lunes, 6 de mayo de 2019

BOB DYLAN, MOMENTOS, ACIERTOS Y DESACIERTOS DE SU VIDA

Bob Dylan, siempre de gira, podría contar infinitas anécdotas y curiosidades.


Dentro de su gira interminable, el eterno bardo estadounidense Bob Dylan está visitando escenarios españoles (V-19) y, además, cumple estos días (el 24-V) las 78 primaveras. Puede afirmarse que su existencia ha sido… intensa, lo que equivale a decir que podría contar infinitos sucesos, anécdotas y curiosidades, aunque en los últimos años se ha vuelto un tanto huraño y sería difícil extraerle gran cosa, ni siquiera una sonrisa

El judío errante lo es más que nunca, ya que hace años se embarcó en una gira sin fin, continua, siempre con fechas por delante, la cual lo tiene actualmente en España. Se antoja oportuno recordar algunos momentos memorables o curiosos de su excitante biografía. Curioso es el hecho de que Bob Dylan nunca haya tenido un número uno, pero sí que puede presumir de un currículo en el que aparecen desde Pulitzer hasta Nobel.

A Dylan siempre le tiró eso de la música y, por eso, de chaval tomó parte en algún que otro concurso. Así, fue expulsado del programa-concurso musical en la escuela secundaria, ya que, al parecer, su actuación resultaba demasiado impactante para los profes y la mentalidad de los años cincuenta. Cuentan que mientras él tocaba con su grupo, Golden Chords, una versión del tema de Danny & the Juniors ‘Rock and roll is here to stay’, el director no pudo soportarlo y le cortó el micro, pero el chico Dylan no se rindió y siguió cantando a voz en grito, así que el ‘principal’ les bajó el telón. La causa no fue el ruido, sino la actitud del cantante, quien “estaba como loco”, declaró el dire.

Por aquellas épocas su padre, Abraham Zimmerman, jugaba al béisbol de modo semiprofesional y, al parecer, era verdaderamente bueno. Sin embargo, contrajo la poliomielitis (bastante corriente entonces) y se frustró su prometedora carrera deportiva. El joven Zimmerman nunca fue un gran aficionado al deporte aunque sí que escribió al respecto, pero siempre fijándose más en la deportista que en el mero hecho deportivo.

En sus inicios, cuando eso de dedicarse a la música no pasaba de un deseo, estaba convencido de que Robert Zimmerman no era un nombre con tirón y nunca funcionaría, así que tenía que buscar un nombre artístico. Al terminar la secundaria (a finales de los 50) se unió a un grupo casi improvisado llamado The Shadows (nada que ver con los ingleses) que iba a sustituir al malogrado Buddy Holly tras el accidente de ‘El día que murió la música’; el cantante era Bobby Vee, y para poder enrolarse en su banda Dylan se inventó que ya había hecho giras con otros grupos, y también que se llamaba Elston Gunn… Menos mal que encontró otro nombre artístico.

Bob Dylan firmó su primer contrato discográfico (con Columbia Records) en 1961, con sólo 20 años y legalmente menor de edad. La ley de Nueva York exigía que, en este caso, los padres tenían que firmar también, pero él tenía poco contacto con ellos y, en todo caso, la firma se retrasaría, así que mintió y dijo que era huérfano. Ante la situación, el productor, John Hammond, hizo la vista y permitió que el chaval firmara. Además, al presentar su biografía ‘confirmó’ que era huérfano y que venía de Nuevo México (es de Minnesota).

El caso es que cuando la ha necesitado no ha dudado en recurrir a la trola (como casi todo el mundo). Cuentan que en sus primeros repertorios incluía su adaptación del tradicional ‘La casa del sol naciente’, pieza que entonces interpretaban muchos otros, entre ellos el cantante folk Dave Von Ronk. Según éste, Dylan escuchó su arreglo y le gustó tanto que le pidió permiso para la versión de dicho tema que iba a grabar en su primer Lp (‘Bob Dylan’, 1962); Ronk respondió que mejor no lo hiciera, ya que él mismo iba a incluirlo en su próximo álbum. Lo que no le dijo Dylan es que ya lo había grabado con ese  arreglo que tanto le gustaba. Cuando salió el disco de Dylan, Von Ronk decidió no incluir el tema en el suyo para que no pareciera que le estaba copiando (hoy, Ronk está acreditado como arreglista de esa grabación).   

También hay en su trayectoria grandes patinazos. Como cuando rehusó a última hora a actuar en Woodstock. Según sus biógrafos, la organización deseaba tener a Dylan en el cartel e hicieron todo lo posible por convencerlo; cuando parecía que estaba la cosa hecha, mientras ultimaban los detalles del contrato y retenían el cartel en la imprenta, Dylan avisó que nada de nada, que no quería tocar allí. Como vivía bastante cerca, debió ver llegar aquellas turbas de hippies, tal vez se asustó y decidió no firmar. Como motivo del cambio de opinión alegó que su hijo estaba enfermo. Otra gran metedura de pata: En cierto momento, Andy Warhol le regaló un cuadro (ese en el que aparece Elvis vestido de vaquero en imágenes superpuestas), pero un inconsciente Dylan ¡lo cambió por un sofá! Por muy cómodo que fuera, aquel cuadro valdría bastante, bastantes millones más… “Siempre quise decirle a Andy que había cometido una gran estupidez”, confesó años después. ¡Y tanto!

Según la leyenda, fue Dylan quien encendió el primer porro que fumaron los Beatles. Éstos ya lo habían tenido al alcance pero, aunque tal vez dieran alguna caladita, no les había gustado. Pero un día de agosto de 1964, en un hotel de Nueva York, se encontraron con el emergente cantautor. Éste estaba convencido de que fumaban maría habitualmente, ya que había entendido mal una frase del tema ‘I want to hold your hand’, de manera que cuando John y Paul dicen ‘I can´t hide’ (no puedo esconderme), Dylan entendía ‘I get high’ (me coloco); se acercó y, con naturalidad, le pasó el canuto a Ringo, quien hizo los honores y le dio salida al mai. Y parece que esta vez sí que les gustó.

Hace unos diez años, una policía de Nueva Jersey recibió el aviso de que un “tipo sospechoso” estaba merodeando por allí, se había encaramado por la valla de una casa en venta y ahora vagaba por la calle en medio de una lluvia torrencial; lo describieron como un “anciano con pinta muy rara, con pantalón de chándal negro metido dentro de las botas y con dos impermeables con capucha puestos”. La oficial llegó, se acercó al anciano y le preguntó qué estaba haciendo, a lo que él contestó que había estado viendo la casa en venta, ella le preguntó su nombre y el tipo sospechoso respondió “Bob Dylan”; la poli debió pensar “sí, y yo, Tina Turner”. Lo llevó al hotel donde dijo estar hospedado y allí la agente se llevó la sorpresa de su vida al comprobar que el anciano que caminaba bajo la lluvia era quien decía ser.

Una de las grandes referencias de Dylan procede nada menos que de Charles Chaplin. Familiares suyos tenían una sala de cine, por lo que el chico veía cantidad de pelis, especialmente las de Chaplin. No es casualidad que titulara ‘Modern times’ (como la película de 1936) uno de sus discos. En una biografía reconoce que la influencia del ‘pequeño vagabundo’ se nota incluso “en mi forma de cantar, me llegó muy adentro y creo que siempre lo tengo presente”.

De todos modos, lo que parece que no caló en Dylan fue el carácter de Charlot. Tal vez por eso no falta quien lo tiene por impostor, como la cantante canadiense Joni Mitchell, quien declaró con contundencia: “Bob no es auténtico en absoluto. Es un plagiario, y su nombre y su voz también son falsos. Todo acerca de Bob es un engaño”. Y eso que en otro tiempo hicieron giras juntos.

CARLOS DEL RIEGO

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