Yellow Magic Orchestra siempre manifestó verdadera pasión pr Kraftwerk, como demuestra esta imagen |
Tokio en particular y Japón en general fueron el
centro del mundo cuando hace apenas unas horas resultaron elegidos por el COI
S.A. para organizar los Juegos Olímpicos 2020. El país del sol naciente está
sólidamente arraigado en la tradición, pero también muestran los japoneses una
inusitada pasión por la tecnología, y en ese contexto es cuando surge el grupo
nipón más importante, Yellow Magic Orchestra. De todos modos, hay otros grupos
japoneses que merece la pena conocer, como L´Arc en Ciel, Luna Sea, X Japan,
Dir en Grey o Pizzicato Five; se trata de bandas de rock en sus más diversas
variantes, con mucha energía e ideas innovadoras, perfectamente a la altura de
algunas occidentales de renombre. Además también hay que mencionar a otros
precursores de la electrónica, como el legendario Tomita.
Formado a finales de los años setenta, la Orquesta
de la Magia Amarilla fue auténtica pionera de la música electrónica, del tecno-pop,
del synth-pop o como quiera denominarse la combinación de melodía y
computadora. Y aunque han desaparecido y reaparecido hasta el presente, lo
cierto es que sus años de triunfo y máxima inspiración van de 1978 a 1983, es
decir, sus cinco primeros álbumes.
Cierto que hasta que no escuchan a Kraftwerk no tenían
claro el que sería su estilo (así lo ha afirmado muchas veces Ryuichi
Sakamoto), por también es verdad que supieron dar su toque al recién
‘inventado’ tecno. Así, YMO aprovechan como pocos las innovaciones
tecnológicas, sobre todo a la hora de construir sólidas bases rítmicas, siendo
tal vez éste el aspecto que más imitaron de los mencionados Kraftwerk; pero a
partir de ahí todo es muy particular, ya que aportan sonidos, tonalidades,
secuencias melódicas y texturas cien por cien niponas, y a ello añaden su
potente formación clásica, de modo que no es extraño que pianos acústicos se
cuelen entre la amalgama de instrumentos electrónicos. El resultado es
cautivador, sobre todo en su primer álbum, homónimo del trío, y el tercero, ‘X
oo Multiplies’; las cadencias ágiles y descaradas se engarzan a la perfección
con los ambientes orientales (japoneses, pero también chinos e incluso indios),
mientras las melodías resultan hechizantes, fáciles, muy asimilables tanto para
oídos orientales como occidentales. Los mejores ejemplos son títulos como
‘Computer game’ o ‘La femme chinoise’, dos piezas excelentes cargadas de
ingenio y creatividad.
Aparte del trabajo para YMO, sus integrantes,
Sakamoto, Takahashi y Hosono, han compuesto infinidad de bandas sonoras para el
cine (sobre todo el primero), sintonías para a spots publicitarios, músicas
para vídeojuegos e infinidad de colaboraciones con músicos de todo el mundo.
Seguro que Ryuichi Sakamoto escribe la partitura que
se escuchará en la ceremonia de inauguración de los juegos de 2020.
CARLOS DEL RIEGO
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