Cuando el que alcanza el poder tiene su cerebro ocupado por la ideología lo normal es que ésta haya expulsado a la razón y la lógica. Tal cosa puede comprobarse a diario en cualquier lugar del mundo. Por eso se ha dado muchas veces en la Historia el caso del político que, carente del contacto con la realidad, cree que el disparate que se le ha ocurrido es una genialidad, e incluso cuando la evidencia lo contradice piensa que ésta se equivoca
Si se elaborara una lista con todos los dislates, desvaríos y absurdos planteados e incluso materializados por quienes han tenido el poder en sus manos no habría discos duros suficientes en todo el mundo para almacenar tal cantidad de disparates. No hay que olvidar que, en realidad, los responsables de las más sangrientas masacres, degollinas y hecatombes de la Historia son, invariablemente, políticos. Ciñéndose sólo al siglo pasado hay desatinos tan grotescos que resultan difíciles de creer.
Uno de los más perversos del XX es Adolf Hitler. Conocida es su querencia por el ocultismo, el esoterismo, las mitologías y los símbolos religiosos; sólo así se explican las expediciones, investigaciones y proyectos que los nazis llevaron a cabo para encontrar supuestas reliquias milagrosas, como el Santo Grial o la lanza con la que el centurión romano Longinos atravesó el pecho de Cristo en la cruz. El abyecto déspota estaba convencido de que con esos objetos en su poder la supremacía aria no tendría final. ¡Hay que ser necio!
Perversión pura e inagotable mostró Mao Tse Tung durante décadas. Además de las infinitas atrocidades que ordenó, también protagonizó simplezas de iluminado que acabaron, claro, en desastre. Durante el sangriento Gran Salto Adelante (1958-61) hubo malas cosechas, achacándolo Mao a que los gorriones se comían el grano y, por tanto, “son enemigos de la revolución”, por lo que ordenó que se les persiguiera y matara por todos los medios. Así acabaron con millones y millones de pájaros…, disparándose las poblaciones de insectos que, como es lógico, acabaron con las cosechas, produciéndose a continuación las hambrunas que causaron la muerte a no menos de 20 millones de chinos. Y aún hay quien defiende a tan espeluznante personaje (una de sus amantes lo describió como “siempre ebrio de violencia”).
El que fuera emperador de Abisinia (Etiopía) Menelik II (de 1889 a 1913) quedó impresionado por la prueba que se había hecho en EE UU con la silla eléctrica y quiso incorporar la nueva tecnología a su país. De este modo, en 1887 encargó varios ejemplares para “modernizar la patria”. Lo bueno fue cuando llegó el pedido, pues fue entonces cuando cayó en la cuenta de que en su país no había electricidad para que funcionaran los nuevos artefactos. Eso sí, sacó partido a las sillas reutilizándolas como tronos. Incomprensible tanta estupidez.
Rafael Trujillo, sanguinario dictador de la República Dominicana de 1930 a 1961, además de muchos otros despropósitos y monstruosidades, tuvo la genial idea de elevar al rango de coronel a su hijo Rafael (conocido como Ramfis) cuando contaba cinco años, y a general de brigada con nueve…, incluyendo salarios y demás beneficios. Déspota brutal, idiota, ignorante.
Sermarmyrat Nyyazow es el nombre del tirano de Turkmenistán (estado de Asia central, ex-URSS) que dominó el país desde 1985 a 2006. Ególatra extremo, se vio obligado a dejar de fumar por causas de salud, por lo que quiso que toda la población se uniera a su privación, de manera que prohibió fumar a todo el mundo, no se permitía ni mascar tabaco. Asimismo, el engreído besugo ordenó que cada ciudad tuviera varias calles con su nombre, y también prohibió el ballet, la ópera, el maquillaje, los dientes de oro y los perros. Cambió el nombre del pan, que pasó a llamarse Gurbansoltán, como su madre, de modo que los turcomanos iban a la panadería y pedían una barra de gurbansoltán. A unos meses del año les puso los nombres de sus familiares, y a otros palabras referidas a él, por ejemplo, septiembre se convirtió en ‘Ruhnama’, el título de su libro. Y quiso construir un palacio de hielo en el desierto… Delirante narcisismo.
Otro sujeto incomprensiblemente defendido por muchos es Ernesto ‘Che’ Guevara. Él mismo dejó innumerables testimonios de su infinita crueldad en sus cartas, discursos, escritos e incluso de viva voz en la ONU. Pero también cayó muchas veces en el más vergonzoso de los ridículos, como cuando siendo Ministro de Industria de Cuba, compró ¡máquinas quitanieves!, y ello a pesar de que la última nevada que tuvo lugar en la isla data del año 1900.
Y así se podría seguir hasta llenar tomos y tomos, tanto ha dado de sí la estulticia de los que tienen el poder.
CARLOS DEL RIEGO
No hay comentarios:
Publicar un comentario