domingo, 16 de octubre de 2022

HACE 60 AÑOS THE BEATLES DEBUTARON CON ‘LOVE ME DO’, INVENTARON EL POP Y CAMBIARON EL MUNDO

 


Todo cambió cuando hace 60 años se publicó este disco

A finales de 1962 vio la luz un disco destinado a cambiar la historia de la música, el inolvidable y sencillísimo ‘Love me do’. Aquellos cuatro jovenzuelos iban a marcar un camino por el que cada vez irían más y más músicos en todo el mundo; un camino hoy abarrotado. Pero es que, además, la juventud abrazó aquello que ofrecían los cuatro chavales, con lo que modificaron sus gustos, preferencias e incluso su visión de lo que estaba a su alrededor. Y con los jóvenes cambió el mundo

Sucesos de gran trascendencia ocurrieron a la vez que los Beatles se presentaban ante el mundo. El agente secreto menos secreto y más famoso de la historia, James Bond, 007, aparecía a la vez que los de Liverpool. En torno a la Tierra empiezan a gravitar ingenios y satélites de investigación y, sobre todo, de comunicaciones. Se produce la crisis de los misiles, que mantuvo al mundo al borde de una guerra nuclear… Sí, la novedad absoluta que supuso la nueva forma de hacer e interpretar música que trajeron los Beatles vino acompañada de acontecimientos de gran importancia histórica. 

Paul McCartney había compuesto esta canción en 1958 ó 59, y fue elegida como cara A del primer sencillo de un novísimo grupo. La primera grabación, en junio de ese año, tenía a Pete Best como batería, pero el resultado no gustó a los productores, así que fue despedido y sustituido por Ringo Starr, que grabó la batería en la segunda versión en septiembre; pero la cosa tampoco gustó, así que un mes después se volvió a grabar con un músico de estudio a la batería. El single editado hace 60 años contenía la segunda versión, mientras que el primer Lp del grupo, ‘Please, please me’, incluyó la tercera grabación (con Ringo en la pandereta). 

Parecen muchos esfuerzos para grabar una canción tremendamente sencilla, esquemática, una canción que el más novato de los grupos de hoy aprendería a tocar en unos minutos. Pero entonces no había referencias previas, de modo que Beatles tenían que explorar, que inventar, que probar y probar. Y este es uno de los grandes méritos del cuarteto de Liverpool: abrir puertas, iniciar caminos, mostrar posibilidades, cosa que el grupo hizo muchas otras veces en sus menos de diez años que de vida. 

En ese momento, la música pop acababa de nacer. Cierto que antes habían triunfado ya cantantes melódicos, pero no se les puede considerar pop en el sentido que tal término ha adoptado con los años y se ha asentado como género; tal vez Buddy Holy (muerto años antes) había acercado mucho el rock & roll primigenio a lo que luego sería el pop, pero bien se puede asegurar que no fue hasta la llegada de The Beatles que el público joven identificó y se identificó con ese nuevo sonido. Desde entonces, ha habido grupos de pop en todo el mundo, y todos, absolutamente todos, tienen algo (o mucho) de Beatles y de aquel sencillo ‘Love me do’. 

Esa nueva forma de hacer canciones se demostró ideal para los jóvenes, pues no exigía un gran virtuosismo para tocar y estimulaba la inmediatez y las urgencias juveniles: en tres minutos han de entrar un par de estrofas, estribillo y parte instrumental. Además los textos pop empiezan a ser mucho menos acaramelados que los de los ‘crooners’ (cantantes melódicos y afectados) y empiezan a hablar de chicas de modo irreverente y con dobles sentidos, además de tocar otros temas atípicos hasta entonces; por otro lado, el pop se puede cantar sin tener una gran voz, admite coros e instrumentos impensables y, en fin, cabe perfectamente en el disco pequeño (y sobra espacio). El resultado es directo, instantáneo, fácil de asimilar y, por si fuera poco, tiene intención de perdurar; lo entienden todos los jóvenes y adolescentes y, otro factor a su favor, no lo entendían los adultos. 

Hay que tener en cuenta que géneros tan jóvenes (en todos los sentidos) no exigen mayores complicaciones. De hecho, algunos de los mejores discos de pop y rock están hechos con dos o tres acordes y no necesitan más elaboración, pues en este caso perderían esa chispa juvenil, esa ingenua agresividad que sólo se tiene al comenzar, cuando se es muy joven y no se toca muy bien. Y es que hay muchos (aficionados, periodistas, músicos) que desprecian las canciones sencillas construidas con tres acordes sin darse cuenta de que el pop, el rock y todos sus derivados son estilos totalmente ajenos a los cánones clásicos, no tienen nada que ver con la música clásica o el jazz, donde se valora tanto el virtuosismo de la ejecución como una partitura complicada. El pop transmite emociones juveniles, sencillas y directas, urgentes y apasionadas, y si se consigue emocionar no importa si el guitarrista ejecuta perfectamente un solo dificilísimo o si sabe tocar lo justo. 

The Beatles, con ese ‘Love me do’ de hace seis décadas, demostraron que el pop es una forma musical cuyo principal intención es transmitir excitación, agitación, incluso delirio. Y ningún otro género consigue tanto (el rock es más áspero, más resabiado, más gritón) ni tan rápidamente. Hace seis décadas el mundo cambió. Y no sólo en lo artístico, en la forma de vestir, llevar el pelo o en la idea de tocar en directo en grandes escenarios, sino también en el concepto de grupo musical que escribe y canta sus canciones, lo cual derivará en que millones de jóvenes en todo el mundo quieran hacer eso, dedicarse a eso, con lo que la industria de la música experimentará un cambio radical y convertirá el pop y el rock en algo imprescindible. 

Desde aquel primerizo ‘Love me do’, el mundo fue otro. 

CARLOS DEL RIEGO

 

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