domingo, 14 de mayo de 2023

LA MÚSICA CLÁSICA Y EL ROCK NO SON INCOMPATIBLES

 


 Madness hicieron una divertida y 'skatalítica' versión de la parte más famosa de 'El lago de los cisnes' de Tchaikovsky

Aunque se pueda tener la percepción de que son incompatibles, la realidad demuestra que la música clásica ha tenido gran presencia e influencia en el rock y sus derivados. Por eso muchos compositores de canciones rock reconocen su inspiración en sinfonías, sonatas, nocturnos, arias, e incluso reproducen con mayor o menor fidelidad pasajes enteros de los grandes clásicos de la música clásica. Y como ya no generan derechos de autor… 

No hay duda, música es música, y los distintos géneros no son otra cosa que decoración, presentación. Lo verdaderamente importante es el ingenio, el talento que el autor ha vertido en su partitura para que cualquiera pueda interpretarla, reinterpretarla y expresar emociones. No pocos autores de rock así lo han entendido y han sabido encontrar la conexión clásica-rock & roll.   

Se reconozca en los créditos o no, hay una larga lista de canciones cuyos autores metieron la mano en la caja de los clásicos para confeccionar sus discos. No es cuestión de enumerar uno tras otro, basta recordar algunos de los más significativos. Por ejemplo, Sting (que no es muy dado a acreditar a otros) ha tirado de Prokofiev, al igual que Eric Carmen de Rachmaninov. Billy Joel firma alguna que otra obra ‘a medias’ con Beethoven. La inmortal, evocadora y exitosa ‘A whiter shade of pale’ de Procol Harum (conocida en español como ‘Con su blanca palidez’) toma prestadas unas cuantas notas de una de Bach. Queen en su ‘It´s a hard life’ reconoce la deuda con ‘I pagliacci’ de Leoncavallo. John Lennon explicaba que el tema de los Beatles ‘Because’ surgió tras escuchar una sonata para piano de Beethoven 

También están los que directamente han hecho una versión del clásico original. Entre los muchos méritos de Emerson, Lake & Palmer está el nuevo barniz que dieron a la obra ‘Cuadros de una exposición’ del ruso Modest Músorgski (a través del arreglo para orquesta que hizo Maurice Ravel), atreviéndose incluso a añadir cosecha propia. 

El ‘It´s now or never’ que popularizó Elvis es, evidentemente, el célebre ‘O sole mio’ de Eduardo di Capua; y su ‘Can’t help falling in love’ toma claramente de una pieza del compositor francés del siglo XVIII Jean Paul Martini. El espectacular teclista Rick Wakeman picó de aquí y de allá muchas veces, destacando sus improvisaciones sobre partituras de Brahms. Ray Manzarek contó que la característica secuencia de teclado que hizo para ‘Light my fire’ de The Doors tiene su origen en una melodía de Bach. Y Paul McCartney reconoció que ‘Boureé en mi menor’ de Bach inspiró el ‘Blackbird’. 

Siempre enloquecidos y divertidos, Madness se atrevieron a condimentar con el irresistible ritmo ska el movimiento más famoso de ‘El lago de los cisnes’ de Piotr Tchaikovski; el fruto de esta mezcla con ingredientes aparentemente incompatibles no sólo es muy fácil de degustar, sino que parece que el original fue concebido para el baile y el jolgorio. ¿Qué hubiera pensado el compositor tardo-romántico ruso sobre esta reinterpretación? Y por otro lado, ¿quién puede decir que la música clásica es aburrida?      

Ian Anderson, es decir, Jethro Tull, recreó para el segundo Lp de su grupo el ‘Bourée in E minor’ de Bach; sin embargo, a diferencia del anterior, incomprensiblemente Anderson no acreditó al compositor alemán, al menos en las primeras ediciones del mencionado álbum, en cuyos créditos aparecía él solo como autor a pesar de que la cosa era un clamor al ser pieza sobradamente conocida. De todos modos, el arreglo tiene mucha clase.   

En España también se ha mirado a lo clásico desde lo popular. Los Canarios se atrevieron a reinterpretar ‘Las cuatro estaciones’ de Vivaldi, que ellos convirtieron en ‘Ciclos’ y la dotaron de una historia propia; un trabajo monumental. Tampoco puede olvidarse el éxito internacional que alcanzó Miguel Ríos cuando cantó la adaptación (de Waldo de los Ríos y Amado Regueiro) de la ‘Oda a la alegría’, el extracto universal de la ‘novena’ de Beethoven.   

Música es música, y la clásica y el rock no son en absoluto incompatibles.  

CARLOS DEL RIEGO

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