miércoles, 13 de noviembre de 2024

LOS REGISTROS HISTÓRICOS DEMUESTRAN QUE LAS INUNDACIONES NO SON PRODUCTO DEL CAMBIO CLIMÁTICO

 


La gran riada que sufrió Murcia en 1879, según el famoso ilustrador Gustavo Doré

 

Después de inundaciones, gotas frías, riadas y otras catástrofes por agua hay muchos que tienden a echar la culpa al cambio climático, que es el comodín o solución de talla única para todo. Sin embargo, los datos históricos señalan que todo el litoral mediterráneo español ha visto infinidad de calamidades como la que ha tenido lugar en la región valenciana en 2024

 

Hay noticias de desastres de este tipo mucho antes de que se empezara a hablar de cambio climático y, evidentemente, siglos e incluso milenios antes de que se iniciara cualquier actividad industrial y el consumo global de combustibles fósiles.

 

La cuenca del Turia-Júcar ha sufrido episodios de inundación de forma más o menos periódica, y de ello se tiene constancia desde épocas romana e islámica. La región de Valencia presenta inequívocos registros geo-arqueológicos de inundación, y están acreditados por cronistas e historiadores desde el siglo XIV. Se tiene crónica segura de gotas frías desde el año1328 en la cuenca Turia-Júcar, y se han registrado de modo recurrente desde entonces cientos de sucesos de este tipo que han causado grandes desastres en toda la zona. Se sabe que en 1473 se produjo una inundación que arrasó cientos de casas en torno a Alzina; otras posteriores marcan inundaciones que van desde 2.80 metros hasta casi 4 metros en Camino Real, Alzira, Carcagente … Hubo años en que apenas se produjeron riadas y desbordamientos importantes, mientras que otras épocas vieron varias catástrofes en un año.

 

En la cuenca del Segura se han registrado y acreditado alrededor de trescientos siniestros provocados por riadas, desbordamientos o lluvias torrenciales desde el siglo XIII. Los escritores, cronistas e historiadores señalan los tremendos aguaceros de la segunda mitad del año 1259; las aguas inundaron y destruyeron miles de hectáreas de la huerta, mientras que el barro y todos los materiales arrastrados por el agua cegaron todos los cauces de acequia hasta el punto que aquellas tierras no recibieron agua del río durante casi ochenta años. En 1416 se desbordaron los ríos Guadalentín y Segura, llegando la avalancha de agua a derruir parte de la muralla de Murcia y destruir más de seiscientas casas. En 1504-05 volvieron a desbordarse catastróficamente ambos ríos perdiéndose todos los sembrados e incluso inundando la ciudad de Murcia y toda su huerta… Durante los siglos siguientes se repitió una y otra vez la crecida e inundación, como demuestra la kilométrica relación de riadas y desastres por agua que ofrece la ‘Cronología de riadas de la cuenca del Segura’ en la página web de la cuenca hidrográfica del Segura.

 

En fin, por más que los políticos organicen reuniones y conferencias sobre el clima y sus cambios (a las que acuden en aviones privados), por más que ciertos científicos (enchufados y colocados a dedo en los diversos organismos y generosísimamente subvencionados), la realidad es que no está sucediendo nada que no hubiera sucedido en el pasado. Y por mucho que se reúnan, parloteen y dicten leyes y restricciones para las clases medias, donde hubo riada volverá a haberla, y será catastrófica si no se atiende a la realidad y sí a la ideología-religión del ecologismo y el cambio climático; de hecho los feligreses suelen decir ‘este cree y este no cree’ en el cambio climático, es decir, un asunto científico se ha convertido en dogma, en religión, con creyentes e infieles.

 

El negacionista es el que niega la evidencia, y hasta el momento ésta señala de modo irrefutable que no se ha cumplido ni una sola de las grandes calamidades que se vienen vaticinando desde hace más de medio siglo. Resulta sorprendente, por tanto, que nadie eche en cara a los profetas de la apocalipsis climática los fallos constantes de sus predicciones; por ejemplo Al Gore con su película ‘Una verdad incómoda’, quien en el año 2006 vaticinó que en diez años se fundirían los hielos polares, habría inundaciones de cientos de ciudades costeras, desaparición de miles de islas de Polinesia y Micronesia, extinción de especies animales… Se cumplió el plazo hace casi una década y nada de eso ha ocurrido. Y aun así hay muchos políticos y empresas que sacan copiosos réditos políticos y económicos negando la realidad y aprovechándose del miedo que han metido a la gente.

 

Se ha inculcado ese miedo a la población, que se ve asaltada por la propaganda catastrófico-climática desde todos los ángulos. Hasta el punto de que en las conferencias sobre el cambio climático se atribuye a éste cualquier desastre natural, como las riadas, lluvias torrenciales e inundaciones, a pesar de que la evidencia y los registros históricos señalan que son hechos naturales desde hace milenios.

 

CARLOS DEL RIEGO

 

miércoles, 6 de noviembre de 2024

EL ROCK SIEMPRE SE HA REBELADO CONTRA LOS POLÍTICOS

 


Los grupos de rock siempre han sido rebeldes y desafiantes con la autoridad

 

Una vez más (la enésima) la casta política se retrata: cobardes, escurre el bulto, aprovechados, embusteros, sembradores de cizaña… Ya sea en medio de un desastre o en momentos sin grandes noticias, los políticos no dejan pasar oportunidad para demostrar su bajeza moral; debe ser que esta actividad corrompe invariablemente (como dijo Galdós en el siglo XIX). El rock siempre ha sido rebelde e inconformista, por lo que no son pocas las canciones que han señalado a ‘esta gente’ 

 

El rock & roll siempre ha sido vehículo ideal para lanzar mensajes de todo tipo, de modo que aunque la mayor parte de las veces hable de las cosas que en realidad preocupan a los veintitantos, hay muchas ocasiones en que el autor escribe de otras cosas que exigen mayor compromiso. Siempre ha habido cantantes protesta, compositores con temáticas sociales y costumbristas, grupos que ofrecen textos airados y exaltados contra las clases altas y, por supuesto, también bandas y letristas que se han atrevido a lanzar discursos eminentemente políticos envueltos en guitarras distorsionadas.

 

Aunque no fuera exactamente rock & roll, el músico que antes escribió en contra de los poderosos fue Woody Gutrie, que en los años de la Gran Depresión en Estados Unidos clamó contra las injusticias perpetradas o facilitadas por los políticos. En épocas más cercanas, los grupos de rock no han dejado de apuntar y tirar contra esta casta de charlatanes. Así, letras de The Clash y casi todas de los Manic Street Preachers, algunas de U2 y de REM, de los Creedence y de Rage Against The Machine, e incluso Beatles y Rolling Stones también han dado un paseo por esos caminos. Asimismo los grupos de punk y sus variantes casi siempre están inmersos en tales temáticas, pero su calidad es generalmente muchísimo más baja, y sus canciones suelen ser toscas y maniqueas.

 

No es fácil crear rock con carga política sin caer en lo fácil y demagógico, y mucho menos si dicha carga ha de ser envuelta en una buena canción con melodía sencilla y fácil de asimilar. Aunque no sean lo que se dice superventas,  merecen ser mencionadas dos canciones que combinan un texto minado contra políticos con un rock sólido y atractivo (cada uno tendrá las suyas, lógicamente); se trata del ‘Solidarity’ de Angelic Upstairs y el ‘The deceiver’ de The Alarm, dos piezas arrebatadoras, pasionales y construidas sobre rotundas bases rock.

 

‘The deceiver’ viene a significar algo así como ‘el impostor’. Es un tema publicado por el grupo británico (galés) The Alarm para su álbum ‘Declaration’ (1984). El grupo de Mike Peters siempre hizo canciones muy ideologizadas y siempre prestando gran atención a las melodías. Además de ‘The deceiver’ también son de conocimiento imprescindible piezas como ‘Sixty eight guns’, ‘The bells of Rhymney o ‘The chant has just began’. ‘The deceiver’ posee una melodía excelsa, un ambiente denso y apasionado y unos cortes y cambios que transmiten inquietud. La letra no usa tacos ni dedos acusadores, pero se entiende todo, y entre sus versos destacan pensamientos como “eres el poder y la gloria, como el ascenso y caída del Imperio Británico”; no faltan palabras acusatorias como impostor o manipulador, o delatoras como “tu presunción me pone enfermo”, “eres la codicia y el engaño”, “tus promesas se van a la basura” o “muerdes las manos que te alimentan”. No se menciona directa o explícitamente, pero se deduce con facilidad de que ese impostor (‘deceiver’), ese manipulador mentiroso y codicioso no puede ser otro que el político.

 

Los ingleses Angelic Upstarts son asimismo paradigma de grupo de rock impregnado de ideología. Surgido en plena vorágine punk (en el 77), Angelic Upstarts (sobre todo su líder, ‘Mensi’) fue desde su comienzo antirracista y antifascista, pero paradójicamente su mejor canción, ‘Solidarity’ (1983), es una canto de hermanamiento con los obreros polacos del sindicato Solidaridad, dirigido por Lech Walesa, que entonces se rebelaban contra la dictadura comunista del general Wojciech Jaruzelsky, jefe del partido comunista polaco y de las fuerzas armadas, y autor de leyes represivas que desembocaron en muertes, desapariciones y encarcelamientos por causa política o racial. El grupo antifascista se revela también anticomunista. ‘Solidarity’ es un auténtico himno que comienza suave y poco a poco va subiendo de intensidad hasta llegar a un clímax irresistible gracias a un canto inspiradísimo, fácil de retener e imposible de olvidar; es una canción que agarra para siempre. La letra comienza dejando bien claro su simpatía con los obreros polacos y el mencionado sindicato; habla de unidad, de darse la mano contra el tirano para que aprenda la lección; “dales esperanza, dales fuerza, dales fe” repite varias veces, y otras tantas se vuelve poética e incluso romántica, “como una vela ardiendo en la noche oscura, estaréis en nuestras almas y en nuestras mentes”.

 

Podrían añadirse muchas otras, como el ‘Two tribes’ (1984) de Frankie Goes to Wolliwood, en el que con mucha sorna rechaza a los presidentes de Estados Unidos y la Unión Soviética. O el ‘Bonzo goes to Bitburg’ (1986) de Ramones, en el que claman contra Ronald Reagan y Helmut Kohl. O el ‘God save the Queen’ (1977) de Sex Pistols, que carga contra la corona y el ‘régimen fascista’ e Inglaterra…

 

Son ejemplos de que se puede hacer rock con intención ideológica, política y social sin que deje de ser estrictamente rock.

 

CARLOS DEL RIEGO

 

miércoles, 30 de octubre de 2024

EL GENOCIDIO DE AMÉRICA (CON SACRIFICIOS HUMANOS Y CANIBALISMO) TERMINÓ CUANDO LLEGARON LOS ESPAÑOLES

 



 Los sacrificios humanos y el canibalismo eran prácticas comunes en toda la América precolombina, en donde el pueblo dominante masacraba sin piedad a sus vecinos

Lo que los españoles se encontraron en América fue lo más parecido a una película de terror, de ‘gore’, de crueldad sin límites, sangre y violencia llevada a unos extremos inimaginables. Realmente el nuevo continente era escenario de aterradores genocidios casi a diario, con sacrificios humanos y canibalismo como factores comunes a todos los pueblos, y con diversas ‘particularidades’ propias de cada pueblo, tribu o cultura. Estos genocidios cotidianos terminaron cuando llegaron los españoles, que los prohibieron y combatieron, es decir, el genocidio no empezó sino que terminó al llegar las tres carabelas

 

De sobra conocidas eran las costumbres de los aztecas, que siempre, todo el año, estaban atacando a pueblos vecinos (tlascaltecas, totonacas, tarascos, zapotecas…) para hacerse con víctimas para el sacrificio (arrancándoles el corazón en vivo), para esclavitud o directamente como reses de carne; los brazos y los muslos eran lo más apreciado en la cocina azteca, y por eso se reservaban para capitanes y sacerdotes; el pueblo llano se debía conformar con el resto… Si era un día de gran celebración se llegaban a sacrificar mil personas en las diversas pirámides (los cu), extrayéndoles el corazón y ofreciéndoselo al dios Huitzilopotchli (que cada día tenía que vencer a las tinieblas y, para ello, necesitaba sangre y corazones a diario). A comienzos del año azteca  (el 2 de febrero), durante todo el mes se sacrificaban casi exclusivamente niños, que sabían perfectamente a dónde los llevaban y lo que les esperaba, por lo que todos iban llorando…, cosa que alegraba mucho a los sacerdotes porque las lágrimas de los niños (incluso de tres años) eran pronóstico de abundancia.  

 

También era costumbre a final del año azteca la fiesta del fuego, en la que arrojaban a las llamas a los esclavos vivos, pero antes de que dejaran de gritar los sacaban para extraerles el corazón y ofrecerlo al dios correspondiente. En el estreno de la gran pirámide de Tenochtitlán (en 1487, antes de la llegada de Colón) estuvieron cuatro días y cuatro noches sacrificando sin parar. Los sacerdotes jamás se lavaban, por lo que iban siempre totalmente cubiertos por unas costras de sangre seca y putrefacta.

 

Práctica común entre los incas (de todos los territorios andinos, en realidad) era reutilizar los cadáveres de los vencidos: con los huesos hacían flautas para tocar en las celebraciones, cráneos como vasos para beber en rituales importantes, cueros cabelludos como cascos o para hacer hondas, dientes usados como amuletos en las batallas…, y tambores de piel humana. Estos se llamaban ‘runatinya’ y para su fabricación se despellejaba a capitanes o grandes guerreros enemigos, con la barriga se hacía el ‘parche’ del tambor, al que iban unidos los brazos del desollado con percutores en los extremos, de modo que en los grandes desfiles, y con el movimiento, debía parecer que el ‘tambor’ se tocaba a sí mismo. Los guerreros iban adornados con ‘trozos’ de enemigos colgando.

 

En la zona suroriental de la actual Colombia vivía el pueblo de los paeces, que eran antropófagos, y para conseguir la ‘carne’ estaban siempre en guerra con todos los pueblos que estaban a su alcance. En 1540 se aliaron con sus enemigos los yalcones para luchar contra los españoles. Trazaron un plan de ataque, primero los yalcones y luego los paeces, pero cuando llegó su turno de ataque, los paeces se quedaron mirando, viendo tranquilamente cómo los españoles ponían en fuga a los yalcones, que sufrieron grandes pérdidas. Entonces, los paeces cayeron sobre sus ‘aliados’, a los que cazaron fácilmente y sin riesgo…, dándose luego un gran festín y guardando una buena provisión de ‘carne’.

 

Un marino alemán que naufragó en la costa de Brasil a finales del siglo XVI (Hans Staden) contempló las costumbres de los indios tupinamba. Los prisioneros eran arrastrados al centro de una plaza, donde los hombres se iban pasando la maza ritual e iban aplastando los cráneos de las víctimas, de modo que cuando los sesos salían disparados todos gritaban y bailaban; entonces las ancianas se acercaban a beber la sangre, mientras los niños se empapaban sus manos con los trozos de los cerebros y las madres con bebés se untaban los pezones de sangre para que sus hijos también ‘degustaran’ la fiesta. Luego el cuerpo era troceado y colocado en algo parecido a una parrilla, donde también se congregaban las ancianas para paladear la grasa que caía… 

 

Todo ello reconocido por los propios indios expertos en culturas precolombinas, que reconocen hoy sin ambages que “todos los sacrificados iban aterrorizados, muchas veces suplicando (…) y morían en un espantoso dolor”. Muchos se desmayaban y era arrastrados por el pelo hasta el lugar de sacrificio, donde eran despertados antes de…

 

La relación de atrocidades podría ser interminable. La América precolombina era escenario de aterradores genocidios, de modo que para la gran mayoría de sus habitantes la vida era un verdadero infierno, no un paraíso. Lejos de genocidas, los españoles fueron la liberación de los pueblos oprimidos de América, que eran casi todos.

     

(Si se quiere comprobar esta información, consúltese a autores como María Isolina Comas, Carlos Cuervo Márquez, José María Iraburu, José Vasconcelos, John Lynch, Marvin Harris, Díaz del Castillo… También hay abundantes pruebas arqueológicas).

 

CARLOS DEL RIEGO

 

miércoles, 23 de octubre de 2024

EL ASUNTO DEL DINERO EN LOS ROLLING STONES Y LAS DIFERENCIAS ENTRE UNOS Y OTROS, SEGÚN BILL WYMAN

 


Bill Wyman, que ya tiene 88 primaveras, confiesa que siempre vivió justo de pasta, a diferencia de Mick y Keith

Formar parte de un grupo de rock con éxito es (o ha sido) el sueño de muchos desde que el rock & roll se convirtió en fenómeno global. Sin embargo, no todo el mundo sabe que muchos de los que tocan junto a las grandes estrellas ganan mucho menos de lo que se supone. De hecho, quienes ganan pasta gansa son los autores de las canciones, mientras que el resto de los integrantes de la banda jamás ven grandes cifras en su cuenta. Un ejemplo es el que fuera bajista de los Rolling Stones, Bill Wyman, quien asegura que él, el batería Charlie Watts y Ron Wood siempre estaban muy justos de dinero 

 

Recientemente el que fuera bajista de los Rolling Stones desde el primer momento, Bill Wyman, contó en una revista especializada (Classic Rock) que debería haber dejado la banda mucho antes de 1993, cuando cesó toda relación profesional con Jagger y Richards. Y la causa es que tanto él como el guitarrista Ronnie Wood y el baterista Charlie Watts casi siempre tenían apuros económicos, deudas y descubiertos bancarios mientras los otros dos nadaban en la abundancia.

 

Wyman habló del asunto con contundencia: “Sin duda debería haberme largado mucho antes…, ya en la década de los ochenta. Recuerdo que hicimos la gira ‘Steel Wheels/Urban Jungle’ durante 1989-90 después de siete años de no hacer nada…, bueno pues aunque resulte difícil de creer terminé aquel año con un descubierto bancario de 200.000 libras. Ni Charlie, ni Ron ni yo estábamos ganando nada, apenas un sueldo mísero”.

 

Todo lo contrario que los que siempre firmaron las canciones propias de los Stones. Wyman habla con algo de resquemor: “Mick y Keith eran muy ricos, ganaban muchísimo, de modo que lo que ganáramos los otros no les importaba nada. Pero Charlie, Ronnie y yo apenas ingresábamos lo justo para sobrevivir. Mucha gente no sabe que Ronnie empezó a hacer y vender arte para alimentar a su familia, porque con lo de la banda no le llegaba”. El emblemático bajista recuerda con cierta amargura: “Por eso, cuando empezamos la gira ‘Steel Wheels/Urban Jungle’ de 1989 (tras siete años de no salir de casa) pensé que sólo serían un par de años, porque para entonces yo estaba ya haciendo muchas cosas al margen del grupo”.

 

Parece que el asunto del parné llegó a ser tan importante como la música (o casi). Wyman recuerda que a mediados de 1971 los miembros de Rolling Stones decidieron huir de la presión fiscal británica, fijando su residencia en paraísos fiscales. “No teníamos dinero”, explica el músico. "Allen Klein (turbio personaje que fue mánager de los Stones de 1968 a 1970) tenía y disponía de todo el dinero, y cuando lo necesitabas tenías que rogarle que te enviara algo de pasta”. Es más, según confiesa: “Yo tenía casi siempre números rojos en la cuenta bancaria; quiero decir que no estaba de fiesta y excesos todo el tiempo, sino que estaba preocupado por cómo hacer frente a gastos y facturas. Realmente fue una pesadilla”.

 

Los problemas económicos habían llegado antes. “A finales de los sesenta el  primer ministro Harold Wilson (1964-1970 y 1974-76) aumentó los impuestos a porcentajes abusivos, hasta el noventa y tres por ciento. Fue algo absurdo, de modo que decidimos irnos de Inglaterra. Nos fuimos porque debíamos tanto dinero a Hacienda que jamás llegaríamos a ganar lo suficiente para pagar. La marcha fue inevitable…, pero luego nos acusaron de ser unos multimillonarios caprichosos e insolidarios y que nos íbamos porque no queríamos pagar nuestras deudas; la realidad era muy distinta”.

 

Y aun va más atrás: “Cuando murió (1969), el pobre Brian Jones debía al banco más de treinta mil libras. Y cuando yo compré una casa en Suffolk apenas tenía mil libras en el banco, por lo que hice lo que cualquiera, recurrir a una hipoteca con la esperanza de seguir ingresando lo suficiente para pagar”.

 

Sorprende que, aun siendo ‘secundarios’ en The Rolling Stones, siempre estuvieran a dos velas: “Las cosas siempre estuvieron así de mal para nosotros tres. Mick y Keith eran ricos porque tenían los derechos de autor y los de publicación de canciones, pero Brian, Charlie y yo, y posteriormente Ronnie, no ganábamos ni la décima parte de lo que ellos recibían. Lo justo para ir tirando”.

 

En pocas palabras y como dice el refrán “no es oro todo lo que reluce” en el mundillo del rock & roll.

 

CARLOS DEL RIEGO

 

miércoles, 16 de octubre de 2024

EXIGEN A ESPAÑA ‘PAGAR’ POR LA CONQUISTA. ¿CUÁNTO COSTARON LAS UNIVERSIDADES Y HOSPITALES?

 


Parte del hospital que fundó en 1521 Hernán Cortés, el Hospital del Niño Jesús u Hospital de Jesús, que aun sigue funcionando

 

El Presidente de Venezuela, tan ignorante como malintencionado, utiliza la vieja estratagema de desviar la atención de los problemas de su país exigiendo disculpas y ‘pagos’ a los españoles por la conquista. Parece increíble que aun haya quien se trague tamaña bola, a un lado y otro del océano, a pesar de las evidencias históricas que resplandecen a poco que se busque

 

Libros de cronistas, obras de historiadores, ensayos y estudios de especialistas desmienten con total y absoluta certeza la creencia de una España depredadora en América. Cierto que hubo violencias y ladrones (exactamente igual que hoy), pero estaban fuera de la ley, pues todas las que se promulgaban prohibían explícitamente el maltrato a los indios, el engaño o el robo de sus propiedades. Así, si el tiranuelo venezolano (que se quedará en el poder por encima de las urnas hasta que no pueda más) exige que España “pague” por la conquista, bueno es recordarle las universidades y hospitales que España construyó en Venezuela y que tan incontables e importantes beneficios llevaron a este país (sin contar vías de comunicación, infraestructuras, colegios de primeras letras, de segunda enseñanza y de artesanos, iglesias y catedrales, plazas, bibliotecas…). 

 

Más de cuarenta universidades se fundaron en la América Española a lo largo de tres siglos, muchas de las cuales siguen funcionando y destacando con orgullo su año de fundación. La primera universidad fundada en toda América fue la de Santo Domingo en 1538, aunque existe la disputa con la de San Pablo de México y San Marcos de Perú, ambas constituidas en 1551, debido a discrepancias burocráticas de la época. Centrándose exclusivamente en las de Venezuela se pueden mencionar la Real Universidad de Santa Rosa, Caracas, fundada en 1721; la de San Buenaventura, Mérida, en 1810, que hoy sigue funcionando con el nombre de Universidad de los Andes. Y hay que tener en cuenta que la actual Venezuela formaba para del Virreinato de Nueva Granada junto a Colombia y Ecuador; en este virreinato se fundaron varias otras universidades, como la de Santo Tomás, Bogotá, Colombia, en 1580; la de San Fulgencio en Ecuador en 1586; la de San Gregorio, Quito, Ecuador, 1621… Lógicamente todas contaron con grandes maestros y profesores formados en España y que posteriormente fueron sustituidos por docentes autóctonos. ¿Cuánto costaron estas universidades?, ¿cuánto dotarlas y mantenerlas? ¿Debería España exigir el reembolso de todo aquello?

 

No hay más que echar un vistazo a la lista de hospitales erigidos por la Corona Española en Hispanoamérica para asombrarse: alrededor de un millar en los tres siglos de presencia española en aquellos territorios. Ya los Reyes Católicos habían dejado ordenado, en el capítulo 12 de sus Instrucciones: “… hacer en las poblaciones donde se viere que fuera más necesario casa para hospitales en que se acojan y curen los pobres, así de los cristianos como de los indios”. Posteriormente, con Carlos I (Leyes de Burgos, 1512, Leyes Nuevas 1542) y sus sucesores continuaron construyéndose hospitales por toda Tierra Firme e Islas. Había hospitales especializados en indios, en niñas y mujeres, en contagiosos, en negros y mulatos…, y acogían tanto a indios como a mestizos y españoles, a mulatos y negros, pobres y caciques…

 

El primero fue el Hospital de Jesús (fundado por Hernán Cortés) en México en 1521, y que en su acta fundacional se lee: “… para españoles, indios y castas”. También hay que remarcar el Hospital de los Naturales, fundado en 1549 en Lima, y destinado exclusivamente a los indios, como dice su lema “Indorum pauperem pater”. Concretamente en Venezuela, entre los siglos XVI y XVIII se fundaron 29 hospitales (en el Virreinato de Nueva Granada fueron cientos). El primer hospital erigido en la Historia de Venezuela fue el Hospital del Espíritu Santo, en Cartagena de Indias en el año 1562. Luego el Hospital de San Lázaro, en Barquisimeto, en 1565; el Hospital de los Reyes, Caracas, en 1590; el Hospital de San Pablo, Caracas, en 1597; el Hospital de San Juan de Dios, en Mérida, Venezuela, en 1630, y otro del mismo nombre en La Guaira en 1743… Casi una treintena de ‘casas de hospital’ para atender de cualquier dolencia a todo el que lo necesitara, fuera quien fuera.

 

Todo ello es muy fácil de comprobar por cualquiera. Así, ¿fue esto genocidio?, ¿imperialismo depredador a la inglesa, francesa u holandesa?  

 

CARLOS DEL RIEGO

 

jueves, 10 de octubre de 2024

ROGER WATERS Y DAVID GILMOUR, ENEMIGOS ÍNTIMOS CON PINK FLOYD DE FONDO

 


Roger Waters, enfadado con quien se atreve a llevarle la contraria

 

Recientemente se ha reavivado (si es que alguna vez se enfrió) el duro enfrentamiento entre los artífices de los grandes éxitos de Pink Floyd, Roger Waters y David Gilmour. Así, preguntado éste si existía la posibilidad de volver a verlos juntos sobre un escenario, el guitarrista sentenció tajantemente: “Absolutamente ninguna”. La enemistad, la inquina mutua de dos leyendas del rock vive nuevos episodios

 

No hay que olvidar que el año pasado las hostilidades entre ambos se volvieron abiertas, duras, acusatorias e insultantes. La esposa y colaboradora de Gilmour, Polly Samson, escribió en las redes que Waters era un “apologista de Putin, un megalómano mentiroso, ladrón e hipócrita, un evasor de impuestos, un misógino y enfermo de envidia que, además, hace playback”. Gilmour reenvió el mensaje y añadió que “Cada palabra es demostrablemente cierta”.

 

Y no hace mucho el guitarrista y cantante echó más leña a la hoguera: “Tiendo a alejarme de las personas que apoyan activamente a dictadores genocidas y autocráticos como son Putin y Maduro”. Por todo ello, sentencia Gilmour: “Nada, absolutamente nada me haría compartir escenario con alguien que apoya y aplaude el trato que esos y otros como esos dan a disidentes, a las mujeres, a los homosexuales. Con quien sí me encantaría volver al escenario es con Rick Wright (teclista de Pink Floyd fallecido en 2008), a quien Roger trató tan mal y que era una de las personas más amables y con mayor talento musical que he conocido". No se deja nada, no se corta nada el señor Gilmour .

 

Otro motivo de disputa, de guerra abierta, es el grupo que compartieron, pero esto parece haberse solucionado. Pink Floyd ha vendido no hace mucho su catálogo musical, su nombre y su imagen por 400 millones de dólares (no se incluyen los derechos de autor). El acuerdo, del que se venía hablando desde hacía tiempo, supuso un alivio para Gilmour, que había estado buscando distanciarse de su antigua banda y de quien se adueñó de ella: “Mi sueño era quitarme de encima la toma de decisiones y las discusiones que conlleva mantener la maquinaria en marcha. No me interesaba la venta desde un punto de vista financiero. Sólo me interesaba salir del baño de barro en el que he estado metido por culpa de alguien desde hace mucho tiempo”.

 

Waters siempre ha cargado contra todo aquel que le lleva la contraria, contra todo el que se atreve a tener ideas distintas a la suya (evidencia de mentalidad totalitaria y fascistoide de quien se cree comunista siendo millonario). Sus iras se han vuelto contra el cantante de U2, Bono. Se ha sabido que al comenzar la guerra de Israel contra Hamás e Hizbolá, en una  entrevista con el canal islamista Al Jazeera TV (un medio fiable y veraz, claro), Roger Waters insultó e incluso amenazó a Bono después de que éste se acordara en el escenario de las víctimas de los ataques terroristas de Hamás en Israel en octubre de 2023. El bajista echó sapos y culebras por la boca: “Cualquiera que conozca a Bono debería engancharlo por los tobillos y sacudirlo hasta que deje de ser un enorme trozo de mierda. Tenemos que empezar a hablar con esta gente y decirles que su opinión es repugnante y degradante”.

 

Nadie es un santo, nadie es perfecto, nadie tiene la razón absoluta. Pero es evidente que Roger Waters no es lo que se dice un modelo de demócrata que acepta opiniones diferentes a la suya. No puede extrañar que un ególatra de este calibre (dotado de gran talento) vaya sembrando insultos, odio, cizaña.

 

CARLOS DEL RIEGO

 

miércoles, 2 de octubre de 2024

LAS REALIDAD Y LOS HECHOS DE ESPAÑA EN AMÉRICA CONTRADICEN LAS MENTIRAS DEL PRESIDENTE DE MÉXICO

  

La primera imprenta de América la llevaron los españoles a México en 1539 

Nuevamente un presidente de alguna de las repúblicas hispanoamericanas vuelve a tratar de desviar la atención, a intentar crear una cortina de humo que oscurezca los verdaderos problemas de su país, a procurar la manipulación del pueblo con el señalamiento de un culpable. Y siempre recurren al asunto de la conquista de América. Y ello a pesar de que los datos, las evidencias y la propia Historia cuentan justamente lo contrario que esos gobernantes

 

El Presidente de México y su sucesora tienen el país patas arriba. Hay un problema de violencia aterrador, con unos 30.000 asesinatos al año (estudiantes, mujeres, políticos, periodistas…); corrupción generalizada, narcotráfico a escala industrial, enorme pobreza, abismales desigualdades, presos políticos, miles de desaparecidos…, por no hablar de lo olvidados y arrinconados que tienen a los indios, que no paran de exigir que se los atienda hoy en lugar de mirar tanto a los del pasado. Sin embargo, esos presidentes vuelven una y otra vez a lo que sucedió hace medio milenio, o sea, lo que tienen ante sí les preocupa mucho menos que lo que pasó hace siglos.

 

El caso es que, por mucho que digan los iletrados, los esclavos de la ideología, los malintencionados y los enemigos de la verdad basada en crónicas, documentos, hechos o números, lo cierto es que la acción de España en América fue, a pesar de todos los excesos que también son históricos, la mejor de todas las llevadas a cabo por las potencias coloniales. Todo esto es realidad irrefutable:

 

México no existía en 1520 (tardaría tres siglos). Allí había un pueblo dominante (aztecas) que oprimía, sacrificaba, esclavizaba y se comía a los de los pueblos vecinos. Lógicamente, todos estos pueblos se aliaron con los recién llegados (se hubieran aliado con cualquiera), de manera que el ejército de Cortés que tomó Tenochtitlán estaba integrado por un 99.5% de indios y un 0.5 de españoles. Fueron los indios los que conquistaron.

 

Las leyes promulgadas por la corona española siempre fueron en beneficio del indio. Así las Leyes de Burgos, promulgadas por Fernando el Católico en 1512, seguramente siguiendo lo dispuesto por Isabel en su testamento, en el que insistía en el buen trato que había que procurar a los indios; y las Leyes de Indias o Nuevas Leyes que firmó Carlos I en 1542 “hechas para (…) el buen tratamiento y conservación de los indios”. Es decir, la ley prohibía maltratar, engañar o robar a los nativos; el problema es que el centro de poder estaba muy lejos del lugar de los hechos, de manera que quien violaba la ley estaba protegido por muchos miles de kilómetros.

 

De esto puede deducirse que quienes cometieron las violencias y los excesos fueron delincuentes que se pasaban la ley por ahí (tal y como sucede hoy), y por eso muchos de ellos se enfrentaron a ‘juicios de residencia’. Por tanto, puede decirse que nada hay que achacar al gobierno de España y no se le puede exigir compensación o excusas. Además, los conquistadores actuaron por su cuenta, sin fondos públicos, es decir, la conquista fue iniciativa privada. 

 

Cuando se fueron los españoles de América (primera mitad del siglo XIX) casi tres cuartas partes de la población (en algunos casos más) eran indios, y actualmente hay más que cuando llegó Colón. La catástrofe demográfica sufrida en América se debió a las enfermedades, causantes del 90% o más de las muertes. Hay que tener en cuenta que, tarde o temprano, barcos europeos o asiáticos habrían llegado a América y llevado consigo las enfermedades. Tarde o temprano el tifus, viruela, gripe, sarampión… habrían llegado a América, lo que significa que antes o después los indios tendrían que pasar por la plaga y los muertos hasta conseguir la inmunización. Un proceso exactamente igual al que pasaron los habitantes del resto del planeta siglos antes. España, por tanto, no causó aquellas mortandades.

 

Acusan a los españoles de haber robado riquezas incontables, sobre todo oro. El dato irrefutable es que España extrajo de América no mucho más de 200 toneladas de oro en 300 años; más o menos la cantidad que ha sacado el Presidente de Venezuela del entorno del río Orinoco en 10 años. España utilizó más de la mitad del oro en construir más de mil hospitales (para indios, mestizos y blancos, se especificaba en los estatutos fundacionales), unas 40 universidades, cientos de escuelas de primeras letras y colegios de segunda enseñanza, vías de comunicación, infraestructuras (el primer sistema de alcantarillado del Imperio Español se construyó en América), catedrales, ciudades…; nunca se ha sabido a dónde se ha ido el oro extraído por el dueño de Venezuela, aunque se tiene ligera idea.

 

Los misioneros españoles fueron los primeros en aprender los idiomas nativos, del nahua al quechua, e incluso escribieron diccionarios bilingües y obras en las que se recogían tradiciones, costumbres y mitología local. Gracias a ellos se conserva todo aquello. También llegaron, procedentes de España, la escritura, la rueda y los metales, toneladas de herramientas, ganado y semillas, arquitectos, maestros de obra, profesores, maestros y libros (se sabe que a final del siglo XVI llegó una partida de 40.000 libros). La primera imprenta de las Américas se instaló en la ciudad de México en 1539.    

 

Lo que sí impusieron por la fuerza los españoles fue la prohibición de los sacrificios humanos y el canibalismo, y a cambio llevaron la filosofía, Grecia y Roma, una moralidad en la que el individuo está asistido por derechos, una lengua universal que une a todos y que es comprendida en todo el mundo, una organización y administración territorial, social, jurídica…

 

Es evidente que América debe mucho a España. La Historia y los hechos así lo demuestran. No hay, por tanto, razones para acusar.       

 

CARLOS DEL RIEGO

 

miércoles, 25 de septiembre de 2024

EL TIEMPO DE LA MOVIDA, RECUERDOS DE LIBERTAD

 


Andy Warhol llegó a Madrid para ver por sí mismo qué era eso de la movida. En la foto, con Carlos G. Berlanga y Bernardo Bonezzi

 

En los primeros años setenta del siglo pasado había quien afirmaba que cuando muriera Franco habría otra guerra civil. Pero murió y no hubo guerra. Al revés, llegó la apertura, la libertad y la democracia; la gente, la juventud, las calles fueron hervideros de libertad. Ese fue el contexto en el que surgió lo que se llamó ‘la movida’, que no sólo fue madrileña aunque la capital fuera su centro. Quienes estaban allí entonces recordarán aquel entorno en el que se podía pensar, actuar y cantar cómo y lo que a uno le saliera, sin la inquisitorial censura que impera en la sociedad actual 

 

Al morir Franco apareció un horizonte de libertad, incluso de libertinaje y exceso. De repente todo el mundo podía decir y hacer lo que le saliera, sobre todo en el mundillo de la música, del arte. La música pop y rock (y todos sus derivados), siguiendo el camino abierto por la ‘new wave’ (la nueva ola) que llegaba de Inglaterra tras la irrupción del punk, permitía todo, desde el rock & roll clásico hasta el tecno, pasando por el estilo mod, el rock duro, el rock-folk o el pop combinado con cualquier estilo. Todo era válido y todo tenía sus seguidores porque por encima de todo estaba la libertad creativa y de pensamiento.

 

A principios de los años ochenta Madrid se convirtió en una especie de Meca de la renovada juventud española. De las cuatro esquinas del país acudían al ‘Rock-ola’, al ‘Sol’ y tantas otras salas donde actuaban los nuevos grupos, españoles y extranjeros. Sin duda allí ocurrió algo, puesto que si el mismísimo Andy Warhol quiso conocer por sí mismo qué era aquello…

 

Casi cada día se tenía noticia de un nuevo grupo, de un nuevo disco que ofrecía, ante todo, novedad, espontaneidad, autenticidad…, libertad de creación. Y así era prácticamente en toda España. De este modo, en uno de sus primeros conciertos, un grupo se presentó diciendo “Hola, somos Gabinete Caligari y somos fascistas”. Sin duda hoy habrían sido acusados, señalados, acosados, cancelados e incluso denunciados, pero entonces la cosa se entendió como lo que era: una provocación, una forma de distinguirse, no una postura ideológica de Urrutia y compañía, pues ninguno de ellos tenía nada que ver con el fascismo. Y aquello sucedió porque en aquellos tiempos existía verdadera libertad, porque se podían decir cosas que hoy los nuevos inquisidores no permiten; por otro lado, que tire la primera piedra el que a los veinte años no soltó más de una gilimemez de la que hoy se avergonzaría. Quien estuviera entonces tendrá en su memoria aquellos recuerdos de libertad.

 

Desde hace unos años los autores de canciones de rock y géneros afines tienen un enorme cuidado con las palabras y las frases, han de analizar si eso que dice este o aquel verso puede ser interpretado como una ofensa y ocasionar problemas de cancelación, insultos en las redes, declaraciones de políticos… Es decir, los que escriben canciones se autocensuran para que luego no les caiga encima el peso de la censura, esa que se siente poseedora de la verdad absoluta y, por tanto, legitimada para dividir entre buenos y malos, o sea, entre los que coinciden con el pensamiento ‘verdadero’ y quienes se atreven a llevar la contraria.

 

Los mencionados Gabinete Caligari cantaban a los toros y a la España castiza e incluso cañí. Los hoy olvidados (y efímeros) Polansky y el Ardor tenían una canción titulada ‘Negra’ que decía “Hoy por fin lo conseguí, tengo una negra, solo para mí…”. Siempre irreverentes, divertidos y provocadores, los gallegos Siniestro Total cantaban: “Ayatola no me toques la pirola (…) sólo vine a comprar pan y me enseñasteis el Corán”; y otras de letra explícita como ‘Mata hippies en las Cíes’ o ‘El sudaca nos ataca. La Orquesta Mondragón desvelaban que “Ellos las prefieren muy muy gordas, super gordas, gordas, gordas y apretás”. En su versión del ‘You really got me’ de los Kinks, Cardiacos amenazaba: “Tú te reías de mí. Nadie se burla a mis espaldas. Te vas a enterar. Quiero leerte la cartilla. Te voy a aplicar mi ley”. Un Pingüino en mi Ascensor y su ‘Atrapados en el ascensor’, ‘La mataré’ de Loquillo, ‘Sí sí’ de Los Ronaldos… En fin, eran letras más gamberras que otra cosa que sólo buscaban provocar, incomodar, desafiar, y estaban hechas (con mal gusto en muchos casos) desde una atmósfera de libertad inexistente cuatro décadas después. Si estos títulos hubieran salido en la actualidad las redes sociales arderían de ira e indignación, y los políticos y campeones del pensamiento único se rasgarían las vestiduras exigiendo juzgado para todos ellos.     

 

Pero por encima de los fantásticos grupos de pop y rock, por encima de los discos y los conciertos, lo que más añoranza y nostalgia provoca es que fueron tiempos de libertad de expresión. Hoy parecen tan lejanos.

 

CARLOS DEL RIEGO

 

miércoles, 18 de septiembre de 2024

¿DESDE CUÁNDO EXISTE ESPAÑA, DESDE CUÁNDO LOS ESPAÑOLES TIENEN CONCIENCIA DE SERLO?

 


Manuscrito de las Cartas de Cortés. En la octava línea se lee '...nera que quando salio destos rreynos de españa'. Y justo debajo '... paso a la ysla española'. Era sobre 1520 y ya existían conceptos como España 



 Encabezamiento de la cuarta carta de relación, donde se lee'nueva España' y 'Rey de España'

No hace mucho tiempo se decía (y se estudiaba) que España era el país europeo que antes tomó conciencia de serlo, que era una de las naciones más antiguas. Sin embargo, en las últimas décadas no sólo se niega dicha afirmación, sino que se ha retrasado siglos el asentamiento de España como ente político, e incluso hay quien afirma (contra toda evidencia) que sigue sin existir

 

Pero entonces, ¿Cuándo se tienen conciencia de la existencia de España y de españoles? Hay autores que sostienen que la idea de unidad territorial, política y legislativa ya estaba en la mente del rey godo Leovigildo (525-586) en la Spania del siglo VII d.C., aunque no se puede hablar aún de nación (además, todo el sureste de la península estaba bajo autoridad de Bizancio). Durante años los libros de texto afirmaban, erróneamente, que España existe como tal desde la unión de las coronas de Castilla y Aragón, pero esa unión no fue real, efectiva, de hecho y de derecho hasta la entronización de Carlos I. Y es precisamente durante el reinado de éste cuando se vuelven de uso corriente los términos España y españoles, lo que indica que ya se tiene conciencia de nación y de pertenencia a ella. Hay historiadores que retrasan la toma de identidad jurídica y política hasta la llegada del primer Borbón, Felipe V, a comienzos del siglo XVIII, pero se basan casi exclusivamente en cuestiones legislativas y políticas más que en el sentir del pueblo; de todos modos, ya con el Emperador Carlos I el poder y la ley afectaban por igual a todos los territorios que hoy conforman el país (también a los de ultramar, pero eso es otro asunto).

 

Dato muy significativo es el hecho de que a los nuevos territorios americanos continentales, una vez finalizada la conquista de México-Tenochtitlán, se les empezó a denominar La Nueva España, y a partir de 1535 se creó oficialmente el Virreinato de Nueva España. Parecen indicios bastante razonables de que ya existía el concepto de España, pues si no fuera así, ¿a qué venían esos nombres para las nuevas tierras americanas?

 

Cortés escribió a Carlos I varias ‘Cartas de la conquista de México’, normalmente llamadas Cartas de relación, la primera fechada en julio de 1519 y la quinta en septiembre de 1526. La tercera, en mayo de 1522, se titula elocuentemente: “Carta tercera enviada por Fernando Cortés, capitán y justicia mayor del Yucatán, llamado la Nueva España del mar océano, al muy alto y potentísimo César y invictísimo señor Don Carlos, emperador semper augusto y Rey de España, nuestro señor” (a lo largo del texto se repiten términos parecidos infinidad de veces). Si no existía la idea de España, ¿a qué se referirá Cortés al decir la Nueva España o Rey de España? Objetivamente, esas palabras señalan inequívocamente que existía noción de país llamado España, que estaba arraigado y que era de uso cotidiano.

 

Algo parecido se puede decir de la obra de Bernal Díaz del Castillo ‘Historia verdadera de la conquista de la Nueva España’. Y tanto éste como Hernán Cortés narran continuamente lo que les sucede a los españoles, no a los castellanos, aragoneses o vascos, y por ello en sus libros se leen frases como “éramos muy pocos españoles”, “aquella noche murieron muchos españoles”, “los españoles quedamos muy admirados de eso”, “hacíamos a algunos españoles se metiesen en celada”. Cuando cuentan el episodio en el que un soldado escaló el volcán Popocatépetl para recoger azufre (con que hacer pólvora), Bernal especifica que era canario, mientras que Cortés dice “…entrando un español setenta o ochenta brazas, atado a la boca abajo…”, y acto seguido dice que en adelante espera “que nos provean de España”. Al hablar Bernal de sus compañeros suele señalar su lugar de procedencia, y al final de su libro se detiene a enumerar a todos, dejando claro de qué parte de España es cada uno, pero cuando habla del contingente siempre, sin excepción, se refiere a españoles.

 

Si a aquel territorio se le llamó desde tan pronto ‘Nueva España’, si en aquellos libros escritos en el siglo XVI (el de Cortés desde 1519 hasta 1526; Bernal debió terminar el suyo hacia 1568) se refieren continuamente a esos términos, es fácil deducir que el concepto de España ya estaba más que arraigado, asumido e interiorizado, e igualmente la denominación de españoles.

 

Todo ello indica que entonces (en el primer cuarto del siglo XVI), por fuerza España tenía que existir en el sentir y en la conciencia del pueblo, de todos los pueblos y gentes que la integraban.

 

CARLOS DEL RIEGO

 

lunes, 9 de septiembre de 2024

“EL ROCK HA MUERTO”, REPITE DESDE HACE DIEZ AÑOS GENE SIMMONS

 


 Gene Simmons afirma desde hace años que el rock & roll está muerto

El cantante, compositor y bajista de Kiss Gene Simmons, el que sacaba dos palmos de lengua en sus conciertos, viene repitiendo desde hace diez años su teoría de que el rock & roll está muerto. Tan rotunda afirmación la apoya en dos razones estrechamente vinculadas

 

El tipo lleva en ese negocio desde la década de los setenta del siglo pasado y, por tanto, conoce a la perfección y de primera mano todos los entresijos y particularidades del asunto, es decir, sabe muy bien de qué está hablando. Así, desde 2015 viene repitiendo, a la mínima oportunidad que se le da, que el rock & roll ha muerto, y para sustentar tan contundente sentencia ofrece dos razones: los consumidores de música apenas pagan por ella (a diferencia de cuando había que comprarla en soportes físicos), y como consecuencia, ya no aparecen grandes nombres en el planeta del rock & roll. Apoya esta teoría el hecho de que coinciden en el tiempo la aparición de los archivos digitales con la desaparición de verdaderas estrellas, esas que superan barreras temporales y generacionales. ¿Tiene razón el lenguaraz miembro de Kiss?

 

Simmons dijo afirma textualmente desde hace una década: “El rock está muerto porque si echamos la vista atrás observamos que desde 1958 hasta 1988, que son 30 años, la aparición de grandes figuras del rock & roll es continua. Teníamos a Elvis, Chuck, Jerry Lee…, luego The Beatles (los vi por la tele en el show de Ed Sullivan, y jamás me hubiera dedicado a esto sin ellos), The Stones, Who, Pink Floyd, Dylan, Creedence y así sucesivamente… Luego llega la parte ‘pesada’, Purple, Maiden, AC DC… y ahí se puede poner a Kiss. Y U2, Prince, Bowie, Eagles, Guns N’ Roses, Green Day… y Motown, por supuesto. Pero desde 1988 hasta hoy, ¿quiénes están a la altura de cualquiera de esos?, ¿quién son los nuevos Beatles? Está claro, el rock ha muerto. Y eso se debe, en resumen, a que las nuevas bandas no se han tomado el tiempo (o no los han dejado) de crear glamour, emoción y material épico”.

 

El repaso es impresionante, tanto que las comparaciones no pueden ser más odiosas. “Es que no hay bandas nuevas que propongan lo que aquellos propusieron. Me encantan Nirvana, Pearl Jam e incluso Foo Fighters, pero son bandas surgidas hace unos 30 años. En definitiva, son bandas viejas”. Evidentemente, el deslenguado de Kiss dice verdades como puños.

 

Y sigue explicando el músico: “No se puede nombrar a otra gran banda de rock, de esas que continuarán escuchándose décadas después de su desaparición, y no se puede porque no las hay, porque el joven que forma su grupo no puede ganarse la vida con él y, por tanto, no puede desarrollar su talento. Y es así porque tan pronto como los fans pudieron descargar y compartir archivos gratis, las nuevas bandas no tuvieron la oportunidad de ganarse la vida. Y eso me rompe el corazón, porque hay tantos músicos y compositores jóvenes con mucho talento que nunca van a tener la oportunidad que yo tuve... Todo lo que es gratis o cuesta un centavo cuando debería costar un dólar o más, se entiende como algo sin ningún valor”.

 

Finalmente, Gene Simmons (que sin duda conoce a la perfección el terreno que pisa), concluye: “Hay cosas buenas por ahí, pero los que empiezan no van a tener la oportunidad que tuvimos nosotros. No tendrán una compañía discográfica que, por abusona que fuera, hiciera la promoción por todas partes, una compañía que te diera anticipos que nunca tenías que devolver y que eran imprescindibles para que pudieras dedicarte a tiempo completo al rock & roll y desarrollar lo que tuvieras dentro. ¿Cómo puedes haces eso si estás regalando tu música por una centésima de centavo por una descarga? Los fans mataron lo que amaban cuando empezaron a descargar y compartir archivos de forma gratuita. Dejaron sin apoyo a los que empezaban. Ese momento fue el principio del fin del rock & roll”.

 

Tales deducciones y afirmaciones, basadas en hechos indiscutibles, parecen conducir a la realidad por mucho que cueste aceptarla: Ya no hay gigantes del rock porque las bandas, los compositores, los que vivían de ese trabajo hasta 1988, hoy apenas ganan unas migajas por su trabajo y, lógicamente, no pueden dedicar a ello todo su tiempo, su talento, su vida.

 

En resumen, ¿el rock & roll ha muerto?

 

CARLOS DEL RIEGO

 

lunes, 2 de septiembre de 2024

ALIEN, 45 AÑOS DE LA APARICIÓN DEL MONSTRUO MÁS ATERRADOR JAMÁS IMAGINADO

 


Portada y anteportada diseñada por Giger para el grupo Emerson, Lake & Palmer

 


El diseño de HR Giger no pierde su terrorífica atracción

“Un superviviente al que no afectan la conciencia, los remordimientos ni las fantasías de moralidad”, así definía el agonizante científico de la nave Nostromo a uno de los más aterradores bichos jamás imaginado por mente humana. Ha pasado casi medio siglo y varias secuelas y la imagen del monstruo sigue causando el mismo terror. ‘Alien, Romulus’, la más reciente secuela de la película de 1979, vuelve a llevar el terror a las pantallas

 

Quien tuvo la suerte de contemplar aquel estreno jamás lo olvidará. Fue una auténtica convulsión para los aficionados al cine, sobre todo para los amantes de las películas de ciencia ficción, de terror y suspense. A finales de 1979 un auténtico monstruo, un ser horripilante y repelente recorrió el mundo, ‘Alien’, el pasajero invasor que parece un ser y también una máquina, que tiene exoesqueleto como un insecto y una boca extensible dentro de su boca, que puede recordar a un dragón y que es cien por cien hostil…, nada imaginado o soñado en la más alucinante pesadilla puede infundir el paralizante miedo que provoca semejante atrocidad. Sin embargo, aun puede haber algo peor que quedar al alcance de sus babeantes mandíbulas y sentir cómo te arranca la cara: puede que no te mate, sino que te capture para colocarte, inmovilizado, ante un asqueroso huevo del que saldrá la cosa (el abrazacaras) que te introducirá por la boca el embrión del monstruo, el cual te romperá el pecho desde dentro para nacer (alguns actores no estaban avisados de lo que iba a pasar en ese momento, de ahí sus caras de verdadera sorpresa, es más, uno incluso se desmayó del susto). Aterrador.   

 

Además del escalofriante diseño del bicho (del suizo H. R. Giger) y de la atmósfera angustiosa y claustrofóbica que impera de principio a fin, además del modo en que es ‘concebida’ la bestia y otras muchas sorprendentes y novedosas ideas que aporta la película (héroe chica, Ripley, chicos víctimas, hombre que ‘da a luz’ tras introducirse en su boca el germen…)además de todo, tal vez sea la incertidumbre que preside todo el metraje lo que multiplica el efecto aterrador. Hay incertidumbre cuando la nave cambia su rumbo sin saber por qué, ¿la señal es de auxilio o de advertencia? Las dudas siguen cuando un ente asqueroso se pega al rostro de un tripulante y no se sabe qué hacer, ¿permitir que entre ‘eso’ en la nave o cumplir con el protocolo de cuarentena? Incluso cuando hay que abandonar y destruir la astronave y recurrir a la auxiliar, la protagonista cambia de idea e intenta volver… La inquietud por lo desconocido llena de miedo a los desafortunados viajeros.

 

Pero la mayor incertidumbre, lo que aterra tanto a los personajes como al espectador es el hecho de que ni un segundo aparece la criatura claramente y en su totalidad, no se sabe exactamente qué es, cómo es, cómo mata, qué pretende, qué les hace a sus víctimas…, sólo se atisba que es un ser feroz, repugnante y cien por cien violento. Es este uno de los grandes aciertos del emblemático título, ya que el desconocimiento conlleva miedo; lo desconocido es en este caso intuido en varios entrecortados y escasos instantes, lo justo para provocar el estremecimiento, la angustia, el espanto de todo el que mira.

Miedo extremo, pavor profundo, pánico absoluto es el sentimiento que el filme transmitió a toda la sala cuando en aquellos últimos setenta se estrenó en todo el mundo. Cómo esa especie de crustáceo repelente se pega a la cara e introduce por la boca de la víctima el embrión del monstruo, cómo emerge éste, en qué se convierte y cómo mata la alimaña adulta… Todo ese caudal de terror lo personifica el personaje de Lambert, la chica que desde el primer momento teme: “¿lo habrá querido coger vivo?” comenta ante la espantosa posibilidad de que la primera víctima esté aun con vida en poder del monstruo; pero como no podía ser de otro modo, la desdichada comprueba finalmente cómo sus temores se hacen realidad y, en una de las mejores y más expresivas escena de toda la película, la criatura se planta ante la infortunada, que se resigna paralizada por el horror y sólo puede gritar…

 

En 1979 aquella sensación de terror e incertidumbre fue muy impactante, pues hay que recordar que hasta entonces los seres procedentes del espacio casi siempre eran inteligencias superiores que procedían con un propósito (aunque fuera perverso), mientras que el octavo pasajero no piensa, sólo mata y actúa como un verdadero monstruo.

 

Pero peor que la propia criatura sea la revelación del traidor cuando, destrozado, confiesa las órdenes de la compañía: “Regresar con ese organismo. Las demás consideraciones anuladas. Tripulación sacrificable”. Después de todo, los directivos de la empresa exhiben mayor maldad que la mismísima bestia. Eso es algo que se confirma en las secuelas. Hay que destacar que en todas las películas que incorporar el término ‘Alien’ en su título el protagonista es femenino: Ripley en ‘Alien’ 1, 2, 3 y 4, la guía de la expedición en ‘Alien contra Depredador’, y en ‘Alien contra Depredador 2’ es la militar que vuelve de la guerra; siempre son ellas las que llevan la iniciativa. Y en ‘Alien Romulus’ (que no está nada mal y contiene referencias a otras pelis) vuelve a ser ella la protagonista.  

 

Pocas películas, en fin, transmiten tanto terror y producen tanto escalofrío como aquella primera entrega de ‘Alien’. Han pasado cuatro décadas y media, pero la visión de tan significada película continúa estremeciendo. Sobre todo al espectador nuevo.

 

CARLOS DEL RIEGO