miércoles, 4 de enero de 2023

CORTARSE UN MECHÓN DE PELO PARA PROTESTAR ES BUENISMO, POSTUREO, NO BONDAD

 

Un inútil gesto de buenismo que no va a tener ninguna consecuencia

En los últimos tiempos se ha hecho my común en occidente realizar gestos llamativos que pretenden ‘combatir’ situaciones indeseables. Recientemente y con motivo de la muerte de una joven en Irán por llevar mal puesto el velo, no pocas mujeres de prestigio se grabaron cortándose un mechón de pelo, un  inútil gesto de buenismo que, evidentemente, no sirve para nada, pues los ayatolás y demás fanáticos islámicos no van a cambiar sus modos a causa de los mechones de pelo cortados

El de la desgraciada chica asesinada en una comisaría iraní es una muestra evidente de lo que sucede en los países en los que impera la más brutal ley islámica. Tan terrible suceso movió a no pocas mujeres a llevar a cabo un acto de buenismo: cortarse un poco de su cabello… Seguramente con eso se sintieron mejor, confortaron su conciencia y, en fin, se convencieron de haber contribuido a la erradicación del machismo extremo que se vive en esos países. Sin embargo, como todos los gestos buenistas, es más hipócrita que otra cosa, puesto que está encaminado a su difusión, a que el protagonista aparezca como una persona solidaria y comprometida, es decir, el buenismo no tiene más objetivo que quien lo ejerce, no pasa de ahí. Ni siquiera vale el pretexto de hacer visible el problema, ya que es de dominio público mundial.

Y es que eso es el buenismo: pose, propaganda y autobombo, postureo, foto, teatro, y nada tiene que ver con la bondad. El que ejerce ésta no lo difunde, se calla la boca y lleva a cabo una acción positiva que beneficia directamente al prójimo, mientras que el buenista sólo habla y dice lo que hay que hacer, ejecuta escenificaciones grandilocuentes, llamativas, espectaculares…, pero no pasa de ahí, puesto que ir más allá, o sea, hacer en lugar de hablar cuesta, mientras fotografiarse no cuesta nada y proporciona buena imagen. En definitiva, el buenismo no es bondad, al revés, es sólo apariencia y por tanto contrario a la acción solidaria.

El buenismo se da mucho en la política; por ejemplo cuando tal partido proclama que se ha propuesto acabar con las agresiones machistas, lo cual es una pretensión imposible, pues si tal cosa fuera viable lo sería también acabar con los robos, con la guerra, con el hambre, con el asesinato… Puro buenismo, sobre todo teniendo en cuenta que siempre se esgrime como arma la educación; sin embargo, la educación (necesaria, imprescindible, obligatoria, inexcusable) es una guía moral, un código de conducta, pero no una cadena que ate al buen camino, es decir, abundan los delincuentes con excelente educación.

La bondad es otra cosa. No necesita propaganda y se practica sin altavoz, sin fotos, sin cámaras, mientras que el buenismo depende de la difusión mediática, de hecho, eso es todo lo que consigue, salir en las redes y en la tele. La escenificación del gesto es su único objetivo real. 

CARLOS DEL RIEGO

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