En 1955 Chuck Berry mostró de qué iba y cómo había que hacer esto del rock & roll
Hace setenta años el gran Chuck Berry
abrió la puerta, y hace sesenta Dylan, Beatles y Rolling Stones ampliaron los
horizontes y posibilidades del estilo que miles de grupos y solistas en todo el
mundo no han dejado de recorrer desde entonces
Las novedades, o sea, todo aquello que
modifica o evoluciona lo establecido, causa atracción, pero también una
sacudida y, no pocas veces rechazo. Tales sentimientos tuvo que experimentar la
sociedad estadounidense y mundial cuando a mitad del siglo pasado aparecía algo
que los jóvenes llamaban música y los no tanto definían como ruido insoportable.
El rock había comenzado a girar alrededor del reloj algo antes, pero justo en
1955 un tipo del sur publicó su primer disco con una canción que señalaba el
nuevo camino.
Una melodía tradicional inspiró al
gran pionero Chuck Berry para escribir y grabar el tema ‘Maybellene’, su primer
single, en 1955. Esta canción aportó bases y modos, fondos y recursos,
herramientas y formas en las que se basó todo el rock posterior, o sea, todo el
rock. Un tipo que escribe sus propias canciones (por cierto, la mencionada
venía originalmente firmada por otros dos, el periodista Alan Freed y otro,
pues era esta una forma de pago por su difusión radiofónica), y capaz de crear
estribillos pegadizos cantados a gran velocidad era aun algo nuevo; tan
novedoso como lo que mostraba el hoy ya setentón ‘Maybellene’: melodía y
estribillo simples y pegadizos, riff de entrada de guitarra inconfundible y muy
dinámico que se convirtió en paradigma, una gran personalidad en lo sonoro y lo
rítmico, un solo instrumental perfecto para retorcerse y dejarse llevar…, y
para redondear la original oferta, la letra iba de coches, chicas, velocidad,
todo irresistible para aquellos adolescentes (por cierto, al parecer
‘Maybellene’ era una vaca que protagonizaba canciones de cuna que de pequeño le
cantaban al inolvidable Chuck). Todo era fresco, diferente, atrevido, tanto que
la idea resultó irresistible para las siguientes generaciones en todo el
planeta. Con ese iniciático tema, Berry no hizo sino mostrar nuevos modelos.
Fue un momento clave, pues desde entonces no ha habido nadie que se dedicara a
este negocio que no copiara algo suyo. Claro que él también se inspiró (más o
menos) en lo que antes habían hecho otros.
Una década después, en 1965, se
produce en el nuevo estilo no una sino tres sacudidas con tres protagonistas,
Bob Dylan, The Beatles y The Rolling Stones, cada uno de los cuales presentó a
la cultura del siglo XX brillantes y apasionantes posibilidades con otras
tantas canciones.
Un joven Bob Dylan (24 años) lanzó en
junio de ese año ‘Like a rolling stone’, un tema excelso en el que el autor perfiló
la silueta de la figura del cantautor (aunque nombres como Woodie Guthrie o Joe
Hill ya habían dado los primeros apuntes). La letra de aquel tema ya no se
queda en disfrutar, en beber y divertirse, en chicas y coches, nada de eso,
sino que se vuelve profunda e incluso filosófica, pues el texto se burla cruel
y cínicamente de aquella que era la reina de la fiesta y ahora no tiene ni
casa: “¿Qué se siente al estar solo, sin domicilio, como un completo
desconocido, como un vagabundo?”, dice su letra. La melodía y una atmósfera
limpia desembocan en algo sorprendentemente fácil de asimilar. Y además se
atreve con una duración inusitada, más de seis minutos. La irrupción de esa
pieza marcó un antes y después.
Sólo había pasado un mes cuando The
Beatles (tan jóvenes como Dylan) lanzaban otra canción esencial, ‘Help’. Es una
tonada que engancha y no suelta: hay personas en todo el mundo que la han
escuchado muchos miles de veces y, sin embargo, agradecen y sienten algo
especial cuando suenan sus primeros compases. La obra la integran una brillante
melodía y una letra que tampoco se conforma con explicar lo bonito que es todo,
sino que representa una llamada de auxilio de alguien que se siente agobiado,
sobrepasado por todo lo que le está pasando. Lennon escribió el texto y siempre
tuvo un gran cariño por ese tema. Volvía a ser evidente que una buena partitura
entra más profundamente cuando sustenta unos versos cargados de sentimiento
sincero, y todo ello presentado con naturalidad y sin artificios. La cosa
parece fácil, pero en la práctica es extremadamente difícil…, hace falta tener un
talento desbordante y, además, ilusión, ganas, trabajo..., no, no está al
alcance de cualquiera. El pop y el rock giraron desde ese momento,
modificándose el rumbo a la hora de componer y escribir.
En mayo de aquel señalado 1965 The
Rolling Stones proponían otra posibilidad: letra descarada, casi explícita y
muy provocativa, un riff de guitarra agresivo, desafiante, un sonido general
más bien sucio, ruidoso, y una letra rotunda. Así es ‘Satisfaction’, cuya letra
dice: “lo intento, lo intento, lo intento…, pero no puedo conseguir satisfacción”.
Es una forma con la que los más gamberros y protestones, los insatisfechos y
los que nos se conforman, pueden expresarse mediante el rock & roll, casi
escupiendo, casi insultando. La potencia del ritmo, lo pegajoso del riff, la
personalidad de la voz hicieron de este título otro emblema que fue como una
señal que miles de jóvenes en todo el mundo comprendieron y siguieron.
Está claro que todos los mencionados
son y serán considerados los verdaderos creadores de esa música surgida en el
siglo XX que se convirtió en algo más, en algo
que modificó y dio pie a nuevos hábitos y culturas, negocios,
inquietudes y artes. Ellos hicieron el trabajo más difícil en esos dos momentos
clave: el 55 y el 65 concibieron nuevos caminos artísticos hoy tan transitados.
CARLOS DEL RIEGO
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