OPINIÓN

HISTORIA

domingo, 30 de abril de 2023

FUNERALES FESTIVOS Y EXTRAVAGANTES: ROCKERS HASTA EL FINAL

 

 Al acabar los discursos en el funeral de Lemmy Kilmister, los altavoces que se ven detrás atronaron inesperadamente a todos los presentes, según él dejó indicado

Si hay algo que caracteriza a los astronautas de la galaxia del rock & roll es el disparate, la exageración, el abuso de todo aquello que les apetezca, aunque es cierto que siempre hay y habrá excepciones, músicos de rock que prefieren irse a casa. Por eso no puede sorprender que algunos hayan querido llevar esa vocación de juerguistas incluso hasta el momento final. Así, algunas estrellas dejaron organizados sus propios funerales, que fueron disparatados o festivos

 Aficionados a exprimir todo el placer y las sensaciones que los sentidos pueden proporcionar, las grandes figuras de este invento llamado rock & roll no suelen cortarse de nada en vida, pero incluso en el momento supremo, cuando acaban de dejar este mundo, los hay que siguen con esa misma forma de pensar, y por eso algunos quisieron que se les recordara no sólo por su vida y obra, sino también por su despedida final. 

Sabido es que Lemmy Kilmister siempre fue amante de lo extremo, del rock más duro y rocoso (con Hawkwind y luego con sus icónicos Motörhead), y también es sabido que el tipo gustaba de las fiestas más locas y extremadas, de las bebidas más fuertes y en fin, de todo lo que lo pusiera tan en marcha como el propio r & r. Casa con todo ello su intención de que su funeral fuera mucho más divertido que solemne y respetuoso. El bajista y cantante se aseguró de dejarlo todo atado y bien atado para cuando palmara (28-XII-15), de modo que dejó escrito entre sus últimas voluntades que al acabar los discursos laudatorios en la iglesia (que él sabía se iban a producir), se conectara su bajo a un muro de amplificadores y altavoces, con lo que se produjo un ‘feedback’ ensordecedor, ese insoportable pitido… Cuando todos los asistentes saltaron en sus asientos por el tremendo susto recibido, Lemmy se debió partir de risa en el otro barrio. Seguro. 

La inolvidable Janis Joplin fue, aunque durante poco tiempo, una gran estrella e incluso una imagen emblemática de la cultura hippie. Desgraciadamente su estrella se apagó a los 27 años (el 4-X-70) a causa de una sobredosis cuando estaba en período de desintoxicación. Fiestera hasta las últimas consecuencias, no quiso Janis que su óbito fuera triste y lacrimógeno, de modo que en su testamento dejó 2.500 pavos para entregar a sus amigos con el fin de que organizaran una fiesta en la que no faltara de nada: alcohol, maría, tripis y demás, todo para que los colegas se lo pasaran bien recordándola. Se sabe que no sobró ni un céntimo. 

Lo de Gram Parsons (Byrds, Flying Burrito Bross.) roza lo macabro, aunque sin perder un fondo sarcástico. Cuando murió (19-IX-73) estaba previsto que su cadáver fuera trasladado a Nueva Orleáns, pero él tenía otros planes para la ocasión. Su coleguilla Michael Martin y el ‘road manager’ Phil Kaufman ejecutaron los deseos del finado: robaron el cadáver en su ataúd y lo llevaron al desierto, al parque llamado Joshua Tree, donde le prendieron fuego hasta que sólo quedaron cenizas. Y es que, según cuentan los que conocieron a este músico excepcional que murió con 26 años, eso es lo que Parsons deseaba: que el viento esparciera sus cenizas por el que era su lugar favorito de la Tierra. Martin y Kaufman sólo fueron multados por robar un ataúd… 

El funeral del cantante Harry Nilsson no estaba preparado, aunque resultó impactante, inolvidable. Recordado por su versión de ‘Without you’, Nilsson murió por insuficiencia cardiaca el 15 de enero de 1994 y un par de de días después se celebró su funeral; y cuando  todos se saludaban y recordaban al difunto, un tremendo terremoto de magnitud 6,7 sacudió el San Fernando Valley, cerca de Los Ángeles. El seísmo acabó instantáneamente con lo que iba a ser una reunión de amigos y colegas en honor a un gran artista y un camarada. Sin embargo, ninguno de los que acudieron olvidará el funeral de Nilsson; según un amigo personal apenas tuvo repercusión la muerte y el entierro del cantante, puesto que el terremoto acaparó todos los informativos y los periódicos: “El terremoto arrasó la mitad del sur de California, por lo que no se hablaba de otras noticias, pero con el tiempo siempre asocias el terremoto a la muerte de Harry”. 

CARLOS DEL RIEGO

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