OPINIÓN

HISTORIA

miércoles, 17 de junio de 2020

NI EL ARTE ES HISTORIA NI LA OBRA DE ARTE RACISTA AUNQUE EXPRESE O MUESTRE RACISMO

Una película o cualquier obra de arte no es un libro de Historia ni una guía moral, ni tampoco racista


Nuevamente vuelve a primera plana el asunto del racismo en el cine (concretamente se señala ‘Lo que el viento se llevó’), pero parece que esto es sólo el principio. Así, no deberá extrañar que pronto muchas obras de arte sean acusadas de racistas, machistas, homosexfóbicas… Sin embargo, la pieza artística no puede ser racista o machista, ya que no es un ente pensante, pero sí puede expresar esos sentimientos, lo cual no quiere decir que la película o la novela se sientan superiores a personas negras o a mujeres
La obra de arte no puede ser racista ni antirracista. Sí puede reflejar o manifestar racismo, pero eso no equivale a que sea racista, principalmente porque no será decisión de la obra de arte (como si fuera un ente pensante que elige ser esto o aquello), sino de su autor, es decir, el autor puede expresar racismo en sus obras sea él racista o no, pero éstas no tendrán culpa ni podrán ser acusadas de ese delito. Por otro lado, una novela, una película, una pieza musical o una pintura no es un libro de Historia ni una guía moral, no tiene la obligación de mantener fidelidad histórica respecto a los hechos que narra ni ser ejemplo ético. Es por tanto un disparate con tintes inquisitoriales la calificación de ‘Lo que el viento se llevó’ como película racista o amable con la esclavitud, entre otras cosas porque la trama principal va por otro lado. 
El arte siempre estará sujeto a interpretación. Así, cuando el rock & roll hizo su aparición fue tachado de música demoníaca, e incluso algunos grupos como Iron Maiden fueron acusados de incluir mensajes satánicos en sus discos, juzgados por ello y absueltos. Tanto en la Alemania Nazi como en la Unión Soviética se quemaban en hogueras públicas obras de arte calificadas como ‘arte degenerado o ‘arte burgués capitalista’ y, por tanto, peligroso para la única verdad admisible, nazi en un caso y comunista en otro. De igual modo ocurrió en los tiempos de la Inquisición, cuando muchos libros fueron repudiados por heréticos, prohibidos, quemados. Y todo esto sucedió (sucede) porque alguien interpreta la manifestación artística según sus criterios y mentalidad, y decide que es una grave amenaza para la Humanidad.
En realidad cada uno ve e interpreta la película, la novela o la pintura según lo que lleve dentro. Por ejemplo, cuando una persona normal ve unas fotos de unos niños jugando en la piscina lo interpreta como imágenes familiares, sin embargo, para un pederasta se trata de fotos pornográficas… Así, quien califica de racista, machista u homosexfóbica una película es que, de alguna manera, alberga esos sentimientos, ve en ella lo que lleva dentro, y se manifiesta más fervorosamente combativo contra la pieza sospechosa para no resultar él mismo sospechoso; es como los judíos conversos en la España del XVI, que eran mucho más intransigentes contra los sospechosos de herejía que los ‘cristianos viejos’ para evitar que las sospechas cayeran sobre ellos. 
‘Lo que el viento se llevó’ se estrenó en 1939, hace más de ochenta años. Muchos de los que hoy la acusan de racismo o de presentar una visión edulcorada del racismo son personas de edad que vieron la película hace veinte, treinta o cuarenta años, sin embargo, aunque la habrán visto muchísimas veces, nunca antes habían dicho que era un filme racista ni tolerante con el racismo, nunca se les había ocurrido tal cosa, jamás lo habían pensado; en otras palabras, parecen haber descubierto ahora sus pecados, sólo ahora, cuando la ola de puritanismo inquisitorial dice cómo hay que pensar y, así, la juzga y la sentencia. Lo mismo ocurre con las pelis de dibujos de Disney, que después de millones de visionados han sido halladas culpables de machismo; choca que nadie se diera cuenta de ello hace cuarenta años, y que los acusadores, aunque la vieran mil veces, no encontraran antes el delito. Sí que hubo racismo cuando en la entrega de los Óscar colocaron detrás a Hattie McDaniel, la criada negra, para que no se la viera mucho.
Los guardianes de la verdad absoluta, los espíritus puros y libres de todo defecto se piensan los únicos legitimados para decidir qué es malo y qué bueno, qué peli u obra de arte no es suficientemente antirracista o feminista. Y quien lo discuta es un…
CARLOS DEL RIEGO

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