OPINIÓN

HISTORIA

jueves, 31 de enero de 2013

CORRUPCIÓN ES A POLÍTICA LO QUE DOPING A CICLISMO Existe el convencimiento generalizado de que todos o casi todos los ciclistas se dopan, del mismo modo que todos o casi todos los políticos (y sus partidos) meten mano a la caja. Se dirá que es injusto generalizar (lo es), pero lo cierto es que casi a diario unos y otros se empeñan en dar argumentos a los que afirman que todos son iguales

Existe el convencimiento generalizado de que el dóping abunda tanto en el ciclismo como la corrupción en la política

En las últimas décadas ha sido muy raro el mes que transcurriera sin alguna noticia relacionada con la corrupción de los políticos, es algo qua ya no sorprende y que se da por seguro (o casi) incluso entre las opiniones más moderadas. Por buscar una analogía siempre tan de actualidad como la de los servidores públicos trincones, se puede decir que la deshonestidad de esta clase privilegiada equivale al dopaje en el ciclismo. Así, a día de hoy (febrero 2013) el sentimiento generalizado es que, si no todos, la mayoría de los ciclistas utilizan o han utilizado sustancias y procedimientos prohibidos y catalogados como doping; e igualmente hay convencimiento general de que, si no todos, sí casi todos los equipos ciclistas integran a más o menos sospechosos, imputados o ya castigados. Pues en el terreno político ocurre lo mismo: existe la sensación en amplísimas mayorías de la población de que cerca de la totalidad de los que se dedican a esta actividad están más o menos pringados; y por supuesto, es evidente que no hay partido que no haya tenido que dar muchas explicaciones, tragarse sapos y hacer frente escándalos financieros. Parece absolutamente ocioso empezar a recordar casos en los que han estado implicados cargos públicos adscritos a todas las formaciones políticas, y del mismo modo los gerentes y máximos dirigentes de las mismas; curiosamente éstos siempre se escudan en aquello de que “yo no sabía nada”, es decir, en este caso no tienen reparos en hacerse pasar por mindundis y autoproclamarse cantamañanas que no se enteran de nada y a los que todos engañan.

Una vez pillado, el corrupto-dopado primero niega y proclama indignado su inocencia aun con pruebas abrumadoras en su contra; después hay veces que amenaza con tirar de la manta, con enchufar el ventilador para que la suciedad salpique a muchos, tal vez tratando de perderse en una muchedumbre de caraduras, pero a la larga sus palabras son mucho ruido y pocas nueces. Y también es común entre el ciclista y el gobernante tratar de justificarse asegurando que todos lo hacían y lo hacen, y que quien no se metiera gasolina prohibida o echara mano a la caja no tenía nada que hacer ya fuera en la carretera o en los pasillos, despachos y salones de las instituciones.

Sea como sea, que los presuntos servidores públicos están a la que salta es evidente. Unos se lo llevan a la tremenda, pensando estúpidamente que nadie notará nada nunca, pero otros son más sibilinos y arteros, puesto que simplemente aceptan sobresueldos y complementos de todo tipo bajo una apariencia legal, siendo la cosa algo así como una sisa institucionalizada y regularizada por ley; de este modo se puede dar el esperpento de que el presidente del gobierno cobre un suplemento destinado a diputados sin residencia en Madrid mientras vive en el palacio presidencial con todos los gastos pagados…, esto es una inmoralidad que bien puede señalarse como corrupción legalizada e institucionalizada. Sería una auténtica sorpresa, en todo caso, que hubiera un partido de ámbito nacional que no se hubiera visto imputado en corrupciones, corruptelas o ilegalidades, pero está claro que todos participan de las legales.
Eso sí, a diferencia de los ciclistas, los gobernantes tienen el privilegio de otorgarse beneficios y asignarse sueldos y pluses sin que haya quien se oponga, puesto que, curiosa aunque no sorprendentemente, jamás se produce la mínima discrepancia entre los partidos y sus representantes cuando se debate en torno a los dineros que han de percibir los integrantes de la casta privilegiada.     

Pero lo peor de tan común asunto, lo verdaderamente desalentador es que, en caso de que los chorizos sean cazados, al final no pasa nada, se soluciona todo entre abogados, jueces y fiscales que se reúnen en oscuro aquelarre con quién sabe qué intenciones. Pero al terminar la cosa, el sinvergüenza se va tan tranquilo: paga una multa, dos años de libertad vigilada, amenaza de cárcel a la próxima, inhabilitación..., y ese es todo su castigo, puesto que jamás devuelven el dinero robado. Será por eso que gustan tanto las películas en las que los malos pagan sus fechorías: porque en la vida real eso no pasa casi nunca, y por eso el ciudadano quiere ver al malo pasarlo mal aunque sea en la ficción.  

CARLOS DEL RIEGO



martes, 29 de enero de 2013

LA (PARA ALGUNOS) ESTIMULANTE VISIÓN DE LA VIDA AJENA A los programadores de una emisora de televisión se les ha ocurrido retransmitir bodas en directo, emisión que, como todo ‘reality show’, apela al sentimiento de bienestar que produce en amplios sectores de la audiencia el hecho de no ser uno el que esté ahí mostrando las entretelas

Contemplando las bajezas de otros el espectador del 'reality' se siente mejor y minimiza las suyas.

Las principales cadenas de televisión, de la tres a la seis aunque no sólo, compiten no sólo por la audiencia y los anunciantes como cualquier otra, sino que luchan encarnizadamente entre ellas para ver cuál ofrece el programa más grosero y vulgar, más zafio y soez, más bruto e ignorante…, en una palabra, utilizan todos los recursos a su alcance con el fin de proponer lo más mediocre. Y para ello, nada mejor que los ‘reality shows’, o sea, los programas que ofrecen la realidad con más o menos guión; los hay de todo tipo y variedad, en todos los países y en múltiples emisoras de televisión.

Lo que buscan principalmente esos espacios televisivos son tacos e insultos, ataques personales, violencia verbal e incluso física y todo tipo de situaciones escabrosas o morbosas, y a todo esto, sexo lo más explícito posible. Con esos mimbres los ideólogos y productores de los engendros consiguen lo que quieren, que es provocar escándalo a base de lo más tópico, lo más fácil: sexo y violencia, que son los recursos de los guionistas y productores mediocres y carentes del mínimo talento, de igual modo que los malos humoristas basan sus chistes en tacos y sexo.

La última genialidad de los fanáticos de los índices de audiencia (más falsos que Lance Armstrong) es retransmitir bodas en directo así como todos los preparativos previos, lo que significa poner en pantalla y darle así carácter de extraordinario a lo ordinario, a lo cotidiano. ¿Quién puede tener el mínimo interés en seguir las peripecias que terminan con la firma de unos contrayentes desconocidos?, no es que si éstos fueran célebres la cosa tendría más atractivo, pero al menos se entendería su seguimiento por parte de los admiradores de los novios. Sin embargo, lo cierto es que esos programas tienen abundante público, eso sí, un público con algo (o mucho) de cotilla, chismoso y correveidile, un público que disfruta contemplando las intimidades ajenas como quien tiene el privilegio de ver algo prohibido, tal vez solazándose al pensar que esos que salen ahí tienen más y mayores problemas que quien mira, y eso les hace sentirse mejor… A cuento viene recordar una anécdota en torno a la película ‘Freaks’ (en España ‘La parada de los monstruos’), dirigida por Todd Browning en el año 1932; trata de un circo en el que los artistas presentan enormes deficiencias auténticas, malformaciones y terribles taras físicas, sin efectos especiales (sólo en el plano final), de modo que hay un hombre sin brazos ni piernas que es capaz de encender un cigarrillo, varios microcéfalos (con cabeza de alfiler, ‘pinheads’, como la canción de Ramones), siameses, un tipo sin piernas que camina con los brazos, una mujer sin brazos que se las arregla, otra barbuda, un ser mitad hombre y mitad mujer…, pues el caso es que a lo largo del rodaje, los unos les tenían lástima a los otros, cada uno de ellos aseguraba que de padecer lo que cualquiera de los demás actores se suicidaría, ya que cada uno se sentía mejor observando las desgracias de los otros, cada uno estaba convencido de que lo suyo era poca cosa y una terrible desgracia lo que padecían los otros. Pues tal es lo que debe mover a las personas que se sientan a contemplar programas en los que aparecen personas que muestran lo más ordinario, lo más vulgar de su existencia: al mirarlos, seguro que los espectadores compadecen a esos que salen en la tele del mismo modo que compadecen a los chimpancés que en el zoo hacen lo mismo que los atrapados en el ‘reality’ (o sea, pelearse, copular, comer y dormir), y al compadecerlos, debe aumentar su autoestima.

Ese concepto de la telebasura se materializa a la perfección con aberraciones como la de retrasmitir bodas, que puede tener secuelas como televisar exámenes y oposiciones, juntas de accionistas, dar la cola para presentar la declaración de la renta, el cocinado de los huevos fritos, defecaciones varias o la espera del autobús en la parada…, divertidísimo, instructivo, ingenioso.

Es evidente que esas cadenas de televisión no van a reparar en moralidades con tal de ganar puntos en los índices de audiencia, más aún, harán lo imposible por ser la que más bajo caiga, la que muestre más ordinariez, chabacanería y bajeza.

CARLOS DEL RIEGO

lunes, 28 de enero de 2013

TIMOS DEL GOBIERNO: EL DE LOS AUTÓNOMOS Entre los casi infinitos subterfugios y triquiñuelas que utiliza el gobierno (cualquiera en cualquier parte del mundo) para exprimir al ciudadano está el timo del autónomo, figura atropellada y tiranizada que tiene más obligaciones y menos contraprestaciones que un esclavo

El autónomo, al menos gran parte de ellos, vive en la incertidumbre y la injusticia.

La ministra del ramo ha anunciado, como si de un gran hallazgo económico y generador de empleo se tratara, reducir la cotización de jóvenes que de forma autónoma pongan en marcha un negocio, y dejarla en 50 euros mensuales durante seis meses; y más allá, las mujeres de menos de 35 años tendrán luego un 30% de descuento los dos primeros años, mientras que los hombres sólo accederán a dicha bonificación hasta los 30 años.

Primero, es evidente la discriminación por cuestión de sexo y edad; por un lado, ser mujer tiene ventajas frente al hombre, y por el otro si la persona cuenta 39 años, nada, de nada, ¡joróbate viejo!

Y en segundo lugar, y mucho peor, es el hecho de que hay que tener ganas, ilusión y seguridad ciega en la empresa que se va a abrir para darse de alta como autónomo. Seguro que existen actividades en las que merece la pena (sobre todo las cercanas al poder), pero muchas otras, precisamente las que no generan más allá de 1000 ó 1.500 euros brutos al mes, significan un negocio ruinoso para el autónomo-primo. De entrada, Hacienda retiene un 15% del total, y luego hay que pagar no menos de 250 euros al mes; si el total bruto ha sido de 1000 euros, el autónomo-panoli estará cotizando un 40%. Y a ello hay que añadir que antes o después habrá que hacer frente a media docena de ventanillas y soltar para permisos, licencias, impuestos y tasas de todo tipo, pues cada administración exige su parte. Además, apenas tiene ningún derecho, puesto que tendrá que pagar con independencia de si el mes ha salido bien o sólo ha conseguido hacer 500 euros, y qué decir si se pone enfermo y no puede trabajar, entonces no sólo no tiene derecho a desempleo, sino que está obligado a seguir cotizando; por supuesto, si va de vacaciones ha de entregar. Lo dicho, darse de alta como autónomo es una auténtica locura, y en ese sentido se recuerdan los lamentos de uno que se inscribió como pringao, o sea, autónomo, en el sector del metal, un buen hombre que abrió una chapistería con dos empleados y que declaraba que “diez meses al año mis empleados, que ganan menos de 1.100 euros, ingresan más que yo…, y muchas noches me despierto bruscamente pensando en que soy un perfecto imbécil, que estoy trabajando para el inglés y, al menos en ese momento, me encantaría encerrarme un cuarto de hora en una habitación a solas con cualquier miembro del gobierno o con cualquier político, para que nos diéramos mutuamente nuestras razones”. ¿No sería más lógico y justo aplicar un porcentaje sobre los ingresos totales? ¿Es posible que la legión de sabios, asesores, técnicos, expertos de que se rodean los ministros sean tan ineptos?

Normas como las que rigen al autónomo (sobre todo al que trabaja él sólo y para una o dos empresas) son las que abonan los impulsos defraudadores y la economía sumergida. Y si además se piensa que esos impuestos van a ir en gran parte a pagar sobresueldos, complementos, dietas, viajes y otros privilegios feudales con que se obsequian los gestores…  

CARLOS DEL RIEGO

domingo, 27 de enero de 2013

KRAFTWERK, EL GRUPO QUE INVENTÓ LA MÚSICA TECNO El emblemático álbum ‘The Man Machine’ del grupo alemán Kraftwerk cumple 35 años, pudiendo ser considerado como el de la consolidación definitiva de un nuevo estilo caracterizado por el uso de la tecnología más avanzada


Kraftwerk y sus álter ego robóticos
Uno de los géneros musicales que más éxito ha tenido en las últimas décadas es el tecno y todos sus derivados (house, hard, electro, ambient, minimal, progresive, drum & bass, trance…), que ha invadido casi todos los reductos del rock y del pop. Desde que dio sus primeros pasos la música electrónica no ha dejado de crecer, siempre animada por el deseo de la exploración, de buscar nuevos modos y sonidos aprovechando el avance imparable de la tecnología. Pero nada de eso hubiera sido posible sin la aparición del grupo alemán (de Duseldorf) Kraftwek, el cual surge dentro de una corriente muy específica y prácticamente exclusiva de Alemania.

Así, puede afirmarse que la prehistoria del tecno y la música electrónica es más alemana que el hombre de Neandertal. Todo comienza a finales de los sesenta del siglo pasado en varias ciudades germanas (Duseldorf, Colonia, Berlín) donde surgen muchos grupos que se dedican a fabricar experimentación, de modo que la prensa los mete en un cajón de sastre que da en llamar, despectivamente, ‘kraut rock’, y en el que entran cantidad de nombres que tuvieron su momento y que siguen siendo considerados los pioneros del género; se trata de bandas como Can (experimentación, improvisación en influencias sicodélicas o jazzísticas), Amon Düül II (escisión de los radicales y violentos Amon Düül), Tangerine Dream (con sonido más lírico, más sofisticado y etéreo, menos mecánico o industrial que los demás), Popol Vuh (que combina lo étnico con lo electrónico), Klaus Schulze, Neu!... Pero será el grupo formado por Ralf Hütter y Florian Schneider, Krafwerk, el que tomara el camino más viable y, al final, el que ha perdurado y producido más.

En Kraftwerk están casi todos los recursos, todos los tics de todos los subgéneros de lo que se puede aglutinar dentro del término ‘música electrónica’: modificación de voz, secuencias obsesivas de percusión electrónica, efectos sonoros, experimentación, sintetizadores…, incluso en sus comienzos ya se ocuparon de diseñar aparatos o mejorar los existentes. Sólo hay que escuchar ‘Autobahan’ o ‘Trans Europe Express’ para entender a la perfección el proceso que lleva directamente a la música electrónica, y más concretamente al tecno-pop, al pop electrónico. Y es precisamente con ‘The Man Machine’, publicado hace 35 años, cuando cristaliza la idea, cuando el concepto tecno adquiere sentido, personalidad, entidad propia, cuando echa a andar definitivamente un género musical totalmente nuevo y, por tanto, con infinitas posibilidades.

Y es que este ‘El hombre máquina’, además de innovación y vanguardia, además de experimentación y tecnología, presenta algunas estupendas melodías que, si fueran sacadas de contexto, de ese envoltorio tecnológico, serían perfectamente posibles con sólo voz y guitarra. El mejor ejemplo es la siempre fresca ‘The model’, pieza dotada de una melodía tremendamente pegadiza, con acompañamiento aparentemente simple y de una eficacia y precisión muy germánicas y, en fin, un resultado claro, cristalino, perfectamente pulido y perfectamente hipnótico; se trata de una canción modélica, un patrón infalible para cualquiera que desee manipular aparatos electrónicos. También sigue esa fórmula, consistente en una melodía fácil coronando un delicado y a la vez sólido edificio tecnológico, el tema que abre el disco, el excelente ‘The robots’, cuyas secuencias melódicas han sido pirateadas con descaro por grupos de todo pelaje. ‘Spacelab’ es tecno cien por cien en sus bases, en sus arreglos, en sus voces, en sus variaciones…, pero también permite espacio para una armonía melódica que entra hasta dentro gracias a su claridad, a su sencillez, a su ingenio, hasta el punto de que en sus seis minutos de duración están apuntados no pocos recursos, estructuras y matices que son usados hoy día por cualquiera que tire de tecnología.

La pieza que da título al disco y ‘Neon Lights’ caminan por un sendero más experimental, pero sin ser nunca cargantes, sin perder nunca un encanto especial. Son temas que muchos han tildado de excesivamente mecánicos, tal vez fríos, incluso alguien ha señalado que les falta alma, pero nada de eso, tienen alma, aunque sea de silicio y metal, un alma como la que desarrollan los cerebros electrónicos de Asimov. Y por último, ‘Metropolis’, otra maravilla de este disco seminal que muestra la plenitud de una idea artística, la de la música electrónica en general, pues ecos de esta pieza se pueden ver con nitidez en muchos grupos posteriores, desde New Order hasta Chemical Brothers.

Así como el rock nace en Estados Unidos y el pop en Inglaterra, el tecno tiene su cuna en Alemania, y Krafwerk siempre ha sido el más brillante de aquella escuela.

Achtung, das ist Deutschland!

CARLOS DEL RIEGO


jueves, 24 de enero de 2013

CÓMO ADOPTAR LO PEOR DE LAS ECONOMÍAS DE DERECHAS Y LO PEOR DE LAS DE IZQUIERDAS SIN TOCAR NADA DE LO BUENO QUE TENGAN Que los gobiernos (todos los de todo el mundo y en todas las épocas) terminan por integrarse de iluminados es una verdad empírica, demostrada desde la experiencia, y por eso nadie debe sorprenderse al ver cómo se dictan normativas tributarias dignas de Los Simpson

Siempre cavilando nuevas formas de meter la mano en el bolsillo del panoli, o sea, ciudadano.

El actual gobierno de España da impresión de estar obsesionado, desesperado por recaudar a costa de lo que sea, aunque sea la ruina para la gran mayoría; tal decisión se parece un poco al del que se propone firmemente ahorrar y, para ello, decide dejar de gastar en comer, ir al médico, ducharse… El problema del actual gabinete dirigente es que está eligiendo y aplicando todo lo malo de las economías de izquierdas y todo lo malo de las de derechas, y por el contrario, no ofrece nada bueno ni de unas ni de otras. Lo bueno de las políticas de izquierdas es que prestan muchos servicios y lo malo es que exigen unos impuestos altos, mientras que lo bueno de las derechas es que tienen impuestos bajos y lo malo que proporcionan pocos servicios. Pues bien, el conciliábulo de ingenieros e iluminados ocurrentes en que se han convertido los politicastros ahora en el trono (cosa que ocurre desde que se inventó el poder) han conseguido imponer normativas que significan muchos impuestos (típico de izquierdas) y menos servicios (típico de derechas), lo indeseable de esto y lo perverso de lo otro. O sea, no puede haber tomado peor decisión, pero tampoco ha de causar sorpresa, sobre todo teniendo en cuenta que desde el carro del privilegio es casi imposible ver qué es lo que pasa a ras de suelo, y por tanto se gobierna sin tener ni la más remota idea de cuáles son las verdaderas necesidades del personal. Sólo interesa la macroeconomía, de manera que puede que un día las cuentas salgan como desean los contables siniestros mientras el 90% de la población sólo sobrevive.

Al parecer, la electa patulea está tramando cobrar por usar las carreteras nacionales, no ya por las autopistas o autovías, sino por las generales y, quién sabe, tal vez también por las vecinales. Para empezar, bueno sería recordar que las carreteras se han pagado con los impuestos, y que se sigue pagando un impuesto de circulación y otro de carburantes, que se traga con timos como el de la itv, la ora, los triángulos o el chaleco reflectante, que te ponen multas por obligación (la Guardia Civil ha informado que existen sanciones para el agente que no pone un mínimo de multas)…, de forma que si ahora se inventan otra penalización para conductores estarán cobrando varias veces por lo mismo, y en todo caso, si ahora hay que pagar por el uso de una carretera que ya pagó y por la que sigue pagando todo contribuyente, que retiren el impuesto de circulación. Parece lógico pensar que si te arrebatan servicios te quiten tributos, del mismo modo que si te aumentan la fiscalidad lo sensato, legal y digno es que te den más prestaciones. Pero no, los del rostro granítico se llevan hasta la calderilla de debajo de los sillones, y a cambio te quitan en sanidad, seguridad, infraestructuras…

Y como la cosa siga por este camino, que nadie se extrañe si el alcalde Quimby, perdón, el presidente Rajoy, y sus Wigum, perdón, Montoros, tengan la ocurrencia de cargar con impuestos el uso de la raya discontinua, que será doble en caso de que sea continua, y triple si es doble continua; e igualmente un tributo por mirar las señales (con recargo del 10% si son luminosas), por utilizar los conos, por los pasos de peatones, por los semáforos (10% menos si están intermitentes), por los cebreados, las pinturas amarillas, los guardarraíles, los arcenes y cunetas…, engaños, timos, extorsiones, estafas. Todo en este mundo es cuestión de medidas, es decir, impuestos razonables y servicios razonables es lo deseable, mientras los excesos siempre son indeseables.

El alcalde Quimby impuso una tasa por ponerse pantalones bombachos, que se transformó en un gravamen por no llevar esa prenda al comprobar que nadie la vestía. El problema es que el amigo de la pronunciación siseante está demostrando que apenas le separan un par de centímetros de Homer. Debe ser que, como el señor Burns, la caterva de rajoys quiere comprarse otro rascador de marfil. 

CARLOS DEL RIEGO



miércoles, 23 de enero de 2013

INTENTOS DE JUZGAR EL PASADO Un juez de Barcelona ordena investigar los bombardeos perpetrados por la aviación italiana sobre la capital catalana durante la Guerra Civil Española…, por si acaso se puede acusar a algún centenario. Se antoja un desproporcionado esfuerzo la puesta en marcha de una maquinaria costosísima para tan paupérrimas perspectivas

Seguro que nadie puede decir qué aviones perpetraron este bombardeo. Y es que los hechos de hace 80 años han de ser cosa de historiadores y no de jueces.

Pues sí, al parecer no tienen nada mejor que hacer. Según el juzgado y el juez de Barcelona, no hay ninguna causa que investigar, juzgar y solucionar, no hay ninguna persona a la que resolver su problema y, por eso, hay que dedicar recursos humanos y materiales en buscar culpables centenarios. Según dice la noticia, la Audiencia de Barcelona obligará a la investigación y esclarecimiento de los hechos ocurridos entre 1937 y 1939…, lo que evidentemente es un brindis al sol, una acción vana, un gasto de tiempo que podían dedicar a agilizar los muchos procesos que tienen empantanados desde hace años y que, evidentemente, deberían tener preferencia. ¿Acaso no hay ningún crimen más reciente que investigar?

Una vez en marcha el proceso ¿a quién van a acusar?, ¿a Italia para que pida perdón?, ¿es que existe en el mundo alguna nación, ciudad o territorio, partido o ideología política, ejército o estado que no sea responsable de todo tipo de crímenes en su pasado más o menos remoto? Según explica la nota, se intentará averiguar si alguno de los pilotos que arrojaron las bombas sigue vivo, en cuyo caso se pedirá su extradición, pero claro, si tenía 25 años en 1937 (cuando se produjeron los primeros bombardeos) ahora tendrá 100, lo que impide toda acción contra él. El comunicado también habla de acusar a Italia de una acción ilegal de una potencia con la que no se estaba en guerra, y también de que no respetó tratados y convenciones; hay que recordar que en España hubo presencia militar de otros países (Alemania, Unión Soviética), y eso de que fue un acto que no contempló los documentos y convenios internacionales al respecto…, que se mencione una guerra en la que uno de los bandos (no ya los dos) respeta la Convención de La Haya, Ginebra o similares, que se señale una guerra tan civilizada que las matanzas se producen siguiendo escrupulosamente la normativa. No, nada de eso existe ni existirá, pues desgraciadamente la guerra es muerte indiscriminada, brutal, ciega, y ningún ejército se ha arriesgado ni se arriesgará jamás a perder guerra, batalla o escaramuza por contemplar la normativa internacional sobre las contiendas armadas; y si algún jefe militar incumple sus órdenes por aquel motivo será acusado, al menos, de alta traición, lo que en tiempo de guerra significa el paredón.

Por otro lado, los pilotos que arrojaron las bombas (que son los ahora buscados) cumplían órdenes, o sea, si se hubieran negado hubieran sido ellos los ejecutados; en todo caso habría que buscar y juzgar a quien dio aquella orden, del mismo modo que se juzga a quien ordena el fusilamiento y no a los integrantes del pelotón, pues si estos rehúsan disparar pasarán directamente al paredón a acompañar a los reos.  
 
Este tipo de iniciativas muestra un trasfondo político más que evidente, puesto que los bombardeos sobre ciudades durante la guerra española los perpetraron los dos bandos; los ataques ejecutados por los nacionales son de sobra conocidos (Guernica, Barcelona, Madrid, Durango…), pero no así los cometidos por los aviones republicanos (Córdoba, Zaragoza, Cabra, Valladolid, Cáceres…), de modo que no tienen sus víctimas la misma consideración que las que cayeron bajo las bombas franquistas.

Nadie niega la barbarie cometida por esos aviadores italianos y por, en general, todos los que tomaron parte activa en la guerra, pero sí que sería bueno que la empatía fuera idéntica para con todos los inocentes muertos, estuvieran donde estuvieran.

En todo caso, ¿merece la pena poner en marcha un sistema tan costoso (jueces, funcionarios, policías, abogados, fiscales…) para conseguir una simple declaración?, ¿no sería mejor prestar atención a todo lo que ocurre actualmente? Los jueces (al menos muchos de ellos) protestan por el atasco que tienen, y sin embargo gastan tiempo, personal y dinero en revisar hechos ocurridos hace casi 80 años (cosa que debe dejarse al historiador, no al político ni al juez). Y con todo ello ¿qué se va a conseguir?, nada o algo rayano en la nada, por lo que habría que exigir a esos empleados públicos la responsabilidad de haber despilfarrado dinero del contribuyente en nada a sabiendas de que nada se iba a obtener.

CARLOS DEL RIEGO

VEGETARIANOS Por moda, salud, esnobismo, mejoría de la línea o por pensamiento animalista, la costumbre de dimitir de alimentos de procedencia animal se propaga, sobre todo tras la avalancha de personajes célebres que declaran zampar sólo vegetación

No pocos serían felices siendo enteramente vegetales

El aserto que afirma que somos lo que comemos no puede ser más cierto. De hecho, si se piensa, ninguna acción es más íntima que comer, nada nos penetra tanto. Y por eso el tema de la alimentación se ha situado entre los más atendidos entre la población. Que si los ingredientes o las fechas de caducidad, que si los bajos en calorías o los específicos para diabéticos, los envasados o los del día, los ecológicos o los industriales…, nadie compra y come sin prestar atención expresa a algunas de las infinitas variantes que presenta la oferta alimenticia; es más, la población de nutricionistas aficionados se ha disparado. De este modo, aunque la práctica de engullir exclusivamente vegetales renunciando a animales viene de lejos y es habitual en ciertas culturas, en las últimas décadas ha arraigado en las sociedades avanzadas, sobre todo desde que personajes habituales de los medios de comunicación proclaman su doctrina.

Afirman los partidarios de mantenerse a base de vegetación que todo son beneficios para la salud y/o que nadie tiene derecho a matar y comer animalitos. Esto último sería discutible, pero aquello aun más. Así, cuando se pregunta a un centenario por sus hábitos siempre señala aquello de “siempre he comido de todo”, y tal aconsejan los profesionales del tema. Además, el sistema digestivo humano está preparado para acoger y procesar flora y fauna, es omnívoro, y si se le niega algo tarde o temprano lo notará.

Y entre los que llevan su creencia al extremo están los veganos, que renuncian a todo aquello que un día formara parte de cualquier bestezuela parda o que signifique incomodidad para los bichos; por cierto, no está claro si la amnistía que declaran incluye a todos los que forman parte del reino animal o se excluyen insectos, arácnidos, reptiles... Seguro que estas personas (que están en su pleno derecho de comer lo que les dé la gana) se creen moralmente superiores a los demás, seguro que se sienten elevados por encima del común y miran al carnívoro con desprecio o condescendencia, seguro que se piensan mejores personas…, poco menos que santos en la tierra.
Este tipo de pensamiento animalista y naturista suele utilizar también el argumento de que el hombre es el único animal que consume leche en edad adulta…, cosa absolutamente lógica, ya que el toro tendría que ir a las fuentes si quisiera un traguito, algo que no está en su instinto y, seguro, la vaca se opondría, mientras que el homo sapiens ha aprendido a ordeñar, envasar, transportar, calentar y mezclar eso tan exclusivo de los mamíferos. Asimismo también hay quien atribuye efectos perversos a cualquier lácteo, aunque jamás se presentan pruebas concluyentes; y es que los iluminados abundan entre quienes viven obsesionados por la pitanza, a la que acusan de ser la causante de todos los males del ser humano.

En todo caso la tendencia a prescindir de un tipo de alimento es típica de sociedades opulentas donde no falta de nada, es decir, allí donde haya hambre no se va a despreciar ni pan duro ni una paletilla de cordero. 

Algunos de quienes practican esta especie de variante del buenismo, en fin, querrían llegar a lo que aquel vegano que salió en los Simpson y que presumía de no comer nada que arrojara sombra.  
    
CARLOS DEL RIEGO

lunes, 21 de enero de 2013

EL DILEMA DE LOS INDÍGENAS FRENTE A LAS SOCIEDADES AVANZADAS Casi a diario se tienen noticias de expolios y matanzas de indígenas del Amazonas, indefensos ante el poder económico y el político. De seguir así las cosas en poco tiempo habrán sido exterminados o absorbidos, pero si se les proporciona formación para defenderse, también serán absorbidos por las ciudades y su cultura se perderá


¿Debe exigirse a los indios el cumplimiento de los Derechos Humanos o permitir que vivan al margen de cualquier derecho?
Con el apoyo de los diversos gobiernos, ya sean cómplices activos o mirando hacia otro lado, los indios de la cuenca amazónica están viendo cómo sus poblaciones son expulsadas, acorraladas y, finalmente, diezmadas. Empresas de todo tipo (petroleras, madereras, mineras…) ven a los indígenas como si no fueran más que otros animales de la selva, y los matan con tanto pesar y remordimiento como quien caza. Así las cosas, los directivos de aquellas exigiendo resultados a toda costa, los operarios actuando sobre el terreno con toda la crueldad del mundo, los políticos que aceptan expolios y asesinatos a cambio de financiación y soborno…, son algunos de los culpables de una situación de acorralamiento que sufren organizaciones tribales en Sudamérica y África.

El problema principal es que los empresarios cuentan con experimentados gabinetes jurídicos especializados que, usando infinitas tretas legales y aprovechando puntos oscuros y recovecos de la ley, van presentando proyectos a los gobiernos, los cuales aceptarán esas propuestas bajo ese inmenso, arbitrario y difuso paraguas llamado ‘beneficio para la sociedad’, que en realidad quiere decir beneficio para la empresa, para el político y para su partido. Y por el contrario, los indios están incorporados a la naturaleza, de modo que jamás podrían competir en los tribunales contra aquellos equipos de abogados, con lo que su defensa queda en manos de la buena voluntad de los gobiernos (¿?) y en las asociaciones de voluntarios, que harán lo que puedan, lo cual será poco si enfrente tienen enormes grupos empresariales y el poder de un gobierno.

Los territorios que ocupan desde hace muchos siglos los nativos han de ser legalmente suyos, pero claro, no tienen escrituras de propiedad ni ningún documento que acredite ante el juez que ellos son los legítimos propietarios, con lo que están jurídicamente desamparados. ¿Sería aconsejable ofrecer a los aborígenes educación académica?, ¿la aceptarían?, ¿tienen derecho los niños de las tribus a ser escolarizados?, si las respuestas fueran afirmativas su cultura estaría condenada, y de ser negativas estaría condenada su cultura y ellos mismos. Asimismo, se sabe que se producen violentísimos enfrentamientos entre diferentes tribus (con asesinatos, secuestros…), por lo que cabe la cuestión ¿hay que exigirles el cumplimiento de los Derechos Humanos? No están incorporados a la cultura del siglo XXI, es decir, nada saben de democracia, leyes, igualdad, derechos…, por lo que actúan al margen de lo que se exige en las sociedades avanzadas, sin embargo, la Declaración de los Derechos Humanos especifica clarísimamente que todos los hombres tienen idénticos derechos, y por tanto las mismas obligaciones, así que ¿los naturales de tribus primitivas y los que viven de, por y en la naturaleza están exentos de derechos como la educación? Y una más, si un grupo de occidentales en aquellas latitudes ven a varios indios matando a otros, ¿deberían intervenir y tratar de detener la pelea y defender al débil?, o por el contrario ¿han de evitar inmiscuirse y dejar que la matanza siga su curso como si de leones y cebras se tratara? ¿y si esa escena se produce en una ciudad europea?  

En principio se tiende a pensar que lo ideal es dejarlos vivir según sus modos y costumbres aunque muchas de sus conductas fueran castigadas si se realizaran en una ciudad, se prefiere creer que es mejor no alterar su vida y permitir que continúen en el Paleolítico; pero un día llegarán los empresarios y sus abogados tras haber ‘convencido’ al poder político y aquellos estarán indefensos, sin más ayuda que la de voluntarios y oenegés. Y la realidad es esta, múltiples tribus, etnias e indios de diversas partes de Sudamérica son agredidos a diario por los mercenarios al servicio de grandes multinacionales sin que apenas haya quien levante la voz por ellos.

Si la tendencia se mantiene, en pocos años los nativos que vivan en lugares interesantes para la industria (la que sea) serán exterminados o, como mínimo, expulsados, con lo que su cultura se perderá y ellos serán fagocitados por la sociedad. Pero si adquieren formación suficiente para defenderse, en pocos años habrán sido absorbidos por las naciones y las ciudades, con lo que su cultura se perderá. Sea como sea, el futuro de aquellas sociedades primitivas tiene los días contados.   
           
CARLOS DEL RIEGO

domingo, 20 de enero de 2013

LA ERA DEL DISCO HA TERMINADO El cierre de la emblemática tienda de discos HMV (His Master´s Voice) viene a dar la puntilla un mercado discográfico que llevaba alrededor de dos décadas de penosa agonía

En poco tiempo las tiendas de discos serán tan obsoletas como
las de máquinas de coser.

Más de un siglo llevaba comercializando discos la firma HMV (La voz de su amo), pero ni siquiera una empresa tan asentada, reconocida y organizada ha resistido el cambio de los tiempos. La caída de las ventas fue verdaderamente escandalosa en el ejercicio pasado, en torno al 75%, pero a nadie ha sorprendido, pues la tendencia de los últimos años ha sido un desplome continuado, imparable. Y es que es imposible no rendirse a la evidencia: casi nadie compra discos, la música se compra en Internet en soporte virtual, y los pocos cedés que se despachan también se facturan a través de la red; es decir, el comprador de música ha dejado de ir a la tienda y, lógicamente, sin clientes no hay negocio. Afirman los especialistas (que aciertan tanto en sus predicciones como los profanos) que en poco tiempo el disco físico sólo será un 10% de la facturación total de música.

Con tiendas en las grandes capitales del mundo y muchos miles de trabajadores, HMV no ha sabido adaptarse a su entorno, lo que en la naturaleza es sinónimo de extinción. Hade alrededor de dos décadas, al ver las orejas al lobo intentó entrar en el terreno de la música en vivo, probó a vender equipos electrónicos, DVD, juegos…, pero para entonces esos mercados ya vivían feroces competencias. El resultado es la quiebra de la cadena discográfica, pero la escena que se pinta tiene mayor alcance: el final de la era del disco físico. Dylan lo dibujó perfectamente: ‘Los tiempos están cambiado’, y nunca dejan de cambiar, y quien no se adapta desaparece.

La vida del disco no ha sido muy larga. Aunque anteriormente se vendían muchos discos, es en los 60 del siglo pasado cuando se consolida verdaderamente el negocio a escala global; es cuando aparecen las primeras tiendas que venden discos, un nuevo mercado que aprovechan en principio las que comercian con aparatos de radio y similares; las radios empiezan a difundir masivamente las novedades discográficas y, en fin, el disco se hace el rey. En los 70 se vive la época del auge del rock y de la tienda especializada en discos, que se integra perfectamente en ciudades grandes y pequeñas; cierto que la música rock estaba como en un gueto, que jamás se escuchaba rock en la tele o en la radio y los conciertos eran escasísimos y casi clandestinos, pero pocos momentos había más excitantes que ir a la tienda de discos aunque sólo fuera a ojear, así que cuando se iba a comprar, aunque se supiera exactamente qué disco llevarse al plato, el melómano se pasaba un largo rato paseando sus dedos por los bordes de las vistosas carátulas, ahora en la estantería del rock duro ahora en la de música negra, ahora probando este single o aquel álbum en la cabina ahora revisando las listas; era como una pequeña liturgia, ya que también era habitual coincidir con otros (dependientes incluidos) con los que compartir gustos, descubrimientos o recomendaciones. El disco era entonces un objeto casi de culto, se le limpiaba y cuidaba con mimo, se presumía cuando se mostraba y pinchaba ante los amigos y, por supuesto, se escucha de principio a fin y se escudriñaba todo lo que hubiera escrito en las carpetas. Es cuando se publican ediciones especiales, cuando se lanzan piezas para coleccionistas, ediciones limitadas…, es el gran momento de este insuperable soporte para la música.

En la década de los 80 del siglo XX se disparan las ventas, pues la información y la distribución llegan a cualquier rincón del planeta. Y a finales de ese decenio irrumpe el cedé, anunciado como soporte definitivo y de duración casi eterna, que eleva las ventas a alturas jamás vistas; y la tendencia se mantiene en la primera mitad de la última década del siglo, sobre todo porque los que habían comprado en vinilo lo sustituyen ahora por el cedé. Sin embargo, en los últimos años de la centuria todo el mundo tiene acceso fácil y económico a Internet, lo que desencuadernó en poco tiempo las estructuras de la industria, llevándose por delante los soportes físicos y las tiendas (entre otros integrantes del sector).

Las tiendas de discos han ido desapareciendo paulatina pero inexorablemente en los últimos años, por lo que la quiebra de este gigante del sector (identificado desde hace un siglo por el perrito y el gramófono) es ilustrativa respecto al futuro: habrá tiendas del tipo de las de libro viejo con muchos vinilos que otrora formaran parte de orgullosas colecciones, con piezas especiales para fanáticos de un grupo o estilo, curiosidades y antigüedades…, y también habrá cintas de casete, películas en VHS, Beta y 2000 y, por supuesto, compact disc, que en poco tiempo serán tan obsoletos como aquellas C-60 ó C-90. Lo que parece que sí sobrevivirá es el vinilo, dado que es un formato muy atractivo, muy coleccionable, poseedor de un gran encanto, de arte y belleza antes de ser reproducido y, en fin, porque las grandes leyendas de la música popular pertenecen a la época del elepé y el single; por esto siempre habrá vinilos en movimiento y siempre quien se atreva a publicar en la entrañable rodaja negra.
Pero esto será residual, pues la era de un soporte físico y específico para la música ya ha pasado.  

CARLOS DEL RIEGO

viernes, 18 de enero de 2013

EL CAMPEÓN MUNDIAL DEL ESCAQUEO Escabullirse de las obligaciones laborales es un deporte practicado en todo el planeta, aunque la mayoría lo hace ocasionalmente; sin embargo, un informático norteamericano ha alcanzado la perfección en el campo del escaqueo: no dar golpe y aparentar ser el trabajador más eficaz


Algunos han perfeccionado enormemente las técnicas del escaqueo
 y el toreo del deber
Seguro que desde que se ‘inventó’ el trabajo asalariado existe el escaqueo. Que si salir a fumar un cigarrito, que si un cafelito, que si un recado, el dentista, el tráfico…, las excusas para librarse de las obligaciones laborales son infinitas. Claro que hay algunas actividades donde abundan más los escurre el bulto, sobre todo las que están pagadas con dinero público; así, las probabilidades de encontrarse con un torero del trabajo suelen ser proporcionales al cargo y al sueldo y, en fin, es en la política donde tradicionalmente se aprecia más evolución y mayor perfección en las técnicas de esquiva del deber y la responsabilidad.

Sin embargo, acaba de saberse de alguien que ha superado todos los récords, todos los trucos y pretextos del mejor escaqueador. La cosa es increíble. Resulta que un tipo llamado Bob trabajaba de modo satisfactorio para una empresa de alta tecnología en Estados Unidos; estaba considerado un gran desarrollador y programador del sector tecnológico y uno de los mejores empleados de la firma. Era puntual y jamás faltaba a su puesto y a su obligación. Entraba a las nueve y salía a las cinco, a media mañana hacía un descanso para comer y media hora antes del fin de la jornada enviaba a sus jefes un informe sobre el trabajo que había realizado a lo largo del día. La dirección de la empresa lo tenía por un “empleado modelo y comprometido con su empresa, y un hombre de familia inofensivo y tranquilo”.

Un día los encargados del sistema operativo de la empresa en cuestión advirtieron que alguien se conectaba a la red interna de la misma ¡desde China! Lógicamente pensaron en un ataque informático pero, tras las primeras investigaciones, se descubrió que todo era obra el ‘empleado modelo’. Éste, que ganaba cientos de miles de dólares al año por un trabajo tan especializado y apreciado, había subcontratado a una empresa china por cincuenta mil para que llevara a cabo todas las labores que a él le fueran encargadas.

Es decir, no es que se escaqueara, no es que dilatara los tiempos para comer, no es que llegara tarde a su puesto y marchara pronto, es que el tipo no daba un palo al agua en todo el día. De este modo, esta especie de haragán indolente se pasaba las horas frente a su ordenador, pero sin que en ningún momento hubiera peligro de que trabajara aunque solo fuera simbólicamente; que si las redes sociales, que si el eBay, que si vídeos de esto y lo otro…, realmente tiene que terminar siendo mucho más aburrido matar el tiempo, dejar pasar imbécilmente las horas, que trabajar; pero Bob prefería hacer un esfuerzo para encontrar actividad con la que matar el tedio tantas horas ante la pantalla que hacer ese mismo esfuerzo para cumplir con su deber. Eso sí, media horita antes de la hora de irse a casa, este vagoneta listillo arreglaba todo lo que le enviaban desde China para que pareciera obra suya y, orgulloso de su ‘trabajo’, se lo enviaba a sus jefes. Un listillo vago y aprovechado, caradura y embustero, un desvergonzado listillo.

En fin, que vista la eficacia de los chinos subcontratados podrían los políticos y banqueros subcontratar a gestores chinos para que hicieran todo su trabajo, que los que ahora manejan el dinero ajeno se quedaran mano sobre mano, sin hacer nada, siempre en las redes sociales o jugando ‘on line’; al menos el público se salvaría de sus ocurrencias e ingenierías financieras, sisas, hurtos, apropiaciones, malversaciones, fraudes, apaños, expolios, escamoteos, sustracciones y demás modalidades del trinque.

CARLOS DEL RIEGO

miércoles, 16 de enero de 2013

DOS GEMELOS BELGAS DE 45 AÑOS SE SOMETIERON A LA EUTANASIA Hace más o menos un mes dos hermanos gemelos fueron voluntariamente al patíbulo de un hospital para ser ejecutados con las leyes de su parte; eran sordos de nacimiento y padecían una enfermedad que les dejaría ciegos, y ante tan negra perspectiva, tiraron la toalla

Estos desdichados hermanos prefirieron arrojar la toalla a una vida mermada

Sin juzgar ni mucho menos censurar ni reprobar la conducta de quienes han practicado esta modalidad de suicidio, sí que se puede reflexionar sobre algunos aspectos que rodean a la eutanasia y este caso concreto.

Si se piensa con detenimiento, el suceso de los gemelos belgas que se sometieron a la eutanasia con sólo 45 años es ciertamente escalofriante. Sordos de nacimiento, vivieron y trabajaron siempre juntos y, por lo que se ve, coincidían en todas sus decisiones, deseos, inquietudes, miedos... Según se sabe, solicitaron ser ejecutados porque se les había detectado una enfermedad en los ojos que, progresivamente, terminaría por dejarlos ciegos, trágica perspectiva que colmó el vaso de su aguante, pues declararon que no soportarían perder la vista y, por tanto, el contacto entre ellos y el resto del mundo. En Bélgica está totalmente legalizada la eutanasia, la muerte de quien la solicite, desde hace diez años, y el caso de los gemelos entra perfectamente en los supuestos de la ley. A mediados de diciembre de 2012 su deseo se cumplió y, acompañados por sus padres y hermano, fueron exterminados en un hospital de Bruselas.
Hay que comprender la desesperación, la angustia de estos dos hombres, pero desmoraliza pensar que alguien se atreva a pedir tranquilamente a otra persona que mate, aunque sea al mismísimo peticionario, desmoraliza que existan leyes que permitan a una persona matar a otra con total frialdad, que un médico se vista de nazi y asesine con alevosía (asegurarse de que la ejecución se consuma sin peligro para el asesino) y premeditación a un semejante, que la familia de los reos voluntarios asista y apoye la ejecución, que la sociedad se haya acostumbrado. 
    
Pero, lamentando profundamente las terribles desgracias que sufrían estos hermanos, lo más descorazonador es que se tire la toalla con 45 años, que se firme la rendición incondicional renunciando a muchos años de vida y a todo lo que ésta pueda dar aunque sea de menor calidad, limitado, con menos alicientes…, aquí viene al pelo el dicho judío que se escucha en la película ‘La lista de Schindler’: “Una hora de vida es vida”. Son muchas las personas que padecen similares y peores mermas y padecimientos físicos que, a pesar de su desdicha, viven y tratan de ser felices. Y por otro lado se puede pensar que si estos dos gemelos hubieran nacido en una tribu de las selvas amazónicas, de la India o de Ruanda en lugar de en Europa, seguro que jamás hubieran recurrido a una solución tan aterradora, tan antinatural.

Con respeto total a la decisión que cada persona tome llegado a ese punto, no parece muy educativa la lección: cuando la vida se te ponga muy difícil, desecha toda esperanza y ríndete.   

CARLOS DEL RIEGO

martes, 15 de enero de 2013

ARTISTAS SIN UNA PIZCA DE ARTE Las ínfulas artísticas de personajes sin otro talento que el de la ocurrencia chusca, como Santiago Sierra, lo que esconden es una búsqueda casi obsesiva de atención

Esto es algo así como una protesta, una manifestación, pero en ningún caso una obra de arte

Se llama Santiago Sierra y tiene estatus de artista, aunque si alguien es capaz de encontrar en sus obras talento, genio, primor o cualquier condición plenamente artística es que también la encontrará en un canto rodado. Sus obras, trabajos o labores tienen gran repercusión mediática porque sólo tienen un objetivo, ese precisamente, la resonancia en prensa, radio, televisión e internet, y a ello llega con faenas cuyo único mérito es que consiguen llamar la atención debido a la extrañeza o escándalo momentáneo que causan. Nada más. Nunca logran atención por su valor artístico y, por tanto, es exactamente por carecer de ese talento por lo que el tal recurre a la ocurrencia espectacular y pretendidamente escandalosa para confeccionar sus ¿piezas? Es truco de quien carece de auténtica capacidad artística, del artesano mediocre que se siente gran artista y que cree que su aparición en las portadas lo demuestra.

Eso sí, este tipo de artistas sin el menor indicio de arte en sus obras siempre contarán con legión de snobs que encuentren explicaciones a sus cosas, acciones, instalaciones y performances; así, siempre tratan de hinchar la cosa dando bombo y grandilocuencia a sus explicaciones: que se trata de una reflexión sobre esto o lo otro, que busca la denuncia y la conmoción del espectador (como el Guernika, vamos), que logra unas sinergias muy positivas, que persigue provocar fuertes reacciones… Estos críticos hipermodernísimos son como los cortesanos que rodeaban al emperador de ‘El traje nuevo del emperador’ y, aunque ven perfectamente la desnudez artística, son incapaces de aceptar y declarar que el emperador está desnudo.
Entre las más recientes mamarrachadas firmadas por Santiago Sierra (que rechazó un premio nacional, con lo que logró más publicidad que aceptándolo, y luego vendió la carta de renuncia por el importe exacto del premio…, o eso dicen) está una acción que consistió en pasear varios coches fúnebres con grandes efigies de los presidentes de gobierno de España sobre sus techos y colocadas boca abajo; el cortejo, que Sierra realizó junto a otro fenómeno llamado Luis Galindo, fue titulado ‘Los encargados’ y su pretensión era señalar a dichos máximos mandatarios como responsables de los males de este mundo. Dejando a un lado la discusión de si esos son o no culpables, y también la de acusar de forma simplista y generalizada (síntoma de ignorancia o mala intención), ¿quién ve arte en un desfile de coches con carteles encima? Si lo que intenta es provocar puede ir insultando y dando collejas al personal por la calle y así seguro que provocaría al espectador, quien además entraría a formar parte de la performance; si lo que quiere es crear conmoción que vaya repartiendo billetes; y si desea reflexionar que se retire a un monasterio. Pero no, los artistas en cuestión sólo pretenden una cosa: llamar la atención, igual que el niño pequeño que grita ‘caca, culo, pis’ para que le hagan caso. La obra de arte es otra cosa; y además, es el tiempo quien coloca en su sitio a los artistas y sus creaciones, y lo que no es arte nunca perdura. 
   
Otra reciente genial idea de Santiago Sierra fue contratar a varios parados para que escribieran el lema ‘El trabajo es la dictadura’ una y otra y otra vez hasta que rellenaran mil libros, los cuales serán luego publicados y vendidos. Otra vez aparece la obsesión por ser ‘prota’, por escuchar su nombre y solazarse al ver cómo los medios le dedican tiempo y espacio gracias a la sucesión de llamativas memeces que componen este disparate. Se podría polemizar sobre el mensaje del lema, sobre la idiotez de editar libros con una única frase (Jack Torrance-Nicholson, el malo majareta de ‘El resplandor’, ya escribió un amplio volumen con esa misma estructura argumental), o sobre que la cosa suena a castigo escolar, como el de Bart Simpson al comienzo de cada episodio, pero lo que se impone es, nuevamente, la pregunta ¿hay alguien que vea un atisbo de arte en semejante iniciativa?

En fin, las ocurrencias de este buen señor, cuyas fórmulas artísticas son seguidas a rajatabla por los ayudantes y sastres del emperador, son al Arte lo que los ronquidos a Mozart.

CARLOS DEL RIEGO

lunes, 14 de enero de 2013

NO IMPORTA SER HONESTO, SINO SÓLO PARECERLO Encargan a una empresa medidas para que el público varíe su opinión sobre los políticos, lo que es un indicativo de que el servidor público ha perdido el contacto con la realidad: como el personal los ve como una pandilla de caraduras aprovechados y trincones, lo que hace no es variar su conducta, sino encargar campañas de lavado de cara

José Constantino Nalda fue presidente de la Junta de Castilla y León durante ocho meses entre 1986 y 1987, por lo que cobra desde entonces unos 75.000 al año.

Anuncia la prensa que el gobierno ha encargado al Centro de Estudios Políticos y Constitucionales un plan, una estrategia, treta, argucia o maña con la que lavar la imagen pública que de la casta política tiene el ciudadano. Es decir, lo único que les preocupa es la opinión que se tiene de ellos, no lo bien o mal que lo estén haciendo; lo que pretenden es que la gente los mire con más simpatía utilizando recursos de manipulación de masas y, de este modo, en lugar de gastar el dinero público en mejoras para el sufrido contribuyente, se lo gastan en adivinar cómo hacer para que se piense que son unos hachas. En fin, no les preocupa llegar a ser honrados y eficaces trabajadores públicos, sino que sólo quieren parecerlo. Es otra muestra más de lo alejados que están de la realidad.

El caso es que también se publica estos días en los medios (enero 2013) que la mayoría de los expresidentes de comunidades autónomas (engañifa que se inventaron los políticos para tener más sillones que trincar) salen por un pico, algunos por más de dos millones de euros al año; se les paga sueldo opíparo y se les coloca en algún organismo inútil y oneroso (como el Consejo Consultivo, el Consejo del Reino o el Consejo de la Parte Contratante de la Primera Parte), se les proporciona despacho, chófer y coches oficiales, secretarias, ayudantes, escoltas… todo lo cual cuesta miles de horas de trabajo a los trabajadores de a pie. Bien podrían los políticos tratar de acabar con privilegios tan insultantes en lugar de recurrir al marketing y manipulación de masas para intentar modificar la opinión que de ellos tiene el público.

Asimismo también es noticia de primera página la denuncia contra los Pujol (pronto irán apareciendo en los juzgados más y más), que han amasado una enorme fortuna familiar iniciada desde la nada, pues cuando Jordi llegó al cargo público carecía de cualquier patrimonio. Aun se recuerda cómo hace alrededor de tres lustros un conocido periodista catalán adelantó que, tarde o temprano, se iban a conocer todos las maniobras de la saga, siempre conducentes al provecho económico más que a cualquier otra cosa. Pero lo que causa risa o enojo es que el vástago del honorable declare, tras reconocer dos milloncejos de nada en bancos extranjeros, que si aparece más dinero o cuentas a su nombre en paraísos fiscales será porque el titular se llama igual que él…; ridícula disculpa (habrá quien haga el esfuerzo de creérsela) que recuerda a otras muchas mentiras disparatadas declaradas ante el juez, como aquella que dieron los policías que custodiaban a un delincuente apodado El Nani que desapareció sin dejar rastro, de modo que cuando en el juicio se les preguntó a los agentes qué había pasado contestaron que lo llevaron a un lugar donde el ladronzuelo les dijo que tenía el botín, pero como él iba en chándal y ellos con traje se les escapó corriendo…

Si a estas minucias (que diría el orondo Posada) se le unen las cantidades que cobran sus señorías por no vivir en Madrid a pesar de que tienen vivienda (s) y residen casi todo el año en el foro, y si se le suma todo lo que han escatimado al mileurista y la rebaja de servicios sin merma de impuestos, el resultado lógico es que el personal se convence de que el político lo es para vivir en el privilegio.

Y lo que corrobora tal convencimiento es precisamente esa idea del gobierno (da igual su signo, pues todos utilizan los mismos recursos independientemente de ideologías), esa genialidad de gastar dinero de todos en lavar la sucia cara que la ciudadanía ve cada vez que mira a un abnegado servidor público. Pero parece que los trucos de marketing ya no van a funcionar, puesto que las manchas que les han salido a estos seres-pegados-a- poltrona no se quitan ni con lija y escofina. 

CARLOS DEL RIEGO

domingo, 13 de enero de 2013

RAMONCÍN PROTAGONIZA EL PENÚLTIMO ESCÁNDALO DE LA SGAE, PERO SEGURO QUE PRONTO HABRÁ MÁS El ex-punk se las está viendo con jueces y fiscales a causa de sus dudosos negocios con la dudosa sociedad, de la que fue directivo. Es fácil deducir que, a poco que se investigue a sus ex jefes, aparecerán muchas más irregularidades

El ex punk va a tener que dar muchas explicaciones y, seguramente, muchas veces no van a ser convincentes.

Parece que quedan pocas dudas de que la SGAE era una organización dudosa (uno de sus ex agentes recaudadores la tildó de “muy tóxica”), por lo que no puede sorprender que quienes manejaban los hilos también estén hoy en tela de juicio. El último en visitar a jueces y fiscales es Ramoncín, personaje que lleva viviendo en el ambiente musical desde hace décadas, al principio actuando y vendiendo discos, en los últimos años de la SGAE, como integrante, directivo o cliente. El caso es que Ramón Márquez ha sido imputado por varios delitos administrativos, incluyendo aquello tan viejo de contratar desde el organismo a una empresa propia, a la que encarga y paga un trabajito (programa de televisión, herramienta informática…) que nunca llega a ver la luz. Dicho sea de paso, la desprestigiada sociedad general ha sido durante muchos años algo muy parecido a un partido político, algo así como una agencia de colocación de amigos y correligionarios, una distribuidora de cargos y destinos, una fuente de ingresos para quienes supieran manejarse en los pasillos y despachos.

Lógicamente, a pesar de la contundencia de las pruebas, Ramoncín niega y niega; según la Guardia Civil, la SGAE le ingresó dinero por un programa de televisión que no existió ni siquiera sobre el papel, por un software del que no se sabe una palabra, y por si fuera poco, el ex cantante facturó cantidades a la sociedad que no hay forma de justificar… Sin embargo, se define a sí mismo como “una persona honesta, honrada e inocente”…, sólo le ha faltado aquello de tengo la conciencia muy tranquila o al final quedará demostrada mi inocencia.

Es curioso cómo muchos saben sacar tajada de su conocimiento de los lugares donde se gestiona dinero y, claro, de su amistad con los que autorizan pagos. La cosa no deja de tener sus similitudes con el caso Urdangarín; éste también ha sabido aprovecharse de sus extraordinarias circunstancias para presuntamente hacer caja y, a pesar de que las pruebas contra él son abrumadoras, proclama una inocencia que cada día parece más imposible. ¿De verdad uno y otro quieren hacer creer que existe algo así como una conspiración intergaláctica para implicarlos en delitos de corrupción? Del cantante se saben (parece que más allá de cualquier atisbo de duda) unas pocas irregularidades, pero del ex deportista la lista es kilométrica y promete aumentar; ¿de verdad pensaban que podían trincar y trincar permanentemente, eternamente, sin que nadie se diera cuenta nunca?, debe ser que la codicia termina por oscurecer la mente del sujeto y le hace creerse invulnerable, de forma que llega a pensar que puede manipular números, dineros y documentos a su antojo y engañar a todos por los siglos de los siglos.

Ramoncín (su cuero negro ya no “lleva el nombre de Los Clash”, parafraseando su viejo tema ‘Muerte en Putney Bridge’) formó parte de la cúpula de la SGAE varios años. Al respecto, el antes mencionado ex agente de la manchada entidad, para la que trabajó 14 años, contaba en 2007 que “el problema es que existe un núcleo pequeñísimo de directores (Teddy Bautista, Ramoncín, Víctor Manuel...) que llevan varias décadas manejando grandes cantidades de dinero y que son los únicos que están contentos con la SGAE, además de los grandes vendedores. Se mueve muchísimo dinero, así que la sombra de la corrupción aparece como en otros sectores; y luego está el problema (tal vez el más grave) de que sean los mismos quienes lo manejen todo desde hace tanto tiempo”. No se puede decir más claro, aunque es muy posible que jamás se lleguen a conocer todos los tejemanejes e irregularidades que se han perpetrado en la oscura organización, tan hermética y vertical, tan dictatorial, “tan tóxica”; y ello sin contar con el disparate de ir a exigir derechos de autor a una residencia de discapacitados mentales que representaban una obra de un autor que, además, les había dado permiso personalmente; o sin mencionar a los agentes que se colaban en las bodas a tomar nota de lo que tocara la orquesta; o sin tener en cuenta que los espías no aparecían si quien tenía que pagar los derechos era uno de los de la cúpula…

Ahora le toca a Ramoncín, pero La SGAE ha funcionado de modo parecido a una secta durante muchos años, por lo que poco a poco irán descubriéndose todas sus maniobras, sus movimientos de efectivo, sus facturas, sus anomalías e ilegalidades. A día de hoy se puede afirmar que se trata de una sociedad dudosa, por lo que se puede aplicar idéntico calificativo a quienes han estado tanto tiempo manejándola. 

CARLOS DEL RIEGO

viernes, 11 de enero de 2013

LOS QUE PIDEN POR LOS ASESINOS Y NO TIENEN UNA PALABRA AMABLE PARA LAS VÍCTIMAS Era de esperar, Pilar Bardem, Guillermo Toledo y Sánchez Gordillo, entre otros, anuncian su presencia en la manifestación de apoyo a los presos etarras; se movilizan y hablan en favor de los asesinos, pero jamás han movido un dedo ni manifestado la menor solidaridad con los sacrificados y sus familias

No puede sorprender que Bardem, Toledo y Gordillo se sientan más cerca de los verdugos que de las víctimas.

El sábado 12 de enero se celebra una marcha en Bilbao para exigir beneficios para los terroristas de Eta; piden sus amigos que sean trasladados cerca de sus casas, que sean excarcelados los que tengan enfermedades graves (como la de de Juana), que no se alarguen sus condenas y que, en fin, se respeten sus derechos como presos y como personas. Que personajes destacados de la sociedad vasca se iban a adherir sin condiciones a la reivindicación era sabido; ahora se han destapado otros amigos de los asesinos procedentes de diferentes partes de España, aunque ciertamente no puede sorprender que los actores Guillermo Toledo y Pilar Bardem, el incalificable alcalde Sánchez Gordillo y el ex Unesco Federico Mayor Zaragoza (entre otros) se posiciones a favor del asesino y, por tanto, en contra de la víctima.

No hará falta recordar que el comunicado de los convocantes sólo habla de sus derechos, pero no se acuerda de los de los muertos y heridos, mutilados, secuestrados y familiares.

Los que apoyan la marcha (vascos y no vascos) afirman que lo que defienden es el acercamiento de presos a sus domicilios, o sea, se solidarizan, defienden, amparan a los etarras, pero no hay noticia de que ninguno de ellos (Mayor aparte, pues no es personalidad tan significada ni mediática) haya sido visto en las manifestaciones de respaldo a los que perdieron la vida o quedaron heridos y quienes los lloran o cuidan; con esta actitud dejan bien patente que están de parte de quienes apretaron el gatillo o hicieron estallar la bomba, y que les importan un bledo los muertos y heridos, los bebés y niños (aquellas dos gemelas de tres años asesinadas en el atentado de Zaragoza…), los padres, madres, hijos que sus amigos enviaron cobardemente al cementerio. Indignante, descorazonadora es la postura de quienes manifiestan más empatía con el protoser que pone una bomba en un supermercado que con las personas que allí hacían la compra y allí quedaron para siempre. 

Es oportuno preguntarse entonces ¿harían aquellos tres lo mismo, manifestar su adhesión a los agresores, si entre las victimas tuvieran algún hijo, padre, hermano, amigo o ser querido? Resulta incomprensible que pidan por los violentos fanáticos y no tengan una sola palabra, un solo gesto para quienes fueron vilmente, cobardemente asesinados.

Asimismo también parece de lo más curioso y desconcertante el hecho de que sean tan exigentes de justicia para las victimas de hace sesenta años, tan beligerantes con quienes mataron durante la Guerra Civil y la posguerra y, a la vez, sean tan indiferentes con los ejecutados ayer mismo y tan condescendientes con los verdugos de hoy.

Esto es lo que quita razón, esa incoherencia, ese doble rasero, ese relativismo moral que disculpa unas muertes y condena otras en función del traje que vistan los pistoleros.

CARLOS DEL RIEGO