James Brown ya dijo hace casi sesenta años que este es un mundo de hombres, aunque la canción la escribió una de sus novias
Continuamente llueve información sobre
el ciudadano, noticias de todo tipo y de todo el mundo, crónicas, sucesos,
informes que llevan a pensar que el mundo es una auténtica locura con infinitos
conflictos. El rock siempre ha observado y reflexionado sobre todo ello con muy
brillantes canciones
Se ha dicho, escrito y cantado que el
planeta es como un avispero, un gigantesco embrollo con múltiples y variopintas
locuras aquí y allí, confusión y descubrimiento, calamidades, violencia…, e
incluso también buenas noticias. A pesar de todo, en general, cualquier tiempo
pasado no fue necesariamente peor ni mejor. Y si el receptor de noticias se
deja influir por los titulares catastrofistas y escandalosos caerá en el
pesimismo; sobre todo teniendo en cuenta que sólo es noticia la mala noticia.
Los que escriben rock, siempre sensibilizados por todo lo que los rodea, por lo
que ven y lo que oyen, han escrito algunas de sus mejores obras después de
haber interiorizado y procesado las desdichas y malos tragos que afligen a los
terrícolas. Puede deducirse que el rock & roll hace buena la frase del
autor romano Terencio: “Soy humano y nada humano me es ajeno”.
El tema de The Temptaions ‘Ball of
confusion’ (1970) es como un compendio de titulares que conforman una realidad
preocupante. Es una canción protesta (rara en Motown) que presenta una visión
muy pesimista del mundo, sobre todo desde la perspectiva de la comunidad negra
estadounidense. El título, ‘Bola de confusión, eso es el mundo hoy’, describe
una situación caótica tanto a escala local como global. Los versos (cantados a
modo de conversación) señalan claramente a los políticos: “vota por mí y te
pondré en libertad”; hablan abiertamente del problema de las drogas: “jóvenes
dando vueltas con la cabeza en el cielo”; denuncian el racismo: “gente adentro
y afuera, ¿por qué?, por el color de su piel”; expresan desconfianza e incluso
temor: “miedo en el aire, tensión en todas partes”; mencionan los problemas más
cercanos: “los niños crecen demasiado pronto (…) el desempleo aumenta
rápidamente (…) impuestos, inspectores, cobradores”; también dice resignada:
“nadie sabe a dónde va esto”, y sin embargo “la banda sigue tocando”. Una frase
señala el momento preciso del que está hablando, “el nuevo disco de los Beatles
es un gas”, pero es curioso que todo lo mencionado se ajusta al presente…
Siempre con frialdad robótica, los alemanes
Kraftwerk describen un mundo distante y carente de alma en su ‘Computer world’,
un mundo presidido por la tecnología y dirigido por las entidades más
poderosas. En medio de una atmósfera aséptica, minimalista, el cuarteto de
androides no construye frases, sino que se limita a lanzar palabras sueltas,
conceptos que afectan a todo el mundo: “negocios, números, dinero, gente (…)
crimen, viajes, comunicación, entretenimiento”, y también señala centros de
poder: “Interpol, Banco de Alemania, FBI, Scotland Yard”, repitiendo una y otra
vez “mundo de computadoras”. Probablemente los inventores de la música techno
ya se barruntaban en 1980 el mundo hipertecnologizado que se venía, pues además
del tema que le da título, el álbum contiene otros de similar intención, como
‘Ordenador personal’, que equivaldría a ‘portátil’, o ‘Amor de computadora’,
que en palabras de hoy sería ‘amor virtual’. Sea como sea, los alemanes tenían
claro que el planeta iba a convertirse en un yonqui de la electrónica, lo
digital… Y eso que aun no sabían de la inteligencia artificial.
‘Wild world’ (1970), ‘Mundo salvaje’,
también parece describir la realidad del planeta, una realidad bronca e
incierta. Es una pieza de referencia de los años setenta y una melodía tan
inspirada como pegadiza. Cat Stevens (que nació Steven Georgiou y hoy es Yusuf
Islam) la hizo pensando en la eterna búsqueda de la paz y la felicidad en que
el hombre está embarcado, pero a través del individuo; el texto habla del
abandono del hogar, de la tristeza de dejar lo conocido y agradable (la
relación amorosa) y enfrentarse a lo que hay en el mundo: “recuerda que hay
mucha maldad ahí fuera”, y que “es un mundo salvaje y no se puede sobrevivir
con una sonrisa”. En todo caso, el autor aclaró: “es una canción sobre
mí”.
El poderoso clásico de James Brown
‘Its a man´s man´s world’ (1966) está desarrollado como si se tratara de un
sermón. El texto fue escrito en su mayor parte por su novia Betty Newsome, la
cual se inspiró en la Biblia y en su experiencia con sus ex, incluyendo el
propio Brown; mucho después dijo que, en realidad, ella lo escribió todo, pero
Brown se olvidaba siempre de pagarl derechos. El texto explica que el hombre ha
aportado casi todos los avances materiales, pero sin la mujer no es nada, de
hecho, afirma, sin ellas el hombre estará perdido y amargado. Publicada hace casi
60 años, seguramente Betty no pretendía que fuera sólo una queja. Y
difícilmente pensaría en machismo alguien tan machista como James Brown. Eso
sí, el significado del título lo suscribirían hoy millones de personas.
De los años de la Guerra Fría procede
la apocalíptica y, a la vez, divertida ‘Two tribes’ (1984) de Frankie Goes To Holliwood. El
trasfondo de tan trepidante canción es el temor a una guerra atómica, algo que
en aquellos momentos no parecía tan imposible, pues había ‘dos tribus’ (EE UU y
URSS) dispuestas a aniquilarse y llevarse al mundo por delante. Y es que el
asunto de la guerra es una constante en toda la historia del planeta. Vídeo imprescindible.
John Lennon sueña en su emblemática e
imperecedera ‘Imagine’ (1971) con un mundo sin poderes, sin posesiones, sin
religiones, sin guerras, sin hambres, un mundo presidido por la hermandad…, un
mundo unido (utópico, vamos); pero aunque “es fácil si lo intentas”, también
“puedes decir que soy un soñador”. El caso es que esa humanidad ideal está
lejos, aunque todo el mundo coincidirá con el beatle en que esa utopía no deja
de ser un objetivo deseable.
Títulos excelentes que dejan bien a
las claras que el entorno del rock &roll siempre ha estado conectado a la
realidad del planeta.
CARLOS DEL RIEGO
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