domingo, 12 de junio de 2022

FENDER Y LES PAUL IMPULSARON, A SU PESAR, LA APARICIÓN DEL ROCK & ROLL

 



Leo Fender en su taller de reparación de radios, donde creó la primera guitarra eléctrica de cuerpo macizo


Les Paul tocando la primera Gibson que llevaba su nombre

Casi todos los amantes del rock & roll responderían igual a la pregunta sobre cuál es el instrumento emblema del rock  roll: la guitarra eléctrica. Y si se piden marcas, todos empezarían con Gibson y Fender, o al revés. La historia de estos instrumentos es la historia de EE UU en la era de la posguerra, la cual se exportó por sí misma a todo el mundo, provocando, muy a pesar de sus inventores, la aparición del rock & roll

 

El periodista musical y experto en el rock & roll Ian S. Port, ha publicado un libro en el que explica cómo nació el rock en función de los legendarios constructores de guitarras Fender y Les Paul, además de la rivalidad entre ellos y cómo influyeron en la ‘forma’ del r & r (‘The birth of loud: Leo Fender, Les Paul, and the guitar-pioneering rivalry that shaped Rock ‘n’ Roll’). En él se desvela que ni uno ni otro pensaban en otra cosa que no fuera country o jazz, de manera que cuando sus inventos se convirtieron en instrumentos de un sonido ruidoso, engreído, descarado y agresivamente nuevo, se sintieron decepcionados, frustrados. Sin embargo, en poco tiempo se dieron cuenta del potencial de sus guitarras, comenzando entonces a rivalizar por convencer a las incipientes estrellas del rock y afines para que usaran una u otra: desde el bluesman Muddy Waters hasta Buddy Holly, Dylan, Beatles o Eric Clapton, recibieron las recomendaciones de Fender y Les Paul.

 

Según el autor, el triunfo de la guitarra eléctrica se debió, en gran parte, a que dio poder a los músicos individualmente como nunca antes se había visto; hasta entonces, el músico era uno más de la banda, pero con la irrupción de esa guitarra y el r&r los integrantes del grupo vieron aumentar su personalidad y presencia, de manera que empezó a interesar quién era el guitarrista, el batería… En los años posteriores a la Segunda Guerra Mundial, la música estaba evolucionando desde el jazz de grandes bandas al rock 'n' roll, y estos estilos más ruidosos exigían instrumentos revolucionarios. A finales de los años 40 y primeros 50 las guitarras eléctricas de cuerpo sólido, ideadas por Fender y Les Paul, se popularizaron por todo EEUU, pues todo tipo de bandas sucumbieron a la potencia e infinitas posibilidades que proporcionaba.

 

Leo Fender (1909-1991) era desde niño un apasionado por las máquinas y sus entrañas. Sin que casi nadie le enseñara, se convirtió en hábil reparador de radios, a pesar de que tenía un ojo de cristal. Siempre tuvo pasión por el funcionamiento de las cosas, empezando por los aparatos de sonido, luego por la megafonía y la amplificación y posteriormente por el diseño y construcción de instrumentos. No tocaba ninguno, de modo que su impulso para idear uno nuevo no vino de su inquietud artística, sino técnica; así, fue su curiosidad y su destreza en el manejo y reparación de aparatos eléctricos en su tienda en California (‘Fender radio service’) lo que lo llevó a la creación de una guitarra.

 

Les Paul (1915-2009) era ya un joven y prometedor guitarrista de jazz en los años 30 del siglo pasado. Tocaba en cualquier sitio, incluyendo bares y restaurantes; tras una de esas actuaciones, alguien le dejó una nota: “Tu forma de cantar y tocar, tu voz, tu armónica e incluso tus chistes están muy bien, pero tu guitarra no suena lo suficientemente fuerte”. Esto afectó profundamente al joven Les Paul (Lester Polsfuss), quien inmediatamente se fue a casa pensando en ese mensaje; tomó su guitarra acústica y, de alguna manera, consiguió conectarla a la radio (al parecer usó una aguja de fonógrafo acoplada a un cable), con lo que consiguió amplificar el sonido, logrando la primera versión de la guitarra eléctrica de cuerpo macizo (en 1936 Gibson ya había electrificado una guitarra, pero no con ese cuerpo). Y no se quedó sólo en el desarrollo de esa nueva tecnología, sino que en su casa experimentó con todas las posibilidades de la grabación de sonido, amplificación, mezclas…

 

Leo Fender y Les Paul se conocían e incluso admiraban uno el trabajo del otro…, al principio, pues cuando la demanda de guitarras eléctricas crecía y crecía, pasaron a ser rivales, competidores. Y eso que en principio quedaron poco menos que horrorizados al ver cómo el nuevo sonido, el rock & roll, modificaba la idea que ambos habían supuesto para sus guitarras. Fender diseñó la guitarra pensando exclusivamente en los músicos de country, mientras Les Paul era un guitarrista fanático del jazz; por eso, cuando se dieron cuenta de que el rock se ‘apropiaba’ de sus inventos, quedaron anonadados, desorientados. Ian S. Port, el autor del libro sobre Fender y Les Paul, explica: “Eso no era lo que querían, eso no era el sonido para el que ellos habían trabajado; quedaron desconcertados, conmocionados, impactados. Es curioso cómo los innovadores y los inventores no llegan a vislumbrar los efectos y consecuencias que sus ideas provocarán”.

 

Cuando la pequeña firma de Leo Fender comercializó la primera guitarra eléctrica de cuerpo sólido, la ‘Esquire’, en 1950, los músicos de cualquier género (grandes bandas, blues y rythm & blues, boogie, country & western…) vieron de inmediato su atractivo, su fuerza y sus enormes posibilidades. Entonces, para no quedarse atrás y viendo el potencial del producto, Gibson pidió colaboración a Les Paul para construir algo parecido, y en 1952 lanzó la primera Gibson con cuerpo macizo (bastante más cara que la de Fender).

 

A partir de entonces y hasta la fecha, la rivalidad entre Gibson y Fender no ha cesado. Unos músicos prefieren una y otros otra, aunque es seguro que todos habrán probado ambas y tendrán de todo en su ‘arsenal’ (incluso otras grandes marcas, como Gretsch, Rickenbacker, Mosrite…). Todo el que toca rock o cualquier otro género, ya sea gran estrella o aficionado, tiene o desea una Gibson y/o una Fender. Sin ellos, sin aquellos tipos que idearon un nuevo instrumento para el jazz o el country, no habría rock & roll. O sería muy distinto.

 

CARLOS DEL RIEGO

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