títulos tan emblemáticos como el pionero ‘Rock & roll
music’ (nada de jazz, ni mambo, ni tango…) de Chuck Berry, uno de los tipos que
sentaron las bases de este negocio; e igualmente puede decirse del ‘Jailhouse
rock’ de Elvis, en el que ni en la cárcel se resiste el encanto del rock. Claro
que también hay muchos temas que mencionan el término r&r como un elemento
más del paisaje, sin darle mayor relevancia, como el poderoso ‘Rock & roll’
Led Zeppelin, o el ‘R&r high school’ y otras de Ramones; algunos han tenido
gran éxito como lema, como grito de guerra, así el ‘Long live rock & roll’
de Rainbow o el inevitable ‘I love rock & roll’ que Joan Jett convirtió en
himno.
Pero entre la larga lista de títulos
que de un modo u otro identifican la forma y el contenido, vale la pena
detenerse en algunos de los que juegan con momentos, personajes o
características que todo aficionado reconoce y agradece. Una de las piezas que
más se adentran en este universo es el clásico de Don McLean ‘American pie’
(1971). Como todo iniciado en este asunto sabe, su texto gira en torno a “el
día que murió la música”, entendiendo como tal aquella infausta fecha en la que
Buddy Holly, Ritchie Valens y Big Bopper murieron en accidente; y además aparecen,
de modo más o menos evidente, Elvis, Beatles, Dylan, Stones y otros tipos de
esa talla. La voz afable de Don, la preciosa melodía y el contagioso estribillo
consiguen que, tanto tiempo después, siga agradeciéndose su escucha.
Las maravillas del rock de siempre, el
de los buenos tiempos, es lo que enaltece Bob Seger & The Silver Bullet
Band en su incondicional ‘Old time rock & roll’ (1978). Con un ritmo y un
ambiente perfectamente adecuados, el septuagenario roquero estadounidense lo
expresa con claridad meridiana: “Saca esos viejos discos (…) que escucharé yo
solo. La música de hoy no tiene el mismo sentimiento. No me lleves a una disco
(…), en diez minutos estaré buscando la puerta. Lo que me gusta es el r&r
de los viejos tiempos, ese tipo de música que alivia el alma”. Imposible
decirlo más claro.
Abanderado del rock por el rock, AC DC,
le ha cantado en múltiples ocasiones. Una de ellas es el ‘For those about to
rock (we salute you’) de 1981. Parodiando el grito de los gladiadores romanos ‘¡los
que van a morir os saludan!’, la inefable banda australiana propone uno de sus
clásicos ritmos lentos, sobre los que resuenan impíos guitarrazos que conducen
al coro “saludamos a todos los rockeros”,
soltando aquí y allá consignas que son contraseñas que el enardecido oyente
interpreta con gran satisfacción, por ejemplo “los cielos arderán con el sonido
de la guitarra”, o “las cabezas van a rockanrolear
esta noche”, o eso del “fuego de la guitarra”. Los Young, además de esta
canción, han compuesto muchas otras con esta temática, lo que demuestra su
agradecimiento a la música que los condujo al éxito y los mantiene tanto tiempo
tan arriba.
No se puede olvidar el emocionado
tributo que los españoles Barón Rojo (gloria del heavy más académico cantado en
español) hicieron a los más significados héroes del rock. Entre otros títulos
con esta causa, los madrileños publicaron en 1982 su ‘Concierto para ellos’; en
su imaginación heavy hacen que las campanas de AC DC no sólo doblen por Bon
Scott, sino también por Janis, Lennon, Allman, Hendrix …, y estas campanadas,
dicen ellos, se escuchan “en cada concierto de rock & roll”. No cabe duda,
los de Castro y compañía tienen sangre tipo Fender positivo o Gibson negativo.
Los Rolling Stones parecen quitarle
importancia al invento con el tan socorrido ‘Es sólo rock & roll, pero me
gusta’ (1974), sin embargo la cosa es mucho más retorcida. Primero dice “Si
pudiera cantarte una maravillosa canción de amor, ¿bastaría para engañar a tu
corazón?, ¿si me derrumbara y llorara?”, y luego el ambiente se vuelve
sangriento: “Si me clavara un puñal en el corazón y me suicidara en el
escenario, ¿bastaría para tu lujuria adolescente?” Pero todo se resuelve con el
infinitamente compartido ‘Es sólo…, pero…”. Jagger dijo que el texto se refiere
a los que continuamente les dicen lo buenos que son, de modo que él responde
con esa afortunada frase. Es de destacar que la idea de tan clásico título
parte de… ¡John Lennon!
Sí, a los músicos de rock les apasiona
hablar de su oficio.
CARLOS DEL RIEGO
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