Han pasado cinco decenios y medio,
toda una vida. El año que puso fin a la prodigiosa década de los sesenta dejó
abundantes hechos y sucesos en el mundillo del rock & roll, tantos como
para no ser olvidado. No sólo vio discos inmortales, separaciones históricas y
muertes de iconos del rock sino que también fue pródigo en anécdotas y
episodios pintorescos, hilarantes e incluso trágicos.
Puede decirse que en 1970 el rock
& roll había llegado a su mayoría de edad…, a pesar de que no tenía más de
quince años. Las herramientas, estructuras y características propias del estilo
estaban ya bastante fijadas, de modo que el rock estaba preparado para acoger
las nuevas formas que, a lo largo de los años setenta, iban a presentarse y
desarrollarse. Fue 1970 el año de la traumática separación de los Beatles (y de
la publicación de su último disco), con acusaciones y responsables, desprecios
y señalamientos. También a finales de aquel año murieron dos leyendas, dos
nombres que ya están en los altares del rock: Jimi y Janis. Y sucedieron muchas
otras cosas que, pasado tanto tiempo, parecen olvidadas…
Por ejemplo, a pesar de que el nuevo
género musical tenía personalidad y empezaba a ser acogido por el sistema
(aunque para la gran mayoría de la población seguía siendo nuevo, muy ruidoso y
poco recomendable), no dejaba de provocar escándalo. Nombres tan importantes
como John Lennon, Jefferson Airplane o los mencionados Hendrix y Joplin fueron
multados e incluso detenidos por blasfemias, conductas y expresiones soeces y
obscenas, tanto en el escenario como en la calle. Claro que la realidad dejó
las cosas en muy poco, pues con unos cientos de dólares todo se solucionó.
Hablando de Jefferson Airplane, en
abril su cantante Grace Slick fue invitada por Tricia Nixon, hija del
presidente estadounidense Richard Nixon, a una fiesta de té nada menos que en
la Casa Blanca. La vocalista se presentó en la fiesta con el activista político
Abbie Hoffman, quien estaba siendo juzgado por conspirar para provocar
disturbios en la Convención Nacional Demócrata de 1968; de hecho, Hoffman fue
acusado por el gobierno Nixon, aunque luego el juicio contra los Siete de
Chicago fue declarado nulo. Slick y Hoffman planeaban cargar con una fuerte
dosis de LSD la taza de Nixon. Pero no llegaron a ver al presi, puesto que Slick
fue reconocida (curiosamente Hoffman no) al estar en la lista del FBI y fue
invitada amablemente a largarse.
No hacía mucho que se había celebrado
el histórico Festival de Woodstock (1969), que para entonces ya había adquirido
estatus de leyenda. Sin embargo no todo era tan bonito. Así, en enero del 70,
Max Yasgur, el propietario de la granja de Bethel (Nueva York), el lugar donde
tuvo lugar el festival, fue demandado por los granjeros vecinos, que le
exigieron 35 de los grandes por los daños causados por aquella marea humana en
sus terrenos.
Se tiene el de Woodstock como el
espectáculo del rock que más gente congregó, pero los datos desmienten la
afirmación. Y es que a finales de agosto de 1970 se celebró el Festival de la
Isla de Wight (Inglaterra), en la granja East Afton Farm. Aquí se reunieron en
torno a 600.000 personas, con lo que supera en casi cien mil a Woodstock
(cifras estimadas) y se convierte en el festival de rock más grande de todos
los tiempos. Allí tocaron Jimi Hendrix, The Who, The Moody Blues , Chicago, The
Doors, Ten Years After, Leonard Cohen, Ritchie Havens, John Sebastian (de Lovin’ Spoonful), Jethro Tull, Emerson, Lake &
Palmer, el jazzman Miles Davis o la
cantante folk Joan Báez. Además de la impresionante cifra de asistentes, el
cartel era ya una muestra de la versatilidad y de las infinitas posibilidades
del rock.
El cantante de The Kinks, Ray Davies, se
metió una auténtica kilometrada en 1970 por causas que hoy serían
incomprensibles. En junio The Kinks estaba de gira por EEUU, pero Ray se vio
obligado a hacer un viaje de ida y vuelta de Nueva York a Londres (9.600
kilómetros de nada), interrumpiendo la gira. Y todo para regrabar una única
palabra; su nuevo single, ‘Lola’ incluía la marca Cocacola, pero su
discográfica le dijo que si no quitaba ‘cocacola’ la canción sería prohibida
por la BBC, así que el tipo voló a Londres sólo para cambiar ‘cocacola’ por
‘cherry cola’. Y luego volvió a EEUU. Pero es que en noviembre del 70 tuvo que
tomar otro avión urgentemente para Londres para volver regrabar; el tema
‘Apeman’, nuevo single, incluye la frase “La contaminación del aire me nubla
los ojos”, que, decían, suena demasiado a ‘jodido’, ‘colocao’… Cosas de los
sesenta.
El deterioro mental de Jimi Hendrix no
anunciaba nada bueno. En julio tocaba en su ciudad natal, Seattle, pero salió
tan colocado que no dejó de insultar y menospreciar al público, terminando el
concierto con gritos, abucheos y jaleo. Y en septiembre ( el día 6, menos de
dos semanas antes de su muerte), durante la que fue su última gira por Europa,
Jimi fue abucheado en escena por el público alemán, pues tardó horas en
comparecer y dio una actuación desconcertante, con paradas a mitad de canción,
palabrotas, insultos e incluso fallos y olvidos de la letra. Desgraciadamente
no vivió mucho más.
También a finales de 1970 The Doors ofrecen
su último concierto con Jim Morrison, en Nueva Orleans, Luisiana. Al terminar,
los otros miembros deciden no volver a tocar en vivo a causa de lo impredecible
de la conducta de Morrison, que siempre salía a cantar completamente borracho.
Triste suceso fue el que protagonizó el
baterista de The Who, Keith Moon, quien en enero atropelló mortalmente a su
chófer con su Bentley, al salir de un bar (¡cómo no!) mientras intentaba
escapar de una muchedumbre. En el juicio quedó demostrado que la muerte fue accidental.
La de los sesenta fue una década tan
loca como prodigiosa.
CARLOS DEL RIEGO