Bob Dylan, siempre de gira, podría contar infinitas anécdotas y curiosidades. |
Dentro
de su gira interminable, el eterno bardo estadounidense Bob Dylan está visitando
escenarios españoles (V-19) y, además, cumple estos días (el 24-V) las 78
primaveras. Puede afirmarse que su existencia ha sido… intensa, lo que equivale
a decir que podría contar infinitos sucesos, anécdotas y curiosidades, aunque
en los últimos años se ha vuelto un tanto huraño y sería difícil extraerle gran
cosa, ni siquiera una sonrisa
El judío
errante lo es más que nunca, ya que hace años se embarcó en una gira sin fin,
continua, siempre con fechas por delante, la cual lo tiene actualmente en
España. Se antoja oportuno recordar algunos momentos memorables o curiosos de
su excitante biografía. Curioso es el hecho de que Bob Dylan nunca haya tenido
un número uno, pero sí que puede presumir de un currículo en el que aparecen
desde Pulitzer hasta Nobel.
A Dylan siempre le tiró eso de la música y, por
eso, de chaval tomó parte en algún que otro concurso. Así, fue expulsado del
programa-concurso musical en la escuela secundaria, ya que, al parecer, su
actuación resultaba demasiado impactante para los profes y la mentalidad de los
años cincuenta. Cuentan que mientras él tocaba con su grupo, Golden Chords, una
versión del tema de Danny & the Juniors ‘Rock and roll is here to stay’, el
director no pudo soportarlo y le cortó el micro, pero el chico Dylan no se
rindió y siguió cantando a voz en grito, así que el ‘principal’ les bajó el
telón. La causa no fue el ruido, sino la actitud del cantante, quien “estaba
como loco”, declaró el dire.
Por
aquellas épocas su padre, Abraham Zimmerman, jugaba al béisbol de modo
semiprofesional y, al parecer, era verdaderamente bueno. Sin embargo, contrajo
la poliomielitis (bastante corriente entonces) y se frustró su prometedora
carrera deportiva. El joven Zimmerman nunca fue un gran aficionado al deporte
aunque sí que escribió al respecto, pero siempre fijándose más en la deportista
que en el mero hecho deportivo.
En
sus inicios, cuando eso de dedicarse a la música no pasaba de un deseo, estaba
convencido de que Robert Zimmerman no era un
nombre con tirón y nunca funcionaría, así que tenía que buscar un nombre
artístico. Al terminar la secundaria (a finales de los 50) se unió a un grupo
casi improvisado llamado The Shadows (nada que ver con los ingleses) que iba a
sustituir al malogrado Buddy Holly tras el accidente de ‘El día que murió la
música’; el cantante era Bobby Vee, y para poder enrolarse en su banda Dylan se
inventó que ya había hecho giras con otros grupos, y también que se llamaba
Elston Gunn… Menos mal que encontró otro nombre artístico.
Bob Dylan firmó su primer contrato discográfico (con Columbia
Records) en 1961, con sólo 20 años y legalmente menor de edad. La ley de Nueva
York exigía que, en este caso, los padres tenían que firmar también, pero él
tenía poco contacto con ellos y, en todo caso, la firma se retrasaría, así que
mintió y dijo que era huérfano. Ante la situación, el productor, John Hammond,
hizo la vista y permitió que el chaval firmara. Además, al presentar su
biografía ‘confirmó’ que era huérfano y que venía de Nuevo México (es de
Minnesota).
El caso es que cuando la ha necesitado no ha dudado en recurrir a
la trola (como casi todo el mundo). Cuentan que en sus primeros repertorios
incluía su adaptación del tradicional ‘La casa del sol naciente’, pieza que
entonces interpretaban muchos otros, entre ellos el cantante folk Dave Von
Ronk. Según éste, Dylan escuchó su arreglo y le gustó tanto que le pidió
permiso para la versión de dicho tema que iba a grabar en su primer Lp (‘Bob
Dylan’, 1962); Ronk respondió que mejor no lo hiciera, ya que él mismo iba a
incluirlo en su próximo álbum. Lo que no le dijo Dylan es que ya lo había grabado
con ese arreglo que tanto le gustaba.
Cuando salió el disco de Dylan, Von Ronk decidió no incluir el tema en el suyo
para que no pareciera que le estaba copiando (hoy, Ronk está acreditado como
arreglista de esa grabación).
También
hay en su trayectoria grandes patinazos. Como cuando rehusó a última hora a
actuar en Woodstock. Según sus biógrafos, la organización deseaba tener a Dylan
en el cartel e hicieron todo lo posible por convencerlo; cuando parecía que
estaba la cosa hecha, mientras ultimaban los detalles del contrato y retenían
el cartel en la imprenta, Dylan avisó que nada de nada, que no quería tocar
allí. Como vivía bastante cerca, debió ver llegar aquellas turbas de hippies,
tal vez se asustó y decidió no firmar. Como motivo del cambio de opinión alegó
que su hijo estaba enfermo. Otra gran metedura de pata: En cierto momento, Andy
Warhol le regaló un cuadro (ese en el que aparece Elvis vestido de vaquero en
imágenes superpuestas), pero un inconsciente Dylan ¡lo cambió por un sofá! Por
muy cómodo que fuera, aquel cuadro valdría bastante, bastantes millones más…
“Siempre quise decirle a Andy que había cometido una gran estupidez”, confesó
años después. ¡Y tanto!
Según
la leyenda, fue Dylan quien encendió el primer porro que fumaron los Beatles.
Éstos ya lo habían tenido al alcance pero, aunque tal vez dieran alguna
caladita, no les había gustado. Pero un día de agosto de 1964, en un hotel de
Nueva York, se encontraron con el emergente cantautor. Éste estaba convencido
de que fumaban maría habitualmente, ya que había entendido mal una frase del
tema ‘I want to hold your hand’, de manera que cuando John y Paul dicen ‘I
can´t hide’ (no puedo esconderme), Dylan entendía ‘I get high’ (me coloco); se
acercó y, con naturalidad, le pasó el canuto a Ringo, quien hizo los honores y
le dio salida al mai. Y parece que esta vez sí que les gustó.
Hace
unos diez años, una policía de Nueva Jersey recibió el aviso de que un “tipo
sospechoso” estaba merodeando por allí, se había encaramado por la valla de una
casa en venta y ahora vagaba por la calle en medio de una lluvia torrencial; lo
describieron como un “anciano con pinta muy rara, con pantalón de chándal negro
metido dentro de las botas y con dos impermeables con capucha puestos”. La
oficial llegó, se acercó al anciano y le preguntó qué estaba haciendo, a lo que
él contestó que había estado viendo la casa en venta, ella le preguntó su
nombre y el tipo sospechoso respondió “Bob Dylan”; la poli debió pensar “sí, y
yo, Tina Turner”. Lo llevó al hotel donde dijo estar hospedado y allí la agente
se llevó la sorpresa de su vida al comprobar que el anciano que caminaba bajo
la lluvia era quien decía ser.
Una
de las grandes referencias de Dylan procede nada menos que de Charles Chaplin. Familiares
suyos tenían una sala de cine, por lo que el chico veía cantidad de pelis,
especialmente las de Chaplin. No es casualidad que titulara ‘Modern times’
(como la película de 1936) uno de sus discos. En una biografía reconoce que la
influencia del ‘pequeño vagabundo’ se nota incluso “en mi forma de cantar, me
llegó muy adentro y creo que siempre lo tengo presente”.
De todos modos, lo que parece que
no caló en Dylan fue el carácter de Charlot. Tal vez por eso no falta quien lo
tiene por impostor, como la cantante canadiense Joni Mitchell, quien declaró con contundencia: “Bob no es auténtico en
absoluto. Es un plagiario, y su nombre y su voz también son falsos. Todo acerca
de Bob es un engaño”. Y eso que en otro tiempo hicieron giras juntos.
CARLOS
DEL RIEGO
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