OPINIÓN

HISTORIA

domingo, 23 de abril de 2023

LAS ESTATUAS QUE RECUERDAN A LAS FIGURAS DEL ROCK POR TODO EL MUNDO

 


Beatles en Liverpool


Jimi Hendrix en Seattle


Johnny Ramone en el cementerio donde yace, en California

Cuando a alguien se le erige una estatua significa que sus méritos son reconocidos y lo serán cada vez que alguien la mire. Grandes protagonistas de la historia o soldados desconocidos cuentan con esculturas, algo que ha proliferado en los últimos años. Así, no pocas grandes figuras del mundillo del rock han sido inmortalizadas en piedra o metal a lo largo del mundo. El último, el cantante de AC DC Brian Johnson, que permanecerá gritando en Namur, Bélgica, durante muchos años 

El primer concierto de AC DC con Brian Johnson en sustitución del fallecido Bon Scott tuvo lugar en esa ciudad belga, y por eso este mismo mes de abril le han dedicado una escultura que recuerde aquella primera vez que Johnson se puso al micro de AC DC. Seguro que no pocos incondicionales echarán a faltar estatuas de cantantes, guitarristas y baterías, pero seguro que nadie discutirá el merecimiento de todos estos que ya la tienen 

La última estatua de artista de rock es la colocada en honor de Brian Johnson. Es de tamaño natural, de piedra azul y conmemora el primer concierto de  AC DC con Johnson al micro, que fue en Namur, Bélgica, el 29 de junio de 1980, apenas cuatro meses después de la muerte de Bon Scott. El actual solista de AC DC tuvo la suerte (a diferencia de la mayoría) de poder inaugurar su propio homenaje en piedra. Modesto, dijo: "Agradezco profundamente el cariño de todos los donantes y fans de esta ciudad, muy especial para mí porque fue la primera vez que canté con AC/DC, y estaba muy nervioso. Pero hoy, ahora, honestamente puedo decir que no soy digno de ella, y que nunca olvidaré lo que esta ciudad hizo por mí”. 

El titular de AC DC, Bon Scott, también tiene sus estatuas. Así, en su ciudad natal, Kirriemuir, Escocia, sus fans recaudaron el dinero necesario para levantarle una escultura en bronce a tamaño natural. Pero el que cantó ‘Highway to Hell’ tiene más efigies que lo representan, como la que, también en bronce, le pusieron en Fremantle Fishing Boat Harbor en Australia Occidental, donde se crió y conoció a sus cómplices. 

No podía faltar la representación de The Beatles. Fue en diciembre de 2015 cuando se inauguró en las calles de Liverpool el grupo escultórico, en bronce, con los cuatro; son algo más grandes que el natural y pesan casi tonelada y media. John tiene otras y, además, el aeropuerto John Lennon de Liverpool. 

Frente al lago Ginebra, en Montreux, Suiza, está la inconfundible figura de Freddie Mercury. Mide unos tres metros y fue inaugurada cinco años después de su muerte por la madre del cantante y por su ‘colega’ Montserrat Caballé. Pero el carisma de Freddie conquistó corazones y mentes en todo el mundo, como demuestra el empeño que puso un empresario coreano, Baek Soon, que durante ocho años estuvo pidiendo permiso a los tres Queen supervivientes para poder colocar la estatua; de tamaño natural, le costó unos treinta mil euros y la situó en la ciudad surcoreana de Jeju. También hay que mencionar la estatua de seis metros construida en fibra de vidrio que se colocó en la fachada del Dominio Theatre de Londres, donde lució durante los doce años que la función ‘We will rock you’ fue representada; actualmente está en el jardín del batería Roger Taylor. 

Otro icono del rock cuya representación puede contemplarse en varias partes del mundo es Jimi Hendrix. En su ciudad natal, Seattle, se ubica una preciosa representación de Hendrix que muestra una de sus icónicas posturas en directo. En la capital de Serbia, Belgrado, hay una estatua atípica del inolvidable guitarrista, la cual está hecha con tornillos, clavos y alambre; pesa unos doscientos kilos y su autor (Boris Deheljan) tardó seis meses en terminarla. Y conmemorando su legendaria actuación en el Festival de la Isla de Wight en 1970, se erige una estatua de bronce en cuya placa puede leerse una cita del propio Jimi Hendrix: “Es gracioso cómo casi todo el mundo ama a los muertos, una vez que estás muerto estás hecho para la vida”.   

También hay abundantes estatuas de Elvis en diversos lugares del planeta. Una de las más emotivas es la que lo representa con sólo trece años frente a la iglesia a la que acudía cuando era niño en la ciudad de Tupelo, Mississippi, y donde empezó a cantar. 

Uno de los fundadores de la inigualable banda neoyorquina Ramones, el guitarrista Johnny Ramone, murió en 2004, y apenas cuatro meses después se le puso una estatua con su pose característica en el lugar donde yacen sus restos en el cementerio Hollywood Forever, en California. Su compañero-rival Joey ‘sólo’ tiene una plaza en Nueva York. 

El gran y eterno pionero Chuck Berry también puede presumir de recuerdos en piedra o metal, pero tal vez el más representativo está en su ciudad natal, St. Louis, Missouri, una muy bonita estatua que es de las pocas que el efigiado pudo inaugurar (en 2011). 

Justo en el lugar del accidente de ‘el día que murió la música’ (donde perecieron Buddy Holly, Ritchie Valens, Big Bopper y el piloto Peterson), en Clear Lake, Iowa, puede verse una curiosa escultura que representa las características gafas de Buddy Holly. Tiene otra en Texas. 

El malogrado guitarrista irlandés de blues-rock Rory Gallagher tiene una escultura que lo representa en Cork; y otra en la ciudad de Ballyshanon en la que puede leerse un verso de su canción ‘Follow me’ (1979) que dice: “Quiero plantar una estrella en el cielo, una que puedas encontrar al final de la noche". 

David Bowie luce en una escultura titulada 'Earthly messenger' en Aylesbury, la cual fue financiada enteramente por sus fans. Entre otras, el gran bajista, cantante y compositor irlandés Phil Lynott (de Thin Lizzy) tiene una estatua que lo recuerda en Dublín. Y el inefable Lemmy ‘vive’ en su bar favorito, ‘Rainbow bar and brill’ en West Hollywood, a través de un bronce de tamaño natural. 

CARLOS DEL RIEGO

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