OPINIÓN

HISTORIA

domingo, 30 de abril de 2023

FUNERALES FESTIVOS Y EXTRAVAGANTES: ROCKERS HASTA EL FINAL

 

 Al acabar los discursos en el funeral de Lemmy Kilmister, los altavoces que se ven detrás atronaron inesperadamente a todos los presentes, según él dejó indicado

Si hay algo que caracteriza a los astronautas de la galaxia del rock & roll es el disparate, la exageración, el abuso de todo aquello que les apetezca, aunque es cierto que siempre hay y habrá excepciones, músicos de rock que prefieren irse a casa. Por eso no puede sorprender que algunos hayan querido llevar esa vocación de juerguistas incluso hasta el momento final. Así, algunas estrellas dejaron organizados sus propios funerales, que fueron disparatados o festivos

 Aficionados a exprimir todo el placer y las sensaciones que los sentidos pueden proporcionar, las grandes figuras de este invento llamado rock & roll no suelen cortarse de nada en vida, pero incluso en el momento supremo, cuando acaban de dejar este mundo, los hay que siguen con esa misma forma de pensar, y por eso algunos quisieron que se les recordara no sólo por su vida y obra, sino también por su despedida final. 

Sabido es que Lemmy Kilmister siempre fue amante de lo extremo, del rock más duro y rocoso (con Hawkwind y luego con sus icónicos Motörhead), y también es sabido que el tipo gustaba de las fiestas más locas y extremadas, de las bebidas más fuertes y en fin, de todo lo que lo pusiera tan en marcha como el propio r & r. Casa con todo ello su intención de que su funeral fuera mucho más divertido que solemne y respetuoso. El bajista y cantante se aseguró de dejarlo todo atado y bien atado para cuando palmara (28-XII-15), de modo que dejó escrito entre sus últimas voluntades que al acabar los discursos laudatorios en la iglesia (que él sabía se iban a producir), se conectara su bajo a un muro de amplificadores y altavoces, con lo que se produjo un ‘feedback’ ensordecedor, ese insoportable pitido… Cuando todos los asistentes saltaron en sus asientos por el tremendo susto recibido, Lemmy se debió partir de risa en el otro barrio. Seguro. 

La inolvidable Janis Joplin fue, aunque durante poco tiempo, una gran estrella e incluso una imagen emblemática de la cultura hippie. Desgraciadamente su estrella se apagó a los 27 años (el 4-X-70) a causa de una sobredosis cuando estaba en período de desintoxicación. Fiestera hasta las últimas consecuencias, no quiso Janis que su óbito fuera triste y lacrimógeno, de modo que en su testamento dejó 2.500 pavos para entregar a sus amigos con el fin de que organizaran una fiesta en la que no faltara de nada: alcohol, maría, tripis y demás, todo para que los colegas se lo pasaran bien recordándola. Se sabe que no sobró ni un céntimo. 

Lo de Gram Parsons (Byrds, Flying Burrito Bross.) roza lo macabro, aunque sin perder un fondo sarcástico. Cuando murió (19-IX-73) estaba previsto que su cadáver fuera trasladado a Nueva Orleáns, pero él tenía otros planes para la ocasión. Su coleguilla Michael Martin y el ‘road manager’ Phil Kaufman ejecutaron los deseos del finado: robaron el cadáver en su ataúd y lo llevaron al desierto, al parque llamado Joshua Tree, donde le prendieron fuego hasta que sólo quedaron cenizas. Y es que, según cuentan los que conocieron a este músico excepcional que murió con 26 años, eso es lo que Parsons deseaba: que el viento esparciera sus cenizas por el que era su lugar favorito de la Tierra. Martin y Kaufman sólo fueron multados por robar un ataúd… 

El funeral del cantante Harry Nilsson no estaba preparado, aunque resultó impactante, inolvidable. Recordado por su versión de ‘Without you’, Nilsson murió por insuficiencia cardiaca el 15 de enero de 1994 y un par de de días después se celebró su funeral; y cuando  todos se saludaban y recordaban al difunto, un tremendo terremoto de magnitud 6,7 sacudió el San Fernando Valley, cerca de Los Ángeles. El seísmo acabó instantáneamente con lo que iba a ser una reunión de amigos y colegas en honor a un gran artista y un camarada. Sin embargo, ninguno de los que acudieron olvidará el funeral de Nilsson; según un amigo personal apenas tuvo repercusión la muerte y el entierro del cantante, puesto que el terremoto acaparó todos los informativos y los periódicos: “El terremoto arrasó la mitad del sur de California, por lo que no se hablaba de otras noticias, pero con el tiempo siempre asocias el terremoto a la muerte de Harry”. 

CARLOS DEL RIEGO

miércoles, 26 de abril de 2023

LA MENTIRA DE LOS GOBIERNOS PARA PROHIBIR LOS COCHES DE GASOIL Y GASOLINA


Todos los vehículos diésel y gasolina de la Unión Europea son responsables del 1,3% del vertido de CO2 a la atmósfera en todo el mundo, y por eso, quieren prohibirlos

Uno de los principales asuntos que preocupan a una mayoría de ciudadanos del mundo occidental es el del cambio climático, la contaminación del aire, aguas y tierras. Los gobiernos, siempre a la búsqueda de todo aquello que pueda proporcionar votos, llevan años usando el ‘cuidado del planeta’ como principal gancho electoral; a ello se suman los fanáticos ecologistas y similares, dispuestos a cualquier acto en beneficio de su idea. El principal acusado de todos los males es el coche de gasoil y gasolina, y por eso en la UE les han puesto fecha de caducidad, 2035. Un disparate y un imposible 

Sí, los políticos, estimulados por el tirón mediático del asunto del planeta y la contaminación, junto a los extremistas del clima, han conseguido que gran parte de la población se haya tragado la trola de que el gran problema es el automóvil, el turismo movido por combustibles fósiles. Sin embargo, los datos, los números y porcentajes que los propios ministerios de los países de la Unión Europea manejan, señalan que los coches tienen una responsabilidad mínima, casi despreciable, de las emisiones de gases a la atmósfera. 

En la Unión Europea los turismos son responsables cada año de un 15% de las emisiones de CO2 a la atmósfera en el propio territorio europeo. Es decir, el 85% del dióxido de carbono vertido a la atmósfera en Europa no es culpa de los automóviles particulares. Pero el caso es que, según ‘Our world in data’ (que se dedica al análisis pormenorizado de emisiones), el vertido total de la U E supone el 8,5% del total mundial. Mucho menos que los grandes contaminantes, China, India, EE UU y Rusia, donde ni se plantean prohibir coches de combustibles fósiles. 

De estas cantidades puede deducirse fácilmente que lo que expulsan los tubos de escape de las berlinas, monovolúmenes, compactos, utilitarios y motos que circulan por los países de la Unión Europea constituye el 1,3% del total de las emisiones de CO2 que se expulsan a la atmósfera cada año en todo el mundo. 

¿Y para reducir un 1,3% la emisión de gases se va a obligar a millones de europeos a gastarse miles de euros (sobre 40.000, más los cambios de batería) para cambiar al eléctrico? Y hay que añadir que habría que multiplicar por millones la generación de electricidad para los autos eléctricos. 

Prohibir la fabricación de automóviles de combustible fósil en 2035 sería una locura, un disparate de consecuencias imprevisibles. Pero a los chupópteros de la Unión Europea la realidad y el bien común les importa un pimiento, puesto que, como buenos políticos, lo único que les preocupa es ganar elecciones, o sea, poder, y si acusando a los automóviles se ganan votos la verdad se convierte en algo secundario y prescindible. Los ecologistas fanáticos hacen el resto acongojando a la población con un futuro apocalíptico si no se asumen sus ideas y convicciones. Y a quien se les opone lo llaman f…a. 

CARLOS DEL RIEGO

domingo, 23 de abril de 2023

LAS ESTATUAS QUE RECUERDAN A LAS FIGURAS DEL ROCK POR TODO EL MUNDO

 


Beatles en Liverpool


Jimi Hendrix en Seattle


Johnny Ramone en el cementerio donde yace, en California

Cuando a alguien se le erige una estatua significa que sus méritos son reconocidos y lo serán cada vez que alguien la mire. Grandes protagonistas de la historia o soldados desconocidos cuentan con esculturas, algo que ha proliferado en los últimos años. Así, no pocas grandes figuras del mundillo del rock han sido inmortalizadas en piedra o metal a lo largo del mundo. El último, el cantante de AC DC Brian Johnson, que permanecerá gritando en Namur, Bélgica, durante muchos años 

El primer concierto de AC DC con Brian Johnson en sustitución del fallecido Bon Scott tuvo lugar en esa ciudad belga, y por eso este mismo mes de abril le han dedicado una escultura que recuerde aquella primera vez que Johnson se puso al micro de AC DC. Seguro que no pocos incondicionales echarán a faltar estatuas de cantantes, guitarristas y baterías, pero seguro que nadie discutirá el merecimiento de todos estos que ya la tienen 

La última estatua de artista de rock es la colocada en honor de Brian Johnson. Es de tamaño natural, de piedra azul y conmemora el primer concierto de  AC DC con Johnson al micro, que fue en Namur, Bélgica, el 29 de junio de 1980, apenas cuatro meses después de la muerte de Bon Scott. El actual solista de AC DC tuvo la suerte (a diferencia de la mayoría) de poder inaugurar su propio homenaje en piedra. Modesto, dijo: "Agradezco profundamente el cariño de todos los donantes y fans de esta ciudad, muy especial para mí porque fue la primera vez que canté con AC/DC, y estaba muy nervioso. Pero hoy, ahora, honestamente puedo decir que no soy digno de ella, y que nunca olvidaré lo que esta ciudad hizo por mí”. 

El titular de AC DC, Bon Scott, también tiene sus estatuas. Así, en su ciudad natal, Kirriemuir, Escocia, sus fans recaudaron el dinero necesario para levantarle una escultura en bronce a tamaño natural. Pero el que cantó ‘Highway to Hell’ tiene más efigies que lo representan, como la que, también en bronce, le pusieron en Fremantle Fishing Boat Harbor en Australia Occidental, donde se crió y conoció a sus cómplices. 

No podía faltar la representación de The Beatles. Fue en diciembre de 2015 cuando se inauguró en las calles de Liverpool el grupo escultórico, en bronce, con los cuatro; son algo más grandes que el natural y pesan casi tonelada y media. John tiene otras y, además, el aeropuerto John Lennon de Liverpool. 

Frente al lago Ginebra, en Montreux, Suiza, está la inconfundible figura de Freddie Mercury. Mide unos tres metros y fue inaugurada cinco años después de su muerte por la madre del cantante y por su ‘colega’ Montserrat Caballé. Pero el carisma de Freddie conquistó corazones y mentes en todo el mundo, como demuestra el empeño que puso un empresario coreano, Baek Soon, que durante ocho años estuvo pidiendo permiso a los tres Queen supervivientes para poder colocar la estatua; de tamaño natural, le costó unos treinta mil euros y la situó en la ciudad surcoreana de Jeju. También hay que mencionar la estatua de seis metros construida en fibra de vidrio que se colocó en la fachada del Dominio Theatre de Londres, donde lució durante los doce años que la función ‘We will rock you’ fue representada; actualmente está en el jardín del batería Roger Taylor. 

Otro icono del rock cuya representación puede contemplarse en varias partes del mundo es Jimi Hendrix. En su ciudad natal, Seattle, se ubica una preciosa representación de Hendrix que muestra una de sus icónicas posturas en directo. En la capital de Serbia, Belgrado, hay una estatua atípica del inolvidable guitarrista, la cual está hecha con tornillos, clavos y alambre; pesa unos doscientos kilos y su autor (Boris Deheljan) tardó seis meses en terminarla. Y conmemorando su legendaria actuación en el Festival de la Isla de Wight en 1970, se erige una estatua de bronce en cuya placa puede leerse una cita del propio Jimi Hendrix: “Es gracioso cómo casi todo el mundo ama a los muertos, una vez que estás muerto estás hecho para la vida”.   

También hay abundantes estatuas de Elvis en diversos lugares del planeta. Una de las más emotivas es la que lo representa con sólo trece años frente a la iglesia a la que acudía cuando era niño en la ciudad de Tupelo, Mississippi, y donde empezó a cantar. 

Uno de los fundadores de la inigualable banda neoyorquina Ramones, el guitarrista Johnny Ramone, murió en 2004, y apenas cuatro meses después se le puso una estatua con su pose característica en el lugar donde yacen sus restos en el cementerio Hollywood Forever, en California. Su compañero-rival Joey ‘sólo’ tiene una plaza en Nueva York. 

El gran y eterno pionero Chuck Berry también puede presumir de recuerdos en piedra o metal, pero tal vez el más representativo está en su ciudad natal, St. Louis, Missouri, una muy bonita estatua que es de las pocas que el efigiado pudo inaugurar (en 2011). 

Justo en el lugar del accidente de ‘el día que murió la música’ (donde perecieron Buddy Holly, Ritchie Valens, Big Bopper y el piloto Peterson), en Clear Lake, Iowa, puede verse una curiosa escultura que representa las características gafas de Buddy Holly. Tiene otra en Texas. 

El malogrado guitarrista irlandés de blues-rock Rory Gallagher tiene una escultura que lo representa en Cork; y otra en la ciudad de Ballyshanon en la que puede leerse un verso de su canción ‘Follow me’ (1979) que dice: “Quiero plantar una estrella en el cielo, una que puedas encontrar al final de la noche". 

David Bowie luce en una escultura titulada 'Earthly messenger' en Aylesbury, la cual fue financiada enteramente por sus fans. Entre otras, el gran bajista, cantante y compositor irlandés Phil Lynott (de Thin Lizzy) tiene una estatua que lo recuerda en Dublín. Y el inefable Lemmy ‘vive’ en su bar favorito, ‘Rainbow bar and brill’ en West Hollywood, a través de un bronce de tamaño natural. 

CARLOS DEL RIEGO

miércoles, 19 de abril de 2023

DON QUIJOTE HUBIERA QUERIDO SER EL CAPITÁN TRUENO

 


El Capitán Trueno materializó el deseo de don Quijote de enfrentarse y vencer a monstruos y gigantes.

 

Los gigantes de don Quijote sólo existían en su fantasía

Aunque siempre es buen momento para hablar de El Quijote, parece oportuno hacerlo en torno al aniversario de la muerte de Cervantes (22-IV-1616). El gran problema es que sobre el ingenioso hidalgo se ha escrito tanto que una vida dedicada enteramente a ello no sería suficiente para leerlo todo. Pero sí que se puede fantasear, fabular e incluso desvariar, de modo que, si se reflexiona y examina la cosa, podría pensarse que el Capitán Trueno tenía, hacía y vivía  como don Alonso Quijano hubiera deseado tener, hacer y vivir 

Puede parecer disparate, atrevimiento o grosería, pero la realidad es que el Capitán Trueno materializó aquello que don Quijote tenía en su mente pero nunca consiguió hacer realidad. Así, se puede colocar un nexo entre la universal creación de Cervantes y el personaje pensado y escrito por Víctor Mora y dibujado por Ambrós. Uno de los dos protagonizó asombrosas aventuras y el otro sucesos y chanzas, aunque no menos asombrosas..    

Para empezar, ambos eran idealistas puros, sin dobleces, sin intereses personales, sin pedir nada a cambio de sus esfuerzos, valientes ante cualquier situación, siempre de parte de los más débiles y oprimidos y dispuestos a enfrentarse a los tiranos, malhechores y abusones. 

Don Quijote soñaba que tenía una prometida bellísima, refinada y virtuosa, una princesa que siempre le esperaba en un gran castillo, pero la realidad es que ni era su prometida (ni lo conocía), ni era princesa (sino aldeana) y ni siquiera se llamaba Dulcinea como él pensaba (era Aldonza). Por el contrario, el Capitán Trueno sí que tenía una bellísima, refinada y virtuosa prometida, Sigrid, una princesa que vivía en un castillo en una lejana tierra del norte, Thule, que siempre pensaba en Trueno, lo esperaba y lo recibía con gran alegría cuando sus trabajos le permitían ir a verla. Quijote y Trueno se batían en nombre de sus respectivas, pero el hidalgo manchego nunca recibió un abrazo o una palabra amable de su supuesta dama, a diferencia del héroe medieval. ¿Qué no hubiera dado don Quijote por tener la prometida que sí tenía el Capitán? 

Pero el recuerdo de la prometida no comprometía la misión de salvar a doncellas y princesas cautivas y atemorizadas por malvados reyezuelos y gerifaltes. Don Alonso Quijano trataba de convertirse en su salvador sólo en su ensoñación, mientras que el Capitán realmente se enfrentaba y terminaba por derrotar al bellaco y liberar a la princesa (“El malo siempre palma, la chica se salva”, decían Asfalto en su brillante ‘Capitán Trueno”). Y a pesar de las veces le tiraron los tejos, el héroe del cómic nunca sopesó la posibilidad de engañar a su dama, cosa que también hubiera hecho don Quijote en caso de habérsele presentado la ocasión. 

Los dos imaginados personajes salían a los caminos a “desfacer entuertos” uno y a hacer el bien el otro, o sea, lo mismo. El manchego se hizo sus kilómetros por la península y sin alejarse demasiado de las llanuras centrales, pero  fabulaba que llegaba a tierras lejanas dominadas por magos y gigantes, por “gente descomunal y soberbia”. Por su parte, el Capitán visitó la vieja Europa, próximo y extremo Oriente, África e incluso pisó tierras americanas; es decir, cumplió el deseo viajero de don Quijote, quien no se ponía fronteras aunque nunca pudo ir más lejos de lo que Rocinante pudiera llevarlo. Así, Capitán Trueno venció siempre al tirano y liberó a los débiles, humildes y justos que estaban bajo la tiranía del jefezuelo de turno en cualquier lugar de la Tierra; don Alonso, en realidad, nunca cruzó su espada con un poderoso, sobre todo porque nunca se topó con él.     

Lo que más deseaba el ingenioso hidalgo era meterse en batalla y medir su lanza con monstruos, alimañas, gigantes y bribones, es decir, “prodigar el bien y evitar el mal”. Pero casi nunca pudo hacerlo, puesto que sus enemigos sólo estaban en su imaginación: eran arrieros, venteros, pastores, molinos… Trueno, por el contrario, no rehuyó combate con verdaderos engendros y quimeras, a los que sometió tanto con la espada como con la inteligencia. Y también gozó de la amistad y la admiración de reyes y grandes señores, así como del agradecimiento y amistad eterna de todos los que vivían bajo la opresión de perverso cacique al que derrotó. ¡Cuánto hubiera deseado don Quijote sentir esa admiración, ese agradecimiento, ese reconocimiento de sus méritos en combate! 

El capítulo de ayudantes, escudero o compañeros sí que muestra una diferencia evidente: el andante caballero sólo tenía un Sancho Panza, mientras que el guerrero medieval tenía dos, el grandullón Goliath (“Por el gran batracio verde”) y el adolescente Crispín. Eso sí, los tres leales hasta el fin.    

Sí, todo aquello que don Quijote de la Mancha soñó, deseó y fabuló, el Capitán Trueno lo tuvo, lo realizó, lo conquistó. En fin, el hidalgo hubiera deseado hacer realidad el bienintencionado delirio en que vivía, es decir, emular al guerrero…  O tal vez no, tal vez se hubiera quedado en su mundo ilusorio. Sea como sea, el iluso es mucho más grande, da más, enseña más, asombra más. 

CARLOS DEL RIEGO

domingo, 16 de abril de 2023

ROCKEROS QUE MURIERON EN PLENO CONCIERTO

 


Johnny 'Guitar' Watson, uno de los inventores de la música funk, murió de un infarto fulminante mientras actuaba

 

Hay quien dice que morir haciendo lo que más te gusta es una bendición, pero eso es un pensamiento fácilmente discutible. Por ejemplo, en el universo del rock & roll se han producido muertes en el escenario, en pleno concierto, con el público como testigo, y casi con total seguridad ninguno de los afectados hubiera elegido ese modo de irse. Infartos, accidentes e incluso disparos se llevaron por delante a músicos de rock mientras hacían vibrar a sus fans  

El rock & roll se ha llevado por delante a muchísimos de sus más importantes ministros; la carretera y las drogas han sido los principales ejecutores, aunque a algunos les tenía reservada una muerte más… espectacular y a la vista del público: mientras hacían hervir la sangre de sus fans en un concierto. 

Uno de los grandes iconos de los primeros momentos de la música funk fue Johnny Watson, tan diestro que le apodaron ‘Guitar’. De adolescente, en la década de los cincuenta, ya tocaba blues al piano. Pero su irrupción fue, ya como guitarrista, en los setenta, donde consiguió notables éxitos con sus irresistibles ritmos funk, sus enormes y disparatadas gafas y sus no menos llamativos sombreros. Además, Johnny Guitar Watson siempre dijo que todo lo que hacía Hendrix él lo había hecho antes. El 17 de mayo de 1996 estaba tocando en Yokohama, Japón, se dirigió al micro y dijo unas palabras en japonés, y un segundo después cayó fulminado y murió prácticamente en el acto. Infarto agudo. Ni se enteró de haber caído al suelo. Tenía 61 años. Su magnífica ‘I need it’ (1975) no ha perdido magia funk. 

Los más acérrimos del hard, el trash o el metal industrial sabrán de grupos de los ochenta como Rigor Mortis o Ministry. Mike Scaccia proporcionó la imprescindible y demoledora guitarra en ambos casos. En diciembre de 2012, en Texas, se reunieron los viejos colegas de Rigor Mortis para celebrar los cincuenta años del cantante. En medio de uno de sus poderosos solos, Scaccia se derrumbó, pasó de castigar las cuerdas a yacer inerte. Rápidamente lo llevaron al hospital pero era demasiado tarde. Infarto agudo. Tenía 47 años.  

Hoy la cosa ha mejorado, pero en los tiempos gloriosos del rock & roll podía pasar cualquier cosa durante un concierto, desde un soporte de luces que cae y golpea al artista hasta un resbalón o tropiezo que da con sus huesos en tierra, pasando por un foco que se incendia y quema el pelo del cantante… Y es que se necesita mucha energía eléctrica para dar vida a esas guitarras, amplis y micros, electricidad que puede atravesar el cuerpo del músico con fatales consecuencias. Tal le sucedió a Les Harvey, guitarrista de la banda escocesa de blues-rock Stone The Crows. En mayo de 1972, en Gales, Harvey ya está en el escenario, afinando justo antes de comenzar y con el público contemplando todos sus movimientos. En esto agarró un micro que no tenía bien puesta la toma de tierra, con lo que una terrible descarga lo atravesó, desde la mano a los pies. Con su esposa a unos metros y ante el aterrorizado público, Les Harvey, de 27 años, cayó aniquilado; lo llevaron al hospital, a donde llegó cadáver.  

El batería Sib Hashian tocó en los dos primeros álbumes de Boston, que están entre los más vendidos de los setenta. Cuando el grupo dejó de existir cada uno se buscó su carrera como pudo. Hashian tocó con unos y con otros (incluso en alguna reunión de Boston), hasta que aceptó embarcarse en un crucero junto a ex integrantes de bandas famosas (Boston, Foreigner, Kansas, Beach Boys…) para tocar viejas canciones. En marzo de 2017, mientras tocaba en uno de esos cruceros, se derrumbó sobre su batería…, sus colegas se volvieron al no escuchar el ritmo y lo vieron inmóvil; rápidamente se hizo todo por reanimarlo, pero fue inútil. Infarto agudo. Tenía 67 años. 

Siempre se ha dicho que uno de los principales encantos de un concierto es la relación directa entre artistas y público, no hay nada que los separe. Lo malo es que a veces en el concierto se cuelan majaras dispuestos a todo. ‘Dimebag’  Darrell Abbott fue el guitarrista de la banda de death metal Pantera, y luego de separarse lo fue de Damageplan. En diciembre de 2004 Abbot comenzaba un concierto en Ohio, cuando un ex marine de 25 años (a quien se había diagnosticado esquizofrenia paranoide, entre otros desarreglos mentales) consiguió colarse armado con una pistola; accedió al escenario y disparó hasta quince tiros en minuto y medio, Abbot recibió los seis primeros (dos mortales), pero el asesino también se volvió para disparar a quienes quisieron detenerlo o ayudar al herido, de manera que hubo otros tres muertos y varios heridos. Todo terminó cuando un poli abatió al asesino (no merece la pena recordar su nombre). Darrell Abbott fue declarado muerto allí mismo, en el escenario. Y nunca quedó claro el por qué del crimen: se dijo que el homicida lo acusaba de haberle robado canciones y también de haber sido el responsable de la separación de Pantera. ‘Dimebag’  Darrell Abbott tenía 38 años. 

Bruce Hampton fue un músico estadounidense de blues y rock, muy famoso allí pero casi desconocido fuera de su país. En mayo de 2017 tocaba en Atlanta junto a sus amigos para celebrar su 70 cumpleaños. De repente cayó, pero el público y sus compañeros de escenario pensaron que era broma, de modo que unos le rieron la gracia y los otros siguieron tocando durante tres o cuatro minutos, hasta que se convencieron de que no había broma. Infarto masivo y muerte casi en el acto. 

Murieron ante su público, que siempre contará el suceso como el gran hito de su vida. Pero seguro que ellos hubieran elegido otra forma y otro lugar. 

CARLOS DEL RIEGO

miércoles, 12 de abril de 2023

505 AÑOS DE LA SEGUNDA EXPEDICIÓN A TIERRA FIRME AMERICANA

 


En los primeros contactos hubo de todo, violencia y comercio pacífico

Hace cinco siglos España estaba inmersa en la asombrosa empresa del descubrimiento y la exploración del Nuevo Mundo. Año tras año se iban sucediendo los acontecimientos, las expediciones, los hallazgos. En 1518 partió de Cuba la segunda incursión a la América continental; los españoles eran los únicos no americanos que pisaban aquellas tierras 

Hubieron de pasar 25 años desde el descubrimiento hasta que los españoles se decidieron a internarse en Norteamérica, en la entonces absolutamente desconocida Tierra Firme, pues hasta entonces sólo habían explorado las islas. En 1517 Hernández de Córdoba había sido el primero en explorar esas tierras ignotas para el resto del mundo, y al año siguiente fue la expedición de Juan de Grijalva la que se aventuró a lo desconocido, aunque sí sabían que les esperaban grandes “hambres, trabajos y heridas”. En abril de 1518, a bordo de cuatro barcos, 240 hombres iniciaron otra aventura histórica. Hoy, más de medio milenio después, aun no se ha valorado tal prodigiosa hazaña. En todo caso, para recordar aquel episodio, conviene ponerse el casco, la coraza y las circunstancias, y luego escuchar a un testigo ocular, Bernal Díaz del Castillo, que lo contó y describió todo en su imprescindible obra ‘Historia verdadera de la conquista de la Nueva España’. 

Tras unos días de navegación y con la excitación de la novedad absoluta y el miedo a lo desconocido, llegaron a la isla de Cozumel. Echan pie a tierra cautelosos, avanzan y llegan a un poblado en el que sólo hay dos ancianos, pues el resto ha huido al verlos. Unos indígenas capturados el año anterior por Hernández de Córdoba sirven de intérpretes; piden  a los viejos que vayan tranquilamente a decir a los demás que no hay que temer. Se van y no vuelven. Aparece una india que habla en la lengua de Jamaica que, por ser parecida a la de Cuba, algunos la entienden; les cuenta que iba en un barco hacia Jamaica, pero naufragó y algunos consiguieron llegar a la isla, donde sacrificaron a todos excepto a ella. Los españoles la enviaron en busca de los del poblado, pues no tienen nada que temer. Al poco llegó ella sola diciendo que tienen miedo y no vendrán. Así, vuelven a embarcar, incluyendo la mujer jamaicana, que voluntariamente dejó la isla.  

Al divisar las costas de la península de Yucatán también observan que en la costa se han reunido muchos “indios de guerra” de los que el año anterior atacaron, causaron muchas bajas e  hicieron huir a la expedición de Hernández de Córdoba. Así describe la situación Bernal Díaz del Castillo: “a esta causa estaban muy ufanos y argullosos, y bien armados a su usanza, que son arcos, flechas, lanzas tan largas como las nuestras y otras menores, y rodelas y macanas y espadas como de a dos manos, y piedras y hondas y armas de algodón, y trompetillas y atambores. Y los más dellos, pintadas las caras de negro y otros colorados y de blanco, y puestos en concierto”, y para que nada faltara, el griterío amenazante. Aquella visión debió acongojarlos… Con todo, desembarcan la mitad (seguro que no fueron voluntarios), armados con cañones pequeños, arcabuces, ballestas y espadas…, y el sudor frío del miedo recorriéndoles la espalda. Apenas puesto pie a tierra, son recibidos con una cerrada lluvia de flechas y lanzas, de modo que antes de que todos hubiesen desembarcado ya había muchos heridos. Los españoles se defienden y “les causan mucho mal”, pero la rociada de proyectiles no amaina, a pesar de lo cual se termina el desembarco. Entonces la cosa cambia y, a base de estocadas y ballestas, los hacen retroceder. También rememora Bernal que por allí había un enjambre de langostas, que con el ruido se levantaron y cayeron sobre ellos, de modo que no había modo de ver ni de asomarse, y que no se sabía muy bien si lo que venía era proyectil o langosta. Tras reorganizarse, se adentran en tierra pero al no encontrar más que  pueblos abandonados vuelven a los barcos. Balance del encuentro: siete muertos y sesenta heridos, entre ellos Grijalva, el capitán, que recibió tres flechazos y perdió varios dientes.   

Tres días después, ya en el continente, remontan un río (río de Grijalva) hasta que se encuentran con muchos indios en canoas y en tierra. Llevan visibles sus armas y penachos de guerra y se ven también “mamparos, fuerzas y palizadas”. Con los tiros (cañones), escopetas y ballestas apuntando, Grijalva, por medio de los dos indios que iban con ellos, les dice que no tengan miedo, que sólo quieren hablar e intercambiar cosas. Se acercan caciques y papas (sacerdotes), los españoles les dicen que vienen de lejos y les hablan de su señor (Carlos I), a lo que los indios principales contestan que ya tienen señor, que hagan los trueques y se larguen, y que tienen más de veinte mil guerreros listos para el combate. Finalmente se impone la diplomacia y se acuerda hacer las paces; los españoles respiran, comen y beben. Durante los intercambios los indios hablan de un lugar rico y con mucho oro al oeste: “México, México”, repiten sin que los españoles tuvieran idea de qué era eso. Sin lucha, volvieron a embarcar. En el siguiente encuentro, también pacífico, escucharon por vez primera el nombre de Moctezuma, gran señor que ya sabe de su llegada, que quiere conocer sus intenciones y si son los ‘teules’ (dioses) con barba de los que habla la profecía. Con buenas sensaciones remontan otro río (río de Banderas), donde vieron otra gran multitud de indios en actitud amistosa. Con precaución y las armas listas, bajaron a tierra, donde volvieron a rescatar oro, o sea, cambiarlo por piedras brillantes que los nativos apreciaban mucho (las verdes y azules tenían gran valor ritual). Al terminar volvieron a embarcar. 

Desde las naves vieron varias islas. De una salía mucho humo, así que allí desembarcaron. De inmediato se toparon con templos con gradas, y en ellos los restos de cinco indios recién sacrificados: “Estaban abiertos por los pechos y cortados los brazos y los muslos, y las paredes de las casas llenas de sangre. De todo lo cual nos admiramos en gran manera”, cuenta Bernal. Volvieron a los barcos, donde hablarían de lo que habían visto y, seguro, alguno no durmió esa noche. Al poco volvieron a tierra firme, donde les esperaban muchos indios con abundantes piezas de oro para cambiar por esas cuentas brillantes que tanto les gustaban y llamaban ‘chalchivites’. Encontraron otro adoratorio donde vieron los torsos abiertos de dos indios, y restos y sangre por todas partes. Entendieron que el sacrificio era algo cotidiano en aquellas tierras, lo que, sin duda, debió provocarles escalofríos.  

También explica Díaz del Castillo  que “con los muchos mosquitos que había no nos podíamos valer”. E igualmente remarca el día que hacía buen tiempo, ya que llovía diario, por lo que se mojaba la pólvora y no podían usar cañones y arcabuces; y a todo esto, siempre con todo el hierro, armas y protecciones encima, con calor asfixiante y altísima humedad… Los expedicionarios ya habían comprobado entonces que estaban en tierra firme, no en una isla. Enviaron entonces un barco a Cuba para pedir socorro (17 muertos y muchos heridos) y entregar el oro conseguido. Los tres barcos restantes volvieron a costear por el Golfo de Méjico. Se acercan a la desembocadura de un río, donde “vinieron de repente por el río abajo obra de veinte canoas muy grandes, llenas de indios de guerra, con arcos y flechas y lanzas”, los cuales atacaron al navío más pequeño; sin embargo, los rechazaron y, acto seguido, volvieron al mar. Más adelante decidieron regresar a Cuba, pero antes tuvieron que fondear para reparar un barco que hacía mucha agua; mientras, llegaron muchos indios de diversos pueblos con piezas de oro bajo para cambiar por cuentas verdes. 

Así terminó la segunda expedición europea a Tierra Firme de América del Norte. El viaje tiene de todo, misterio e incertidumbre, batallas sangrientas y encuentros pacíficos. ¡Qué aventura! 

CARLOS DEL RIEGO

domingo, 9 de abril de 2023

LOS MÚSICOS DE ROCK QUE DETESTABAN A LOS BEATLES

 

Cara a cara todo son sonrisas y buen rollo, pero cuando no están delante...

Fue en marzo de 1963 cuando se publicó en Inglaterra el primer Lp de The Beatles, y durante los siguientes meses apareció en el resto del mundo. Hace de aquello sesenta años, toda una vida, y lo único que el tiempo ha hecho ha sido agrandar la leyenda y reconocer el talento (además de recaudar pasta); sin embargo, hay criaturas que, por una u otra razón, no se sienten cautivadas por esos títulos que nunca envejecen 

Los gustos personales son inexplicables, no obedecen a ninguna causa objetiva. A pesar de ello, desde que aparecieron Los Beatles (hace ya más de sesenta años) los gustos y preferencias musicales de millones de personas en todo el mundo coinciden obstinadamente en aquellas melodías de los cuatro chavales de Liverpool. Pero no gustan (ni tienen por qué) a todos, de hecho, no son pocos los músicos que discuten la calidad de las canciones del grupo por más que tengan que enfrentarse a las masas que los adora. Así, desde Elvis hasta Pete Townshend, hay grandes figuras que discrepan de la opinión dominante. 

En 1970, como consta en los Archivos Nacionales, Elvis Presley, el rey, escribió una carta al presidente Richard Nixon, se reunió con él en la Casa Blanca y se ofreció para combatir a los 'antiestadounidenses'. En aquella mítica conversación, Presley señaló a los Beatles como una influencia nefasta para la juventud estadounidense. Le dijo que "los Beatles habían sido una fuerza real y contraria al espíritu de nuestro país", y añadió que "Beatles vinieron a este país, ganaron mucho dinero y, al volver a Inglaterra, se dedicaron a fomentar un sentimiento claramente antiestadounidense”. En fin, Elvis no puso pegas a las canciones, sino a la supuesta intención del cuarteto, aunque es evidente que ya entonces las drogas y la inestabilidad hacían mella en su cerebro. 

Un tipo siempre malhumorado y colérico fue el batería de Cream, el gran Ginger Baker. En una entrevista de 2015 Baker voceó su desprecio hacia los músicos que no escriben ni leen notas y partituras, como “todos los del heavy metal. Incluso Paul McCartney necesita que alguien lo escriba por él. ¡Y se cree que eso es bueno y aceptable!". Y se burló de unas declaraciones en la que Paul decía que “si hubiera sabido leer música seguramente no hubiera podido escribir tan buenas canciones… ¡qué tontería!", explicó Baker. Realmente la inquina y desdén con que se refirió siempre a Beatles surgió desde los primeros momentos: “Solíamos decir sobre los Beatles en 1963 que no distinguían un ‘hatchet’ (hacha en inglés) de una ‘crotchet’ (la figura musical negra en inglés)”. El ansia por menospreciar al cuarteto le llevó a sentenciar que “Sin Georges Martin no habrían llegado a ninguna parte". Dado el carácter del personaje, difícilmente alguien le llevaría abiertamente la contraria. 

Otra gran figura del rock que se pensaba absolutamente superior al resto fue Lou Reed, a quien no le gustaba nada de lo que hacían otras bandas de rock de los años sesenta. Se ufanó de modo soberbio y narcisista cuando dijo en 1987: "Estaba convencido de que los otros grupos de aquellos años ni siquiera nos llegaban a los tobillos. No había nadie a nuestra altura, al revés, todos me parecían dolorosamente estúpidos y pretenciosos". Y cuando se refirió a los Beatles no escatimó mala baba: "Jamás me gustaron los Beatles. Lo suyo era basura. De hecho, cuando me preguntaban que quién me gustaba, yo siempre respondía que nadie, y menos los Beatles”. Soberbia en estado puro. 

Contemporáneo de Los Beatles es Ray Davis, de Kinks. En 1966 una revista musical le entregó una copia anticipada de ‘Revolver’, uno de los discos más aclamados por prensa y público desde que salió, para que les hiciera una crítica en la que reseñara cada tema. Davis manifestó sentirse decepcionado, y sin cortarse un pelo dijo: “El tema ‘Taxman’ es una mezcla del sonido de mi grupo, The Kinks, y el tema de la serie de televisión de los sesenta ‘Batman’. ‘And your bird can sing’ es absolutamente predecible. ‘I want to tell you’ no está a la altura, y ‘Yellow submarine’ es un montón de basura, y estoy seguro que ellos lo saben”. Tal vez haya rabiado desde entonces cada vez que Beatles volvían a vender millones año tras año. 

Por aquellos años Pete Townshend, The Who, también hablaba de lo mala que era la música del momento (¡qué fácil sería contradecirlo!), especialmente The Beatles, a los que acusaba de no tener ni idea de tecnología y manipulación del sonido de grabación. El guitarrista y compositor explicó sorprendido: “Las voces salen por un canal y el acompañamiento por el otro, lo que permite escuchar sólo las voces o sólo los instrumentos, de modo que entiendes que ni voces ni acompañamiento merecen la pena. Pero lo peor es escuchar sólo los instrumentos…, y resultan terribles”. Luego, con ellos delante, todo sonrisas… 

Por su parte, Michael Stipe, de REM, no es que odiara a los Beatles, sino que lo dejaban frío. En 1992 se atrevió a menospreciar al cuarteto diciendo que “Los Beatles siempre me parecieron música de ascensor…, de hecho, el clásico de pop comercial ‘Yummy Yummy’ (1968) de Ohio Express me impactó mucho más que cualquiera de los Beatles. Nunca he sido su fan aunque reconozco su talento, pero es que no crecí escuchándolos. Esta opinión me ha proporcionado muchas discusiones”. Y además es fácil de refutar. 

En casi todos los opinantes se nota un tanto de celos, de envidia, de disgusto por el éxito eterno. Y luego están los egos desbordados. Normal.

 CARLOS DEL RIEGO

domingo, 2 de abril de 2023

EL DISPARATE DE CONVERTIR EL CONCIERTO DE ROCK EN MITIN POLÍTICO

 


La ideología ha esclavizado al músico que exhibe  en sus conciertos un cerdo hinchable cargado de mensajes políticos

Otro ejemplo de exceso de ideología que tiraniza al músico

Una de las características propias de la música rock es que, desde sus inicios, siempre ha sido vehículo ideal para lanzar mensajes de todo tipo, entre ellos (y según el subgénero del rock) los que contienen desafío, provocación, insolencia, arrogancia. Por eso, no extraña que también haya habido grupos y solistas que se han posicionado políticamente, lo cual es de lo más legítimo; lo malo es cuando convierten sus conciertos en una asamblea política con sermones y arengas

 Uno de los grandes referentes del rock, que dinamitó su grupo porque su ego se lo impuso (y cuyo nombre no es preciso recordar), ha convertido sus conciertos en mítines políticos en los que se condena a los enemigos; y como el no mencionado dice, quien no esté de acuerdo que se ‘fuck’. Todo el mundo tiene su ideología y sus preferencias políticas, pero cuando el músico de rock se pierde en sermones, proclamas y homilías sobre la sociedad y la economía, los partidos y los políticos o la geopolítica internacional, se convierte en un líder político y deja de ser un músico de rock, el cual está contra todo tipo de poder, el de un lado y el de otro.

 Aunque la mayor parte de las veces el rock & roll habla de las cosas que gustan o preocupan a los veintitantos años (hoy día ya no, puesto que los rockeros envejecen…), hay muchas ocasiones en que el autor escribe de otras cosas que exigen mayor compromiso. Siempre ha habido cantantes protesta, compositores con temáticas sociales y costumbristas, grupos que ofrecen textos airados y exaltados contra las clases altas y, por supuesto, también bandas y letristas que se han atrevido a lanzar discursos eminentemente políticos envueltos en guitarras distorsionadas. Claro que, si el grupo tiene éxito, cae inevitablemente en la incoherencia, en la contradicción. Así, suelen bramar contra el capitalismo y la burguesía, pero ellos viven como burgueses capitalistas muy acomodados; pontifican contra banqueros, empresarios y políticos a la vez que guardan sus pingües ingresos en los grandes bancos o se los llevan a paraísos fiscales; escriben encendidas defensas de los trabajadores y aguerridas proclamas contra los ricos mientras viven en mansiones exclusivas con seguridad privada; tienen sus propias empresas y se sirven de su legión de asalariados… Lo curioso es que no ven conflicto moral entre lo que dicen y lo que hacen.

Cierto que los más grandes del negocio del rock han escrito fantásticas canciones con trasfondo político o ideológico (ya lo hicieron Beatles con temas como ‘Taxman’ o ‘Blackbird’; y muchos otros tocaron el asunto), pero no lo han convertido en el tema exclusivo de sus conciertos. Por desgracia la proclama política se ha convertido en algo habitual en los directos de no pocos grandes nombres del rock.   

Muchas veces se ha contado cómo Freddie Mercury pidió, casi exigió, a sus compañeros de grupo que no escribieran canciones-sermón, e insistió en que ellos no estaban en este espectáculo para largar sermones, discursos ni rollos parecidos, sino que Queen tiene que subir al escenario con la idea de hacer lo posible para que el público se divierta, esforzarse para que la gente baile, cante y salte, para que todos los presentes se olviden de todo aquello que no forme parte del concierto, de cada concierto.   

Inevitablemente, donde entra la política crece la división, el enfrentamiento, la enemistad, el ‘ellos y nosotros’. Y un concierto de rock es algo así como un ritual, como una ceremonia con sus oficiantes y sus fieles, todos los cuales cantan los mismos himnos

CARLOS DEL RIEGO