Esto estuvo a punto de ser realidad
Parece disparate, dos enormes
disparates, sin embargo estuvieron a punto de convertirse en realidad. ¿Un mago
del blues y la guitarra junto a un grupo de rock sinfónico? ¿Un proto-punk en
lugar de una leyenda del rock sicodélico? Imposible podría decirse, pero si no
ocurrió fue por el notable inconveniente de que Hendrix murió y porque Iggy
tuvo que volver a la clínica de desintoxicación
Dentro de las fronteras del rock &
roll existen infinitas modalidades, incluso algunas aparentemente incompatibles
con otras; por ejemplo, resulta difícil imaginarse a Garfunkel cantando con los
Sex Pistols lo de ‘God save…’. Aun así, hay veces en que, contra toda lógica,
lo que parece incompatible encuentra punto de encuentro. En la corta historia
del rock hubo intentos que fusión que hoy se antojan disparatados y que, sin
embargo, estuvieron a punto de hacerse realidad.
¿Sería posible integrar la guitarra
indómita de Jimi Hendrix en el denso rock sinfónico de Emerson Lake &
Palmer? A finales de los sesenta, Keith Emerson y Greg Lake buscaban un batería
para poner en práctica una novísima idea que se conoció como rock progresivo o
rock sinfónico; se lo propusieron a Mitch Mitchel, de Jimi Hendrix Experience,
pero no aceptó, sin embargo sí que se lo comentó a Hendrix, quien ya deseaba
buscar nuevos caminos, nuevas experiencias… En 1970 Emerson Lake & Palmer y
Jimi Hendrix ya se habían puesto en contacto, tanto que se especulaba con la
posibilidad de que el nuevo supergrupo se llamara HELP. Del 26 al 30 de agosto
de aquel año el trío del guitarrista estadounidense y ELP participaron en el
festival de la Isla de Whigt, de modo que uno y otros acordaron que al terminar
el festival empezarían a ensayar y tocar juntos y, si la cosa funcionaba,
convertirían el trío en cuarteto. Desgraciadamente todo se vino abajo cuando,
apenas un par de semanas después, Jimi Hendrix fallecía. De todos modos se
puede especular: ¿el fuego de la guitarra de Hendrix se adaptaría al
virtuosismo barroco cargado de recursos clásicos de ELP?, o ¿éstos caerían bajo
el encanto del blues y ‘bailarían’ al son del inmortal guitarrista?, o tal vez
el resultado hubiera aiso algo distinto e imprevisible. Nunca se sabrá qué
hubiera pasado, pues Jimi Hendrix entró en el trágico club de los 27.
En julio de 1971 moría en París Jim
Morrison, quedándose The Doors sin su carismático y singular solista, pero con
ganas de que la banda continuase, de modo que aun sin Jim publicaron un par de
álbumes con pobres resultados. Por otra parte, en 1974 Iggy Pop rompió con su
grupo The Stooges, por lo que estaba ‘libre’. Ese mismo año, meses después, Iggy
estaba en Los Angeles, así que a Manzarek y los otros dos Doors se les ocurrió que
sería bueno hacer unos ensayos con él para ver si podía tomar el puesto de Jim;
además, era notorio que Morrison había sido una de las principales referencias
de Iggy, por lo que tal vez la cosa podía funcionar. Se pusieron en contacto
con él y acordaron verse en la casa-estudio de Ray Manzarek, pero el ex Stooges
no se presentó, debió perderse u olvidar la cita, pues por aquellos años era
una máquina de consumir drogas. Acordaron otro encuentro, pero cuando ya lo
estaban esperando alguien les llamó y les dijo que estaba en la cárcel; allí se
presentaron y la policía les dijo que lo cogieron drogado hasta las cejas,
vestido de mujer y montando un enorme escándalo; pagaron la fianza y se lo
llevaron, pero antes de que pudieran enchufar las guitarras Iggy tuvo tiempo de
coger otra merluza incapacitante. Aún así hubo ensayos (aseguran que caóticos,
desquiciantes), e incluso un concierto de Iggy & The Doors en un conocido
local de LA (el ‘Whiskey a go-go’); desgraciadamente aquello no se grabó,
aunque sí se hicieron fotos, pero dicen que Iggy hizo un ‘LA Woman’ para la
leyenda y, en general, un magnífico concierto. Podía haber surgido algo nuevo,
pero el proyecto no tuvo más recorrido porque unos días después Iggy, tras su
enésima sobredosis, tuvo que pasarse una temporada en una clínica de
desintoxicación. ¿Habría sido posible encerrar el espíritu autodestructivo de
la Iguana tras las Puertas de la más elegante sicodelia?
Nunca se sabrá qué hubiera pasado en
caso de materializarse aquellas chocantes uniones, pero se puede especular.
CARLOS DEL RIEGO
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