miércoles, 11 de mayo de 2022

LA CARA OSCURA DE DOS PROTAGONISTAS DE LA HISTORIA: NEWTON Y GANDHI

Newton fue un personaje soberbio, manipulador, mentiroso, cruel y sin escrúpulos morales


Pervertido sexual, racista y machista, Gandhi dejó morir a su mujer al negarle la penicilina, y la trataba a ella y a sus hijos como 'un domador a las fieras del circo'

Nadie es perfecto, todo homo sapiens tiene luces y sombras, es inevitable. Sin embargo, hay casos en que las debilidades de un personaje histórico van mucho más allá de lo que se entiende como meros defectos humanos, a pesar de lo cual, la Historia tiende a pasar por encima de esa ‘cara B’ de algunos personajes. Hay muchos ejemplos de grandes protagonistas de la Historia de los que se cuenta todo, mientras que hay otros en los que su ‘lado oscuro’ apenas es conocido. Por ejemplo el científico Isaac Newton o el político Mahatma Gandhi

Esto pasa muy a menudo: alguien tiene buena prensa y se tienden a minimizar sus culpas por escandalosas que sean, mientras que otro con parecidos pecados los tienen siempre escritos en la frente. Ejemplos de personalidades de las que sólo se conoce su trocito bueno son muy abundantes. Newton y Gandhi tienen tan buena prensa que la Historia trata de olvidar sus vilezas. 

Con toda razón Isaac Newton (1642-1727) está considerado uno de los más importantes físicos y matemáticos de la Historia. Sus investigaciones y aportaciones supusieron avances imprescindibles para el desarrollo de la ciencia. Al parecer nació prematuro, enclenque y enfermizo, lo que lo convirtió en lo que se dice un empollón no exento de vanidad. Soberbio y agresivo, a los 27 ya tenía una cátedra de Matemáticas en el Trinity de Oxford; sin embargo, los alumnos lo rehuían porque, cuentan, era imposible entenderlo; hubo veces que no se enteraba de que no había nadie en clase y hablaba para los pupitres, tan reconcentrado en sí mismo vivía.

Uno de sus primeros enemigos fue Leibnitz, que publicó su teoría sobre el cálculo infinitesimal en 1884, mientras que Newton (que lo había ‘inventado’ antes) no lo divulgó hasta después, en 1887, pues no le gustaba dar a conocer sus hallazgos. Newton lo acusó de plagio y llevó a cabo varias acciones sucias contra el matemático alemán: promovió y presentó una lista interminable de firmas contra Leibnitz y a su favor, casi todas de su puño y letra; y la Real Society de Londres publicó una carta de protesta pro Newton que había escrito él mismo. Una de sus obras principales es ‘Principia Matemathica’, en la que manipuló datos para que los resultados coincidieran con sus postulados, y cuando alguien notaba algo raro, decía a su ayudante algo así como “hay que volver a jugar con los números”, y así lo hacían hasta que salían a su conveniencia; de hecho en sucesivas ediciones de la obra se notan cambios en los cálculos, apaños que saltan a la vista.

Desde los cincuenta años empezó a padecer demencia y depresión, inventándose conjuras contra él (acusó incluso a sus amigos).  También es conocida su pasión y creencia ciega en la alquimia y el ocultismo, algo muy poco científico. Pero ello no afectaba a su obsesión per obtener honores, reconocimientos y aplausos; en 1696 fue elegido procurador y luego director de la Casa de la Moneda, luego presidente de la Royal Society, caballero del Imperio e incluso ‘Sir’. Persiguió a los falsificadores de moneda, llegando a tomar parte en los interrogatorios, algo que (cuentan varios testigos) le agradaba sobremanera;  le encantaba que los falsificadores terminaran en la horca y asistía personalmente y en primera fila a las ejecuciones con una amplia sonrisa de satisfacción.

Mahatma Gandhi (1869-1948), el llamado ‘apóstol de la no violencia’, también tiene una cara muy oscura que debería iluminarse. Ha sido descrito (en el libro ‘Great soul’, 2011, de Joseph Lelyveld) como “un sicópata sexual, un político incompetente, racista hasta la médula y un hábil promotor de sí mismo”. Durante su estancia en Sudáfrica se quejaba siempre de que a los indios los trataban como si fueran ‘kaffirs’, que es como llamaban despectivamente a los negros. Dejó escrito: “No estamos a la altura de los blancos, pero estamos muy encima de los ‘kaffirs’, que son problemáticos, incivilizados, sucios y viven como animales”. Estaba convencido de la superioridad de la raza aria, situando a blancos e indios muy por encima de los negros, y defendía que los pueblos menos avanzados debían someterse a la voluntad de los ‘superiores’ blancos, cuya civilización estaba mucho más avanzada. Se manifestó contrario a que los indios se mezclaran con los negros y era partidario de la segregación racial. Sobre los judíos perseguidos por los nazis escribió que deberían someterse totalmente, dejarse matar pero no obedecer (¿). Y a los ingleses les aconsejaba no combatir, sino entregar todo a los nazis y dejarse matar…Nunca discutió el sistema de castas de la India ni mostró el mínimo interés por los intocables, los ‘dalits’, la casta a la que no se debe socorrer, ni siquiera tocar.    

Su matrimonio estaba concertado desde niño. Su mujer, Kasturba, padeció violentos desprecios (la llamaba ‘vaca mansa’ y decía que no soportaba mirarla), varias veces la abofeteó en público (así que en privado…), no podía ver que alguien le hiciera regalos, por lo que rápidamente se los arrebataba; un día le dijo que no volviera a vestir ropa que no fuera india, llegando a negarse a comer lo que ella cocinaba con esa “ropa impura”. Uno de sus hijos declaró que la trataba a ella y a ellos como un domador trata a las fieras en el circo. En el máximo de crueldad y machismo, Gandhi dejó morir a Kasturba al negarle un simple tratamiento de penicilina, a pesar de los ruegos de sus hijos. Claro que cuando él mismo contrajo malaria, y al ver que sus ‘tratamientos espirituales’ no daban resultado, pidió que le trataran y le administraran quinina…

Un día, tras morir su padre, se volvió célibe, dejando de acostarse con su esposa, pero no se acostaba solo. Para probarse y demostrarse “fuerte contra la tentación”, se acostaba con niñas, incluyendo las hijas y hermanas de su ayudantes, su propia nieta, la esposa de su sobrino nieto, seguidoras muy jóvenes…; y continuamente las involucraba en conversaciones sexuales, pornográficas, de hecho, el sexo era su tema favorito. Varios de sus ayudantes, al descubrirlo entre sábanas con chiquillas, lo abandonaron, aunque nunca presentaron acusaciones, pues sus seguidores le eran tan fanáticos que callaban todo para evitar el escándalo. No parece un tipo muy recomendable.

El comité del Nobel de la Paz le negó el premio diciendo: “Es un luchador por la libertad y a la vez un verdadero tirano”.

CARLOS DEL RIEGO

 

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