OPINIÓN

HISTORIA

miércoles, 26 de abril de 2023

LA MENTIRA DE LOS GOBIERNOS PARA PROHIBIR LOS COCHES DE GASOIL Y GASOLINA


Todos los vehículos diésel y gasolina de la Unión Europea son responsables del 1,3% del vertido de CO2 a la atmósfera en todo el mundo, y por eso, quieren prohibirlos

Uno de los principales asuntos que preocupan a una mayoría de ciudadanos del mundo occidental es el del cambio climático, la contaminación del aire, aguas y tierras. Los gobiernos, siempre a la búsqueda de todo aquello que pueda proporcionar votos, llevan años usando el ‘cuidado del planeta’ como principal gancho electoral; a ello se suman los fanáticos ecologistas y similares, dispuestos a cualquier acto en beneficio de su idea. El principal acusado de todos los males es el coche de gasoil y gasolina, y por eso en la UE les han puesto fecha de caducidad, 2035. Un disparate y un imposible 

Sí, los políticos, estimulados por el tirón mediático del asunto del planeta y la contaminación, junto a los extremistas del clima, han conseguido que gran parte de la población se haya tragado la trola de que el gran problema es el automóvil, el turismo movido por combustibles fósiles. Sin embargo, los datos, los números y porcentajes que los propios ministerios de los países de la Unión Europea manejan, señalan que los coches tienen una responsabilidad mínima, casi despreciable, de las emisiones de gases a la atmósfera. 

En la Unión Europea los turismos son responsables cada año de un 15% de las emisiones de CO2 a la atmósfera en el propio territorio europeo. Es decir, el 85% del dióxido de carbono vertido a la atmósfera en Europa no es culpa de los automóviles particulares. Pero el caso es que, según ‘Our world in data’ (que se dedica al análisis pormenorizado de emisiones), el vertido total de la U E supone el 8,5% del total mundial. Mucho menos que los grandes contaminantes, China, India, EE UU y Rusia, donde ni se plantean prohibir coches de combustibles fósiles. 

De estas cantidades puede deducirse fácilmente que lo que expulsan los tubos de escape de las berlinas, monovolúmenes, compactos, utilitarios y motos que circulan por los países de la Unión Europea constituye el 1,3% del total de las emisiones de CO2 que se expulsan a la atmósfera cada año en todo el mundo. 

¿Y para reducir un 1,3% la emisión de gases se va a obligar a millones de europeos a gastarse miles de euros (sobre 40.000, más los cambios de batería) para cambiar al eléctrico? Y hay que añadir que habría que multiplicar por millones la generación de electricidad para los autos eléctricos. 

Prohibir la fabricación de automóviles de combustible fósil en 2035 sería una locura, un disparate de consecuencias imprevisibles. Pero a los chupópteros de la Unión Europea la realidad y el bien común les importa un pimiento, puesto que, como buenos políticos, lo único que les preocupa es ganar elecciones, o sea, poder, y si acusando a los automóviles se ganan votos la verdad se convierte en algo secundario y prescindible. Los ecologistas fanáticos hacen el resto acongojando a la población con un futuro apocalíptico si no se asumen sus ideas y convicciones. Y a quien se les opone lo llaman f…a. 

CARLOS DEL RIEGO

2 comentarios:

  1. Aumenta el número de religiones y los dioses son más terrenales cada día. Saludos.
    .: lugobama.:.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Cierto amigo Lugobama, cualquier cosa se convierte en dogma. Saludos

      Eliminar