OPINIÓN

HISTORIA

lunes, 22 de junio de 2020

LA LECCIÓN ANTIRRACISTA DE LOS BEATLES EN USA EN 1964

Los Beatles en aquel concierto en Florida en 1964, cuando se convirtieron en el primer grupo en exigir que la audiencia no fuera separada, que los negros se colocaran donde les diera la gana


El indeseable pensamiento racista en Usa viene de muy atrás. Hoy, a pesar de las innegables muestras de racismo que aún perviven en aquella sociedad, la mayoría de la población se manifiesta en contra abiertamente y sin temor. No hace tan tiempo, en los años sesenta del siglo pasado, las declaraciones o actos antirracistas protagonizados por blancos eran la excepción. En 1964 Los Beatles se negaron a tocar ante una audiencia segregada
Hacía unos meses que gran parte de las leyes de separación racial habían sido abolidas, aunque eso no borró el racismo de la sociedad estadounidense. De hecho, apenas se producían iniciativas antirracistas entre la población blanca, entre otras cosas por la presión de los muchos grupos supremacistas que existían (existen). En este contexto, en septiembre de 1964, Los Beatles tenían que actuar en Jacksonville, Florida, pero al enterarse de que los blancos estarían en una parte del recinto y los negros en otro, los cuatro dijeron que no, que en esas condiciones no tocaban. Había que ser muy valiente…
La decisión fue instantánea y unánime: “No vamos a aparecer en el escenario si no se permite a los negros colocarse donde les dé la gana”, dijeron tajantemente en un comunicado unos días antes del 11 de septiembre de 1964, fecha del  concierto. “Jamás hemos actuado para audiencias segregadas y no vamos a empezar ahora. Preferimos perder el dinero”. A pesar de que los organizadores se tiraban de los pelos, no se podía decir más claro. Y es que, además de sus sentimientos absolutamente contrarios a la discriminación, los cuatro Beatles eran unos vehementes y abiertos admiradores de los grandes músicos negros, a los que tenían por sus principales referencias artísticas. La idea de menospreciar al negro era para ellos inconcebible.   
Un locutor de radio llamado Larry Kane acompañaba al grupo en aquella gira. “Dijeron muy claramente que si el público iba a estar separado no se presentarían. Los cuatro fueron rotundos y se mostraron inflexibles en este aspecto. Fue muy sorprendente que cuatro chicos tan jóvenes tuvieran tan fuertes convicciones. Y también que lo mostraran tan abiertamente a pesar de que sabían que tal postura irritaría a muchos estadounidenses”, dijo Kane.
Una mujer negra, la doctora Kitty Oliver, tuvo la (inmensa) suerte de asistir a aquel histórico concierto siendo adolescente. Al entrar pensó que le iban a ordenar ir el sitio desde el que ver la actuación (siempre el peor, claro), pero nadie se le acercó, nadie le dijo nada. “Entré con los codos pegados al cuerpo para no rozar a nadie; pues me vi sola en un mar de caras blancas. Pero me coloqué donde quise. Al empezar el concierto el público, blanco y negro, se puso en pie al unísono, gritando y saltando. Empezó a sonar el ‘She loves you’. Me olvidé de todo y canté todo lo fuerte que pude A mi lado había un chico blanco muy joven que bailaba y cantaba a la vez que yo. Cantamos juntos, sólo existían los Beatles. A la salida vi a otros negros, nos miramos sorprendidos porque nadie nos había dicho nada por estar mezclados con los blancos”.    
El concierto estuvo envuelto en la tormenta. Literalmente, porque el huracán Dora azotaba las costas de Florida, y aunque había pasado lo más fuerte el día del concierto, aun había terribles ráfagas de viento, así que los timbales y tambores de Ringo fueron clavados al suelo. Además, alguien dijo que el batería era judío y recibió amenazas de muerte. Sin embargo, no se produjo ningún incidente de carácter racista durante el concierto. Tocaron después de dos grupos de negros y otros dos de blancos, media hora, doce temas.
Aquello fue un precedente, pues a partir de ese momento sus contratos incluirían una cláusula antirracista. En el año 2011 se subastó el contrato del concierto de Beatles en San Francisco en 1965 en el que se especificaba en uno de sus puntos: “No se obligará a los artistas a actuar ante una audiencia segregada" (el documento se vendió 23,000 dólares).
Años después Paul recordaba: “Carecíamos totalmente de prejuicios raciales. No íbamos a tocar ante audiencias segregadas. Los cuatro compartíamos esta actitud, y por eso jamás nos planteamos actuar en Sudáfrica o en cualquier otro país donde los negros fueran discriminados. Nuestra forma de pensar era muy simple, ¿por qué separar blancos y negros?, eso es una estupidez”. Y añadía: “Creo que fuimos inteligentes e hicimos lo correcto. En Liverpool, tocábamos muchas veces con grupos negros y con público blanco y negro”.   
Hace apenas unos días, Macca recordaba aquel episodio: “Nos enteramos de que la organización iba a separar a los negros de los blancos en aquel concierto de Jacksonville de 1964. Nos sentimos mal y nos dijimos que no íbamos a transigir con eso. Creo que aquel fue el primer concierto para un público no segregado. Luego nos aseguramos de que nuestros contratos incluyeran una cláusula que impidiera separar. Nos parecía de sentido común”.
El otro ‘beatle’ superviviente, Ringo Starr, apoyó a Macca: “Como ha dicho mi hermano Paul, Los Beatles siempre defendieron la igualdad de derechos y la justicia, siempre trabajaron por la paz y el amor. Envío mi amor y toda la paz a los que defienden la justicia y un mundo mejor”.
Hoy puede parecer que aquel gesto de los Beatles en 1964 fue poca cosa, pero había que ser muy valiente para situarse frente de los abundantes y muy poderosos grupos racistas que había entonces allí. Es este otro aspecto en el que los Beatles se adelantaron a todos, incluso a su tiempo.
CARLOS DEL RIEGO

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