Los que se rebelan contra los miles de millones de años de experiencia de la naturaleza terminarán así
Hay colectivos que, sin ser conscientes
de ello, se rebelan contra la naturaleza, la desprecian y pretenden cambiarla o
enmendarla. Entre quienes se sublevan y no acatan las leyes naturales están los
que renuncian a comer carne y los que reniegan del sexo que les ha otorgado la
naturaleza
El vegetarianismo (veganismo si se lleva
al extremo) rechaza el consumo de productos de origen animal. El caso es que la
naturaleza, después de miles de millones de años de experiencia, de evolución,
de larguísimos procesos biológicos, determinó que el sistema digestivo humano
fuese omnívoro. Sin embargo, algunas criaturas recién llegadas se han sentido
mucho más inteligentes, expertas y sabias que la naturaleza y han concluido que
ésta no sabe, no tiene ni idea de alimentación, nutrición y ‘animalismo, y por
tanto, debe ser enmendada. El vegetarianismo es, en fin, una muestra más de la
soberbia, vanidad y arrogancia de ciertos humanos que, esclavizados por la
ideología, se rebelan contra aquello que la naturaleza ha determinado… Pero lo
más contradictorio es que se sienten como auténticos naturalistas, como
defensores de la biología y la naturaleza a la vez que la niegan. Es más,
seguro que se sienten absolutamente superiores a los que consumen lo que la
naturaleza ha determinado.
Según un científico especializado en
biomedicina: “Los agujeros en nuestra comprensión actual de lo que el cerebro
necesita para estar sano podría ser un problema importante para los veganos, ya
que es difícil agregar artificialmente un nutriente a su dieta, si aún no se ha
descubierto su valor”. Y añade un biólogo de Oxford: "Cuando te desvías de
la dieta típica de tu especie a una que no ha sido probada y establecida adecuadamente
para que sea saludable o buena para el cerebro, estás llevando a cabo un
experimento y estás asumiendo un riesgo". ¡Y qué se puede decir de la
doctrina llamada ‘jainismo’, que sostiene que cortar plantas es genocidio! Para
los fanáticos de este dogma los que comen cebollas, patatas o cualquier cosa
que crezca dentro de la tierra son tan asesinos y genocidas como los que comen
carne. ¡Hay que ser…!
También se muestran contrarios a los más
de tres mil millones de años de evolución quienes se proclaman mujeres a pesar
de tener cromosomas XY, u hombres con cromosomas XX (dicho sea de inmediato,
esto no tiene nada que ver con las personas homosexuales, puesto que eso sí que
es una opción personal que no atenta contra la biología, ya que el/la homosexual
no renuncia a lo que es ni a lo que la naturaleza le ha reservado).
Dos ejemplos muestran a la perfección la
mentira, la impostura de quienes se dicen ‘no binarios’, o sea, aquellos que no
quieren ser calificados de hombres o mujeres a pesar de lo que su propia
anatomía muestra más allá de dudas. Conocido es el caso del nadador Will Thomas
que, al comprobar que como hombre no obtenía resultados, decidió llamarse Lia
Thomas para así competir como fémina y, lógicamente, conseguir triunfo tras
triunfo, cada vez más aplastantemente. Lo más increíble es que Will-Lia no ha
prescindido de sus atributos masculinos, como ha denunciado una de sus
compañeras de equipo, la cual declaró: “Resulta muy violento ver cómo sale de
la ducha mostrando ‘todo eso’; se va secando el pelo con la toalla mientras
parece disfrutar exhibiendo sus partes a las chicas”… En definitiva, basta con
decir que te sientes mujer para que los fanáticos de la corrección política lo
asuman sin más y sin que importe la presencia de pene y testículos.
Un hombre acusado y sentenciado a pena
de cárcel en EEUU dijo sentirse mujer y, por tanto, exigió ser encerrado en una
prisión de mujeres. El juez (dotado de la fatuidad y vanidad que tanto suele
afectar a quienes se creen tan superiores a sus semejantes como para decidir
sobre su libertad y su vida) dictaminó que esta persona tenía derecho a auto determinarse
como mujer, por lo que aceptó enviarlo a una cárcel de mujeres. Pero unos pocos
meses después, una de las internas quedó embarazada y señaló al
‘hombre-que-dijo-sentirse-mujer’ como causante de su preñez. Lo mejor del
asunto es que la dirección de la penitenciaría comunicó que estaba
“investigando lo sucedido”… Cabe preguntarse, ¿qué es lo que hay que
investigar?, ¿acaso cómo se produjo un embarazo si en el penal sólo hay mujeres
biológicas y una que es mujer por elección pero hombre anatómicamente?
La naturaleza siempre termina por
imponerse. Los hinchados petulantes que, enmendándole la plana a la naturaleza,
renuncian a comer productos animales deben procurarse suplementos farmacéuticos
sin cuyo consumo morirían; es decir, aceptan pastillas de sus odiados
laboratorios que, fácilmente, contendrán algo animal o en animales habrán sido
testadas. Y los que optan por decirse hombre a pesar de su útero y ovarios, o
mujer a pesar de su pene y testículos están desafiando a la propia biología.
En ambos casos, unos y otros reniegan de
la realidad, desprecian la naturaleza, abominan de la evolución, niegan la
verdad. Están convencidos de que tienen derecho a que su ideología se imponga a
su biología.
Este tipo de problemas es,
evidentemente, exclusivo de sociedades sin verdaderos problemas.
CARLOS DEL RIEGO
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