Los Creedence lograron un éxito eterno con su crítica a los 'hijos afortunados' que no van a la guerra
La guerra está presente en toda la
historia del ser humano; hay pinturas rupestres que así lo demuestran y, desde
el Paleolítico, no ha habido momento sin guerras. Las cosas no han variado y hoy
no faltan frentes de batalla en cualquier continente. El rock no es ajeno al
asunto, de modo que la guerra ha sido tema para muchas y muy buenas canciones
de rock, pop, soul, blues…
Es verdaderamente difícil encontrar un
autor, un grupo o solista que, en mayor o menor medida, no haya mostrado su
repulsa hacia la guerra. Desde Lennon y McCartney (juntos y separados y con
piezas ‘que imaginan’) hasta Rolling Stones, Marley, Neil Young, Michael
Jackson, Bowie… (no hace falta recordar la lista completa), todos han dejado su
impronta en favor de la causa pacifista.
Puede empezarse recordando la
referencia la inutilidad de la guerra que muestra el tema ‘War’, compuesta por
los inefables Whitfield y Strong para Temptations y, con más éxito, para Edwin
Starr. En clave soul y con un atractivo funk muy especial, repite una frase que
es toda una declaración de principios: “Guerra, ¿pará que sirve?, absolutamente
para nada”.
El ‘All together now’, de los ingleses
The Farm, mira hacia la Primera Guerra Mundial, concretamente hacia un suceso
que ocurrió en las navidades de 1914 (y del que se ha hablado muchas veces):
soldados británicos y alemanes apartaron momentáneamente las armas y, en tierra
de nadie (“no man´s land”, dice la letra), jugaron un partido de fútbol “en las
trincheras de Bélgica”. La base musical es el célebre ‘Cannon’ de Pachelbel,
sobre el que los de Liverpool construyeron una canción con aires de los ochenta
pero mirando a los noventa.
Uno de los pocos temas que se sitúan
en la Guerra Civil Española es el poderoso ‘Spanish bombs’, de The Clash. En él
se compara en tono crítico aquel enfrentamiento fraternal español con los
aviones llenos de turistas que viajan a España; hay mención especial a los
“negros coches de la Guardia Civil” y a Lorca; también se apuntó que esas
‘bombas españolas’ tenían una referencia a las bombas de la Eta en los últimos
años 70. Muchas frases en español (con mala pronunciación y escaso sentido) y
un ritmo endiablado la mantienen siempre fresca y lista para el combate.
Otro tema cien por cien de los
ochentas es el ‘Enola Gay’, con el que Orchestral Maneuvres in the Dark
rememoran el horror de la bomba atómica que arrasó Hiroshima; a lo largo del
tema se pregunta si “estará orgullosa la madre de Little boy” (nombre que se
dio a la bomba), pero también da la impresión de aludir a la madre del piloto
que la lanzó, Paul Tibbets, el cual, al parecer, bautizó al avión ‘Enola Gay’
en honor a su madre. Electro-pop vehemente y bailable.
Bob Dylan no denuncia la guerra en ‘Masters
of War’, sino a los que las provocan y se benefician de ellas, es decir, acusa
a todo el entramado industrial que pone en marcha una guerra; señala
concretamente a los que construyen las armas y “se esconden detrás de la mesa
del escritorio”, carga contra los que “juegan con el mundo” y “como Judas
mienten y engañan”, y los condena a todos con el concluyente “incluso Jesús
nunca olvidará lo que hacéis”. Igualmente, ‘Dogs of War’, de Pink Floyd, incide
en la motivación económica de la guerra, siempre urdida por políticos e
industriales de las armas, que usan “carne y hueso como moneda”.
La más recordada en torno a la Guerra
de Vietnam (una obsesión para EEUU) es el ‘Fortunate son’ de Creedence
Clearwater Revival, que denuncia toda iniciativa bélica a través de la guerra del
napalm. El propio John Fogerty explicaba que se le había ocurrido al enterarse
del matrimonio entre el nieto del presidente Dwight Eissenhower y el hijo del
presidente Nixon, y que entonces pensó en que ninguno de ellos estaría envuelto
en ninguna batalla contra el Vietcong, puesto que eran ‘Hijos afortunados’; la
pieza se ha convertido en un himno antimilitarista.
Los inolvidables Ramones, en su
‘Commando’, hablan de las guerras a través de las películas, lanzando versos
tan explícitos como “Ellos se preparan para Vietnam” y luego “Desde Hanoi a
Berlín Este”. También el ‘19’ de Paul Hardcasttle peleaba en la jungla de
Vietnam, señalando que la media de edad de los soldados USA era de 19 años. El
‘21st Century schizoid man’, de King Crimson, insinúa “la inocencia violada con
fuego de napalm”; según desveló el guitarrista Robert Fripp, está dedicada a
Spiro Agnew, que fuera el vicepresidente de Nixon y “que tan simpático nos
cae”. Muy Divertida es ‘Two tribes’, de Frankie Goes to Holliwood, que
escenifica la Guerra Fría y la amenaza nuclear, sobre todo con su delirante
vídeo.
Con ‘Brothers in arms’ Dire Strait rechaza
la Guerra de las Malvinas; el título, ‘hermanos de armas’ o ‘hermanos de
guerra’, puede indicar fraternidad tanto entre compañeros de trinchera como
entre enemigos; en todo caso “somos tontos en hacer la guerra”. Greenday hizo
su poderoso ‘American idiot’ cuando la Guerra del Golfo; denuncia el uso de la
guerra en los medios de comunicación, sobre todo la televisión, que alternaba
escenas de gran violencia con los anuncios más frívolos; asimismo muestra su
desprecio hacia esos estadounidenses que se sienten orgullosos de todo ese
montaje.
Por citar sólo unas pocas.
CARLOS DEL RIEGO
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