domingo, 3 de agosto de 2025

CUANDO OZZY OSBOURNE ESTUVO A PUNTO DE MORIR EN LA CARRETERA, Y OTROS QUE SÍ DEJARON LA PIEL EN EL CAMINO

 


Estado en que quedó el bus de Metallica tras el accidente en el que murió su bajista, Cliff Burton

 

La muerte de Ozzy Osbourne ha sido primera página en todo el mundo, demostrando que un histórico músico de rock puede convertirse en auténtico icono social. El ex Black Sabbath murió por causas naturales, sin embargo, los músicos (en general) no suelen fallecer por esas causas, sino por los excesos y la carretera. La lista de artistas de la música que dejaron la piel en el viaje es interminable, incluso Ozzy estuvo a punto de palmar en el camino

 

Si se piensa detenidamente, el músico de rock pasa más tiempo de gira que en casa, es decir, echa más tiempo yendo de un escenario a otro, de una ciudad a otra, que en cualquier otra cosa. Hay que pensar que programan treinta, cuarenta, cien conciertos en unos cuantos meses, lo que significa que casi siempre están en peligro de sufrir accidentes. No será necesario recordar los     

Siniestros mortales más famosos: el de Buddy Holly, Ritchie Valens y Big Boper o el de Lynyrd Skynyrd. Pero hay muchos otros que afectaron (a veces de modo fatal) a muchos otros nombres propios de la historia del rock.

 

El mencionado Ozzy pudo palmar cuando mordió el murciélago que le lanzó el público y él se metió en la boca creyendo que era de plástico… Y también cuando una avioneta se estrelló tras tocar el autobús en el que Ozzy dormía de camino a otro concierto. A finales del 79 el cantante había sido expulsado de su banda e inició su carrera en solitario. Para ello contó con varios músicos, entre ellos el guitarrista Randy Rhoads (fundador de Quiet Riot). En marzo de 1982 Ozzy y su grupo estaban de gira en Florida. Iban en un autobús y el conductor (Andrew Aycock) paró en un área de descanso al lado de un aeropuerto. Como tenía licencia (caducada) de piloto, y en este aeropuerto había una avioneta de un amigo suyo, ofreció dar un paseo en avión a varios de los músicos. Aceptaron Rhoads y la maquilladora del grupo, Rachel Youngblood, mientras el resto de la expedición prefirió quedarse en el bus a descansar. El caso es que Aycock pilotó la avioneta y, en cierto momento, sobrevoló a muy baja altura el autobús (tal vez queriendo hacer una gracia) hasta que con un ala lo rozó, perdió el control y se estrelló contra una casa provocando una gran explosión y un gran incendio. Murieron los tres ocupantes del avión, que ardieron hasta quedar irreconocibles (a Rhoads, de 25 años, lo identificaron por sus joyas). Ozzy salió del autobús y sólo pudo presenciar las tremendas llamas que devoraron aeronave y ocupantes, pero bien pudo el avión chocar de pleno contra el bus y llevarse por delante a todos, incluyendo al propio Osbourne.

 

Otros no tuvieron tanta suerte. Metallica estaba de gira por Suecia  promocionando su último Lp, ‘Master of puppets’. En septiembre de 1986 iban en autobús a la siguiente ciudad. Las heladas carreteras escandinavas traicionaron al conductor, que se encontró con una placa de hielo, derrapó y perdió el control. El autobús volcó y el bajista Cliff Burton salió despedido, con la malísima suerte de que el vehículo le cayó encima, pereciendo en el acto (tenía 24 años). Todos salieron y gritaron aterrorizados al ver a su amigo aplastado. Al parecer, en el autobús había literas para que durmieran, y Burton ganó a las cartas una de arriba al guitarrista Kirk Hammett, que salió ileso…

 

Uno de los más reputados guitarristas del universo del rock era Stevie Ray Vaughan. En agosto de 1990 montó en un helicóptero al terminar un concierto en Wisconsin para ir al siguiente, en Chicago. En realidad los músicos (entre los que estaba Eric Clapton, que formaba parte de la gira) alquilaron cuatro aeronaves para el desplazamiento. Al parecer, la densa niebla no permitió al piloto del helicóptero en el que iba Vaughan ver una pequeña colina y se estrelló. Murieron todos, el piloto, tres integrantes del personal de la gira y el propio Vaughan (de 35 años), con tremendas lesiones por todo el cuerpo. No habían recorrido ni un kilómetro desde el despegue.

 

Otis Redding ya era una gran estrella del soul e incluso del pop en 1967. Tanto que se había comprado una avioneta para ir de un concierto a otro junto a su grupo, The Bar-Kays (algunos de cuyos integrantes eran menores de edad y viajaban con permiso de sus padres). Apenas faltaban tres minutos para el aterrizaje cuando la avioneta se estrelló, en medio de una densa niebla, en el lago Manona, cerca de Wisconsin¸era diciembre de ese año. Sólo se salvó el trompetista Ben Cauley, quien salió despedido y se mantuvo agarrado al cojín de un asiento en el agua helada hasta que llegó el rescate; no sabía nadar y nada pudo hacer por sus compañeros. Tres días antes Otis había grabado su icónico ‘Sittin' on the dock of the bay’, que al poco se convirtió en un enorme éxito. Tenía 26 años.

 

Uno de los pioneros del rock fue el recordado cantante, compositor y guitarrista Eddie Cochran, quien dio forma al primer rock & roll y a muchos de los tics que luego fueron habituales en el nuevo género musical, sin olvidar que algunos de su éxitos, como ‘Summertime Blues’, ‘C'mon everybody’ o ‘Somethin' else’, son ya clásicos que siguen sonando tantísimos años después. A comienzos de 1960 decidió irse de gira por Inglaterra junto a su colega Gene Vincent y su novia, la cantante y letrista Sharon Sheeley. El público llenaba los locales noche tras noche, así que decidieron quedarse otros dos meses tocando por todo el Reino Unido. El 16 de abril de ese año actuaron en Bristol y al acabar tomaron un taxi para ir al aeropuerto de Londres. El taxista perdió el control y se estrelló contra una farola. Gene y Sharon sobrevivieron, pero Eddie salió despedido y, horas después, murió en el hospital a causa de las gravísimas heridas. Tenía 21 años.

 

Son sólo unos pocos de la larguísima lista de músicos (incluyendo muchos españoles como Eduardo Benavente, Tino Casal, el teclista y cantante de Triana Jesús de la Rosa, Cecilia, Nino Bravo …) que dejaron la vida en la carretera, de concierto en concierto. El éxito exige tributo.

 

CARLOS DEL RIEGO